«-Tendremos muchos hijos, y muchas mascotas, no importa el tamaño de la casa ni en donde sea, lo único importante es que sea contigo. -decía una entusiasmada Rin de 15 años, abrazando con mayor fuerza a su novio.
-Para mí sí es importante, quiero que tú y todos nuestras docenas de hijos y cientos de mascotas, vivan de la mejor manera. -le respondía su peliplata besando su frente.»
-Estúpidos recuerdos, la gente no vive de recuerdos. -se reprendía la castaña en voz alta, pues parecía que sin importar los años el recuerdo de Sesshomaru Taisho se aferra a su ser casi de manera asfixiante.
Ella solo sacudió la cabeza tratando de alejar esa mirada de hermosos ojos dorados de su mente y se concentraría en arreglarse, en poco tiempo saldría con su prometido y debía estar lista.
30 minutos pasaron y ella parecía ya haber terminado de arreglarse.
10 minutos más y su prometido le mando mensaje que estaba en la sala de su casa, al parecer la señora Takashi está tan complacida de su futuro yerno que le hacía cientos de cumplidos.
-Joven Kirinmaru debe prometerme que me darán nietos muy pronto, me muero por poder tener esos angelitos en mis brazos, y más de imaginar lo preciosos que saldrán. -Escuchaba Rin la voz de su madre al entrar a la sala de su casa.
-Señorita Takashi. -dijo el pelirrojo al ver entrar a su prometida.
-Señor Bristol. - le respondía el saludo la castaña con una sonrisa.
-Rin, le decía a mi yerno que necesito nietos, ¡ya mismo!. Así que después de la boda hagan su tarea. -decía la señora Takashi con una amplia sonrisa.
Rin deseaba con todo su ser rodar los ojos, pero sabía que tenía que contenerse.
-Señora Takashi eso se lo prometo. - les respondía el pelirrojo a su futura suegra, mientras se levantaba y le daba un beso en la mano como señal de despedida, y acto seguido iba a lado de su prometida.
Rin no pudo evitar sentir incomodidad cuando Kirinmaru se acercó a ella para darle un beso en los labios como forma de saludo.
«Prométeme que sólo serás mío. -Rin le decía a su novio mientras acariciaba sus mejillas.
-Eso no tengo ni que prometerlo, por qué ya lo soy, todo lo que soy es tuyo, mis labios, mi cuerpo y mi corazón solo te pertenecen a ti, así como toda tú eres solo mía. -le respondía el peliplata para acto seguido besarla de forma intensa, mientras sus lenguas se rozaban de forma tan deliciosa que él se perdía en el sabor y las sensaciones que solo su amada le causaba.»
-Vamos al restaurante Krotos. -La voz de su prometido la hacía volver a la realidad.
Se sentía estúpida, por sentirse culpable por una promesa rota, ella le prometió ser suya, pero en su defensa él le prometió ser suyo y ninguno había cumplido.
Subía al auto de su prometido, y contempló su casa, en menos de 3 meses se iría de ahí para ahora ser la señora de Bristol.
Agradeció infinitamente que Kirinmaru pusiera música porque no tenía humor para conversar.
A los 20 minutos llegaron al lugar, era elegante y lindo.
Se sentaron en la mesa que Bristol había reservado.
-Eres hermosa -le dijo de forma coqueta el pelirrojo acariciando su mejilla.
-Gracias. -contestó la castaña sin poder evitar sentirse incómoda.
-He pensado que lo mejor es adelantar la boda, para dentro de 1 mes, de verdad deseo que ya seas mi esposa. -Confesó el hombre mirándola con deseo.
-Debemos hablarlo con nuestros padres, todo está reservado para dentro de tres meses. -respondía la castaña, pero si se ponía a analizar, ¿Qué más daba?
Su cachorrito no llegó en 7 años, 2 meses menos para ser la mujer de Bristol no significaban ningún cambio.
-Sé que todo eso se podrá arreglar, preciosa. -contestaba el hombre acercándose para darle un beso, pero este a comparación de otro era más intenso.
Rin solo correspondía de forma tímida y obligada.
A lo lejos dos hombres estaban sentados en una mesa, uno tomaba fotos de forma discreta con su celular mientras acto seguido las mandaba a uno de sus contactos de nombre "Amo", solo bastaron 5 minutos para que el celular del hombre timbrara y este rápidamente contestó.
-¿Es el mismo imbécil?. -se escuchaba en la otra línea.
-Si, un tal Bristol. -respondía el hombre, en la otra línea se cortó la llamada.
Después de la velada junto a su prometido Rin llegaba a su casa y rápidamente se encerraba en su habitación.
Cómo todas las noches iba a su ventana miraba al cielo y en voz baja levantaba plegarias por su amado.
Rogando que estuviera bien, que estuviera con vida, que nada malo le pasará y que aunque sea por un segundo se acordará de ella.
Sin poder evitarlo las lágrimas caían por sus mejillas.
Recordando
A la Rin de 16 años, destrozada y esperanzada deseando que él volviera.
Cómo la Rin de 17, molesta consigo misma por no aferrarse a él y rogarle que se la llevará.
Qué decir de la Rin de 20, que aún que su "consciente" y su razón le gritaban que tal vez todo lo que él le juró era mentira, ella seguía abrazándose a la idea que su amor era real.
Pero ahora estaba la Rin de 23 años, que consciente que nunca lo volvería a ver, no podía evitar amarlo, y desear con todo su ser que él volviera a ella.
-Deja de ser patética. - se reprendió en voz alta mientras se limpiaba las lágrimas.
Y se acomodaba en su cama para dormir.
-Él nunca volverá... - fue lo último que dijo antes de cerrar los ojos y dejar que el cansancio la invadiera para caer en los brazos de Morfeo.
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Updated 34 Episodes
Comments
Magda Infante Quintero
que triste 😭💔
2023-08-24
0
Alison Mendoza Sotelo
Ai no volví a llorar
2022-09-16
1