Virgen

Comencé a negar con la cabeza, en ese cuarto las únicas mujeres éramos ella y yo. El resto eran guardias y hombres vestidos con batas blancas.

—¡Vamos! No perderé todo mi tiempo contigo —reclamó— Además ya muchos hombres te habrán visto desnuda no habrá ninguna diferencia.

Esto causó risa al público espectador y otra de grueso y me abracé a sí misma mirándolos a todos. Seguí negando y los ojos se me llenaron de lágrimas, vi como uno de los sujetos alzó su arma hacia mí.

—Yo no... Por favor... Jamás me he desnudado frente a nadie —confesé.

De pronto las risas cesaron, como si lo que acababa de decir fuese algo deslumbrante.

—¿Estás diciendo que ningún hombre te ha tocado? —preguntó está con curiosidad.

Negué con nerviosismo.

—Veamos si es cierto —dijo sonriente.

Mi corazón empezó a latir a millón ¿Qué pensaba hacerme? ¿Cómo iba a comprobar mi castidad?

Enseguida me llevó a otra habitación continúa a esa y la misma se encontraba sola.

Este pequeño anexo era mucho más raro que el cuarto anterior, debido a que, en medio solo se hallaba una plancha curvada tomando forma de silla.

—Si es cierto lo que dices seguiremos con el protocolo, pero si se trata de una mentira, le pediré a mis hombres que te ejecuten por hacerme perder el tiempo —amenazó.

Toda la vida me había guardado para alguien especial, siempre quise que mi primera vez fuese con Luther; no obstante en este preciso momento daba gracias de que no llegamos a más.

—Quítate la parte de abajo y siéntate —indicó cruzándose de brazos.

Observe la Silla y desabroché mi pantalón bajándolo hasta quitarlo por completo. Quedé con las bragas expuestas, de inmediato un frío recorrió mis piernas lo que causó que se me erizara la piel.

La mujer hizo un movimiento con la mano indicando que prosiguiera con lo otro.

Tomé las bragas a cada lado y las quite. Seguido a esto me aproximé a la plancha y me senté, la misma hizo un ruido extraño al sentir mi contacto. Las luces iban y venían alumbrando mi entrepierna como si me fuese a fotocopiar

De un momento a otro se tornó tibio, esa calidez la sentí dentro. La mujer sacó de nuevo el dispositivo anterior y procedió a monitorearlo, no obstante esta vez su cara de asombro la delataba.

—¡En hora buena! De las cincuenta y cinco mujeres que me han traído hoy, eres la única que vale la pena —Elogió—Ya puedes levantarte y acomodarte.

Hice lo que me pidió Y regresamos hacia el otro cuarto.

—Su himen está intacto, lo que significa que valdrá mucho —proclamo—También significa que ninguno de ustedes podrá violentarla, puesto que seguro será escogida por un superior y debemos entregarla en condiciones óptimas ¿Quedo claro?

Todos dijeron un "Si" al unísono

¿Un superior? Osea qué existen personas más poderosas que ellos. La única ventaja de todo esto es que mi virginidad me tendría salvo por los momentos.

—Me ocuparé de ella personalmente, les encargo a las demás chicas —Indicó.

Vanessa ¡No! Si la mujer se iba a encargar de mí, esos sujetos se iban a aprovechar de ella.

Me quedé quieta como un roble, no iría a ninguna parte. Vanessa no era virgen y no tendría privilegios como yo.

—¡Vamos! —dijo la mujer tomándome del brazo.

—¿A dónde vamos? —pregunté.

—No es de tu incumbencia, solo obedéceme — recalcó jalándome fuertemente.

—¡No iré a ningún lado! —dije decidida justamente cuando traían a Vanessa a empujones.

Su llanto, su vulnerabilidad ante la tortura continúa me hizo armarme de valor. Me zafé del agarre y fui directo a la mesilla que estaba a un costado de mi posición y con rapidez tomé un objeto filoso muy parecido al bisturí común.

—¿Y crees que con eso puedes amenazarnos? —dijo la mujer entre risas.

—¡No! Sin embargo, es para mí — amenacé poniendo la parte filosa sobre mi muñeca.

La mujer abrió los ojos como platos. Podía notar su tensión dio tres pasos hacia atrás que alzó las manos en señal de calma.

—Si soy tan valiosa para ustedes harán lo que les diga, de lo contrario me suicidaré —

—¡No! — dijo Vanessa desde el otro lado del cuarto.

— Ahora bien ¡Bajen las putas armas y suelten a mi amiga! — grité.

Por un momento pensé que no me obedecería pero lo hicieron. Poco a poco fueron bajando sus armas uno por uno.

— No te preocupes Vanessa, estaremos bien —

Ella me sonrío débilmente, no obstante el sujeto que la tenía aprisionada no le daba libertad.

Afinque el objeto sobre mi vena y amenace por segunda vez.

—¡Suéltala ya desgraciado! ¡O me cortaré las venas ahora mismo! —

Mi primer error fue caminar un poco hacia delante y descuidar mi retaguardia. Enseguida sentí un fuerte golpe en la nuca que hizo que se me nubla la vista y perdiera el conocimiento.

El olor a alcohol etílico despertó mis sentidos y por ende me sobresalto. Cuando ya despertaba alejaron el frasco del fuerte aroma de mi nariz.

Ya no me encontraba en ninguna de las habitaciones anteriores, me hallaba a oscuras, pero pude distinguir a la malvada mujer. Esta aún seguía conmigo vigilándome como si fuese una carroña sentada desde una silla muy cerca.

—¿Qué? ¿Dónde estoy? ¿Dónde está Vanessa? —

—A ella ya la están preparando — dijo con sutileza— ¿Creías qué ibas a ganar? Ja, ya veo porque su raza es tan patética.

Trate de moverme, fue ahí donde me di cuenta de dos cosas. La primera que mi cuerpo del cuello para abajo sería dormido a pesar de que podía hablar y la segunda que me encontraba en bragas y brasier.

—Curamos tus heridas estas como nueva, no te quedo ninguna cicatriz... Excepto la que te haré a continuación —

La adrenalina y el miedo creció, quería moverme, quería darle un golpe en su estúpida cara; sin embargo, Solo lograba que está se burlara más de mí.

—Estás furiosa ¿Cierto? Lo veo en tus ojos. No te servirá de nada ni tampoco podrás evitar esto —

Ella tomó mi muñeca y la alzó. Enseguida el techo se iluminó mostrando un círculo azul esté giraba y mientras más lo hacía su luz se volvía más intensa. De pronto esté se fue achicando y cuando llegó hasta su límite desprendió rayo luminiscente que dio en mi piel.

Sentí dolor y ardor. Salía humo entre el contacto de láser con la carne.

Grite desesperadamente, y mis ojos se inundaron en lágrimas. El rayo dibujó un trozo lento y definido, como podría sentir dolor si mi cuerpo seguía dormido ¿Qué rayos me habían hecho?

Después de finalizar su trabajo se apagó. La mujer dejó caer mi brazo bruscamente y solté un chillido.

—Eres altanera y arrogante. Si me hubieses obedecido desde un principio te hubiera puesto otro tipo de anestesia más efectiva y no habría pasado por tanta tortura —

Una nube de ira se apoderó de mí y grité barbaridades por mi boca algo que no era muy común.

—¡Púdrase! ¡Púdrase usted y todos los encargados de esta maldita porquería! ¡Son unos asesinos! ¡Se pudrirán e irán al infierno! —

—Este es el infierno—comentó— Y tu ahora serás una esclava.

Más populares

Comments

Mustelier

Mustelier

/Smile/

2024-01-07

1

José Pineda

José Pineda

está muy buena, pero además es intrigante hace que sea interesante seguir leyendo

2024-01-06

2

Jesus Castro Montero

Jesus Castro Montero

Escritora estoy leyendo su novela por que quiero entender de que se trata por qud ovnis no son por qué ellos no maltratan de esa manera

2023-11-30

2

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play