8.

Madam Rousette tenía razón, ya no había vuelta atrás...

Me metí en arenas movedizas llenas de fechorías de las que no tenía idea, y ahora ya tenía el pie hasta el fondo.

Jerry me advirtió que no me convenía salirme, podría ser perseguida por ver los rostros de los caballeros que ví ésta noche.

Después de estas advertencias que me dió, dijo para tranquilizarme algo muy peculiar "No te preocupes no llegarás a ser su buddie".

" ¿ Una buddie?"

Cuestionó mí mente. Tenía entendído que eso era como una mejor amiga.

Pero, que será lo que significaba para ellos esta palabra.

— Mañana sera el ritual de iniciación, se dan a conocer las nuevas miembros y los señores que las acompañan, recuerda venir a esta misma hora — Me dijo Jerry con una sonrisa luego arqueó las cejas en desagrado — y Por el amor de Dios lleva algo presentable ... Cam... Camí — Me miró confundido, no recordaba mí nombre.

— Camille — Le corregi molesta, y procedí a preguntarle lo que tanto quería saber.

— Disculpé, ¿ Qué es una buddie?.

El sonrió como si mí ignorancia le conmoviera— Mañana te lo explicarán todo, en tu fiesta de iniciación.— y sin decir más me dejó con la misma duda.

Definitivamente, tendría que venir mañana para saber en qué me metí.

Me fui nuevamente sin nada en las manos, me pidieron que trajera un vestido pero, ¿ Cómo demonios traería uno, si no tenía ni un techo para vivir ?. Lo único que tenía era la mochila que deje un callejón sin salida, antes de venir hasta aquí.

Con suerte seguiría allí.

[ Ya en la noche ]

Me dormí en ese callejón sin salida, tapada de los diarios viejos que encontré en la basura. Me puse a pensar en mí hermana en lo que intentaba dormir, en la escuela a la que deje de asistir por todo este problema, en mis amigos que tenía a la hora del almuerzo y en eso también pensé por un momento en el chico que me gustaba, Dylan, y sonreí, el era un guapo chico de ojos verdes y cabellos amarillos como el sol, el me hacía sentir mariposas en el estómago, y estába segura que también se las provocaba, pero pronto la sonrisa en mí rostro se fue al escuchar el sonido de mí estómago, ahora mí panza ya no tenía mariposas y sonaba de hambre, ciertamente no había comido algo desde que salí del hospital.

En lo que el frío me golpeaba con fuerza, pensé en mamá y en las cálidas cobijas que me arropaba de pequeña por las noches, nunca me detuve a reflexionar en lo mucho que la extrañaba hasta hoy, que el frío y la necesidad me torturaban, sabía que a ella no le hubiese gustado vernos así a Becky y a mí.

La culpa, pronto llenó mis ojos de lágrimas, sentía que de alguna forma le fallé. Ella desearía que estuvieramos juntas, estudiando, durmiendo en una cama caliente y con el estómago lleno. Pero sobre todo de éso, que estuviésemos...

Juntas...

No pude cumplir algo tan simple como éso.

Cuando cerré mis ojos, alguien me despertó y al ver de quién se trataba el llanto que lanzaría se retrasó. Lourice estaba frente a mí .

— Camille....— Dijo agitada, al verla de ese modo entendí que me había buscado hace tiempo y me sorprendí, creí que ella estaba de acuerdo con echarme y que no quería verme otra vez.

— ¿ Lourice?, que haces ...

Ella me abrazó de improvisto y empezó a llorar en mí hombro, se la sentía abatida, cómo si hubiese estado muy angustiada por mí.

— Lo siento— Me susurro al hombro —Estaba muy preocupada por tí, Vicky te sacó sin avisarme nada. Te juro que no lo sabía — Se disculpó y luego se separó de mí, observando como las lágrimas caían de sus hermosos ojos celestes.

— Vamos regresa, no puedes dormir aquí.

Su gran corazón me conmovía pero no me sentía merecedora de su compasión.

— No — Le dije bajando la mirada — Tu hermana no me dejará entrar, y no pienso regresar a vivir junto a ella.

— ¡Mí hermana se fue!, estará en un viaje de negocios hasta finalizar el mes. —Me juró, insistiendo, quería a toda costa sacarme de ahí.

" Por favor "

Me rogó, y al oir el tono de su voz entendí que su angustia era sincera.

Por lo que acepté ir, al menos para que se tranquilizara, era mejor que quedarse a la intérperie.

Le comenté como fue en el lugar que mandó, pidiendo explicaciones y ella se alegro por mí mientras que yo quería asesinarla por no haberme dicho que me podían comprar, le reclamé que me metió un lío mucho peor del que estaba lidiando y ella solo procedió a bajar la mirada en modo ingenuo, como un cachorro triste, su manipulación funcionó y cambiando de humor, mencionandole que un tal " Maquiavélo" me había comprado como su acompañante.

El rostro de Lourice cambió de uno alegré a uno extrañado, pensó unos segundos y dió un grito de felicidad qué me perturbó, luego procedió a sacudirme de la emoción felicitandome por mí buena suerte. Era evidente que aquel hombre era importante.

Por consiguiente, las preguntas de mí parte, empezarón a abrumarla. Quería saber a toda costa que significaba una buddie y qué es lo que se supone que era mí rol.

Ella muy dispuesta se acomodó y dijo :

— Una buddie, es un rango más alto y es algo más que solo un acompañante, pero solo se da, si el cliente cree que puedas ser su confidente. No es lo mismo que una acompañante de solo una cita. Por te lo advierto, no te iluciones — Me advirtió fijandome la mirada —,

Normalmente siempre se acuestan con las chicas que pagan, pero no llegan a ser un buddie, eso es un rango que de alcanza con el tiempo, he llegado a oir qué Maquiavélo y la Mádame son amantes hace mucho, y siempre vuelve a sus brazos después de cada muchachas.

Mis ojos se quedaron abiertos, mí cara se puso pálida, y mí cuerpo tieso. Lo que oí me dejó sin habla, no por qué este era el hombre de aquella mujer que daba escalofríos. Si no por qué según las palabras de Lourice ME ACOSTARíA CON ÉL.

Yo la tomé del pijama y la sacudí varias veces con rabia.

— ¡¡¡Me dijiste que eso no sucedería sin mí consentimiento !!!.

Le grité y ella quedó aturdida. Luego de sacudirla Lourice me miraba con nerviosismo.

— Camille, no te mentí normalmente es así — Se rasco la cabeza en un claro gesto de inseguridad — Pero cuando se trata de alguién tan importante como él señor Maquiavélo, no te queda otra que aceptar, si no quieres perder tu vida. Oí por ahí, que manda a matar a quienes se oponen a su voluntad— Me dijo con una media sonrisa incómoda — Es lo que tenemos que hacer .

Mí suerte no podía ser peor, no me bastaba con meterme en una agencia involucrada con mafiosos , ahora estaba en la mira de uno qué me querría en su cama y según éste parecía ser de los grandes.

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