Sesshomaru odiaba admitirlo, pero su medio hermano tenía razón.
Pero esa maldita obsesión por saber de ella aumentaba cada vez más.
Así los meses fueron pasando y el Señor Takashi confió demasiado en él como prestamista, pues cada vez parecía necesitar más dinero.
Sesshomaru seguía espiando a Rin, y cada maldita foto la atesoraba.
Desde saliendo con sus padres a alguna cena.
Hasta algunas otras dónde salía con una pelirroja a centros comerciales.
Veía su sonrisa, sus hermosos y grandes ojos, sus perfectos labios y él se sentía nuevamente de 15 años, maravillado por ella como la primera vez que la vio.
Soñaba con volver a tocarla.
Hasta que una foto nueva mandada por Untzalu lo hizo arder de coraje.
-¡Eres una pequeña mentirosa de mierda!. -Escupió con coraje el peliplata.
En la foto se podía apreciar a Rin Takashi abrazada de un imbécil pelirrojo, y en la foto siguiente en como descaradamente ese imbécil la tomaba del mentón para darle un beso en los labios.
Él Sesshomaru de 25 años estaba lleno de furia, quería ir y matar a golpes a ese hijo de puta.
Pero el Sesshomaru de 18 años que se había ido de su país esperando enriquecerse para ser digno de su amada Rin, estaba despedazado sentía que habían clavado una gran estaca en su corazón, se sentía como la basura más insignificante del planeta.
Él la amaba, y daría la vida por ella y eso a ella no le importó, estaba besuqueándose con ese hombre de mierda como si nada.
Él deseaba tenerlos enfrente y mostrarles que con él no se juega.
Rin Takashi lo traicionó, le mintió de la forma más horrible y asquerosa que imagino que alguien lo hiciera.
Con el ceño fruncido pasó la siguiente foto y vio como ese maldito la tomaba de la cintura.
-¡En este momento quizás se dirigen a coger y tu cómo pendejo!. - escupía con odio el peliplata en voz alta.
Y de solo imaginar, a ese hombre quitándole la ropa, besando cada parte donde él la había besado y tocado con anterioridad, sentía irá y con la misma intensidad con la que la había amado en ese momento sentía que la odiaba.
Maldijo el día que la conoció, el día que se dejó envolver por sus estúpidas mentiras de niña caprichosa.
No quería, no podía permitir que otro hombre la tuviera, que otro hombre se adentrará en ella, quizás tanta muerte lo había vuelto loco. Pero Rin Takashi sería suya así tuviera que encadenar a su cama.
-Jacken, quiero que me traigas una puta, la más fina y hermosa que encuentres. - se escuchaba la voz del peliplata quien le daba indicaciones por teléfono a uno de sus empleados.
Su empleado obedeció y en menos de media hora una hermosa mujer estaba afuera de su habitación.
La hizo suya de la forma más violenta y salvaje que pudo, estaba herido y follarse a esa chica solo lo hacía imaginar cómo aquel pelirrojo estaría disfrutando de su castaña, llenándola fundiéndose en ella y él sentía que la cabeza le iba a explotar, despidió a la chica con coraje.
Y con ese odio, marcó el número del señor Takashi y no le pedía le exigió que le diera su dinero.
El señor Takashi estaba asustado y le explicaba que él no tenía por el momento como pagarle.
-¡Yo no sé cómo lo hará, pero necesito mi dinero ahora mismo!. -La voz de Sesshomaru sonaba amenazadora.
-Por favor espere un poco, mire hablaré con mi yerno para ver si él me los puede prestar. - el Señor Takashi tenía la voz temblorosa.
-¿Yerno?, No sabía que tenía hijas... ¿Cuántas tiene? -cuestiono interesado el peliplata.
-Solo tengo una.
-¿casada? -preguntó el Taisho maquinando su próxima jugada.
-No... Es decir, pronto se casará. -respondía el Señor Takashi más tranquilo notando que el hombre del otro lado de la línea parecía más tranquilo.
-¿Es bonita?
-Si, mi niña es hermosa.
-Bien, acepto. -contestó el Taisho.
-¿¡Perdón!?, No entiendo.
-Que aceptó a su hija como pago.
-¿¡Qué!?, Eso no es posible. -dijo el señor Takashi con preocupación.
-¿Por qué no?, No me considera suficiente para la hija de un hombre en bancarrota. -dijo con burla el Taisho.
-No es eso, es que, yo ni siquiera la he visto en persona, ella está comprometida - la voz del señor Takashi sonaba nerviosa.
-Ya veo... -contestaba el Taisho con enfado.
-Si, por eso me disculpo...
-Yo pagaré "sus" deudas, y la mía quedará saldada, siempre y cuando su hija sea mi esposa. -ofreció Sesshomaru con voz fría.
Takashi estaba sorprendido.
¿Por qué tenía tanto interés ese hombre por su hija?
¿Ya la conocería de algún lado?
¿Pero de dónde?
Analizó todo y quizás solo era un hombre poderoso, que no tenía en qué ocupar su tiempo.
-Hablaré con la familia de mí... De Bristol. -dijo el hombre y el Taisho le colgó.
Aún sentía ese dolor de la traición en el pecho.
No sabía que haría cuando la tuviera enfrente, pero eso lo averiguaría.
Ahmed y Untzalu, seguían vigilando los pasos de la castaña, y su cólera aumentó al ver que no solo la hija era una mentirosa sino también el padre.
Pues nuevas fotos donde salían la Takashi y el Bristol besándose fueron mandadas a él.
-Espero que las cosas estén listas para qué me entregué a su hija. -dijo Taisho con molestia.
-Sobre eso... La familia Bristol no quiere anular el compromiso, yo veré cómo pagarle solo espere un poco.
-¡No!, quiero a su hija y si la familia "Bristol" no quiere acceder a anular el compromiso tendré que encargarme de ellos.
-Señor, de verdad le pagaré de otra manera.
-¡Yo sé lo que quiero señor Takashi!, y solo le diré una cosa, voy a tener a su hija sacándola con un vestido blanco y su bendición, o amordazada con una bolsa sobre su cabeza... Usted decide. -escupió el Taisho con odio y cortó la llamada.
No pudo hacer más que sumergirse en sus recuerdos.
«-Eres el amor de mi vida, y dónde sea que estés una parte de mí se irá contigo. -le dijo ella abrazándolo.
-Y una parte de mí se queda contigo, te amo Rin, y volveré por ti y cumpliré todas mis promesas. - le dijo él para separarse lentamente de ella y comenzar a vestirse.
-Esperaré por ti. -fue lo último que le dijo ella para darle un corto beso.»
-¡Te haré pagar, maldita mentirosa!. -dijo en voz alta el Taisho volviendo a la realidad.
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