20.

Creí qué la mitad de los preocupaciones habrían desaparecido al mudarme a mí nueva estadía, pero en cuánto me terminé de instalar, un impacto en mí puerta interrumpió la paz momentánea que estaba teniendo, dándome un buen susto.

—¡¡ Señorita Camille!!. — Exclamaba una voz, en la entrada de mí departamento.

Un hombre de traje armado junto con varios otros, entraban sin permiso a mí vivienda, pisando lo que quedó de mí puerta luego de qué la derrumbaran, al ir a la entrada me petrifiqué al verlos. Pensé que venían a matarme, por estar involucrada con Maquiavélo.

Pero extrañamente bajaron las armas al reconocerme. No pude preguntar qué carajos sucedía era evidente que él miedo me paralizó por completo. Dejaron pasar al señor que venía tras ellos y en cuánto ví de quién se trataba todo éste escándalo puedo decir que me sentí mas aliviada.

Él se me acercó, acariciando mí mejilla cómo si fuese su mascota, con un rostro visiblemente preocupado.

— ¿ Esta bien?, ¿ Alguien te lastimó ?. — Preguntó observando todo a su alrededor como si buscará enemigos.

Él poco alivió que sentí al verlo de disipó al caer en lo que había hecho invadiendo mí privacidad cómo si no tuviera manos para tocar la puerta. Era consciente que no podía molestarme con un mafioso, pero no podía disimular mí molestía.

— ¿ Por qué tendría que estar mal?, no entiendo, ¿ Hacía falta destruir mí entrada?. — Le pregunté con las cejas fruncidas, tratando de ser lo más amable posible cuándo en otra situación se las diría en un gritó después ponerle las cosa en claro.

Maquiavélo me miró enfadado, no le gustó el tono en él que me dirigí a él. —¿ Me reclamas?, pensé que estabas en peligro. ¿ Qué te costaba avisar en donde te encontrarías?. — me decía a lo que yo repliqué.

— Estaba por pasarle mi nueva dirección a la chica que vivía conmigo en cuándo terminará de instalarme.— le dije entre dientes soportando con todas mis fuerzas él no ser yo, para no cavar mí propia tumba.

— ¿ Y por qué no te apresuraste?. Debiste hacerlo después de haber llegado aquí.— Reclamó sosteniendome del brazo con algo de impaciencia.

— No creí que sería tan pronto en que me necesitará otra vez — le respondí con las cejas fruncidas moviendo el brazo que me había agarrado.

— ¡La segunda vez que te requerí fue al día siguiente!— Alego debatiendo mí impertinencia.

En contra de mis deseos de contestarle sus palabras posesivas hicieron corto en mí cerebro, y no pude resistir las ganas de ponerlo en su lugar.

— Lo siento, para la próxima me aseguraré de adivinar sus pensamientos para saber cuándo se le ocurrirá verme otra vez. — Murmuré entre dientes y a él no le gustó mí sarcasmo.

Una simple discusión pareció volverse una pelea de pareja. Él no era mi padre, ni alguien sumamente importante para considerarse primordial.

Él bufo, soltando una pequeña risa en sus labios, formó una sonrisa en ellos y me miró de cerca tomándome de la quijada.

— No me hables de esa forma— Susurró irritandome— Qué no se te olvidé quién es tú dueño.

" Señor, ya nos tenemos que ir, recuerde su reunión con los Greco". Alertó uno de sus hombres. André me soltó sin dejar de sonreírme con arrogancia, caminó enfrente mío, llevándome del brazo.

— Para la próxima, me mantendrás informado cada movimiento que hagas. Sí cambias de rutina, si sales, si entrás, hasta incluso si cambias de bolso, y no solo lo digo por tu protección. — me impuso.

Eso me desconcertó...

— ¿ Por qué...?, ¿ Qué es lo que está sucediendo exactamente?. — pregunté resistiendome a su agarré, pero el sólo ignoró mis preguntas manteniéndose en silencio sin soltar mí muñeca. No me quedaba otra que suponer lo obvio.

Me obligó a salir del departamento, dejándolo eso no podía quedarse así.

— Oiga, ¡Esperé!, no puede dejar así mí departamento, el dueño del lugar me pondrá una multa. — Objete mientras el presionaba el botón del ascensor varias veces a mitad del pasillo.

— La pagaré yo. — Me dijo volviendo a solicitar el ascensor pero éste estaba fuera de servicio, yo sabía que no funcionaba pero disfrutaba verlo desesperarse, luego de qué se diera cuenta de que no servía volteó a verme y se dio con mí sonrisa burlona, resopló con agobio al ver qué yo lo estaba burlando, y me arrastró a las escaleras.

— También mandaré a que traigan tus cosas, debes vivir en un lugar que yo consideré apropiado, donde sepa que vas a estar ahí, cada vez que yo te necesité— añadió y yo arquie las cejas bajando escalón a escalón con el de frente— Necesitarás un celular, con urgencia. No me volverás a hacer pasar por ésto — me dijo mientras se apresurada a bajar las escaleras, tuve la necesidad de saber a dónde me llevaba con extrema urgencia.

— ¿ Puedo preguntar a dónde vamos ?.

— A una reunión.— Me contestó en seco. Yo estaba con unos jeans rotos y una remera de ositos vieja. Ropa que usaba en casa cuándo tenía que hacer una limpieza exhaustiva. Ni que hablar de mí pelo, solo tenía un rodete para sostener mís cabellos.

— ¿Una reunión?, ¡Pero ni siquiera me he cambiado !. — Protesté.

— No importa, ya vamos atrasados 55 minutos por estar en tu búsqueda . Esperó que éstos italianos sean comprensivos y no nos dejen como a un colador — dijo, dejándome en shock.

— ¡¿ Qué?!.

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Comments

Mary Oropeza

Mary Oropeza

Felicitaciones !! mi estimada y valiosa autora . Me encanta la trama de su obra . Continúe hacia adelante. Éxitos...

2022-09-28

2

mary

mary

gracias por el capítulo por casualidad tienes fotos de maquiavelo 😅😅😅 espero maaaaaaaaas capítulos porfavor 🙏🙏🙏

2022-07-11

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