Una semana después...
- ¿Estás libre hoy para una salida de hombres? – la voz de Diego le llego a través de la puerta mientras se bañaba
- No puedo, voy a buscar a Laura del trabajo – grito para que lo oyera
- Debe ser muy buena en la cama para que te olvides de tus amigos – dijo riéndose
Gazz escuchó el comentario y las risas que la secundaron, y sintió la ofensa en ella, eran sus amigos, los conocía lo suficiente como para saber que no era un comentario con maldad, porque simplemente ellos no sabían lo que sentía por ella, no quiso decírselo a nadie, lo guardaba para él.
Ellos nunca lo habían visto comprometido con ninguna de sus parejas ocasionales, eran solo relaciones superficiales y exclusivamente sexuales, por lo tanto no podían saber lo que ellos tenían en realidad.
Ella lo hacía sentir distinto, se sentía acompañado, se sentía protegido, sonrió cuando ese pensamiento lo asaltó, ella era su protección contra el dolor que había sentido durante casi toda su vida.
La honestidad y la candidez de Laura, eran el antídoto a las mentiras y la malicia de su padre que necesitaba para seguir viviendo
Sabía que no era con malicia, pero era hora de marcarles el límite a sus amigos.
Se envolvió la toalla en la cintura y salió con el agua escurriéndose por su cuerpo. Diego estaba aún cerca de la puerta, riéndose de su broma, un poco más lejos estaban Fabián y Diego tratando inútilmente de contenerse.
- No se equivoquen amigos – dijo mirándoles uno a uno directamente a los ojos
- Huyyy – dijo Diego levantando las manos en rendición – era una broma…
- Lo sé… - dijo poniéndole una mano en el hombro – pero ella no se merece que la menosprecien, aunque sea solo una broma.
- ¿Te ha flechado tanto? – Fabián se acercó con paso dudoso
- No… - Gazz les brindo la sonrisa más radiante que habían visto en el – eso ni siquiera se parece a lo que me ha hecho…
Pablo palmeó la espalda de Fabián cuando pasó a su lado y golpeó con un coscorrón en la cabeza a Diego, mientras que miraba a Gazz y sonreía
- Me alegro amigo – lo abrazó aunque estuviera mojado y le susurró al oído – era hora que cayeras… - Diego y Fabián lo miraban sin entender a lo que se refería – se enamoró muchachos…
Por unos segundos quedaron todos atónitos, mirándose unos a otros alternativamente, luego la cara de sorpresa inicial fue reemplazada por espanto en Diego y burla en Fabián, para luego largarse a reír todos juntos.
Saltaron los tres sobre Gazz, dándole golpes, mientras le decían “traidor” “tonto” “estás muerto” y otros calificativos. Inútilmente Gazz trataba de zafarse de sus amigos… hasta que cayeron los cuatro riéndose exhaustos.
Aun así, Gazz evitó hablarles de Laura, ellos casi no la habían visto desde que habían comenzado a salir y esperaba que siguiera siendo así, aunque aún no pudiera establecer el motivo… no les mentía, pero tampoco les decía toda la verdad.
Esa noche salió más ansioso que nunca a buscarla, tal vez su amigo al exteriorizar su pensamiento le había hecho enfrentarse con sus sentimientos, estaba enamorado y con eso marcaba definitivamente la diferencia con su padre. Él no sería un patán porque jamás sería capaz de lastimar a la mujer que amaba, los genes traicioneros de su padre morirían con él.
Como cada noche la esperaba recostado contra su auto. La vio salir sonriendo, el cabello suelto revoloteaba con la fresca brisa, le daba la apariencia de una ninfa, su vestido sencillo se ceñía a sus piernas marcando sus muslos, estaba maquillada suavemente, pero nada de eso le llamaba tanto la atención como la mirada, nunca se terminaría de acostumbrar a la manera que tenía Laura de mirarlo…
- Hola… - dijo Laura deteniéndose a escasos centímetros de su cara
Gazz no contestó.
Su mirada se perdió y divagó entre sus ojos…, su pelo despeinado…, la leve curva de su rostro…, la perfecta línea de su boca entreabierta… la tersura de su cuello… la agitación de su pecho al respirar mientras la observaba…
Laura pudo sentir la intensidad de esa mirada, sintió que la deseaba en ese momento tanto como ella lo deseaba a él, y hasta ese momento no lo hubiera creído posible.
Gazz aún continuaba sin hablar, en realidad no lo podría haber hecho si lo hubiera querido hacer, se sentía expuesto y totalmente sumiso a ella, en realidad parecería que se asemejaba más a su madre que a su padre… solo que sabía que ella no lo lastimaría jamás.
El contraste entre la manera en que Laura lo veía y como él realmente se sentía no podía ser mayor. Los ojos negros afiebrados por el deseo no reflejaba ni la más mínima señal de la rendición absoluta de su alma.
Esa sensación de ser vulnerable, de pertenecer completamente a otra persona era terroríficamente placentera, el poder dejar en el otro la decisión final de lo que pasara tenía un cierto rasgo de locura, pero curiosamente nunca se había sentido más en sus cabales.
Se hizo consiente hasta del más mínimo detalle de su rostro, de sus ojos que sonreían pero se notaba que estaban temerosos, de sus mejillas sonrosadas ante esa mirada oscura y profunda, de su piel que se erizaba ante la brisa y el contraste de su propia respiración agitada.
Nunca había sentido nada parecido, nunca había necesitado tanto unirse a otra persona, algo lo quemaba por dentro, esa angustiosa sensación que en cualquier momento todo desaparecería y eso lo dejaba paralizado completamente.
Laura se abrazó a él y se arrebujo bajo esos brazos que tanto amaba, lo sintió temblar justo antes de que la estrechara fuertemente. Gazz bajo la cabeza hasta apoyarla en el hombro de Laura y respiro profundamente, respirar su perfume era enardecedor y se había vuelto totalmente necesario para seguir viviendo, el aroma de Laura era su adicción.
- ¿Estás bien…? – Laura apenas susurraba más alto que el ruido de la calle - ¿T e pasó algo?
- Si… - dijo Gazz mientras la separaba para que lo pudiera ver – me pasaste tú…
Laura sintió que las rodillas le fallaban y se rendían ante el peso de lo que sentía, Gazz la apretó más hacia su cuerpo, amaba la manera en que ella se amoldaba a su cuerpo, la languidez de la entrega seguía siendo cautivadora como al principio… como si nunca la tuviera tan cerca como necesitaba tenerla.
La giró suavemente, apoyándola contra el auto, colocó una de sus piernas entre las de Laura, para poder acercarse más, el tenerla contra el auto, le facilitaba liberar sus manos y poder acariciarla sin permitir que se alejara de él. Apoyó su frente en la de ella, no podía ver sus ojos por la escasa luz, pero sabía que lo estaba mirando, podía adivinar el brillo en ellos. Sus manos subieron lentamente desde sus caderas, palpando, sintiendo aún a través de la ropa, sus dedos avanzaban por centímetros, lentamente, se estrecharon en su cintura y subieron por sus costillas, la sentía respirar, la sentía moverse rítmicamente y estremecerse a medida que ascendía en su recorrido
Laura comenzó a acariciar sus brazos, que se tensaban y aflojaban a medida que los tocaba, lo sintió respirar profundamente, hasta pudo percibir como su propio aliento se escapaba para ingresar a él. Subió sus manos hasta su cuello y entrelazo sus dedos entre sus cabellos, lo acerco más a ella, lo sentía diferente, era difícil de explicar en qué radicaba la diferencia…
Sentía su erección y esa posición de sometimiento que la tenía contra el auto, pero nunca se había sentido más contenida que en ese momento.
Tal vez era su mutismo, no había pronunciado más que esas pocas palabras desde que había llegado, sin embargo su cuerpo decía mucho más para ella, tal vez había llegado el momento de la despedida.
Jamás la había mirado de una manera tan intensa, tampoco la había jamás acariciado de esa forma, haciéndola sentir completamente deseable, sin siquiera llegar a besarla.
Fue ella quien buscó sus labios, fue ella quien irremediablemente se perdió en su boca, mientras se sentía desaparecer… se volvía intangible para sí misma.
Gazz literalmente trató de devorarla, la necesidad de poseerla se imponía a cualquier otro pensamiento racional, la necesitaba… y hacía muchos años que se había convencido que no necesitaría a nadie para seguir con su vida, sin embargo, ahí estaba otra vez… necesitando a Laura simplemente para poder continuar respirando.
No hicieron falta las palabras, ambos a su manera creían que el otro había entendido lo que sucedía. Gazz se había enamorado… Y Laura se había resignado a perderlo…
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Comments
Graciela Peralta
que pasara ahora cuando él sé valla
2023-09-08
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