Cuando Leandro abrió la puerta, entró y encendió la luz, Laura se volvió a Tazz
- Tazz, quédate aquí – dijo señalando la puerta
Luego cerró la puerta y se volvió nerviosa a ver a Leandro. Se hallaba a menos de tres pasos de ella y la miraba intensamente
- ¿Estás nerviosa…? – Laura asintió sin dejar de mirarlo - ¿tienes miedo…?
Laura suspiró y se recostó en la puerta cerrada, lentamente negó con la cabeza
Leandro dio un paso hacia adelante y estiró sus manos para llamarla. Tenía que acercarse por ella misma, quería darle la oportunidad de decidir si seguía o se retractaba.
No necesitó esperar mucho, medio segundo después, Laura ya se encontraba entre sus brazos, pegada a su pecho y abrazándolo con temor.
Leandro notó la tensión de sus brazos y comenzó a acariciarle rítmicamente, por fin notó el color de su cabello, era castaño claro, lo llevaba suelto levemente ondulado, era curioso como recién en ese momento se había percatado de su color correcto.
Su aroma se desprendía levemente en cada movimiento de su mano, olía a lilas o a Fresia, dulce… suave… como ella. La sintió temblar y estremecerse cuando le recorría la base del cuello con su boca.
Ella se pegaba a su cuerpo, la podía sentir, se amoldaba perfectamente. Quería darle placer, quería cumplir con lo que le había propuesto, quería hacerle el amor y que disfrutara para que quisiera volver a estar con él cuando el deseo se apagara.
La separó lentamente mientras recorría con besos desde el cuello hasta la boca e hizo que lo mirara
- ¿Hay algo en especial que te guste hacer…? – la voz sonó ronca aun para sus propios oídos.
Laura no sabía lo que tenía que responder, nunca había hablado de sexo con nadie, tal vez porque nunca nadie se había interesado en ella antes que él.
Gazz pensó que no respondía por timidez, tal vez no había tenido muchos amantes… de repente sintió celos por esos hombres que estuvieron antes que él, habían tomado de ella… inocencia y él quería que ella fuera inocente para él, era la única manera de estropearla para los demás.
- ¿Cuántos hubo antes de mí…? – la pregunta murió entre los mechones de cabellos que Leandro desparramaba mientras lentamente le bajaba los breteles del vestido de verano que llevaba, comenzó a besarla ferozmente – dime… - continuaba besándola y hablando sobre sus labios – dime Laura… necesito saber…
Laura lo aparto suavemente para poder verle la boca
- ¿Qué necesitas saber…? – pregunto con la misma mirada de ensoñación con la que lo había conquistado en el restaurante y Leandro se avergonzó de inmiscuirse en su vida, decidió que ya no necesitaba saber cuántos habían estado porque ella lo miraba de una manera que lo hacían sentir el único.
- ¿Hace cuánto tiempo que no has hecho el amor? – cambio la pregunta avergonzado
No se percató que esperaba la respuesta sin respirar, el rostro de Laura primero se tensiono, luego se puso lívida y en tan solo segundos después, se ruborizó completamente, mientras intentaba esconder su rostro de la mirada de Leandro.
Esos segundos, fueron interminables para Gazz, cuando volvió a respirar y observaba como las mejillas de Laura se teñían de escarlata, la duda cruzo por su mente. Nuevamente, le levantó el rostro y la obligó a mirarlo para que pudiera leerle los labios.
- Laura… - contuvo la respiración - ¿has estado con algún hombre antes…?
- He tenido solo un novio… - dijo turbándose completamente
- Entonces has hecho el amor con él… - dijo sonriéndose para sí mismo, solamente uno…, competiría solo con un hombre del pasado.
Era la primera vez que le preocupaba que lo compararan y era ilógico, ya que de todas sus amantes, sin dudas ella sería la menos experimentada, aunque el haber tenido únicamente un hombre en su vida no necesariamente significaba que no había experimentado sexualmente todos los aspectos.
Curiosamente, los celos volvieron a aparecer. ¿Quién era ese hombre? ¿Sería reciente? Ni siquiera sabía si aún seguían juntos. Tal vez ella solo buscaba una aventura.
Desechó la absurda idea antes de completarla. Ella no era del tipo de mujer que lo engañaría descaradamente. Ella era del tipo enamoradiza y sumisa de su madre.
Era fácil comportarse como el patán de su padre cuando el ofrecimiento de sumisión era tan tentador, en parte llegaba a comprender a Mauricio, era el tipo de poder sobre otra persona que corrompe hasta la propia alma y era fantástico sentirse poderoso sobre Laura.
Una punzada de dolor cruzo por su mente. ¿Cómo podía ser tan ruin como para justificar a su padre con el único objetivo de darse la excusa de comportarse igual que él?
Mientras que el remordimiento lo sensibilizaba, se percató de la lenta negativa que Laura hacía con su cabeza.
Ella estaba negando y Gazz buscó desesperadamente en su mente si le había hecho alguna otra pregunta, alguna de las que lo habían atormentado los últimos segundos.
Decía que no… y volvía a aparecer su mirada de ensoñación… decía que no y su rostro sonrojado se alzó estoicamente hacia él.
Decía que no… y Gazz se sintió mareado de pronto.
No podía hacerle eso. No podía aprovecharse de ella, aunque sería lo más difícil que habría hecho hasta ese momento.
- ¿Soy el primero…? – dijo mientras la miraba a los ojos, tan cerca que sentía el estremecimiento en la piel de Laura mientras le leía los labios.
- Si… - la voz de Laura apenas se escuchaba, eran tan fuertes los latidos de su corazón que opacaba cualquier otro sonido.
Gazz la abrazó y dejó que su corazón y su respiración se ralentizaran, disfrutó de olerla tan dulce, de sentirla tan cerca de su cuerpo, de saberla tan suya en ese momento.
Ella había tomado la decisión, pero él no le había ofrecido ninguna alternativa válida. Él sabía que le gustaba, podía darse cuenta por la manera en que lo miraba que lo estaba deseando en ese mismo momento, pero una mujer como ella merecía más que pasar por un momento de pasión, merecía hacer el amor con toda la acepción de la frase.
Tal vez no estaba siendo noble, simplemente en cierta manera solo era egoísta su postura, porque necesitaba que ella lo quisiera además de desearlo.
Sabía que sería un error profundizar esa relación, pero no terminaba de verla como la mujer vulnerable que creía haber visto al principio y como debería ser por su discapacidad.
En cambio, esa mujer ni siquiera había parpadeado cuando le propuso hacer el amor y eso… no podía describirlo con claridad en su mente, pero eso le estimulaba su masculinidad como nunca antes lo habían hecho.
La separó lo suficiente para que ella pudiera ver su boca.
- ¿Tienes hambre…? – dijo sonriéndole.
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Updated 71 Episodes
Comments
Ana Navarro
Que intensos
2024-01-02
3
Graciela Peralta
que bueno que se pone esto cada capítulo mejor
2023-09-08
3