Tolerancia

¿¡Bestia!?, desgraciado ¡cómo se le ocurre ponerme así! Sí mi obediencia dependía de ese nombre no le haría caso alguno.

El jalón que me echo de la correa me obligó a que le siguiera el paso. Ni siquiera se despidió, ni tampoco le agradeció a la mujer por su conveniente amabilidad.

En unos segundos entramos al ascensor deprisa y bajamos al sótano. Una gran camioneta negra se estacionó frente a nosotros de la misma se bajaron tres sujetos los cuales no cargaban máscaras; sin embargo, portaban las armas raras.

—Sube —apresuró a decir el enmascarado cuando estos abrieron la puerta trasera.

Mis pies se pusieron pesados, no quería subir, no quería ir con ese hombre. Sabía muy bien lo que me esperaba si iba con él. Me quedé inmóvil frente al auto, con las manos frías y el corazón latiendo a millón.

—¡Te dije que subieras! —protestó.

Sollocé y negué con la cabeza.

—Eso no te servirá de nada ¡Sube ya bestia! —

De pronto sentí un dolor en el cuello que me hizo retorcerme y caer al piso.

—Obedecerás ¿O quieres otra descarga? —

Lo miré con odio, me frustraba que me torturara y no poder defenderme; sin embargo, debía obedecer si quería seguir con vida, si quería algún día ver otra vez a Vanessa y a Luther. Tenía que luchar, no importa el infierno por el que tendría que pasar.

Me levanté lentamente y subí al auto ubicándome lo más lejos que pude de él. Cuando aseguraron las puertas se puso en marcha.

A diferencia del otro carro este no permitía ver por la ventana, puesto que, una cortina negra clausuraba los cristales.

Mire de reojo hacia la esquina dónde se encontraba el individuo. Su smoking negro le daba un toque de elegancia, dejó caer su cabeza hacia atrás mientras jugaba con su anillo del dedo índice.

Hice una mueca de desagrado de tan solo imaginarme que escondería detrás de la máscara. Quizás era un hombre amorfo, con una cicatriz que le partía la cara en dos o simplemente se trataba de alguien maduro, con dientes chuecos y apestoso mal aliento.

Decidí dejar la imaginación a un lado y concentrarme en como rayos iba a sobrellevar todo esto. Estaba más que segura que este sujeto iba a abusar de mi nomás llegáramos, solamente para satisfacer su necesidad de estar con una virgen.

Recordé los comentarios de Vanessa sobre su primera vez: "Aunque lo hizo delicado y fue paciente me dolió muchísimo"

¿Paciente? ¿Delicado? Este sujeto no aplicaría ninguna de las dos. Se le notaba la rudeza y por pura maldad me haría suya sin importar lo que yo sintiera.

Respire hondo, aunque yo lo quisiera no podía escapar de esto. Mi virginidad sería arrebatada por este imbecil.

El auto se detuvo y las puertas fueron abiertas. El hombre tomó de nuevo la correa y me jaló afuera.

Enseguida me deslumbré al ver tantas luces provenientes de una lujosa mansión que quizás con anterioridad debió pertenecer a un multimillonario. Su arquitectura gótica le daba un toque de misterio y belleza incógnita, algo que sin lugar a duda este ser no se merecía tener. ¡Ladrón! ¡Corrupto! ¡Asesino! Me pregunto ¿Cuántas personas tuvo que matar para adueñarse de todo esto?

Su impaciencia se hizo notar, caminaba deprisa, apenas si lograba alcanzarle el paso para que no tuvieses la necesidad de jalarme.

Sus hombres que le dieron la bienvenida al llegar al recibidor, este hizo caso omiso a tanta cordialidad. Los grandes escalones de mármol pulido nos dieron el acceso al segundo piso en el cual se encontraba un pasillo cubierto por cuadros de pintores reconocidos.

Delante de una inmensa puerta de color cromo se encontraban dos sujetos quiénes al ver a su jefe hicieron una breve referencia.

—¿Está listo lo que les encargue? —preguntó.

—¡Si señor! —respondió el de la izquierda—Acabamos de darle los últimos retoques.

¿De qué rayos hablaban? Se les notaba la cara de entusiasmo de parte de ambos.

El par tomó las manijas, permitiendo el paso a su aposento.

Lo que presencié allí me dejó perpleja. Justo al lado de la cama se hallaba una jaula la cual comenzaba desde el techo y terminaba en el suelo, en su interior poseía un colchón hecho a la medida; además de almohadas de terciopelo morado que formaban un círculo. Inmediatamente, supe que esa jaula era para mí.

Él se acercó y quitó la correa para luego gritar: ¡Abed!

A los pocos minutos entró una mujer de tez morena con apariencia de comadrona. Su ropaje se veía desgastado al igual que su apariencia.

—¡Si señor! —

—Báñala y ponle ropa limpia, que no parezca tanto una loca de la calle —

Apreté los puños aguantando la ira.

—Cómo lo ordene señor —dijo la mujer.

El hombre desapareció de nuestra vista y me quedé a solas con ella. Fui guíada hasta el baño dentro de la habitación, la tina ya estaba preparada.

La morena quiso desvestirme; sin embargo, me alejé y negué.

— Tranquila no voy a hacerte daño —.

—¿Eres su esclava? —pregunté.

Ella sonrió con dulzura.

—No, yo le sirvo a mi señor por voluntad propia —recalcó.

Eso me dio mala espina

—No me ayudes yo puedo sola —

Afirmó levemente, mientras me daba un poco de privacidad. Quite toda la ropa y sin dudarlo dos veces me sumergí en el agua.

La mujer se aproximó y comenzó a lavar mi cabello.

—Lo siento si quieres más privacidad, pero no puedo dejarte sola —

—No escaparé sencillamente no se puede, no sé cómo haces para servirle a un asesino como él —protesté.

Está carraspeo su garganta y cambió el tema.

—Pensé qué no compraría en la subasta, no obstante el color de tus ojos delata el porqué lo cautivaste—

Realmente estaba trastornada.

—Soy Abed un gusto conocerte ¿Cómo te llamas? —preguntó.

—Charlotte —

Enseguida me mando a callar.

—Tu pasado nombre ya no es válido aquí, el que te puso mi señor es el verdadero —

La miré con enojo ¿Cómo podía hablar de esa manera? Acaso no estaba consciente de lo que ocurría o de lo que me iba a ocurrir dentro de poco.

Libere mi cabello de sus manos y me encargue de él.

—Sé que estás enojada y confundida —

Entonces perdí los estribos y la interrumpí.

—¡Como no voy a estarlo! Fui vendida en una subasta, vi mucha gente morir, personas inocentes, me separaron de mis amigos y para colmo ¡Seré violada por tu señor! —

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Comments

Angela Palencia

Angela Palencia

autora tienes buena imaginacion me gusta

2024-03-31

0

Jesus Castro Montero

Jesus Castro Montero

De verdad esta novela es para pensar bien las cosas como puede haber mujeres tan malas que vendan chicas inocentes a hombres malvados y desgraciados

2023-11-30

2

Gloria Rodríguez raya

Gloria Rodríguez raya

pobre chica como es posible que esos hombres sean tan miserables

2023-11-20

1

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