Ante el repentino hermetismo de Laura, Leandro pensó que se debía a que él se negaba a hablar de su vida, así que lo reconsidero. Por ella estaría dispuesto a reconsiderar cada aspecto de su vida. Ella era el tipo de mujer por la que valía la pena traer todos esos amargos recuerdos que tanto trataba de olvidar.
- Perdí a mi madre cuando era bastante chico, era muy unido a ella – dijo mientras acariciaba distraídamente los dedos de Laura – nunca me he llevado bien con mi padre, tiene la culpa de todo lo malo que nos pasó – dijo con pesar – mi abuelo ocupo el lugar de la figura paterna…
- ¿Qué fue lo malo que hizo tu padre? – la voz de Laura reflejaba preocupación
- Maltrató a mi madre… nunca se ocupó de mi… se apoderó de la empresa de mi madre… en fin… lo de todo patán – dijo con una sonrisa de resignación – aparentemente los patanes siguen un libro de guía, porque todos son iguales.
- ¿Cómo se apoderó de la empresa?
- Bueno, para ser sincero… no se apoderó tal cual – Laura lo miró sin entender – tenía tan enredada a mi madre que hizo que ella se lo dejara todo.
- ¿Y a ti no te dejó nada…? – estaba asombrada
- Bueno… - dijo avergonzado – en realidad se lo dejó a él hasta que yo cumpla los 25 años, ese día tendrá que devolverme la empresa
- Entonces es algo así como un albacea… - era más una reflexión que un comentario - ¿Cómo dices que la maltrataba…?
- Primero ignorándola, luego fueron maltratos verbales y el fin fue cuando pasaron a ser golpes reales – los ojos se le nublaron, pero no ocultó la mirada de Laura
- ¿El la mató? – estaba totalmente espantada
- Como si lo hubiera hecho… - la bronca retornaba después de tantos años – se suicidó poco tiempo después…
- ¿Y no modificó su testamento luego de separarse de tu padre? – la duda era como un aguijonazo en la memoria de Leandro.
- Si… lo hizo – sonrió tristemente – se lo dejó todo a él…
No tenía sentido para Laura, o esa mujer estaba completamente loca y no se dio cuenta que estaba obligando a su hijo a estar con un padre violento o su intención era que el padre de Leandro estuviera vinculado de alguna manera a la empresa, pero ¿Por qué?
- O tal vez quería retenerlo… ¿nunca lo pensaste…? – dijo acariciándole el rostro que se había demudado por el dolor – tal vez quería obligarlo a cuidar de ti y de tu herencia… - la duda cruzó su semblante y continuo – pero… ¿Por qué obligarle a cuidarte si era un patán y un golpeador…? ¿nunca te había dicho nada al respecto?
- No…, nunca lo acuso de nada, ni siquiera de los golpes… pero yo vi las marcas… - cerró los ojos fuertemente tratando de borrar las imágenes de su cabeza – desde el día que nos fuimos hasta el día que la encontré muerta, la tristeza la consumió completamente, ni siquiera trató de fingir conmigo…
- ¿Qué te dijo tu padre sobre todo eso…?
- Nunca lo hemos hablado… - aún tenía los ojos cerrados – volvimos a hablar de ella hace unos pocos días atrás, cuando me mandó un auto y una carta que me dejó mamá.
- ¿Qué decía en la carta?
- Que era un regalo de ellos dos… - abrió los ojos y las lágrimas comenzaron a deslizarse una tras otra por las mejilla – que esperaba que le hubiera perdonado por… - no pudo completar la frase y Laura asintió dándole a entender que lo comprendía - y que hiciera las paces con papá…
- ¿Tanto así lo quería…?
- Lo adoraba y él se aprovechó hasta el último segundo de esa adoración – suspiro largamente - ¿puedes creer que existan mujeres que sean capaces de someterse a ese extremo por un hombre…?
- Si… estoy segura que existen…
Podía entenderla perfectamente… ella misma estaba dispuesta a rebajarse a ser solo una despedida de soltero para él…
Tomó el rostro de Leandro entre sus manos y comenzó a darle pequeños besos, apenas roces de sus labios, le besaba el contorno de los ojos, las líneas de dolor marcadas en su frente, las húmedas mejillas, la nariz, la línea de la mandíbula y lo continuó haciendo hasta que sintió que se aflojaba en sus manos.
Solo entonces, cuando el dolor se había reducido, lo beso en la boca. Jugueteó con sus labios que respondían a cada uno de los juegos, los acaricio con la lengua hasta que la pasión se apodero de ambos. El beso se profundizó y Leandro fue el que se hizo cargo, la besó como si quisiera adentrarse en ella, como si solo dentro de ella pudiera hacer desaparecer su dolor, como si quisiera apoderarse de cada rincón de su ser. La falta de aliento de ambos fue la única manera de separarlos y aun así, quedaron a milímetros, respirándose agitadamente, mirándose y reflejándose uno en el otro
Mientras que los ojos de Laura lo miraban con una inusitada intensidad, su mente la traiciono nuevamente, “Sin dudas podría entenderla…
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Comments
Graciela Peralta
que pasara ahora con ellos
2023-09-08
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