capítulo 3

Después de la extraña declaración ambos adolescentes se hicieron novios.

Rin se sentía en una nube, ella entendía que su relación con Sesshomaru no sería para nada típica ni normal, pues sabía que sus padres jamás lo aceptarían.

Pero ella era una chica adolescente enamorada, así que simplemente se las arreglaba para salir a escondidas con su chico malo.

Ponía de excusa que saldría con Ayame su pelirroja amiga, o que haría tarea en casa de Kagome, simplemente las excusas le sobraban con tal de pasar tiempo con él, y ese día que cumplían 5 meses de noviazgo no sería la excepción.

-Hola, señora, vengo para salir con su hija. -decía Kohaku tratando de sonar casual.

-Claro... Me alegra demasiado, sé que aún son bastante jóvenes, pero debo decir Kohaku que en un futuro no muy lejano, tú serías el pretendiente predilecto para mi hija. -dijo la mujer pues más allá que le gustará la personalidad del chico, o su físico le encantaba saber que venía de una familia bastante adinerada.

-Gracias. -dijo Kohaku e hizo una reverencia sonrojado.

Rin bajaba las escaleras arregladas de forma casual para su salida al cine con su amigo "Kohaku".

-Bien, nos vemos luego, te quiero mamá. -decía la castaña para salir a prisa a lado de Kohaku.

Entraron al carro conducido por un empleado de la familia de Kohaku.

-Gracias, gracias, gracias -Kohaku eres el mejor le susurraba Rin, dándole un beso en la mejilla pues al "cine" solo iría Kohaku mientras ella se escabulló para ver al Taisho.

Al llegar al cine Kohaku siguió en plan al pie de la letra, Rin se encontraría en la entrada con el Taisho y saldrían a un lugar muy cerca de ahí lo que durará la película, y el "chaperón" chófer de la familia de Kohaku ni cuenta se daría.

Y justo como fue planeado así ocurrió.

Rin y Sesshomaru se encontraron y salieron de forma muy discreta de la plaza al lugar que tenían destinado para platicar ese día, un pequeño parque muy cerca de ahí.

Al llegar ninguno pudo evitar abrazarse y darse besos sintiendo ese amor tan real, deseando que fuese tan eterno.

-Te extrañé mucho. -le decía ella entre besos.

-Yo también, demasiado. -dijo él sintiéndose tan extraño y fuera de sí, no le gustaba mucho demostrar sus sentimientos, y desde que conoció a esa chica parecía salir a veces las palabras de forma involuntaria.

-Desearía que no tengamos que esconder esto. -dijo ella colgándose de él de forma tan tierna y adorable, que él solo le sostenía la cintura y contemplaba su rostro maravillado.

-Algún día... Te prometo que no será así, algún día seré digno de ti, Rin. -dijo él de forma melancólica siendo consciente de lo poco que era para él para alguien de la altura económica y sobre todo calidad humana que era su pequeña, Rin.

-Shhh, no digas esas locuras, tú eres digno, tú eres el mejor para mí. -le dijo ella acariciando su mejilla, pues para esa adolescente de 14 años el chico frente a ella era el amor de su vida.

El solo beso su frente, atesorando ese momento.

Después de besos, pláticas y abrazos la hora de regresar fue inevitable.

Siguieron el plan con Kohaku y era momento de volver a casa.

Su madre no la cuestionó ni sospechó nada de lo ocurrido.

Y ella solo se adentraba a su habitación.

Pasaron unas horas cuando unos golpes sonaron en su ventana y ella extrañada fue a ver qué pasaba, con algo de temor.

Y ahí estaba Sesshomaru afuera de su ventana, y ella en lugar de asustarse más o reprenderlo, solo pudo emocionarse de manera casi infantil y le abrió de rápidamente.

Para abrazarlo, estuvieron platicando un rato más, y de la forma que entró a la casa Takashi salió.

Esa fue la primera vez que Sesshomaru Taisho hacía eso.

Los meses siguieron pasando y cada encuentro era mejor que el otro, Rin sentía que había encontrado su alma gemela.

Y Sesshomaru por más que deseaba negarlo se sentía tan estúpidamente enamorado, y eso hacía que entendiera un poco más a su padre y sus decisiones sobre el "trabajo", por qué sin lugar a dudas así como Izayoi hacía que Toga deseara ser una mejor persona, así él deseaba ser mejor para Rin.

-Te digo una cosa. -dijo la castaña en una banca del parque recostada en su hombro.

-¿Si?. -cuestiono él con curiosidad mientras se inclinaba de lado para besar su frente.

-Eres... El amor de mi vida. -dijo ella sonrojándose.

Él sintió que su corazón se iba a salir de su pecho, eran las palabras más hermosas que alguna vez imaginó escuchar.

-Rin... Tú, también eres el amor de mi vida. -dijo él sintiéndose tan extraño en como todo salía tan natural.

-Eso significa que un día seremos esposos. la castaña buscaba sus labios para darle un corto beso.

-Si, te prometo que algún día seremos esposos... -Sesshomaru tocó su mejilla, anhelando con todo su ser cumplir esa promesa.

Y así se abrazaban anhelando que ese momento fuera eterno.

Aniversario

Su primer año juntos llegó, y con este el cumpleaños número 15 de la Takashi.

Cómo siempre sus padres le organizaron una hermosa y gran fiesta, ella solo quería que eso terminara, deseaba tanto estar en su cuarto y esperar a su amado.

Sobre todo por lo que su mente adolescente tenía idea para ese momento. Pues ella sabía que él regaló lo que quería.

-Rin, al menos finge que te gusta el pastel... -le recriminaba Ayame.

La castaña tomó su tenedor, abrió su boca y saboreo de forma exagerada su pedazo de pastel.

-Aja. Como no es sabor Taisho. -Ayame la miraba con picardía, y Rin estaba sonrojada, ese comentario solo le hizo recordar su plan para esa noche.

Y desvió la mirada de su amiga.

Después de un tiempo que para Rin parecía una eternidad la "fiesta" terminó.

Subió a su cuarto y se dio una ducha rápida, se puso su pijama vieja y espero.

Después de unos minutos más su ventana sonaba.

Ella la abría de forma alegre, y ahí estaba el chico de su vida.

-Perdón por tardar, estaba ayudando a mi padre en unos pendientes. -se excusaba el Taisho.

Ella parecía no importarle para nada su demora pues solo lo abrazó de forma efusiva.

-Rin... Yo... Te traje esto. -dijo él sacando una pequeña cajita y la castaña al tomarla en sus manos la abrió para ver un pequeño anillo con una piedra en forma de luna.

-Sé que es una cosa muy simple a comparación de lo que estás acostumbrada... -Sesshomaru fue silenciado por uno de los dedos de la chica.

-Es perfecto, tú eres perfecto... -Sesshomaru ni siquiera alcanzó a reaccionar, pues la chica frente a él estaba de puntitas para besarlo, pero ese beso era tan intenso, tan lleno de deseo. Hizo que se estremeciera la cercanía, el olor todo era hipnotizante. Hasta que el sonido del cierre de su pantalón lo hizo volver a la realidad.

-Rin... ¿Qué haces?. -pregunto sorprendido, es decir su novia le estaba bajando el cierre del pantalón.

-Yo. Solo pensé que tú querías. -dijo ella sonrojada.

-Yo quería. ¿Qué?. -Sesshomaru estaba sorprendido porque él sabía que Rin no era ese tipo de chicas.

-Estar conmigo. -dijo ella mirándolo avergonzada.

-No, Rin no... Eso sí no, como yo querría hacerte eso... Tú eres valiosa y muy especial, yo no podría. -Taisho miro como el rostro de su castaña parecía entristecerse.

-Es… ¿Por qué soy fea?, ¿Por qué soy plana?. -cuestionó ella con tristeza.

-¡Claro que no!, No digas eso... Tú eres hermosa y toda tú eres perfecta. -le dijo acariciando su mejilla.

-Entonces hagámoslo. -dijo ella volviendo a acercarse para besarlo.

-No Rin, eso debe ser algo honroso para ti, no de esta manera. -Le dijo él apartándose con suavidad.

-Pero tú serás mi esposo.

-Pero ahora no lo soy, Rin tú eres demasiado para mí, demasiado para hacer esto. -le dijo el joven con sinceridad.

-Eso lo dices porque no te gusto.

-Rin tú haces más que gustarme, yo te amo, y deseo con locura... Pero no. - Sesshomaru la apartaba con suavidad pues su castaña estaba intentando acercarse demasiado a él.

-Por favor, por mi cumpleaños. - pedía la chica casi al borde del llanto.

-No sabes lo que pides, yo no soy bueno para ti. - Decía el peliplata mientras veía el rostro de su novia.

-Entonces... Puedes irte, por favor. -dijo ella sin poder evitar que las lágrimas salieran de sus ojos.

Ella quería que él se quedará, pero no que la viera así, se sentía tan patética.

¿Qué podía ofrecerle ella?

Si solo era una mocosa.

Enana y plana.

-No, Rin no quiero que llores...

-No te preocupes, estoy bien, hablamos mañana, ¿si?. -le dijo ella tratando de sonar con tranquilidad.

Él tomó su mentón y la besó de forma suave.

-Te amo, y te deseo, tú eres para mí la única chica que quiero... No malinterpretes mis palabras. - Sesshomaru tomó la cintura de la chica y la acarició.

-Entonces hagámoslo. -le dijo ella besando su mentón.

-No... Rin. -dijo con voz entrecortada.

-Por favor... -le dijo ella para después quitarse la blusa.

Él solo la veía detenidamente, cuántas veces imaginó su cuerpo y fantaseo con besar cada centímetro de su piel.

Él solo se acercó a ella para besarla de forma intensa, la necesitaba, la amaba, y después de un momento se separaron y él comenzó a desvestirse.

-¿Estás segura de esto? -le pregunto con voz ronca, estaba demasiado deseoso, verla de esa forma sonrojada con su hermoso cabello suelto, sin blusa y sin sujetador, era su mayor fantasía hecha realidad.

Ella solo asintió y él comenzó a besar su cuello, y cada centímetro de su piel.

Un tiempo indefinido después ambos sin ropa sobre la cama, se dispusieron a empezar su acto.

Él comenzó a adentrarse de forma lenta y cuidadosa, y ella solo apretaba las sábanas luchando con todas sus fuerzas por no gritar.

-¿Estás bien?. -preguntó con preocupación el joven en un susurro.

-Sí... Solo duele mucho. -dijo ella respirando con dificultad.

-Será mejor detenerme entonces... -dijo él deseando no hacerlo.

-No...

Y el solo beso sus labios adentrándose por completo.

Y así empezaba su vaivén de forma lenta y suave, degustando la sensación que la intimidad de su amada le provocaba.

Rin empezó a acostumbrarse y a disfrutar de él, mientras los besos y las caricias no faltaban.

La chica comenzó a sentir como la poca cordura que le quedaba se perdía en el calor que comenzó a recorrer todo su cuerpo de forma intensa, él la contempló deleitándose orgulloso de hacerla sentir por primera vez.

Él solo quería complacerla.

Pero toda esa humedad, todo esa calidez que le propinaba la intimidad de su chica lo hicieron llegar poco después al clímax, sintiéndose perdido, maravillado todo con Rin se sentía mil veces mejor.

Ella era su todo.

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Comments

Eugenia Venegas Oyarzo

Eugenia Venegas Oyarzo

wow tan chiquita espero y se cuiden para así evitar un embarazo no deseado 🤷🏼‍♀️

2023-02-19

0

Alison Mendoza Sotelo

Alison Mendoza Sotelo

me tiene embobada pero tengo q dormír

2022-09-16

1

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