Capítulo 13 – La mujer de ojos verdes

Elaine recibió una carta del palacio, y su corazón comenzó a latir tan rápido al imaginar que se trataba de Edward, pero cuando leyó el remitente se dio cuenta que era de su amiga, Giselle era quien solicitaba su presencia en el palacio, Elaine se sintió tan avergonzada al notar que había olvidado a su amiga; había pensado tanto en ella mismo esos días, que olvidó que Giselle también estaba pasando momentos complicados. Claro que después de esa carta no dudó ni un minuto y se alistó para ir a visitarle.

-

Gabriel tocó la puerta de la habitación, la extraña doncella de labios y mejillas carmesí abrió rápidamente. Él se sintió algo nervioso al tenerla de frente otra vez, ya que cada vez que la veía lograba cautivarlo aún más con su belleza, pero no se quedaría ahí mirándola como un bobo, debía averiguar de quién se trataba.

-. Buenos días señorita.

- Buenos días mi señor\, gracias por haberme ayudado anoche.

- Solo hice lo que cualquier caballero hubiera hecho. ¿Ha podido descansar cómodamente?

- La estancia en su casa ha sido muy placentera\, lamento haberle generado incomodidades; de hecho\, estoy de salida no quiero causarle problemas con su familia.

- No es necesario que huya de mi casa señorita\, quiero hablar con usted antes de que decida irse… tal vez reconsidere su idea.

- Claro.

- ¿Puedo? – Le preguntó\, señalando si podía pasar. Ella asintió y se sentaron frente a frente\, él en el sillón\, y ella al borde de la cama.

- Estoy muy avergonzada mi señor\, el mayordomo de casa me ha contado todo lo que hice anoche cuando usted amablemente me trajo aquí.

- ¿Cuál es su nombre?

- ¿Qué?... Ah\, mi nombre es Minerva\, hija de la familia ducal Scott.

- Bien\, yo soy Gabriel\, hijo del general del ejército británico\, no soy importante como mi padre\, pero espero un día poder serlo y… Supongo que me excedí con la presentación.

- No\, está bien. - Le dijo ella saliendo de su asombro.

- ¿Por qué está en Londres? – Preguntó él colocando una pierna sobre otra y estirando el torso sobre el espaldar del sofá.

- Mmm\, no sé por dónde empezar… Vine a conocer a quienes serían mis suegros en unas semanas\, pero ya aquí mi prometido me confesó que está enamorado de otra mujer\, y que tenía que cancelar el compromiso porque no soportaría romperle el corazón a su amada… - En ese momento la expresión de su rostro cambió y de sus ojos comenzaron a brotar pequeñas lágrimas cargadas de dolor y resentimiento. – Y así lo hizo\, en frente de sus padres canceló todo\, y he quedado como un perro desamparado\, yo no sé cómo explicarles esto a mis padres\, ellos seguro me echarán de casa… sabe\, esta es una de las desventajas de ser la única mujer entre cuatro hijos.

- ¿Y por eso bebió hasta perder el conocimiento? Sabe la cantidad de borrachos que hay en esa taberna que no dudarían en aprovecharse de usted. – Ella asintió aun llorando\, sin levantar su mirada pues se sentía aún avergonzada por su accionar\, se limpiaba las lágrimas y trataba de respirar profundo para no verse ridícula demás; Gabriel comenzó a sentirse incómodo por el llanto de la mujer ya que no sabía cómo consolarla\, esperaba que ella deje de llorar. – No puedo creer que su prometido se haya atrevido a deshonrarla de esa manera\, y tampoco que sus padres le den la espalda ante una situación que no es su culpa.

- Mis padres querían deshacerse de mí desde hace tiempo\, me buscaron esposo para que la familia obtenga más prestigio\, no les importaba con quien me casara si tenía poder\, y cuando al fin lograron su cometido accedí para que me vieran con buenos ojos\, después sucede esto…

Gabriel sentía su corazón cada vez más estrujado al verla llorar, trató de contenerse, pero no aguantó más, sin pensar se levantó y tomó su rostro, limpiando suavemente las lágrimas con las yemas de sus dedos, se puso de cuclillas, y luego le dio un pañuelo blanco que llevaba en su bolsillo. – Escuche señorita, deje de lamentarse por una patraña que solo se aprovechó de usted, y en cuanto a sus padres, es inaceptable escuchar que su hija valga

menos que un costal de trigo, pero si de algo sirve, déjeme decirle algo que mi madre constantemente me ha repetido en los últimos años, “el valor de una mujer no se define por quién es su marido”… - Minerva al escuchar sus palabras comenzó a llorar más fuerte, causando aún más preocupación en Abel, quien pensó que tal vez dijo algo malo que la hizo sentir peor, así que se acercó más a ella y le abrazó  – Dígame ¿Puedo hacer algo por usted? Perdón si la he ofendido.

-. Por ahora no necesito más que este abrazo mi señor. – Ella se aferró fuerte a él, rodeando con ambos brazos el torso del soldado.

Gabriel se quedó estático, un silencio reconfortante los rodeó, él sentía una felicidad indescriptible en ese momento, y rogaba porque el tiempo se detuviera para poder grabar ese instante en su mente.

El llanto fue cesando poco a poco y parecía que Minerva solo necesitaba desahogarse con alguien pues después de esa plática comenzó a sentir paz dentro de sí, ella dejó de abrazarlo, él al sentirlo se alejó de golpe, perdió el equilibrio al tropezar con el sillón y cayó fuerte.

Gabriel se lamentó por el hecho de caer en frente de la bella mujer. Ella se apresuró a ayudarlo. - ¿Está bien mi señor? – Cuando él levantó su torso sus rostros quedaron a centímetros de distancia, Minerva se sonrojó al verlo tan cerca, era más guapo cuando se le veía a detalle.

- No se preocupe señorita\, estoy bien. – Le respondió él sonriendo\, mientras miraba otra vez aquellos labios que tanto le apetecían probar. - ¿Podría ayudarme?

- Claro. – Ella le extendió su mano y le ayudó a levantarse.

- Supongo que ahora tiene una razón para reír\, puede burlarse de mi caída en lo que resta de la tarde si desea. – Le dijo él en un tono divertido\, mientras sacudía su uniforme con las manos.

Ella al escucharlo, por primera vez le brindó una cálida sonrisa, y eso no hizo más que hechizar a Gabriel, quién con cada segundo que la veía parecía más encantado con ella. – Gracias mi señor, de verdad siento que nunca podré pagarle lo que hizo anoche por mí.

-. Le repito señorita, para mí fue un honor haber cuidado a tan gentil chica – Lo dijo con sarcasmo, pero ella no entendió pues no recordaba lo que dijo la noche anterior. – Por favor quédese en casa… digo si usted desea, tendrá todas las comodidades que se pueden ofrecer en esta residencia, será mi invitada de honor… - Él caminó hacia la salida. - Vendré en la noche para verificar que todo esté en orden, y piense en lo que le he dicho, no se atormente más, buscaremos una solución para su problema sin que sus padres recurran a querer deshacerse de usted nuevamente.

- Gracias mi señor.

- Ah\, y deje de decirme mi señor\, no soy un anciano\, puede simplemente llamarme por mi nombre.

- ¿Eso no sería muy descortés de mi parte?

- No\, digo a menos qué… ¿Cuántos años tiene señorita?

- Tengo dieciséis años mi señor.

- ¿Dieciséis? – Cuando Gabriel escuchó su edad\, se sorprendió demasiado\, él ya bordeaba los veinticinco años\, y en realidad ella no parecía tan joven; cuando pensó en lo mucho que ha sufrido Minerva a su corta edad\, no deseó más que protegerla. – Vaya aún es muy joven\, y aún así sus padres le obligaron a comprometerse\, digo ya no estamos en la edad media.

- Supongo que hay cosas que no cambian con el tiempo.

- Pues con mayor razón\, ahora menos que nunca podría dejarle sola a expensas de los depravados de Londres. – Él tomó su mano de improvisto. – Quédese en esta casa\, volveré lo antes posible y encontraremos una solución para esta situación. – Después de decir eso\, salió apresurado hacia el palacio.

Minerva lo miró alejarse, y llevó su mano al pecho, quería calmar ese corazón que latía a mil por hora, Gabriel logró robarle hasta el aliento en cuestión de minutos, era un hombre apuesto, y la amabilidad de sus palabras eran como miel para los oídos, era la combinación perfecta entre una imagen masculina y una personalidad amable, nunca pensó que podría encontrarse con un hombre con cuyas cualidades sentía paz y no asco; hace un par de años que ella se dio al dolor de casarse con un viejo panzón con mucho dinero para contentar a su familia, algo dentro de ella comenzó a desear que un hombre como Gabriel la libre del infierno futuro que la deparaba.

-

Elaine llegó al palacio, en donde fue anunciada, vestía un largo vestido color rosa pálido con bordados blancos, llevaba un maquillaje ligero y el cabello recogido, era una mujer muy bella, no necesitaba demasiado para verse bien.

Giselle escuchó que su amiga estaba en el palacio y corrió a su encuentro, ambas se dieron un fuerte abrazo, luego se dirigieron a la sala principal donde estaba la familia real reunida junto a sus invitados.

En la sala, saludó a todos y se sentó a lado de su amiga; le llamó la atención una bella mujer de cabello negro y ojos verdes que no dejaba de mirar en su dirección.

-. ¿Giselle quién es la bella dama que no deja de mirar en mi dirección?

- Ah\, ella es Jane\, hija de la señora Clare\, amiga cercana de la reina. Toda la familia que ves de ese lado es muy influyente en Cambridge\, son comerciantes de joyas que han ganado poderío en el reino británico sin necesidad de un título\, el señor Carlos fue candidato para ser general del ejército junto al ahora general Abel\, pero renunció a todo porque quería pasar más tiempo con su amada esposa\, una historia muy conmovedora\, ya quisiese yo un hombre así en mi vida. - Esto último lo dijo con un suspiro\, mientras miraba a Patrick salir de la sala.

- Vaya\, si que lo es. Y... la señora Jane es muy bella.

- Escuché que fue compañera del príncipe Edward en su infancia\, estudiaron juntos en la academia de bellas artes\, y el hombre que ves a su lado es su esposo\, hijo de un duque de Gales\, y también fue mejor amigo del príncipe.

- ¿Ya no son amigos?

- Creo que no\, el príncipe Edward se retiró apenas los saludó\, como si estuviese huyendo de su presencia.

- Que extraño.

- Así es. Pero dime ¿Cómo haz estado? No sabes la falta que me haz hecho.

- Perdón por no venir antes\, estuve resolviendo unos asuntos.

- No se preocupe mi Lady. Vamos\, huyamos de esta sala por un momento\, debo contarte algo muy extraño.

Las dos amigas salieron de la sala, se dirigieron a un lugar alejado en el jardín y se sentaron en una banca debajo de un gran árbol de sauce.

-. ¿Qué es eso tan importante que debes contarme? Dime todo con detalles. – Le preguntó emocionada Elaine.

- Dormí con Patrick.

- ¿Qué? ¿Quééé? No puedo creerlo\, eso si que fue rápido. ¿Cómo sucedió?

- No es lo que imaginas\, hicimos eso\, dormir\, aunque yo no quise\, y creo que él tampoco.

- ¿Cómo?

- Llegó ebrio\, y se equivocó de habitación\, yo estaba dormida profundamente\, no me percaté de su presencia hasta la mañana siguiente\, pero es que se sintió demasiado extraño todo.

- ¿Alguien más lo sabe?

- No\, pero la reina casi lo descubre.

- Es increíble. ¿Y ahora estás confundida nuevamente? ¿Estar cerca de él revive sentimientos que creías haber superado?

- Exacto\, ahora… no dejo de pensar en él. Su actitud me confunde demasiado\, no quiero vivir de ilusiones.

- Pues como amiga te digo que deberías confrontarlo\, y dejarle claro que no estás dispuesta a ser un juego para él.

- Ya pensaré que haré al respecto\, solo necesitaba hablarlo contigo\, ya me siento con un peso menos.

- Yo también debo contarte algo\, aunque no sé si sea el lugar adecuado.

- Buenas tardes señoritas. ¿Interrumpo? – Edward que pasaba por ahí junto a su perro lobo de aspecto atemorizante\, se acercó a las doncellas\, a penas vio a Elaine su corazón se emocionó demasiado.

- Buenas tardes su excelencia. Bueno yo estaba por retirarme\, le espero adentro Lady Elaine\, os dejo para que conversen en paz. – Dijo Giselle\, mirando a Elaine con ojos pícaros\, la marquesa solo sonreía\, aunque por dentro rogaba que su amiga no la deje sola. Giselle se perdió entre los pasillos\, nuevamente Elaine y Edward estaban juntos\, y a solas.

- ¿Podemos hablar por un momento? Creo que debemos aclarar ciertas cosas. – Afirmó Edward señalándole que tome asiento.

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Comments

Yennis Esther Jimenez Hernandez

Yennis Esther Jimenez Hernandez

más capítulos por favor

2022-07-21

1

Herminia Cabrera

Herminia Cabrera

por favor no demore con los capítulos..

2022-07-17

1

Keydis Santana

Keydis Santana

te extrañamos no demores en subir capítulos

2022-07-14

1

Total
Capítulos
1 Prólogo
2 Capítulo I – Francesa en apuros
3 Capítulo 2 – Una extraña
4 Capítulo 3 – La primera oportunidad
5 Capítulo 4 – No arruines mis planes
6 Capítulo 5 – Recordar es volver a vivir
7 Capítulo 6 – La espía
8 Capítulo 7 – No me mires así
9 Capítulo 8 – Cómplice en el palacio
10 Capítulo 9 – A solas
11 Capítulo 10 – No la toques
12 Capítulo 11 – Una noche con mi prometida
13 Capítulo 12 - Un camisón transparente y una visita inesperada
14 Capítulo 13 – La mujer de ojos verdes
15 Capítulo 14 – Llegó el momento
16 Capítulo 15 – Pasé la noche con el príncipe
17 Capítulo 16 – Entre sábanas
18 Capítulo 17 – Pillada
19 Capítulo 18 – Un golpe por cada lágrima
20 Capítulo 19 – Cuatro palabras
21 Capítulo 20 – El duelo de una nación
22 Capítulo 21 – Traición
23 Capítulo 22 - Vete
24 Capítulo 23 – La traeré de vuelta
25 Capítulo 24 – Voy por ella
26 Capítulo 25 – No te esperaba
27 Capítulo 26 – La carta que leí
28 Capítulo 27 – Volverás conmigo ​
29 Capítulo 28 – No me vuelvas a besar
30 Capítulo 29 – De vuelta
31 Capítulo 30 – Mi castigo es amarte
32 Capítulo 31 – Repentino
33 Capítulo 32 – Un nuevo Patrick
34 Capítulo 33 – Explicaciones y apuros
35 Capítulo 34 - Una boda apresurada
36 Capítulo 35 - Mis ojos en otro hombre
37 Capítulo 36 - La distancia que nos separa
38 Capítulo 37 - Un disparo
39 Capítulo 38 - Un beso de sanador
40 Capítulo 39 - Difícil
41 Capítulo 40 - Un juicio lleno de sorpresas
42 Capítulo 41 - La bañera
43 Capítulo 42 - Un caballero ansioso
44 Capítulo 43 - No es tan difícil perdonar
45 Capítulo 44 - Buscaré una esposa
46 Capítulo 45 - El momento está cerca
47 Capítulo 46 - Mi alma y la tuya
48 Capítulo 47 - Esperaba a otra persona
49 Capítulo 48 - Por un te amo
50 Capítulo 49 - Gran idea
51 Capítulo 50 - El plan perfecto
52 Capitulo 51 - Plan imperfecto
53 Capítulo 52 - Mi debilidad secreta
54 Capítulo 53 - No puedo mirarlo con otros ojos
55 Capítulo 54 - Un pequeño desliz
56 Capítulo 55 - Dos desconocidos
57 Capítulo 56 - Ese no es hombre para ti
58 Capítulo 57 - Nuestro secreto
59 Capítulo 58 - Niña
60 Capítulo 59 - Un hasta luego, no un adiós
61 Capítulo 60 - Mi noche favorita, nuestra
62 Capítulo 61 - Mía para siempre
Capítulos

Updated 62 Episodes

1
Prólogo
2
Capítulo I – Francesa en apuros
3
Capítulo 2 – Una extraña
4
Capítulo 3 – La primera oportunidad
5
Capítulo 4 – No arruines mis planes
6
Capítulo 5 – Recordar es volver a vivir
7
Capítulo 6 – La espía
8
Capítulo 7 – No me mires así
9
Capítulo 8 – Cómplice en el palacio
10
Capítulo 9 – A solas
11
Capítulo 10 – No la toques
12
Capítulo 11 – Una noche con mi prometida
13
Capítulo 12 - Un camisón transparente y una visita inesperada
14
Capítulo 13 – La mujer de ojos verdes
15
Capítulo 14 – Llegó el momento
16
Capítulo 15 – Pasé la noche con el príncipe
17
Capítulo 16 – Entre sábanas
18
Capítulo 17 – Pillada
19
Capítulo 18 – Un golpe por cada lágrima
20
Capítulo 19 – Cuatro palabras
21
Capítulo 20 – El duelo de una nación
22
Capítulo 21 – Traición
23
Capítulo 22 - Vete
24
Capítulo 23 – La traeré de vuelta
25
Capítulo 24 – Voy por ella
26
Capítulo 25 – No te esperaba
27
Capítulo 26 – La carta que leí
28
Capítulo 27 – Volverás conmigo ​
29
Capítulo 28 – No me vuelvas a besar
30
Capítulo 29 – De vuelta
31
Capítulo 30 – Mi castigo es amarte
32
Capítulo 31 – Repentino
33
Capítulo 32 – Un nuevo Patrick
34
Capítulo 33 – Explicaciones y apuros
35
Capítulo 34 - Una boda apresurada
36
Capítulo 35 - Mis ojos en otro hombre
37
Capítulo 36 - La distancia que nos separa
38
Capítulo 37 - Un disparo
39
Capítulo 38 - Un beso de sanador
40
Capítulo 39 - Difícil
41
Capítulo 40 - Un juicio lleno de sorpresas
42
Capítulo 41 - La bañera
43
Capítulo 42 - Un caballero ansioso
44
Capítulo 43 - No es tan difícil perdonar
45
Capítulo 44 - Buscaré una esposa
46
Capítulo 45 - El momento está cerca
47
Capítulo 46 - Mi alma y la tuya
48
Capítulo 47 - Esperaba a otra persona
49
Capítulo 48 - Por un te amo
50
Capítulo 49 - Gran idea
51
Capítulo 50 - El plan perfecto
52
Capitulo 51 - Plan imperfecto
53
Capítulo 52 - Mi debilidad secreta
54
Capítulo 53 - No puedo mirarlo con otros ojos
55
Capítulo 54 - Un pequeño desliz
56
Capítulo 55 - Dos desconocidos
57
Capítulo 56 - Ese no es hombre para ti
58
Capítulo 57 - Nuestro secreto
59
Capítulo 58 - Niña
60
Capítulo 59 - Un hasta luego, no un adiós
61
Capítulo 60 - Mi noche favorita, nuestra
62
Capítulo 61 - Mía para siempre

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