Negociante.

El lumbral de lo desconocido lo había traspasado con un tacón, y ahora atravesaria un mundo desconocido. Mí silueta aparecía entre una gran oscuridad y un humo de avano que inundaba todo el sitio.

Cuando entre este espacio era más grande de lo que pensé, era como todo un Penhouse dentro, con varios hombres alrededor de una mesa de Masomenos 5 metros de longitud y 2 metros de ancho, tenía toda una sala de reuniones en lo que parecía una recámara cualquiera. Al ver ésta me choqué con la mirada seria de varios hombres de traje oscuro, todos tenían cartas en las manos, y algunos avanos en sus labios, por lo que veía estaban jugando cartas en lo que hablaban de temas importantes.

Ninguno tenía mujeres consigo, por lo que yo era la única atracción del lugar. A muchos le gustó la vista que tenían en frente, caperucita llamaba la atención de los hombres lobo con su canasta de viandas de carne, dibujando una mueca traviesa en sus rostros, algo que me hizo ponerme más incómoda.

Pero pronto el Señor Maquiavélo agarró mí cintura al presenciar la mirada de sus socios, pegandome a su pecho, como si marcará territorio, para que no se atrevieran a tocar la mujer que no era de ellos.

— ¿ Se están divirtiendo?.— Saludó, en lo que yo me molestaba por su agarré.

" Si fuera otra la situación, hace tiempo le habría pegado en los bajos ". Pensé, para nada contenta de ser tratada como de esa forma. No era alguien que presumir, ni su pequeña esclava sexual.

Pero tuve que tragarme mí fastidio, debía comportarme frente a éstos hombres peligrosos. Una vez sentados uno de ellos habló.

— Te estábamos esperando André, ¿ Con que ella es tu nueva perra?. — Preguntó uno y a mí me tembló una cena por la definición en la que me puso.

" Si fuera en mí preparatoria y éste un idiota de segundo año, le partiría la nariz".

— Hace tiempo que no te veo una. ¿ Estás seguro de tenerla aquí ?. No vaya a ser que robé el arma de alguien y intenté volartela amigo. — Dijo sarcástico el tipo que solo tenía un abano y tres cartas en las manos, provocando unas cuantas risas en los demás.

💢💢💢

" Pero qué fastidio" ...

Parece que Maquiavélo les contó todo sobre aquel día, éste debía ser su grupito de " Amigos/socios" con quien tenía que lidiar por las próximas horas.

Sin poder contener mi molestia, tuve ganas de responder ...

— Si tuviese la oportunidad de hacerlo, al primero que se la volaría sería a usted. — le dije con una sonrisa burlona llena de fastidió.

Ésto hizo reír con fuerza a todos los hombres del lugar, mientras que Maquiavélo solo permanencia con una leve gesto en sus labios de interés, atento, apoyándose a gusto para observarme bien de cerca.

Su socio no se lo tomó a bien, su cara se volvió seria por la presión de las burlas a su alrededor. " Maldita zo***", oí que murmuró entre dientes, mientras me miraba fijamente a los ojos.

— Bien, ¿ Que les parece sí empezamos un nuevo juego?. — Sugerio Maquiavélo queríendo apaciguar las aguas.

Todos aceptaron y entregaron las cartas de sus manos.

" Esta vez espero que me toque una buena mano ".

Dijo uno, y los otros reían. Reían bastante para ser hombres peligrosos, tratando temas importantes.

— ¿ Sabes jugar?. — Me preguntó y en éso una persona a su servicio repartía las cartas.

— Sí, pero, no creo que sea lo ade—

— Ten jugarás está partida por mí. — me interrumpió dándome las cartas que le habían tocado.

—¿ Qué?.— dije desconcertada, si lo hacía perder el dinero estaría en grandes problemas.

—¿ Empezamos André?.

— Por supuesto,— Respondió estirando su brazo hasta tomarme el hombro derecho amistoso— mí querida Camille jugará está partida por mí.

" Ésto va ser muy fácil".

" Ve preparando el dinero".

Mí mente quedó pasmada, pocas veces jugué al póker, y solo era cuando mí padre me obligaba a hacerlo si se encontraba perdiendo, a los 7 o 8 años de edad.

Aterrorizada, no me di cuenta de que maquiavélo se inclinó hacia mí, y me dió un pequeño beso en la frente, tomándome por sorpresa. Mí mente volvió a la tierra con aquello pero aún así seguía tensa, su beso en la frente solo me había provocado un rubor en las mejillas.

— No me defraudes...— susurró con una encantadora sonrisa.

" Idiota, ahora estoy alterada".

Rebusne, reconociendo que el tenía ese poder, intentado concentrarme en las cartas que me tocaron.

Solo tenía un par de 7, los demás eran desiguales.

Todos apostaron inicial 2 fichas sin decir de cuánto se trataba, a lo que yo iguale sin entender nada. ¿ Por cuánto dinero jugarían ?. ¿ y que estaban apostando?.

En mí cuerpo había una intensa ola de sensaciones avasallantes, desde el pánico, hasta adrenalina por la emoción a lo desconocido, me gustaban los desafíos, aunque odiaba los juegos de azar por el vicio de mí padre.

El que siguió después de mí, abandonó mostrando sus cartas, al ver qué no le convenía " Una vez más me tocó impares".

¿ Por qué abandonaba tan pronto?. Me dije, se le notaba que no quería perder demasiado.

Empezaba el descarte en lo que subía la apuesta, dos se retiraron, cuando ya no se podía levantar más cartas, después de ver la mirada del idiota que venía después de mí, supe que tenía una mano mayor, así que también entregué dos y otras dos, bajo la mirada atenta del señor Maquiavélo.

El veía mis cartas parecía saber hacía dónde me dirigía.

El juego se baso en básicamente mirar su cara de ganador, el arrogante que me llamó pe***, tenía parecía creer ganarme.

— Dime, Gregory, ¿Por qué las ventas del negocio de Florida, desciende por debajo de los 100 millones ?.

Cuestionó Maquiavélo al idiota que tenía enfrente, solo quedábamos los dos en la fase final.

El idiota tiro sus dos pareces de 4 y 6 muy seguro de haber ganado.

— Averiguaron que los registros de ganancias mostraba incoherencias así que tuve que gastar más en cubrir los huecos que podrían delatarnos mí Señor André. — Respondió.

— ¿ Y dónde está ese dinero recaudado ?, hubo un movimiento de cuentas sin mí conocimiento. — replicó Maquiavélo.

— Lo sé, es que el FBI, estaba presionandome y ..

Yo tiré mí mano, un 5 y un 8 de corazones formando la mano más alta.

" Flor corrida de 4 y 8 gana la señorita Camille ".

Dijo el repartidor, y la cara de el sujeto se puso pálida como la misma nieve.

— ¿ No había ningún investigación tras de ti, verdad Gregory?.

— Yo, yo..

El hombre no podía formar bien sus palabras, había sido atrapado en sus mentiras, había perdido todo, frente a mí, y al ver cómo gozaba por mí victoria en mí rostro. No lo soporto, sentía mucha irá, y lo último que quería hacer era borrarla de mí rostro, ya no tenía nada más que perder, tomó su arma y en lo que la subía hacia mí gritó.

— ¡ Maldita perra!.

Mis ojos se abrieron en sorpresa levantándome de mí asiento, pero antes de que me pudiese disparar Maquiavélo ejerció el tiró antes que él, desde su cómodo lugar. Todos quedaron asombrados y yo en shock, al ver el cuerpo del tipo sobre las fichas que acababa de ganar.

Acababa de presenciar un asesinato...

La sangre se me helaba, y el terror de apoderaba de mí cuerpo, ese tipo estaba por asesinarme, me quedé congelada con una expresión de espanto delante de él cuerpo, que se desangraba de a poco frente a mí.

— Llevense está escoria de aquí. — ordenó Maquiavélo guardando su arma en su lugar.

Cuando el cuerpo fue retirado, el prendió un avano, y continuaron las apuestas con una nueva mesa y otra baraja .

Yo seguía sin cambiar de expresión, atónita por lo que había presenciado. El se rió y acarició mí mentón.

— Tranquila esta vez no te pediré jugar.

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