La besó…, sus labios se apoyaron en los de Laura lentamente y quedaron quietos esperando alguna reacción, reacción que se tradujo en un leve estremecimiento.
Leandro se acercó un poco más, aun no la tocaba en ningún lugar más que en los labios, comenzó a juguetear con sus labios, los humedeció levemente, los acaricio con la punta de la lengua hasta que estremecidos se abrieron para dejar que explorara su interior. Un gemido brotó del interior de Leandro y exigió más de ella, profundizo el beso hasta sentir que no había ningún tipo de resistencia por su parte.
La exploración indefectiblemente lo excitaba, quería parar, debía detenerse, pero su cerebro no daba la orden correcta y su cuerpo no estaba dispuesto a acatar ninguna orden que lo alejara de ella.
Debía ir despacio. No podía asustarla. Sin embargo fue él quien trastabillo hacia atrás cuando unas manos frías se entrelazaron en su cuello para atraer su boca y apoderarse de ella.
Su boca no era experta, no sabían besar como besaría una mujer experimentada, sin embargo lo hacían con tal pasión que arrasaba cualquier resquicio de cordura que aún le quedara.
- Para… para… - dijo Gazz separándola – debemos parar o te hare el amor aquí mismo…
Laura bajó la mirada avergonzada, Tazz sintió el cambio en su dueña e instintivamente se puso entre los dos y buscó la mano de ella para que le indicara lo que tenía que hacer. Laura la acarició, aun no le salía la voz, por lo que se limitó a tratar de recomponerse y concentrarse en el pelaje de Tazz.
Fueron segundos, pero Leandro quería que la mirara, no quería que ella sintiera que la estaba rechazando.
Lentamente tomo el mentón de Laura entre sus dedos índice y pulgar y le levanto el rostro hacia él. Laura no quería mirarlo, pero sabía que él quería hablarle, seguramente buscaría una excusa que pareciera sincera para decirle que él no era el hombre adecuado para ella.
Leandro no pensaba aprovecharse de la situación, le haría entender que no era el momento, ni el lugar adecuado, que no estaba preparado para la responsabilidad.
- Laura… - dijo sobre sus labios y su aliento la empapo – mírame… - suplicaba y antes que ella abriera los ojos, supo que no tendría la voluntad necesaria
Laura abrió los ojos aunque temía encontrarse con una mirada de lastima en esos exóticos ojos negros, pero cuando lo miró, no había ninguna pizca de lastima en esa mirada… podía ver calor… pasión… excitación… y extrañamente se sintió liquida por dentro, escuchaba sus propios latidos, sentía el aliento de Leandro sobre su rostro, su respiración se agitaba tanto como la suya e irremediablemente se perdió en esos abismos negros.
Nuevamente esa mirada de ensoñación en sus ojos, Leandro la miraba y no podía dejar de sentir que se enseñoreaba de esa mujer que lo hacía vibrar con solo mirarlo.
Ella le estaba entregando el poder de someterla y él quería hacerlo, quería que ella solo pudiera respirar cuando él la miraba…, quería que ella solo pudiera sentir cuando él la tocara…, quería que ella solo pudiera vivir cuando él le diera la posibilidad de hacerlo…, quería saborearla hasta que ya no tuviera buen sabor para nadie más… quería estropearla para los demás hombres y que ella tuviera que aceptarlo solo a él de ahora en adelante.
- ¿Quieres que te haga el amor…? – dijo con el corazón latiéndole fuertemente por el temor a que le dijera que no.
Laura no se sorprendió de su propuesta, tampoco se escandalizó por lo frontal de sus palabras, lo cierto era que tampoco le disgustaba, lo justo sería decir que ella lo deseaba tanto como él.
Nunca había tenido novio formal, casi la mitad de su vida había sido discapacitada y era la primera vez que eso le pesaba, pero a la vez, la ilusionaba, él sabía perfectamente todo sobre su sordera y no le importaba.
Si… era el hombre perfecto para entregarse despreocupadamente, para dejar atrás su virginidad, inclusive si no hubiera nada más que esa noche.
Leandro tomo su silencio como un indicio de negativa
- Perdóname… no debí decirte…
- Quiero que me hagas el amor – dijo cortándole y ruborizándose al extremo agrego – y me encantaría hacerte el amor a ti también…
No hizo falta continuar con las palabras, Leandro se percató de lo que ella trato de decirle, no quería su favor, quería compartir un momento juntos.
Leandro la tomo de la mano izquierda y ella lo soltó. Ante la mirada extrañada de Leandro le explico.
- Tazz está entrenada para caminar a mi izquierda, tienes que venir a mi derecha si no quieres caminar con ella entre los dos.
- No hay problema – la tomo de la mano derecha y sonriendo agrego - ¿se quedara en la habitación mientras…?
- No…, puedo dejarla afuera si te molesta – también se sonrió - pero te aviso que se quedará echada en la puerta
Continuaron caminando rumbo al departamento, ¿Qué le diría a sus amigos? ¿Cómo la presentaría? No quería que se llevaran una impresión que no correspondía, por verla acompañarlo a su habitación, pero era obvio que sabrían a que habían venido…
Laura se dio cuenta de las dudas que le traspasaban el semblante como si se tratara de una pantalla gigante.
- ¿Qué ocurre…? – dijo casi sin voz
- Mis amigos estarán allí… - no la miraba – no quería que ellos…
No sabía cómo continuar y dejo la oración inconclusa esperando que ella lo entendiera, pero Laura lo interpretó como que él no quería que sus amigos supieran que se acostaba con una sorda. En parte lo entendía… quien querría a alguien como ella, especialmente si ese alguien era prácticamente perfecto…
- No necesitan verme, te esperare en la puerta de atrás – dijo ofreciéndose la oportunidad de que el no decidiera que era una mala idea el estar juntos.
Eso era peor que decirles que escucharían música o cualquier otra excusa pueril. No podía hacerla entrar por la puerta trasera, ella no se merecía esconderse de nadie… y sus amigos tendrían que acostumbrarse porque a juzgar por lo que sentía, no sería la única vez que querría tenerla en su cama y en su casa.
- No será necesario – dijo besándola en la cabeza – seguro que estarán ocupados
“Ocupados para no ver entrar a la sorda…” ese pensamiento la asaltó a traición, sin embargo lo desechó rápidamente de su mente.
“Es tu momento de disfrutar de lo mejor que te ha pasado…” se dijo y sonrió. Cuando Leandro la acerco más hacia él y le beso la mano que llevaba agarrada, Laura supo que indefectiblemente no podría arrepentirse nunca de lo que estaba a punto de hacer.
Cuando ingresaron al departamento no había nadie, las luces estaban prendidas, pero parecía como si se hubieran ido apresurados.
- Aparentemente salieron – dijo Gazz sonriéndole y señalando hacia una puerta agrego – ¿segura que quieres…?
Laura solo asintió, a pesar que se sentía liberada y encendida por la pasión, tener la opción de elegir en un momento tan especial y determinante ,como el de perder su virginidad, le hacía también sentir que no habría marcha atrás nunca más. Un cierto temor se fue haciendo presente.
Leandro estiró de ella hacia la puerta y Laura supo que era el único lugar hacia donde quisiera ir, aun con esas ropas playeras, era el hombre más bello y sexy que había visto y quería hacerle el amor a ella… a ella.
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Updated 71 Episodes
Comments
Beatriz
Eso no es hacer el amor,es tener sexo con el primer aparecido como si su virginidad le estoebara
2023-10-11
4
Graciela Peralta
que pasara ahora con ella
2023-09-08
1
Maria Cerdán
Me encanta la narrativa,la fluidez de palabras y cómo expresa el sentir de los personajes hace que lo puedas sentir..EXCELENTE,un placer leerla,
2023-07-23
1