-Vaya amiga, está fiesta de compromiso es hermosa. -Decía Ayame entusiasmada.
-Si, Bristol y si madre tienen muy bonitos gustos en cuanto a decoración. la castaña admiraba como estaba adornado el lugar, hasta que su vista se fijó en su padre en una esquina del gran lugar, tenía la mirada perdida y parecía bastante nervioso.
Rin se acercó lentamente a él y le dio un abrazo, el Señor Takashi saltó del susto.
-¿Estás bien papá?. -pregunto la castaña preocupada, pues su papá parecía bastante ansioso.
-Si, pequeña estoy bien. Solo cosas del trabajo. -dijo él acariciando su mejilla.
Mientras tanto Kirinmaru Bristol hacía su aparición a lado de su familia.
De forma galante avanzó hacía su prometida y cuando estuvo enfrente de ella la beso suavemente en los labios.
Más "amistades" de Bristol llegaban al lugar.
Todo parecía ameno y agradable, las fotos de la pareja no se hacían esperar.
Kirinmaru presumía a su prometía como niño con juguete nuevo.
Todo parecía común de una fiesta de compromiso de la alta sociedad.
Hasta que el señor Takashi recibió una llamada, que con mano temblorosa respondió.
-Aprenderá que de mí, nadie se burla. -dijeron con voz fría en la otra línea y cortaron la llamada.
El señor Takashi empezó a respirar con dificultad.
¿Estaría ese hombre jugando con él?
Camino hacia su "yerno" y le informó de la llamada recibida hace unos minutos.
-Solo quiere jugar contigo, no creo que ese tipo sea tan "poderoso" como dice ser. -le dijo su pelirrojo yerno, mientras lo tomaba del hombro.
-Tienes razón.
-Además yo ni siquiera había escuchado hablar de él, si tan grande es su imperio yo lo conocería, de seguro es un hombrecillo patético. -Kirinmaru estaba seguro de que quería a la hija de los Takashi como su mujer, era un pequeño capricho que podía darse, para cuando se aburriera de ella botarla o tenerla de ama de casa.
Después de escuchar las palabras de su yerno el señor Takashi parecía estar más tranquilo.
La "fiesta" siguió con normalidad hasta que unos golpes estruendosos se escucharon en la entrada de la gran casa de la familia Bristol.
El señor Takashi supo que algo horrible se avecinaba.
Las personas de seguridad fueron a abrir la puerta.
Al abrir la puerta, se escucharon balazos y los cuerpos inertes de los tres hombres más próximos a la puerta yacían en el suelo.
Las personas del servicio corrieron avisar a los señores de la casa lo que ocurría.
El señor Takashi escuchó sobre los hombres armados y automáticamente su primer pensamiento fue proteger a su hija.
Corrió en dirección a Rin y al estar enfrente de ella la abrazo.
-¡Debes esconderte, debes escapar de aquí!. -le decía con desesperación.
Rin no entendía a qué se refería su padre.
Lo próximo que se escuchó fueron disparos por todo el lugar.
La castaña quedó paralizada.
Mientras 20 hombres con metralletas y pasamontañas entraron al lugar.
Todas las personas se aventaban al suelo y otras huían desesperadas del lugar.
Rin atinó a caer al suelo pecho tierra, y su padre parecía querer ser un escudo humano sobre ella.
Un hombre alto y corpulento fue al lugar donde ella estaba, quitó al señor Takashi como si en lugar de un hombre fuera un pedazo de papel.
Rin solo lloraba mientras el hombre le apuntaba con el arma para facilitarle el trabajo y ella cooperará para irse con él.
Salieron de la casa, y Rin solo veía algunos cuerpos ensangrentados y otras personas heridas llorando con desesperación.
Ella temblaba, se sentía tan aterrada, supo que ese era su fin.
No sabía por qué estás personas se la llevaban lo único que pudo pensar en ese momento es que quizás esos hombres la violarían o venderían como tratantes de blancas
El hombre corpulento le vendaba los ojos, y ató sus manos y la subió cargando a una camioneta.
Ella solo lloraba con desesperación.
Hasta que sintió un objeto frío en la cabeza justo en su sien.
-Con esto se termina todo. - pronunció el hombre frente a ella en alemán.
La castaña identificó el idioma, más no supo con exactitud qué significaban sus palabras.
Ella solo contuvo el aire esperando que el hombre jalara el gatillo.
Rin veía todo su vida pasar en cámara rápida, pensó en sus padres, en sus amigos y en "él"
«Quizás en otra vida nos volvamos a encontrar cachorrito.» Pensó ella esperando su fin.
Pero después de unos minutos no pasaba nada.
Entonces el hombre frente a ella apartó el arma de su sien.
Y lo próximo que sintió fue que alguien acariciaba su mejilla, para acto seguido sentir otra mano ahora en su cabello. Ella solo empezó a temblar de solo imaginar que "ese" hombre pensaba abusar de ella.
Las manos invasoras se apartaron de ella, y lo último que escuchó fue unos pasos que se alejaban.
Después de una media hora la camioneta en la que iba se detuvo.
Y nuevamente alguien fue donde estaba ella.
Ella sentía miedo y angustia pues aún con los ojos vendados podía sentir la mirada de alguien.
Su estómago gruñó con fuerza.
El hombre frente a ella se acercó y le quitó la venda que tenía en la boca.
Y cuando estuvo libre acarició sus labios con la yema de sus dedos.
Ella ni siquiera sabía que debía hacer solo en automático comenzó a llorar, sus lágrimas inundaban sus mejillas.
La persona nuevamente salió del lugar, está vez para hacer una llamada.
-Señor Takashi, queda demostrado que no estoy jugando, ¿Verdad?. -dijo Sesshomaru Taisho en la otra línea escuchando los sollozos del hombre.
-No le haga nada... Dígame qué hago. -suplicaba el hombre con desesperación.
-Le daré una oportunidad más, solo una, señor Takashi, llevaré a su hija a la entrada de su casa, y el día de mañana anunciará su nuevo compromiso, sin decirle absolutamente nada de esto, en caso de no volver a obedecer, más gente morirá. - explicó el Taisho,
Takashi estaba confundido.
¿Qué quería ese hombre realmente?
Ya tenía a su hija como rehén, prácticamente podía violarla o asesinarla.
¿Por qué tanta insistencia en casarse con ella?
Sea por lo que sea, lo agradeció.
-Si, señor. No volveré a fallarle, dígame cuánto tiempo puedo ver a mi hija. -dijo el Señor Takashi ansioso.
-En una hora. -contestó el peliplata y cortó la Llamada.
Sesshomaru se recargó en su amplia camioneta blindada.
Se sentía muy confundido, creyó que al tener a Rin Takashi frente a él lo primero que haría sería jalar el gatillo.
Iba decidió a dejar los teatros y solo asesinarla y terminar con todo eso.
Pero al mirarla, asustada, temblorosa, llorando, todos los recuerdos lo golpearon de una manera inimaginable, no pudo evitar desearla como cuando tenía 17 años.
De alguna extraña manera la necesitaba.
¿Por qué su estúpida mente le insistía en casarse con ella?
Quizás dentro de él quería que ella lo viera, se diera cuenta de que él sí cumplió lo que prometió y la hiciera pagar por ella ser una mentirosa.
-Solo es mi estúpido ego. - escupió en voz alta, pasado el tiempo ordenó a Ahmed llevar a la castaña a la casa Takashi.
Mientras que Untzalu le informaba que Kirinmaru Bristol había huido del lugar y le fue imposible alcanzarlo.
Ahmed llevó a la chica Takashi a su casa, tocó la puerta y salió deprisa del lugar.
Rápidamente los señores Takashi estaban agradecidos de que su hija estuviera bien.
Le desamarraron y le dieron consuelo.
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