Capítulo 11 – Una noche con mi prometida

Antes de que la mujer del servicio llegue Elaine despertó, y a penas abrió los ojos vio a Edward que estaba sentado a su lado, sin pensarlo dos veces se levantó rápidamente.

-¿Está bien mi Lady?

- Sí\, no sé porque me sucedió esto\, lamento haberlo preocupado su excelencia. – Le dijo ella levantándose de la cama y sin subir su mirada.

- Mi lady\, debería cuidar más de su salud. – Le dijo él mientras se acercaba lentamente a ella con la intención de tomar su mano.

- Mi lady\, está despierta. – La mujer del servicio llegó y Edward se detuvo. – Traje té\, le ayudará a calmarse\, ya están preparando su comida. – La mujer se dio cuenta de la cercanía entre ambos\, no conocía a Edward\, pero al ver como se miraban enseguida supo que algo sucedía entre ellos. – Perdón ¿Interrumpía algo? Pido disculpas\, regresaré…

- No\, no es necesario ya me iba. – Se adelantó Edward\, él quería hacerle varias preguntas a Elaine\, pero la situación no era la más adecuada. – Mi lady\, me disculpo por haber venido sin previo aviso\, creo que podemos hablar más delante de lo que ha sucedido hoy\, por ahora cuide de su salud que es lo más importante.

- Gracias por ayudarme hoy su excelencia. – Ella hizo una reverencia\, él asintió y procedió a retirarse. A la mujer del servicio casi se le cae el té al escuchar lo que dijo Elaine.

- ¿Su excelencia? ¿Qué ha sucedido Mi Lady? - Asentó la bandeja en la mesita a lado de la cama.

- No es momento para hacer preguntas\, tomaré el té.

- ¿Acaso es alguien de la realeza? - Preguntó acercándose a ella con mucha curiosidad.

- Así es\, el hombre que acaba de ver es el príncipe heredero del reino británico.

- No puede ser\, que descortés de mi parte no haber preguntado antes de quién se trataba\, al menos debí ofrecerle té\, algo me decía que un hombre vestido tan elegante y que se preocupara así no era un hombre común. – Dijo para sí misma sin poder creer que pudo ver frente a frente al príncipe.

- Descansaré un poco. - Después de tomar la taza de té\, la duquesa se comenzó a desvestir para ponerse algo más cómodo.

- Mi Lady\, es mi deber velar por su bienestar\, así que antes de dormir tiene que comer\, al menos algo ligero\, no querrá volver a desmayarse en frente del príncipe.

- Está bien\, está bien\, no es necesario que me recuerdes a cada momento que me desmayé\, es vergonzoso.

- Yo me sentiría afortunada\, que esos brazos tan fuertes me hayan cargado y que esos ojos azules como el cielo me hayan mirado como él la miraba a usted. - Elaine la miró con desaprobación\, los comentarios en ese momento estaban demás. - Está bien\, no diré más\, regresaré con la comida\, y luego prepararé el baño. – Dicho eso la mujer se retiró de la habitación.

- Elaine\, Elaine… Aaah\, no puede ser\, seguro la próxima vez me hará mil preguntas\, cuando me vuelva a ver será mi fin... debería visitar a Giselle y contarle todo\, ella sabrá aconsejarme\, ¿Debería contarle sobre mi plan? pero y si... ¿Se molesta conmigo o me acusa por lo que intentaba hacer? ¡Oh\, nooo! ¿Debería huir a Francia y olvidarme de este embrollo? Claro que no\, sería aún más sospechoso; mi madre estaría muy decepcionada si me viera en esta situación\, no he hecho nada bien desde que llegué aquí. – Se tapó la cara con una almohada y comenzó a gritar.

*

Arthur que daba un paseo nocturno por las calles adoquinadas del centro londinense vio a su mellizo entrar a una taberna, un lugar bien conocido por la buena cerveza que servía, él decidió seguirlo sin que Patrick notara su presencia.

Patrick se sentó y pidió al cantinero cerveza, pretendía embriagarse después de tanto tiempo, pero su intención era hacerlo hasta perder la cordura.

- Hasta que encuentro a mi alma gemela. - Le dijo con un tono sensual Arthur\, mientras acariciaba su hombro.

- ¿Qué haces aquí Arthur? – Preguntó Patrick mientras levantaba el vaso de licor y se bebía todo el contenido.

- Ya que no apareces todos en el palacio se han comenzado a preocupar por ti\, así que decidí buscarte.

- ¡Qué considerado eres hermano!\, gracias por preocuparte por mí\, pero no te he pedido que vengas\, ni que me vigiles\, sé cuidarme solo.

- Tranquilo\, no voy a obligarte que vengas al palacio\, ¿Puedo beber contigo?

- Claro… dos vasos más por favor.

- Sí\, su excelencia. – Respondió el cantinero.

- ¿Estás evitando a tu prometida?

- No\, estoy evitando a todos.

- Sabes que madre anulará su compromiso si ve que continúas evitando a la señorita Giselle.

- ¡Que haga lo que quiera! Me volveré a comprometer con la primera mujer que aparezca.

- Tal vez deberías considerar tu decisión.

- Ah sí\, ¿Por qué debería? ¿Por mis padres?

- Vamos Patrick\, sabes que no se trata de ellos\, se trata de ti\, o ¿Acaso ya olvidaste la razón por la que elegiste a Giselle como tu prometida?

- Eh\, shhh\, nadie más debe saber eso\, el hecho de que lo sepas no quiere decir que debas hacerlo público.

- ¿Después de todo piensas perderla? – Arthur se acercó más y bajó el tono de voz. – Ambos sabemos que si lo hiciste fue porque no querías que nadie más se comprometa con ella\, te gustaba desde hace mucho.

- Ya no me gusta.

- ¿Te gustaría verla con otro hombre? – Preguntó Arthur que miraba como su hermano bebía sin parar.

- Demonios\, claro que no\, pero es que no sé como hacer las cosas bien.

- Deberías ser más amable con ella\, comenzando por ahí.

- ¿Desde cuándo sabes tanto de mujeres? Ja\, ja\, ja\, ridículo.

- Mira\, no me ofendo porque sé que estás ebrio\, pero tú sabes que compañía de mujeres no nos ha faltado\, y de los dos soy el que más presta atención a los detalles.

- Dejemos de hablar de mí. ¿Mejor dime? ¿Cómo está la reina? Llevo como… no sé\, un par de semanas sin verla.

- Ella está bien\, y Edward ha quedado a cargo de las funciones del rey.

- Ese imbécil\, está muy metido en su papel de heredero. ¿Cómo puede mantener a salvo el reino cuando ni siquiera pudo retener a la mujer que amaba? Solo es un adicto al tabaco.

- Basta Patrick\, deja de beber. Y no deberías referirte a Edward de esa manera\, si alguien escucha podrías ser condenado por alta traición\, ahora él esta sobre nosotros.

- Por Dios\, él nunca ha estado a nuestro nivel\, desde que tengo uso de memoria nuestros padres lo han puesto en un pedestal.

- Hermano deberíamos regresar al palacio\, no has dejado de beber desde que llegamos\, y ya estás hablando sandeces\, Edward es nuestro hermano\, entiende\, y él siempre nos ha apreciado mucho.

- Bebamos dos tragos más y nos vamos\, no espera tienes que ir primero porque no quiero llegar junto a ti y llamar la atención de la reina o de Edward.

- Está bien\, dos más\, pero yo te llevaré porque estás demasiado ebrio como para montar e ir solo al palacio.

- Buenas noches sus excelencias. – Gabriel que regresaba de la casa de su madre\, decidió ir a beber unos tragos antes de dirigirse al palacio.

- Gabriel\, que gusto verte\, aunque las circunstancias no sean las mejores. – Le respondió Arthur señalando a su hermano que estaba terminado de beber los dos tragos que pidió.

- ¿También llegó el perro faldero de mi hermano? Vaya\, vaya\, hasta parece reunión familiar. – Dijo en tono de burla Patrick. Gabriel lejos de enojarse decidió ignorarlo.

- Nos retiramos Gabriel. – Arthur se acercó a él antes de tomar a su hermano. – Y te pido disculpas por la conducta de mi hermano\, todavía no ha madurado.

- No se preocupe su excelencia. – Gabriel se despidió con una reverencia.

Después de que los hermanos se fueran, él se cambió de asiento, fue hacia la barra frontal, más cerca del gentío que bebía a gusto mientras escuchaban la suave melodía que tocaban los músicos.

Miró a su lado y se sorprendió al ver que una mujer dormía, tuvo que mirarla dos veces para darse cuenta que se trataba de una doncella, la chica llevaba una capa que le cubría todo el cuerpo y apenas pudo divisar que llevaba zapatos y un elegante vestido femenino color turquesa.

- Cantinero sírvame dos tragos fuertes hoy no vine a beber demasiado\, así que con dos fuertes está bien. – Dijo en voz alta\, sin dejar de ver a la mujer.

- Como ordene joven Gabriel\, enseguida le sirvo.

Mientras esperaba miró más detenidamente a la joven, en un impulso, y por curiosidad extendió su mano y le descubrió el rostro quitando la capa de su cabeza, quedó asombrado por la belleza de la mujer, tenía una larga cabellera negra, y labios rojos y carnosos.

Al sentir el roce la mujer se movió dejando ver mejor su rostro.

-Aquí tiene joven Gabriel. – El cantinero le entregó los tragos y se percató de la situación. – Disculpe la molestia joven, intentamos despertarla desde hace rato para que vaya a su casa, pero creo que ha bebido demasiado y dudo que sea capaz de dar dos pasos sin caer al piso.

- ¿Quién es?

- Se trata de la hija de un conde\, un tal Luis\, de Escocia\, vino a conocer a sus futuros suegros aquí en Londres\, pero su prometido ha cancelado su compromiso sin darle explicaciones\, no es que se lo haya preguntado sabe\, pero ella decidió contarme todo mientras bebía.

- No sabía que era legal cancelar un compromiso de la nada ¿Sabe dónde se está hospedando?

- Creo que no tiene a donde ir ahora que ha quedado desamparada.

- Y supongo que tampoco quiere regresar a casa porque sabe que será deshonroso para su familia… Si no le molesta la llevaré a un lugar seguro para que descanse.

- ¿Usted haría eso mi señor?

- La llevaré a casa de mi madre\, ella podrá ayudarla de alguna manera.

- Entonces ella estará en buenas manos\, gracias por ayudar a la pobre señorita\, si le resulta más cómodo puede salir por la puerta del servicio para que no le vean.

Gabriel salió con la mujer dormida en brazos, y mientras caminaba hacia su caballo ella despertó, no del todo, pero si lo suficiente para verlo por unos instantes y dedicarle unas palabras – Viniste por mí después de humillarme, yo… no merezco que me trates como basura solo porque estás enamorado de otra mujer, para que lo sepas, cuando mi padre se entere te cortará la cabeza. – Dicho eso se aferró más fuerte al cuello de Gabriel, y comenzó a llorar. Lo estaba confundiendo con su prometido.

- Señorita la llevaré a un lugar seguro\, quédese quieta.

- ¿Por qué te preocupas por mí canalla?

- No la dejaré sola en una taberna llena de borrachos.

- ¡Te odio\, te odio\, te odiooo! – Comenzó a gritar\, mientras se aferraba a él como un bebé que no quiere despegarse de sus padres.

- No es a mí a quien debe odiar señorita\, yo solo la estoy ayudando.

- Sabes… Te odio\, pero también te amo\, te amo demasiado\, por favor no me dejes sola de nuevo\, no me rompas el corazón\, porque duele\, duele mucho en el pecho.

A Gabriel el cambio de humor de la doncella le pareció gracioso, y después de escuchar aquello la subió con cuidado al caballo, después lo montó él, y comenzó a cabalgar hacia la casa de Trista.

*

Arthur logró llegar al palacio con Patrick, quien después de beber casi todo el licor de la taberna a penas se podía mantener de pie.

-Déjame aquí, iré por mi cuenta desde ahora, o, ¿También quieres dormir conmigo? – Le dijo Patrick a su hermano, mientras se sujetaba de la barandilla para no caerse.

- Claro que no idiota\, ya he hecho suficiente por ti\, deberías tomar un baño porque apestas a alcohol.

- Ya vete\, vete\, iré por mi cuenta\, he dicho.

- Hasta mañana. – Arthur quería llevarlo a la habitación\, pero sabía que su hermano era terco y haría un escándalo que levantaría a todos en el palacio\, por lo que decidió dejarlo\, ya estaba en el palacio. ¿Qué era lo peor que podía pasar?

Patrick caminó por los pasillos apoyándose en la pared, trató de no hacer ruido, todo le daba vueltas así que a duras penas logró subir las escaleras. Como estaba tan mareado entró en la primera habitación que encontró, al observarla se dio cuenta que no se parecía a la de él, pero tenía sueño y sin pensarlo dos veces se desvistió, quedando solo en ropa interior, y se metió a la cama sin percatarse que alguien dormía ahí.

Era la habitación de Giselle, quien dormía tranquilamente, hasta ese día no tuvo por qué preocuparse después de todo estaba en el palacio, y Patrick ni siquiera le deba los buenos días, para ella estar en el palacio era como haber tomado vacaciones con la realeza.

Pero relajarse fue un gran error ahora estaba durmiendo con su prometido, y con los primeros rayos del sol, sirvientes comenzarían a entrar a su habitación para preparar el baño, y sus vestidos, y si esas personas veían

tal escena se armaría un revuelo pues estaba prohibido tener intimidad antes del matrimonio y el hecho de que duerman juntos era suficiente para que todos piensen que algo más sucedió.

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Comments

Herminia Cabrera

Herminia Cabrera

más capitulos... me emoción cada capítulo que sube

2022-06-30

2

Clau Morita

Clau Morita

quien será esa chica

2022-06-30

2

Total
Capítulos
1 Prólogo
2 Capítulo I – Francesa en apuros
3 Capítulo 2 – Una extraña
4 Capítulo 3 – La primera oportunidad
5 Capítulo 4 – No arruines mis planes
6 Capítulo 5 – Recordar es volver a vivir
7 Capítulo 6 – La espía
8 Capítulo 7 – No me mires así
9 Capítulo 8 – Cómplice en el palacio
10 Capítulo 9 – A solas
11 Capítulo 10 – No la toques
12 Capítulo 11 – Una noche con mi prometida
13 Capítulo 12 - Un camisón transparente y una visita inesperada
14 Capítulo 13 – La mujer de ojos verdes
15 Capítulo 14 – Llegó el momento
16 Capítulo 15 – Pasé la noche con el príncipe
17 Capítulo 16 – Entre sábanas
18 Capítulo 17 – Pillada
19 Capítulo 18 – Un golpe por cada lágrima
20 Capítulo 19 – Cuatro palabras
21 Capítulo 20 – El duelo de una nación
22 Capítulo 21 – Traición
23 Capítulo 22 - Vete
24 Capítulo 23 – La traeré de vuelta
25 Capítulo 24 – Voy por ella
26 Capítulo 25 – No te esperaba
27 Capítulo 26 – La carta que leí
28 Capítulo 27 – Volverás conmigo ​
29 Capítulo 28 – No me vuelvas a besar
30 Capítulo 29 – De vuelta
31 Capítulo 30 – Mi castigo es amarte
32 Capítulo 31 – Repentino
33 Capítulo 32 – Un nuevo Patrick
34 Capítulo 33 – Explicaciones y apuros
35 Capítulo 34 - Una boda apresurada
36 Capítulo 35 - Mis ojos en otro hombre
37 Capítulo 36 - La distancia que nos separa
38 Capítulo 37 - Un disparo
39 Capítulo 38 - Un beso de sanador
40 Capítulo 39 - Difícil
41 Capítulo 40 - Un juicio lleno de sorpresas
42 Capítulo 41 - La bañera
43 Capítulo 42 - Un caballero ansioso
44 Capítulo 43 - No es tan difícil perdonar
45 Capítulo 44 - Buscaré una esposa
46 Capítulo 45 - El momento está cerca
47 Capítulo 46 - Mi alma y la tuya
48 Capítulo 47 - Esperaba a otra persona
49 Capítulo 48 - Por un te amo
50 Capítulo 49 - Gran idea
51 Capítulo 50 - El plan perfecto
52 Capitulo 51 - Plan imperfecto
53 Capítulo 52 - Mi debilidad secreta
54 Capítulo 53 - No puedo mirarlo con otros ojos
55 Capítulo 54 - Un pequeño desliz
56 Capítulo 55 - Dos desconocidos
57 Capítulo 56 - Ese no es hombre para ti
58 Capítulo 57 - Nuestro secreto
59 Capítulo 58 - Niña
60 Capítulo 59 - Un hasta luego, no un adiós
61 Capítulo 60 - Mi noche favorita, nuestra
62 Capítulo 61 - Mía para siempre
Capítulos

Updated 62 Episodes

1
Prólogo
2
Capítulo I – Francesa en apuros
3
Capítulo 2 – Una extraña
4
Capítulo 3 – La primera oportunidad
5
Capítulo 4 – No arruines mis planes
6
Capítulo 5 – Recordar es volver a vivir
7
Capítulo 6 – La espía
8
Capítulo 7 – No me mires así
9
Capítulo 8 – Cómplice en el palacio
10
Capítulo 9 – A solas
11
Capítulo 10 – No la toques
12
Capítulo 11 – Una noche con mi prometida
13
Capítulo 12 - Un camisón transparente y una visita inesperada
14
Capítulo 13 – La mujer de ojos verdes
15
Capítulo 14 – Llegó el momento
16
Capítulo 15 – Pasé la noche con el príncipe
17
Capítulo 16 – Entre sábanas
18
Capítulo 17 – Pillada
19
Capítulo 18 – Un golpe por cada lágrima
20
Capítulo 19 – Cuatro palabras
21
Capítulo 20 – El duelo de una nación
22
Capítulo 21 – Traición
23
Capítulo 22 - Vete
24
Capítulo 23 – La traeré de vuelta
25
Capítulo 24 – Voy por ella
26
Capítulo 25 – No te esperaba
27
Capítulo 26 – La carta que leí
28
Capítulo 27 – Volverás conmigo ​
29
Capítulo 28 – No me vuelvas a besar
30
Capítulo 29 – De vuelta
31
Capítulo 30 – Mi castigo es amarte
32
Capítulo 31 – Repentino
33
Capítulo 32 – Un nuevo Patrick
34
Capítulo 33 – Explicaciones y apuros
35
Capítulo 34 - Una boda apresurada
36
Capítulo 35 - Mis ojos en otro hombre
37
Capítulo 36 - La distancia que nos separa
38
Capítulo 37 - Un disparo
39
Capítulo 38 - Un beso de sanador
40
Capítulo 39 - Difícil
41
Capítulo 40 - Un juicio lleno de sorpresas
42
Capítulo 41 - La bañera
43
Capítulo 42 - Un caballero ansioso
44
Capítulo 43 - No es tan difícil perdonar
45
Capítulo 44 - Buscaré una esposa
46
Capítulo 45 - El momento está cerca
47
Capítulo 46 - Mi alma y la tuya
48
Capítulo 47 - Esperaba a otra persona
49
Capítulo 48 - Por un te amo
50
Capítulo 49 - Gran idea
51
Capítulo 50 - El plan perfecto
52
Capitulo 51 - Plan imperfecto
53
Capítulo 52 - Mi debilidad secreta
54
Capítulo 53 - No puedo mirarlo con otros ojos
55
Capítulo 54 - Un pequeño desliz
56
Capítulo 55 - Dos desconocidos
57
Capítulo 56 - Ese no es hombre para ti
58
Capítulo 57 - Nuestro secreto
59
Capítulo 58 - Niña
60
Capítulo 59 - Un hasta luego, no un adiós
61
Capítulo 60 - Mi noche favorita, nuestra
62
Capítulo 61 - Mía para siempre

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