capítulo 4

Entonces Sesshomaru Taisho volvía a la realidad.

En su aniversario número dos.

Estaba perdidamente enamorado de Rin, pero eso en vez de hacerlo sentir paz lo hacía sentir más miserable.

Pues él era todo lo que a una chica de su estatus no le convenía.

Su madrastra cada vez más enferma, su padre no tuvo de otra que aceptar trabajos un tanto más peligrosos.

Inuyasha su medio hermano por el miedo de perder a su madre tuvo también que entrar al negocio.

Pasaron de pequeños robos a secuestros.

De vender pequeñas cantidades de droga, a repartir grandes cantidades.

Todo se estaba saliendo de control.

Y más esa noche, la noche que Sesshomaru Taisho llegó lleno de sangre y temblando a la habitación de Rin.

Recordó que su chica le había comentado que sus padres no estarían y de verdad que deseaba aprovechar ese tiempo con ella.

Pero por un encargo que el Señor Haku le hizo a su padre tuvo que demorarse más de lo que hubiera deseado.

Entonces todo se volvió caos pues resultó que los "compradores" eran contrarios, rápidamente sacaron armas y él creyó que la hora de su muerte había llegado, hasta que su padre sacó un arma y comenzó a defenderse, como pudo logró quitarle su arma a uno de los heridos que había dejado su padre, y su instinto de supervivencia lo guío, y disparó a quema ropa a cuatro de los hombres asesinándolos al momento.

Su padre solo le decía que esa era la ley del camino que había decidido seguir.

"Matar o morir"

Era la primera vez que asesinaba a alguien, lo único que pudo hacer es irse lo más rápido que pudo con la persona que él sabía que jamás lo juzgaría, Rin.

Su ropa ensangrentada, su cuerpo temblaba y al verla ella solo atina a abrazarlo sin importar que tan sucio estaba.

-cachorrito, ¿Estás bien?, ¿Estás herido?. -Cuestionaba ella tomando el rostro de su novio entre sus manos.

Él estaba llorando sin poder decir nada.

Rin nunca lo había visto de esa forma tan deshecho, tan fuera de sí.

Después de unos minutos de estar abrazados.

Ella lo noto más tranquilo, fue entonces que lo ayudó a ir al baño y asearse.

Él estaba en la regadera con la mirada perdida.

Cuando la castaña entró para hacerle compañía.

-puse tu ropa a lavar, no te preocupes, nadie diré nada. -le dijo la castaña acercándose a él para abrazarlo, sin importarle mojar su ropa.

Él solo observó el hermoso rostro de su novia y la besó con amargura.

Ahora no solo era un pobre vago, ladrón, se añadía a su lista "asesino".

-No te merezco. - fue lo único que dijo entre sus labios.

-Los dos nos pertenecemos. -le dijo ella para quitarse la ropa mojada.

Él solo la observó, y de verdad se sentía agradecido de tenerla a su lado.

Ambos permanecieron desnudos bajo la regadera abrazados.

Ella era su consuelo.

Asenso

-Haku, nos está ofreciendo un mejor "puesto", es muy peligroso... -decía el Taisho mayor, con desesperación la enfermedad de su esposa parecía agravarse y él en lugar de salir de su vida delictiva, se adentraba más, y ahora inmiscuía a sus hijos.

-Yo aceptaré, haré cualquier cosa por mi mamá. -dijo Inuyasha desesperado, no le importaba entregarle su vida al mismo diablo, pero él necesita verla sana.

-Yo también acepto. -Sesshomaru no parecía entender del todo a qué se refería su padre con nuevo puesto, pero si era de mayor categoría significa más dinero para pagar su deuda con Haku y para ayudar a su madrastra, él había perdido a su madre a los 9 años, y sabía el dolor que eso ocasionaba.

-Antes que aceptan, debo explicarles que este puesto implica ser uno de los hombres directos de Haku, recibirán un entrenamiento, armas y la muerte siempre les respirara en la nuca, pero si logran sobresalir, Haku les dará su confianza y millones de dólares por cuidar su cabeza. —El Taisho mayor se sentía el peor de los padres, era como si llevará a sus hijos al matadero.

-Suena interesante. -añadió el primogénito de Taisho.

-No, no es interesante, es peligroso. -le contestó molesto el mayor.

-Papá no quiero que mi mamá muera... Por favor déjame aceptar. -suplicaba Inuyasha al borde del llanto.

-Ella no va a morir, no repitas eso jamás. Ella sanará y lograremos salir de toda esta mierda, los cuatro. ¿Me escucharon?. - les dijo el mayor con un dolor punzante en su corazón, él no podía dejar que Izayoi muriera, si eso pasaba él se iría a encontrarla, no podría soportar una vida sin ella.

—¿Qué tenemos que hacer?. —cuestionó Sesshomaru.

—Haku nos dará indicaciones.

—Bien, debo irme... —dijo el peliplata alistándose para salir del lugar.

—Vas a ver a esa niña de nuevo... Hijo ya te dije, ese capricho que ustedes llaman "amor", te costará muy caro, su familia no se andará tocará el corazón contigo, cuando sepa que estás rondando a su hija. —Aconsejó el mayor y su hijo solo rodó los ojos, él no tenía por qué explicar a los demás lo fuerte y verdaderos que eran sus sentimientos por Rin.

—Ten cuidado... —añadió el mayor al notar como su primogénito lo ignoraba y se iba del lugar.

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