La Acompañante
Acababa de volver de la escuela,cuándo ví toda la ropa de mí hermana y la mía, en grandes cajas colocadas afuera de la casa donde vivíamos.
Al verlas desoladas en esa tarde de invierno, me descolgué la mochila de mí hombro en un suspiró de agobio.
Mi padre, un adicto al juego, no pagó nuevamente la renta, y ya debíamos más de tres meses, ésta semana había prometido pagarlo, seguro había despilfarrado lo que teníamos ahorrado, en la noche anterior que se fue de jerga. Al señor Manson ya se le hacía raro eso de que de que la pensión venía con retraso cada mes.
Por eso nos advirtió de que sí no pagamos éste, echaría nuestras cosas fuera de casa, y nos haría sacar con la policía.
Al verlas me dió tanta frustración que no dije, ni hice absolutamente nada, ya sabía lo que vendría, solo me senté junto a las cajas, mirando la neblina del mediodía cubrir los árboles de enfrente, no sabía cómo iba a tomarse la noticia del desalojó mi hermana, tenía que estar para ella en éste nuevo golpe de la vida.
Esperé a qué ella o mi padre regresarán y me pusé a pensar qué le diría, mí hermana había pasado por mucho estos años, y no se tomaría bien esta noticia. En esos minutos en los que esperé, el frío congeló mi nariz y mis mejillas se entumecieron.
Mis manos estaban tiesas, y ni de qué hablar de mis piernas, lo revelador del uniforme no ayudaba tampoco. Una pollera azul y unas medias del mismo color no servían para esta época del año,¿Pero qué podía hacer si eso era lo qué requería el uniforme?, mi ropa de invierno no estaba seca. Solo me quedaba no pensarlo demasiado. Asistía a una preparatoria privada dónde la calefacción venía incluida, en este momento la extrañaba .
Estudiaba en la preparatoria Hamilton, para niños ricos, mí promedio era de un 9 sobre 9 por eso se me permitió una beca en ese lugar, Estudiar era lo único que me entretenía.
Eso me ayudaba a huir de mi vida.
Mi padre vivía ebrio, mientras me ocupaba de mis obligaciones, cocinaba, limpiaba, y cuidaba de mi pequeña hermana, porque eso era lo que me había asignado mi madre antes de morir hace 3 años.
" Siempre he sido una buena hermana, una buena hija, y una buena estudiante,¡¿ Por qué me tienen que pasar estas cosas a mí?!" .
Me dije, apretando los puños mirando con despreció el paisaje. Estaba cansada de está situación, está era la tercera vez que nos desalojaban y siempre teníamos que vagabundear de un albergue a otro hasta que alguien nuevamente confiará en mi padre para rentarle una casa.
En lo que maldecía, una figura tambaleante se acercaba a mí costado.
— ¿H-He?, ¿P-Por qué están las cosas afuera ?.
Balbuceó, y al girar mi vista me di cuenta de quién era. Mis cejas se fruncieron al verlo, borracho como siempre por pasar la noche en apuestas con sus amigos, sosteniéndose como podía con una botella en la mano.
Su mirada no estaba puesta en mí, apenas si se había dado cuenta de mi presencia. Luego sus ojos rodaron hacía mí, al notar algo al costado. Se sorprendió al verme al fin ,y me sonrió.
— C-Camille…hija .— Dijo caminando hacia mí con esa sonrisa, queriendo ser amable cuando me notaba molesta— ¿ C-Com estás?, ¿ Te fué bien en la escuela?.
Al tenerlo de cerca su olor a alcohol y cigarros me revolvieron las tripas, tenía ganas de decir algo pero me sentía agotada de discutir con alguien qué no me escuchaba. Al ver a su costado, me perturbe, mi hermana se encontraba inmóvil, observando la situación. Era una bomba de tiempo a punto de estallar, me apresuré y fui por ella.
Cuando me acerqué, Becky soltó su mochila y me miró con incertidumbre:
— ¿No está volviendo a pasar verdad Camille ?.
Sus ojos color miel se pusieron tristes, en el fondo tenía una pequeña esperanza de que no le arrebataran un hogar nuevamente, ya no quería estar vagando de un lado a otro sin estabilidad.
Intenté abrazarla pero ella me apartó, comprendía lo que estaba ocurriendo.
—¡No!— Gritó con los ojos llenos de lágrimas,, y empezó a elevar más la voz — ¡ No !, ¡ Dijiste que ésto no volvería a ocurrir!, ¡ Lo prometiste Camille ! —Exclamaba, llamando la atención de los vecinos que estaban afuera de sus casas. Al encontrarme con sus miradas juzgatorias, fije la mirada en Becky y la acaricié en los brazos en un intento por tranquilizarla.
— Cariño…— la tomé de los hombros e hice que me mirará, colocando una mano en su mejilla— mírame— le susurré a lo bajo, mi padre mientras tanto solo se quedaba mirando la situación confundido, como sí no se diera cuenta que todo esto era por su culpa.—ésto pasará pronto, se qué es difícil para tí, créeme que sé cuan difícil es — Decía eso aguantando la angustia en mi garganta mientras la miraba con lástima — pero lo importante es qué estemos juntas.
Al terminar de hablar, después de segundos, Becky con unos gestos añiñados de enojo, pareció entender lo que intentaba decirle y bajó la cabeza impotente ante los cambios repentinos que venían en su corta vida.
Intenté abrazarla una vez mas, y ella inerte permitió el contacto sin resistencia. Luego de qué estuviese más tranquila me la llevé a mi lado, dudé si regresar al lado de mi padre, pero cuándo ví una la camioneta de la policía, me distancié y la coloque detrás mío.
Al orillarse la camioneta del 911, bajó el señor Manson por la parte de atrás y otros dos policías salieron junto a él por la parte de enfrente.
— ¡Vete de aquí Robert, o te haré arrestar con los oficiales!.
Advirtió y mi padre no se lo tomó a bien.
— ¡ Creí que éramos amigos Manson!,¿No te pinté la cocina y te arregle las tejas viejas del techo ?.
— ¡Eso no cuenta como un pago!, ¡ Quiero que te largues de aquí!.
Presenciando la vergüenza que nuestro padre nos estaba ocasionando, Becky empezó a ponerse ansiosa ocultando su rostro a un costado mío. Yo la rodeé con un brazo acariciando su cabeza en lo que discutían mi padre y el dueño de nuesta casa.
—¡ Vete Robert!, o de lo contrario serás arrestado por estos dos oficiales.
Advirtió una vez más, y el coraje de papá empezaba a aumentar.
— ¡ Vienes con la policía para asustarme, llamando la atención de los vecinos ! ¡ ¿Quieres intimidarme con eso para que me vaya sin hacer escándalo?!, ¡ E-res un maldito cobarde!.
Le gritó enfadado, acercándose tambaleante hacia ellos.
Los oficiales se pusieron en alerta poniendo sus manos en sus armas, el señor Manson le dio una última advertencia.
— Tu decides Robert, si intentas agredirme estos oficiales te arrestaran enfrente de tus hijas, te llevarán a la cárcel y a ellas las separarán.
Mi padre se detuvo pensando en lo que decía, teniendo un momento de lucidez.
— Piénsalo.
Dijo el señor Manson y nuestro padre nos miró, suspiró y después de unos tensos momentos, se dio la vuelta, fue hasta la puerta de nuestra casa y tomó una caja.
— Niñas, — giró la cabeza hacía nosotras — Vengan, y levanten cada una sus cosas…
Todos los presentes parecían aliviados, mi hermana pequeña aflojó su tenso cuerpo, ya no se sentía el peligro y en contra de mis deseos de obedecer, era mejor que lo hiciera. Caminé lentamente hasta allá llevando a Becky a mi lado, la solté al llegar y tomé dos cajas pequeñas que me correspondían, no tenía muchas cosas, más que los libros de la escuela y dos mudas de ropa, mi hermana tenía lo que yo había dejado al crecer, así que sus cosas fueron una caja mediana y una bolsa con 2 pares de zapatos.
Mi padre llevó 2 cajas más por sobre la que tenía y fue el primero en bajar los pequeños escalones que estaban en la entrada. Miró al señor Manson una vez más,aguantando el querer maldecir, y después pasó a su lado, dejando una leve tensión entre ambos hombres.
El señor Manson era un hombre honrado, pero él no dejaría pasar por alto las deudas de mi padre. Además de que los vecinos se han quejado de él por varios días. Llegaba tarde por las noches y nos dejaba solas a mí y a mi hermana. Por suerte nadie lo ha denunciado o mi mayor miedo se cumpliría, terminar en un hogar sustituto.
Al irnos, no me había percatado de que los ojos verdes de Lourice, una ex compañera de preparatoria, me observaban con asombro desde lejos.
Luego de caminar 6 manzanas hacía el éste, hicimos una pequeña parada para descansar, en un parque que encontramos por casualidad . Nos sentamos los 3 en una banca, yo al lado de Becky y mi padre al lado mío.
Ninguno de nosotros decía algo, permanecimos en silencio mientras en lo que nuestro padre pensaba en qué hacer. Ambas sentíamos que venía ahora la peor parte de nuestras vidas, vagar sin rumbo en albergues transitorios, cuidándonos de no ser vistas por asistentes sociales, y faltar a la escuela por unos días.
Mi padre se cubrió el rostro y entristeció, no se atrevia mirarnos, dándose cuenta de algo y mientras observaba las botellas de alcohol en una de sus cajas dijo:
— Camille, hija, tendrán que seguir solas…
Mis ojos lo miraron dudosos, no creía lo que estaba escuchando. Mi padre quería abandonarnos.
— No puedo hacer nada por ustedes, no les conviene sufrir a mi lado cuando sucede ésto. — Añadió y se levantó de nuestro lado dándonos la espalda.— Eres muy inteligente Camille podrás con ésto…— fue lo último que dijo caminando lejos nuestro.
Atónita, lo observé irse sin poder reaccionar.
Cuándo Becky se angustió y quiso ir tras él, fue cuando reaccioné, entendiendo que era mejor de esta forma . La retuve y no la deje ir tras él, él nos había fallado por muchos años, ahora nos quedaba cuidarnos.
" Camille" dijo entre lágrimas y se aferró a mí, aceptando mi imposición. Confiando en lo que yo creía mejor para ambas.
La abracé con fuerza y al pensar en que ahora seríamos las dos de ahora en más, solté una lágrima que se las terminó llevando el viento helado del crudo invierno.
~•••
Acurruqué a mi hermana en mis brazos, para que no sintiera el frío, yo también lo sentía, mis piernas al descubierto dolían por esa razón, pero lo importante para mí, es qué Becky estuviese bien .
— Camille, ¿ Qué haremos ahora ?.
Me dijo con sus ojitos miel pesanumbrados.
— No lo sé, pero ya se me ocurrirá algo. —Le respondí
— Camille…
Dijo una voz conocida.
Levanté mi vista y ahí estaba Lourice con un abrigo verde largo hasta las rodillas, junto con un gorro y unas botas para el frió. Me asombré al reconocerla.
—¿Lourice?… ¿Que haces aquí?.
Le pregunté confundida, no sabía que vivía por la zona.
Ella se mostró apenada, escondiendo sus manos con guantes en los bolsillos — Pasaba por aquí, … tenía cosas que comprar — Bajó la vista con lástima — Camille… — dijo en una pausa volviendo lla vista hacía mí—Supe lo que sucedió con tu padre.
Yo evite decir algo y ella continuó hablando.
— Mi casa está a unas calles de aquí, ¿ Quieres venir?.
Mi mente dudó, pero Becky empezó a toser, sin poder pensarlo mejor acepté sin saber que esa sería una de las peores decisiones de mi vida.
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Comments
Lorena Angulo
pobre niñas 😭😢
2022-11-23
4
Adicta Novel Toom
pobre 😞 con solo pensar en el título de la novela ya me da escalofríos!!!
2022-11-02
1
Heerlani
Está interesante
2022-08-09
6