Una fiera por conquistar

Yo accedí sin resistencia, la adrenalina seguía recorriendo en mis venas, seguía a la defensiva, pero esta era una tregua que no podía rechazar.

Confíe en lo que él me dijo, si tan solo quería hablar entonces las exageraciones de Lourice me habían vuelto paranoica. No estaba dispuesta a entregarle mí virginidad a nadie, por mas que éste sea un capo de la mafia, me defendería con uñas y dientes.

Recibí la copa de vino en mis manos, casi con los dedos temblando, miré el líquido que contenía dudando si en verdad beber.

— Tranquila, no contiene drogas, acabas de ver qué recién lo serví.— Dijo mostrándome la botella de vino que sostenía con una media sonrisa.

Su bufoneria no me dió gracia, no me gustó que me hiciera quedar como estúpida, simplemente era precavida no lo conocía.

El se rió en su sonrisa perfecta, mirándome siempre con cejas arqueadas como si intentará decifrarme. Me ofreció sentarme con amabilidad y accedí aunque me senté muy al borde del sillón.

— Te veo muy nerviosa, ¿ Me tienes miedo?.— Me preguntó sirviéndose una copa.

— No, usted no me influye temor, e-es solo qué no estoy a tanta gente.— Mentí alegoricamente, tomando la copa de vino en ambas manos para darle un sorbo.

— ¿ Te molesta la presencia de Charles y Eduardo? — Preguntó con extrañes, mirando a sus guardaespaldas. — Si es así, entonces puedo pedirles que se vallan —ofreció mirando hacía mí.

— Como usted quiera señor, no son mis hombres — Le respondí, con indiferencia.

Escuche una pequeña risa de su boca — Puedo entender qué verme con tantos pueda influir temor, Charles, Eddie— hizo un gesto con la cabeza indicándoles que se fueran.

Sus hombres obedecieron y dejaron la habitación esa noche. Al haberse ido, el se intentó acercar a mí moviéndose al lugar donde estaba.

— Bien, por qué no me cuentas más sobre ti.

— No tengo nada más para decir— le dije nerviosa, quizás si no hablaba mucho, perdería su interés en mí, y me dejaría ir.

— ¿Por qué no me dices que es lo que te tiene tan tensa?. No me digas que Mádame Rousette ya te hablo sobre mí..— Decía con gracia como si esa mujer lo fastidiara.

— No, ella... no tenía idea de que usted me compraría. — Le respondí mirando hacía al frente, tratando de mantener la distancia.

En éso el observó en mí mejilla algo, y corrió mis cabellos hacia atrás, para verla mejor posando su mano por detrás de mí nuca. Yo me sobresalte un poco por su tacto, casi como un animal asustado, al darme cuenta que se fijó en el rubor de mí mejilla, me sentí atrapada, era imposible esconderlo.

— ¿ Ella te hizo ésto?.

Yo dudé si responder con la verdad por buen tiempo, lo que menos quería era encubrir a esa mujer. Mientras tanto, Maquiavélo me miraba con seriedad en lo que tardaba en responder. .

De pronto suspiró — Mádame Rousette necesita ser más amable con la calidad de su mercancía. — Comentó.

— No soy una mercancía, soy un ser humano, que pueda comprarme no marca una diferencia entre nosotros— Repliqué devolviéndole la mirada por primera vez y el de nuevo sonrió.

No sabía que tan lejos había ido con aquella frase, derrumbe su ego con eso, acababa de ser insolente en su cara. Él me sostenía con una leve fuerza imperceptible que decía cuan fuerte era y cuán delicado estaba siendo conmigo; sus grandes dedos, cayosos y cálidos, me erizaban cada pequeño bello en la zona de la nuca, como una leve brisa de verano.

Se quedó mirando mis ojos miel con una actitud arrogante y mí piel no dejaba de estremecerse, que decir de mí corazón, que latía con fuerza, la imponencia de su presencia cuasaba todo eso.

No estando acostumbrada a qué un hombre me tocará era lógico que me pusiera nerviosa, también el que se quedará en silencio inquietaba, no sabía por qué sé quedó pensativo.

— Tus palabras me causan ternura.

Me dijo y procedió a retirar su intrépida mano de mí nuca.

— Me sorprende que pensando así, quieras ser acompañante. —Se relajó al otro largo del sillón. — ¿Hay algún motivo por el que estés haciendo ésto?, ¿ Deudas?,¿ Familia quizás?.

Preguntó y sentí qué no podría mentirle después de haberle dicho la verdad una vez, de todas maneras lo averiguaría, era mejor que lo supiese por mí y me tomara más confianza. Quizás así me mantendría a salvo.

— Tengo una hermana.

El asintió al saber mis motivos, aunque no le dije mucho, pudo decifrar con eso lo suficiente.

Tomó un sorbo de su copa y procedió a contarme quien era, quería que yo lo conociera sin eufonismos.Mencionó su vida personal íntima, comentó por qué cambiaba de acompañante después de la primera noche, " Muchas de las mujeres que escojo, no son sinceras, esperan qué les pagué por una hora de servicio, y eso es lo que hago si lo que tienen para ofrecer es solo sus atributos ".

...Fue lo que dijo, después me mostró su colección de bebidas la que guardaba en una vitrina bien resguardada. Habló de cosas sin importancia a lo largo de la noche, como el clima, cuánto le gusta Chicago y las personas de él área, y yo no mencioné ni una sola palabra, apenas si podía hacer contacto visual, hasta que dijo algo con lo que fue imposible no responder al oír sobre las rosas rojas que le dejaron en la puerta....

— Eddie y Charles me han intentado convencer que no es una admiradora la que me deja esas rosas en la puerta, ¿ Pero como no pondría pensar eso?, si son rosas rojas. Un rosa o un ramo de rosas rojas simbolizan el amor, la pasión, la atracción, la seducción y el erotismo que se siente por aquél ser amado.

— No necesariamente signifiquen un símbolo de amor y pasión. — le corregí y el había conseguido tanto quería desdé el inicio.

Que le diera conversación...

—  . Además, el rojo se asemeja al color de la sangre y de las pasiones que conllevan a los cambios del estado de ánimo a causa de circunstancias como la vergüenza, la excitación o la rabia podría tratarse de alguien que está enfadado con usted. Asimismo, las rosas rojas también pueden simbolizar la admiración, la belleza y el cariño que siente una amistad por otra.

Maquiavélo me miró con curiosidad :

—¿ Intentas decirme que ésto me lo envió una organización?

— No lo sé, señor. ¿ Pero quién más que usted puede saberlo?.

Cuando le dije eso, su sonrisa encantadora volvió a aparecer, algo le había causado impresión. Fue hasta la puerta y llamó a sus gorilas por altavoz, luego me levantó del sillón ofreciéndome su mano, al tomar su mano, me dió un pequeño beso que me dejó estupefacta.

— Un gusto conocerte, Camille...nos estaremos viendo próximamente.

Yo asentí sin saber para dónde mirar, sentí alivio al salir de su Penhouse acompañada de sus dos gorilas, me sentía más segura con ellos, que con el cazador con quién me tope.

Al salir, ellos insistieron en dejarme en casa, así que me llevaron hasta la casa de Lourice y Vicky, no ví que fuese peligroso revelar mí dirección momentanea, más hundida no podía estar.

•••••~~

Después de dejarme ahí, Maquiavélo tuvo una reunión con sus colegas. Los socios que estuvieron con él en el primer desfile. Al comentarle que por poco lo mato, ellos se sorprendieron de que quisiera verme otra vez.

— ¿ No entiendo vas a contratar de nuevo a la misma chica que casi te vuela lo cesos?. — Preguntó uno confundido al igual que los otros.

— Si. — Dijo el sin más, con petulancia.

—¿ No te causa temor que pueda ser una espía enviada por la CIA?.— Preguntó otro.

— No, es una chica muy joven para ser una puerca, fue presa del pánico y por eso me robó el arma, no parece conocer este ambiente. — Río — Se me olvidó cerrar la funda después de haber matado a una escoria .

— ANDRÉ, ¿ Quieres meternos en problemas?, ¿ Por qué simplemente no te acostaste con ella y la despachaste?. No puedes tomar riesgos sabiendo que los Lombardo nos persiguen.

—Querido amigo, me habría volado la tapa de los cesos y no estaría aquí hablando contigo — le replicó y todos rieron. — Si hubieras visto como me miró desafiante al sostener mí arma, fue muy excitante —Añadio riendo.

— Cuidado, puede que te la vuelen antes que hagas algo con ella. — Comentó uno de sus socios, Nicolás causando nuevamente la risa de todos.

Maquiavelo bufo y entrecerro las cejas con una media sonrisa— Me encantan las que se resisten, su actitud es atrapante, tu sabes cuanto me gustan los juguetes nuevos Nicolás.

..

..

.

..

Personajes:

Camille:

( Es una chica sencilla como cualquier otra de su edad)

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Comments

Maria Carolina montiel

Maria Carolina montiel

medio ilusa ell sbe. a lo q se metio no es boba necesita dinrro y debe dejar el orgullo por denas sino si hubiera ido a pedir en una av pero como es novela aja.

2023-10-09

0

erika

erika

empieza lo mejor😈

2023-07-05

0

Adicta Novel Toom

Adicta Novel Toom

autora me depcionaste con el personaje de Camille.... con razón la madam esa dijo que no era tan bonita! tampoco parace una chica de 17 años

2022-11-03

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