Cita.

En lo que miraba las flores pensando en sus palabras Lourice bajaba de las escaleras con el pijama puesto.

—¿ Que es éso?.— Dijo agarrándome infraganti.

— Ouh, es un regalo de parte del señor Maquiavélo, dice que quiere volver a verme— Le respondí con una sonrisa y ella se sorprendió como al mismo tiempo que se alegraba por mí, pero pronto terminaría de acabar con su felicidad al mencionarle lo siguiente" lo que me parece extraño por que casi intentó matarlo con su propia " Dije en voz alta, sin cuidado de que lo decía frente a ella, no podía saberlo.Por qué podría hacerme un escándalo.

Al percatarme de haber abierto la boca, ya era demasiado tarde.

Era tal como suponía, se volvería loca, y me recriminaria por su mismo temor, desencajo el rostro abriendo los ojos de par en par.

— ¡¿ QUE HICISTE QUÉ?!. — Exclamó

— Y todavía me mandó flores. — añadí en una risa nerviosa. Realmente estaba enojada, no la reconocía de esa forma.

Me acerqué e intenté mostrarle los presentes como la caja con la nota y las flores rojas, para que se olvidará que por poco hago que nos maten a todas— Mira, mira ten— le decía, pero ella ignoró los regalos y me sacudió por haber sido impulsiva.

— ¿ QUIERES QUE NOS MATEN? — me preguntó y me hizo sentir culpable, Maquiavelo podía acabar con toda la organización de acompañantes y con todas sus Buddies, si sospechaba que yo era una espía, o algo parecido. Ellos no dejaban ni un cabo suelto.

Aunque me parecía extraño que ella se preocupara por eso, si no era una acompañante.

— Ejejejejej— reí nerviosa —Lo Lo lamento.....— me excusé, ella me soltó molesta por mí impertinencia, se quedó pensando y luego giró el rostro hacia mi confundida.

— ¿ Cómo es que quiere verte después de éso?. — Cuestionó y yo me encogí de hombros sin saber que responder, yo tampoco lo sabía. No tenía idea de por qué me dejó ir con vida, después de insultarlo en el rostro con eso de " No soy una mercancía soy un ser humano al igual que usted ".

Mientras tanto en otra parte...

Mádame Rousette trataba de concentrarse en los asuntos de sus próximas ventas, moviéndo el papelerio con legajos de sus modelos, que tenían un nombre, una foto y una inscripción de cada una de ellas , así como detalles médicos, familiares, antecedentes psiquiátricos, estatales y un sin fin más de información que completaba el registro de una acompañante.

Los archivaba y luego pasaba la información a sus clientes por vía internet, su página web, donde actualizaba el estado de sus adquisiciones, si estaban alquiladas por una noche, temporales o a largo plazo.

...Disfrazada de un blog de " frutas ", nadie sospechaba el transfondo de esa página. Rousette colocaba todo en clave, para que solo sus clientes pudieran entender, como la venta de frutas tropicales....

Las frutas amarillas eran acompañantes de origen asiático, las negras, como los higos y los cocos de origen afroamericano. Las naranjas latinos y las verdes del país. Solo las que eran rojas significaban que eran niñas.

Estás contenían un nombre cifrado como : Apple Granja Emiliano" <~~ éste era el nombre del acompañante, a veces lo ponían como distribuidora ... o más bien de la persona a quién vendían.

Cada vez que alguien compraba un acompañante, Rousette ponía sin stock cierta caja de fruta con un nombre en específico, hasta que estuviera disponible para volverla a comprar.

Después de colocar unas naranjas llamada Laura en sin stock, su asistente entró de improvisto.

— Mí señora, el señor Maquiavélo acaba de informarme que está noche saldrá con ella.— Miró incómoda a su jefa quien se frotaba la cien con malhumor— ¿ Qué Qué haremos?.

Mádame Rousette, se saco sus lentes de bordes negros y mientras se quedaba pensativa en la situación, paso una terminal de sus gafas por sus labios rojo sangre casi dándoles un mordisco en la punta — Quizás sólo quiere divertirse un poco más con ella. Cuándo llegue el momento la dejará e irá tras otra como hace siempre.

La asistente se desconcertó un poco por sus palabras, y en su pose tranquila y relajada cruzada de piernas en su pose habitual, no estaba así cuando lo supo la primera vez, pero si ella se veía calmada significaba que no importaba como creía.

Estaba por irse hasta que Rousette la detuvo con una órden.

" Encargarte de averiguar sus datos, familia, amigos y traerla para un examen médico, no podemos arriesgar la salud de nuestro preciado André si aquella mocosa contiene algún bicho."

La primera vez no le había importado pero ahora que creía que estaba teniendo relaciones con su hombre preferido tenía que asegurarse de que estuviera limpia.

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Llegando la noche, Lourice rebusnaba como un toro, estaba molesta conmigo, me obligó a ponerme un vestido más comprometedor mandándome a callar por mis errores, no pude objetar, ¿ A donde había sido la niña dulce y sensible que me acogió ?. Según ella, revelar más carne quizás apaciguaria a la vestía.

Me sentía bastante incómoda sobre todo con los tacones de 8 CM...no sé cómo Vicky podía salir de esta forma, seguíamos en invierno, me moría de frío. No estaba acostumbrada a vestirme así, aunque fuese muy común para las adolescentes de mí edad.

Llegando la noche, mí corazón latía con fuerza, ansioso por lo que podría depararle el destino. No me mandó a un punto de encuentro así que supuse que vendrían por mí a un cierta hora.

Esperé hasta las 22 PM, y un gran auto paso por mí, los vecinos no sospechaban nada, suponían que era una porrista amiga de las Dikerson" ( Apellido de Vicky y Lourice) con salidas de amigas, novios futbolistas y con mí mente pensando en " Disfrutar la vida ".

Mis emociones se encontraban cruzadas, por un lado estaba ansiosa, un poco con miedo por qué no entendía los motivos de éste hombre para querer verme nuevamente.

Se mostró amable al principio pero podría ser solo una fachada, esos hombres eran unos enfermos si compraban mujeres como productos en una tienda.

Tal vez busque venganza...

Sin duda la idea de que podría matarme de las maneras más sádicas posibles para vengarse de mí, me tenía inquieta, y temerosa.

El ambiente del auto no ayudaba tampoco, la camioneta con la que me recogió era inmensa, oscura por dentro y ningún hombre más que el chófer me acompañaba.

— D-Disculpé, ¿ Tiene alguna idea de hacía dónde vamos? .

Por supuesto que mi pregunta no fue contestada el chófer siquiera me miraba, solo ladeó un poco la cabeza al escucharme pero después siguió el recorrido cómo si nada.

De pronto entramos a un túnel oscuro, y mis nervios me hicieron tragar saliva, ¿ A donde me estaban llevando ?...

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