Capítulo 16 – Entre sábanas

Mientras Edward la llevaba en brazos, dos sirvientas lo vieron entrar con la doncella en su habitación, en definitiva, sería el cotilleo más candente de la semana en el palacio, hace tiempo que no sucedía algo interesante con los apuestos príncipes de lo que la servidumbre pudiera hablar. Eso sí, casi ningún rumor salía de los muros del palacio, Adara se encargó de advertir sobre eso a cada persona del servicio, pero dentro no paraban de surgir historias, algunas reales, otras exageradas.

En la habitación, Edward seguía besando a Elaine apasionadamente, no podía esperar un segundo más, le urgía sentir su pálida y suave piel debajo de la suya, poder percibir aquel aroma dulce de su cuerpo y admirar su figura: con sus fuertes brazos la levantó y la sentó sobre él, quedando sus rostros cerca, ella posó los brazos sobre sus hombros, estaba agitada y tenía la mirada inquieta; él sonrió al verla, su expresión dominante hacía que ella se sienta pequeña en esa cama, Edward subió sus grandes manos por la espalda de la marquesa, y comenzó a desabrochar el vestido poco a poco, besó su pecho descubierto después de que el corpiño descendiera, al sentir el roce de sus labios en la piel ella echó su cuello hacia atrás extasiada de placer, permitiéndole a él más acceso.

-. Deberíamos parar. – Susurró ella, se sintió apenada, ya que nunca antes un hombre la había visto desnuda.

- ¿Está segura?

- No\, es decir… no está bien que una dama haga esto.

- Estaría mal si usted se casase con alguien más en un futuro\, pero después de esta noche no dejaré que su cuerpo le pertenezca a ningún otro.

- No se trata de eso\, es más bien que…

- ¿Qué? – Preguntó él con un tono de ternura\, juntando su frente con la de Elaine y acariciando su cabello.

- Es la primera vez que hago esto… me siento avergonzada. – Dijo ella en voz baja con los ojos cerrados\, temía acabar con la magia del momento.

- ¿Avergonzada? – Ella asintió\, después respiró profundo esperando una respuesta. – Elaine\, déjeme decirle que este es el momento más sublime que he vivido\, y ser quien toque su cuerpo por primera vez es el honor más grande que se le puede dar a este caballero. – Ella volvió a asentir\, pero esta vez su cuerpo estaba relajado y con aquellas palabras se sintió más segura.

Elaine no sabía que se podía sentir tan bien hacer lo prohibido, solo hace unos minutos le aterraba la idea de lo que pasaría si alguien llegase a verlos, desde aquella noche en el jardín cuando se besaron con tanto deseo no había dejado de pensar en las consecuencias que podría traerle acostarse con él, una parte de ella creía fielmente que Edward no la deshonraría dejándola al descubierto, pero aun así no podía dejar de sentir miedo por otros escenarios como la probabilidad de quedar en cinta y que su hijo sea considerado ‘un bastardo’, o que le toque vivir el mismo destino que a su madre siendo desterrada, no dejaban de aparecerle interrogantes como esas.

Sin embargo, el amor, y este combinado con otros sentimientos y emociones, tales como la ilusión y la pasión, pueden desencadenar una serie de eventos prohibidos en los que el deseo por el otro nubla la razón y se termina por ceder sin importar las consecuencias, finalmente la decisión de alguien bajo el efecto de lo antes mencionado es satisfacer aquello que el corazón y el cuerpo piden.

Cuando Edward descubrió el torso de la doncella se sintió afortunado, y supo entonces que su atención de ahora en adelante sería solo para esa mujer, pues no había mayor satisfacción que poder amar y desear a la misma persona, y él estaba seguro casi en su totalidad que sentía ambas cosas por ella, algo que nunca antes pasó con ninguna de las damas que compartieron unas horas en la cama con el príncipe.

Ella se dejó llevar, consciente que en el punto al que habían llegado no había vuelta atrás, le sacó la chaqueta y comenzó a desabrochar la camisa del joven de una manera un poco torpe, se estremecía tanto con cada beso en su cuello que sus manos parecían actuar por cuenta propia.

Él terminó ayudándole con eso, porque al parecer Elaine estaba tan ansiosa que se le olvidó como desabrochar una prenda. – No se desespere mi Lady, tiene que disfrutar de cada instante en lo que queda de esta noche. ¿De acuerdo? – Le dijo en voz baja al oído, ella posó sus manos temblorosas en su pecho y asintió, él se sacó la camisa y la botó por algún lugar de la habitación, luego su torso bien trabajado quedó al descubierto y Elaine quedó maravillada con esa imagen perfecta, era mucho mejor de lo que había imaginado.

El se echó hacia atrás apoyándose en sus brazos, quería que Elaine descubra poco a poco lo que era tener una noche placentera, y como el hombre experto que era en el tema sabía que a las mujeres les gustaba mirar, tocar, sentir piel a piel el cuerpo de un hombre.

Ella no dudó en recorrer con sus dedos aquellos surcos marcados por la voluptuosidad de su musculatura abdominal, ante los ojos del príncipe la marquesa parecía una niña curiosa que había encontrado algo nuevo para entretenerse.

Las caricias estaban calentando a Edward cada vez más, pero no podía simplemente abalanzarse sobre ella y hacerle todo lo que tenía en mente, esa noche iba a ser especial para ella, y él se encargaría de que sea inolvidable para ambos.

Los dedos de Elaine seguían bajando por el abdomen del príncipe hasta que llegó cerca de su ingle, se detuvo en el broche del pantalón, cruzaron miradas, él le indicó con un gesto que podía continuar, y ella intentó deshacerse de la fastidiosa prenda que interfería entre ambos, pero de nuevo sin éxito, eso la frustró un poco, así que él se encargó, no dudaba que con el tiempo hacerlo se volvería más fácil para ella.

En algún momento todas las prendas quedaron regadas alrededor de la cama, y eran solo ellos dos sobre las sábanas, seguían frente a frente cruzando miradas deseosas, él acariciaba su espalda y dejaba suaves besos en su rostro, en su cuello, e iba bajando hasta su pecho. Después la acostó sobre la cama y se posó sobre ella, miró detenidamente las curvas de Elaine y algo dentro de su ser varonil y pasional estalló, los besos ya no eran suaves, se volvieron profundos, llenos de lujuria, dejaban marcas.

Sus labios rozaron el torso femenino de la marquesa, e iban bajando por su abdomen. Ella sentía que se iba a descompensar por las muchas sensaciones que estaba experimentando, enredó sus dedos en el cabello de Edward y gemía cada vez más fuerte. Sus respiraciones eran cada vez más agitadas, y sus corazones latían tan rápido que parecía que se saldrían de sus pechos.

Los gemidos de Elaine calentaban cada vez más a Edward, bajó hasta sus muslos y comenzó a besar y mordisquear suavemente su piel, iba subiendo hasta su entrepierna. Ella no podía creer lo que experimentaba en aquel momento, era simplemente algo indescriptible, mientras él subía con los labios y la lengua entre sus piernas, sentía un cosquilleo cada vez más agudo allá abajo, comenzó a mojarse, como si su cuerpo necesitase un contacto… más cercano, más íntimo, tan íntimo que no haya distancia entre su piel.

Él notó que ella estaba lista para conocer la cima del placer, pero antes de poseerla como deseaba, volvió a besarle los labios, jugueteando con sus lenguas, bajó una de sus manos hasta su entrepierna y tocó su intimidad, al sentir aquel roce ella arqueó su espalda y gimió fuerte, tratando de detenerlo con su mano.

Edward la besó con más intensidad y tomó las manos de Elaine para sujetarlas contra la almohada. Después continuó masajeando allá abajo, ella gimió al ritmo del toque, él introdujo uno de sus dedos, y Elaine lo mordió en el labio ahogando un grito, sintió dolor y pudo percibir un ligero sabor a sangre en su boca, pero el placer era mayor, así que continuó jugando con su mano ahí abajo.

Él no podía aguantar más la presión que estaba sintiendo, su miembro estaba endurecido y dolía, así que abrió sus piernas y comprobó lo mojada que estaba Elaine, solo quería poseerla, pero nuevamente pensaba en ella y trató de ser gentil.

-. Dolerá un poco, pero no deje de mirarme a los ojos, si se concentra en disfrutar no se sentirá incómoda ¿Está bien?

Ella lo besó, y él supo que era la señal para continuar, se acomodó entre sus muslos y se acercó para entrar en ella lentamente, Elaine al sentir aquello intentó alejarlo, pero él no lo hizo, comenzó a acariciar sus pechos y la continuó besando hasta estar dentro de ella por completo. Cuando eso sucedió Elaine soltó un gemido fuerte, se sentía rara y un par de lágrimas rodaron por sus mejillas, él se quedó estático por un momento, limpió sus lágrimas, y la besó suavemente para tranquilizarla.

-. ¿Quiere que me detenga ahora? – Le dijo él al oído.

- No\, por favor… continua. – Le respondió ella de inmediato\, con una voz casi ahogada\, por los cielos no quería comportarse como una muchachita virginal e inocente\, cuando en su mente solo deseaba más de él.

Él comenzó a moverse lentamente, y poco a poco aquel dolor se convirtió en placer, intensificó el regodeo acariciando y mordisqueando sus pezones, nublando la conciencia de la marquesa, que sentía que flotaba en el espacio sideral.

Ella acariciaba su espalda, y con cada estocada hundía levemente sus uñas en la piel del hombre (le resultó asombroso e incluso excitante que pese a ser hombre su piel se sentía suave).

El movimiento de sus caderas se volvía cada vez más rápido, Elaine comenzó a sentir que sus pensamientos se nublaban, algo dentro de ella parecía que iba a explotar, el juego previo y el ritmo con el que Edward entraba

en ella provocaron que llegase a ese punto en la intimidad en el que se pasa del placer a la inconciencia, sus paredes se estrecharon y echó su cabeza hacia atrás teniendo un lapsus en el que su mente quedó en blanco.

Edward estaba ya un rato intentado no terminar antes que ella, se contenía con todas sus fuerzas y cuando notó que ella llegó al clímax, se sintió libre de poder liberarse por completo.

Después de desfogar aquel deseo acumulado, él se acostó a un lado para no aplastarla con todo su peso pues se sentía débil y mareado al haber gastado casi la totalidad de su energía en el acto.

Ella lo miró acomodarse a un lado, y ansiaba oír, aunque sea un par de palabras como muestra de afecto, pero él estaba tratando de recomponerse y no tomó en cuenta la inquietud de Elaine por escucharlo.

La marquesa no sabía que hacer después, caviló que tal vez Edward la consideraría en exceso intensa si intentaba acercarse a él en busca de afecto después de haber sido suya, lentamente se cubrió con una sábana pues una sensación de vergüenza se estaba apoderando de ella.

Cuando él la miró nerviosa intentando cubrirse, tomó su brazo y la detuvo, después la atrajo hacia él y la rodeó con sus brazos dejando un beso en su frente.

-. No es necesario… He visto y sentido cada espacio de su cuerpo. Ahora deme unos minutos porque siento que mi corazón saldrá por mi boca si no recupero mi energía.  – Mencionó en voz baja con la respiración entrecortada y los labios rosando su oído.

Después de recuperarse de lo que fue la mejor noche que había vivido, Edward miró fijamente a Elaine; ella se había quedado estática entre sus brazos admirando al hombre que había desestabilizado sus sentidos, y que dañó todos sus planes macabros venganza para convertirlos en planes a futuro en los que él era el protagonista.

- ¿Cómo estuve? - Preguntó el príncipe\, acariciando su mentón con el pulgar.

- Se sintió bien\, aunque siento húmedo todo mi cuerpo y es extraño.

- Todo eso forma parte de vivir el placer con plenitud mi Lady.

- Y yo... ¿Cómo estuve su excelencia?

- Usted es magnífica en todo lo que hace\, con el solo hecho de existir ha alegrado la vida de un hombre que se limitaba a respirar y cumplir con obligaciones. Después de esta noche finalmente puedo considerarme realmente vivo. - Estaba demasiado cansado\, así que su voz fue poco a poco decayendo\, hasta que se quedó dormido profundamente. A Elaine le bastó aquello para sonreír y ser feliz en lo que restaba de su vida.

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Comments

Keydis Santana

Keydis Santana

maravilloso capítulo guao q narrativa me encanto

2022-08-06

2

Empoderada

Empoderada

ussssh que buen capitulo me encantó felicitaciones autora

2022-08-06

2

Herminia Cabrera

Herminia Cabrera

hay autoraaa casi se me sale el corazón de tantas palabras románticas que tiene cada palabra escrita

un Urra para esta historia.. urrraaaa!!!

mil bendiciones

y suba otro capítulo mas

2022-08-06

5

Total
Capítulos
1 Prólogo
2 Capítulo I – Francesa en apuros
3 Capítulo 2 – Una extraña
4 Capítulo 3 – La primera oportunidad
5 Capítulo 4 – No arruines mis planes
6 Capítulo 5 – Recordar es volver a vivir
7 Capítulo 6 – La espía
8 Capítulo 7 – No me mires así
9 Capítulo 8 – Cómplice en el palacio
10 Capítulo 9 – A solas
11 Capítulo 10 – No la toques
12 Capítulo 11 – Una noche con mi prometida
13 Capítulo 12 - Un camisón transparente y una visita inesperada
14 Capítulo 13 – La mujer de ojos verdes
15 Capítulo 14 – Llegó el momento
16 Capítulo 15 – Pasé la noche con el príncipe
17 Capítulo 16 – Entre sábanas
18 Capítulo 17 – Pillada
19 Capítulo 18 – Un golpe por cada lágrima
20 Capítulo 19 – Cuatro palabras
21 Capítulo 20 – El duelo de una nación
22 Capítulo 21 – Traición
23 Capítulo 22 - Vete
24 Capítulo 23 – La traeré de vuelta
25 Capítulo 24 – Voy por ella
26 Capítulo 25 – No te esperaba
27 Capítulo 26 – La carta que leí
28 Capítulo 27 – Volverás conmigo ​
29 Capítulo 28 – No me vuelvas a besar
30 Capítulo 29 – De vuelta
31 Capítulo 30 – Mi castigo es amarte
32 Capítulo 31 – Repentino
33 Capítulo 32 – Un nuevo Patrick
34 Capítulo 33 – Explicaciones y apuros
35 Capítulo 34 - Una boda apresurada
36 Capítulo 35 - Mis ojos en otro hombre
37 Capítulo 36 - La distancia que nos separa
38 Capítulo 37 - Un disparo
39 Capítulo 38 - Un beso de sanador
40 Capítulo 39 - Difícil
41 Capítulo 40 - Un juicio lleno de sorpresas
42 Capítulo 41 - La bañera
43 Capítulo 42 - Un caballero ansioso
44 Capítulo 43 - No es tan difícil perdonar
45 Capítulo 44 - Buscaré una esposa
46 Capítulo 45 - El momento está cerca
47 Capítulo 46 - Mi alma y la tuya
48 Capítulo 47 - Esperaba a otra persona
49 Capítulo 48 - Por un te amo
50 Capítulo 49 - Gran idea
51 Capítulo 50 - El plan perfecto
52 Capitulo 51 - Plan imperfecto
53 Capítulo 52 - Mi debilidad secreta
54 Capítulo 53 - No puedo mirarlo con otros ojos
55 Capítulo 54 - Un pequeño desliz
56 Capítulo 55 - Dos desconocidos
57 Capítulo 56 - Ese no es hombre para ti
58 Capítulo 57 - Nuestro secreto
59 Capítulo 58 - Niña
60 Capítulo 59 - Un hasta luego, no un adiós
61 Capítulo 60 - Mi noche favorita, nuestra
62 Capítulo 61 - Mía para siempre
Capítulos

Updated 62 Episodes

1
Prólogo
2
Capítulo I – Francesa en apuros
3
Capítulo 2 – Una extraña
4
Capítulo 3 – La primera oportunidad
5
Capítulo 4 – No arruines mis planes
6
Capítulo 5 – Recordar es volver a vivir
7
Capítulo 6 – La espía
8
Capítulo 7 – No me mires así
9
Capítulo 8 – Cómplice en el palacio
10
Capítulo 9 – A solas
11
Capítulo 10 – No la toques
12
Capítulo 11 – Una noche con mi prometida
13
Capítulo 12 - Un camisón transparente y una visita inesperada
14
Capítulo 13 – La mujer de ojos verdes
15
Capítulo 14 – Llegó el momento
16
Capítulo 15 – Pasé la noche con el príncipe
17
Capítulo 16 – Entre sábanas
18
Capítulo 17 – Pillada
19
Capítulo 18 – Un golpe por cada lágrima
20
Capítulo 19 – Cuatro palabras
21
Capítulo 20 – El duelo de una nación
22
Capítulo 21 – Traición
23
Capítulo 22 - Vete
24
Capítulo 23 – La traeré de vuelta
25
Capítulo 24 – Voy por ella
26
Capítulo 25 – No te esperaba
27
Capítulo 26 – La carta que leí
28
Capítulo 27 – Volverás conmigo ​
29
Capítulo 28 – No me vuelvas a besar
30
Capítulo 29 – De vuelta
31
Capítulo 30 – Mi castigo es amarte
32
Capítulo 31 – Repentino
33
Capítulo 32 – Un nuevo Patrick
34
Capítulo 33 – Explicaciones y apuros
35
Capítulo 34 - Una boda apresurada
36
Capítulo 35 - Mis ojos en otro hombre
37
Capítulo 36 - La distancia que nos separa
38
Capítulo 37 - Un disparo
39
Capítulo 38 - Un beso de sanador
40
Capítulo 39 - Difícil
41
Capítulo 40 - Un juicio lleno de sorpresas
42
Capítulo 41 - La bañera
43
Capítulo 42 - Un caballero ansioso
44
Capítulo 43 - No es tan difícil perdonar
45
Capítulo 44 - Buscaré una esposa
46
Capítulo 45 - El momento está cerca
47
Capítulo 46 - Mi alma y la tuya
48
Capítulo 47 - Esperaba a otra persona
49
Capítulo 48 - Por un te amo
50
Capítulo 49 - Gran idea
51
Capítulo 50 - El plan perfecto
52
Capitulo 51 - Plan imperfecto
53
Capítulo 52 - Mi debilidad secreta
54
Capítulo 53 - No puedo mirarlo con otros ojos
55
Capítulo 54 - Un pequeño desliz
56
Capítulo 55 - Dos desconocidos
57
Capítulo 56 - Ese no es hombre para ti
58
Capítulo 57 - Nuestro secreto
59
Capítulo 58 - Niña
60
Capítulo 59 - Un hasta luego, no un adiós
61
Capítulo 60 - Mi noche favorita, nuestra
62
Capítulo 61 - Mía para siempre

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