El señor Takashi explicó que todo fue un secuestro, pero que gracias al señor
Handhaben quien pagó inmediatamente, todo se solucionó de la forma más rápida.
-¿Señor Handhaben?. -pregunto Rin un poco más tranquila recostada en su cama.
-Sí, es... Mi socio y amigo. Le debemos mucho. -dijo el señor Takashi, pues ese "secuestro" le había mostrado que cuál sea que fuesen las intenciones que tenía ese hombre, al menos no eran matar a su hija o tomarla a la fuerza.
-Debo agradecerle... -dijo Rin, recordando lo ocurrido, inevitablemente sus ojos se llenaron de lágrimas de recordar y sobre todo de pensar en las personas que murieron en ese atentado.
-Claro, en otro momento ahorita está algo ocupado y debes descansar.-dijo para acto seguido darle un beso en la frente y salir de la habitación de su hija.
Fue a su despacho y marcó el número de Handhaben.
-¿Qué quiere suegrito?. -contestó el hombre del otro lado de la línea con burla.
-Le dije a mi hija que todo esto fue un secuestro, y que usted pagó su rescate. Mañana mismo hablaré con los Bristol, solo prométame que no le hará daño.
-Yo no prometo nada. -dijo Taisho con desdén y colgó el teléfono.
Handhaben.
Un mes después había pasado.
—Así que la boda está cancelada. —Ayame estaba bastante sorprendida, no solo por la noticia de la boda cancelada, sino por el espectáculo de la familia Bristol deseando hasta la muerte a la familia Takashi en la entrada de su casa.
—Eso parece, bueno, algo menos de lo que preocuparme. —Rin se encogió de hombros.
—Oye, ¿Pero por qué?. —cuestionó la pelirroja curiosa.
—No lo sé, solo escuché gritos de Kirinmaru y su madre. Supongo que mi papá debe tener sus motivos.
En ese momento alguien llamó a la puerta.
—Adelante mamá. —dijo Rin viendo como su madre entraba a su habitación, con una gran sonrisa.
—Mi amor, me parece que tu padre no te ha contado el mejor acontecimiento que nos ocurrió, gracias a ti. —dijo la Señora Takashi más que feliz.
Rin solo observó detenidamente el rostro de su madre. Creyó que estaría molesta de su compromiso cancelado, ella "parecía" apreciar mucho a Kirinmaru.
—Te contaré, resulta que un hombre con más poder que los Bristol se enamoró de ti, y pidió tu mano para casarse, ¿No es eso fantástico?. — la señora Takashi parecía flotar en una nube de solo recordar que su futuro "yerno", prometió pagar todas sus deudas a cambio de la mano de su hija.
—¿Perdón?. —preguntó Rin con sorpresa.
—Que nuestros problemas financieros se acabaron. —dijo con simpleza su madre, y Rin sintió una punzada en el corazón, si el compromiso con Bristol la hacía sentir como una propiedad, su nuevo compromiso con ese "hombre poderoso", la hacía sentir como una callejera.
—¿Soy un objeto que intercambian por dinero?. —cuestiono indignada la castaña.
—Por favor no empieces con tus dramas, no puedes estar feliz por esto y ya... Claro, a ti te gustan pobres, ladrones y fracasados se me había olvidado. —dijo su madre con coraje.
Rin solo apretó los labios, sea como sea era su madre quien estaba enfrente de ella.
Ella entendía que su madre no era mala, su único crimen era ser una persona demasiado superficial y ambiciosa.
—Mamá no quiero casarme con un desconocido. —suplico Rin.
—Mi amor, es un desconocido millonario, tal vez en unos años se harte de esto y se divorcien mientras tanto tú podrás sacarle todo el dinero que puedas. —la mujer le decía eso mientras le acariciaba la mejilla a la castaña.
—Me gustaría casarme por amor y no por dinero. — dijo la castaña y su madre soltó una pequeña carcajada.
—Te amo, Rin, pero este es el mundo real... Dónde el amor no te da los lujos a los que estás acostumbrada, el amor no le paga a las personas del servicio, el amor no te compra joyas costosas.
Sé realista hija. Y piensa en tu padre, estamos en la bancarrota y por los motivos que sean ese hombre vino a ser nuestra tabla de salvación. Además no te está pidiendo como su amante, ese hombre te quiere hacer su "esposa".
Rin suspiró y entendió hasta cierto punto lo que su madre le explicaba.
Y pensó en todo lo que su padre había sacrificado por ella, todo el amor incondicional que él le había dado y se dijo a sí misma que quizás aquel hombre sería alguien bueno.
Después de un rato más de plática la señora Takashi se retiró del lugar.
Ayame solo atinó a abrazar a su mejor amiga y le contó la historia de sus padres, de cómo sus padres también se casaron por un acuerdo, pero después de algún tiempo lograron enamorarse y ahora eran muy felices.
Rin meditó eso y quizás eso le llegará a pasar, o como dijo su madre ese hombre se cansaría de ella y le daría su libertad.
Los días fueron pasando, nadie tocaba el tema sobre el nuevo prometido de la castaña, Rin podía notar a su padre bastante estresado y silencioso.
Hasta que un día en el comedor decidió romper el silencio.
—Hija, al parecer el señor Handhaben no puede viajar a este país por cuestiones laborales, me ha pedido que todo se haga en su país natal, Alemania— explicó el señor Takashi, pero más que parecer que hablaba de una boda, parecía hablar de un intercambio de rehenes.
—Bien. —Rin parecía procesar la idea que en menos de un mes no solo se iría de su casa, sino también de su país, inevitablemente unas lágrimas asomaron sus ojos.
—Perdóname. —El señor Takashi, parecía sentir el dolor de su hija a través de esas lágrimas.
— Dejen de ser ridículos. —La señora Takashi habló en tono de burla.
—Papá estoy bien, solo sé que los extrañaré mucho, además el señor Handhaben nos ha ayudado mucho. Él es un buen hombre — contestó Rin, tratando de sonar tranquila.
—Entonces convéncelo de que nos compré una casa allá si tanto nos vas a extrañar y si tan bueno es.—dijo con simpleza la madre de Rin.
Rin rodó los ojos.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 34 Episodes
Comments
Eugenia Venegas Oyarzo
esa Vieja vive y respira sólo pora el dinero 💵 😤
2023-02-19
0