Gabriel se quedó escondido, y cuando vio lo que sucedía entre ellos dio media vuelta y se dedicó a hacer guardia para que nadie llegara hasta ahí y viese lo que hacía su amigo.
Cuando Edward acarició su muslo, ella lo atrajo halando su camisa y lo besó, Elaine se olvidó de su odio, del dolor de su pie, de todo, en ese momento solo anhelaba saciar el deseo que sentía.
- ¿No me golpeará por besarla?
- No diga nada su excelencia\, porque el arrepentimiento invadirá mi cabeza.
Él no fue indiferente a sus palabras, correspondió aquel beso como si fuera el último de su vida, agarró su cintura, y la besó apasionadamente mientras con las manos recorría sus piernas, luego le ayudó a levantarse, y la sostuvo para que no cayera de nuevo, alzó un poco su vestido y ella envolvió sus piernas sobre él. Edward la cargó en brazos y la sentó sobre el pasamanos de una de las casetas del jardín, besó su cuello, volviendo aún más candente la situación.
No había romanticismo, solo muchas ganas de sentirse el uno al otro, de rozar sus pieles, y recibir el calor del otro.
*
Giselle terminó de bailar, y trató de hablar con su prometido. – Príncipe Patrick. – Pero él la ignoró, hizo una reverencia y se alejó de ella, eso la puso un poco triste, y cuando miró a su alrededor había un montón de gente murmurando por todas partes en el salón, pero decidió ignorar todo y mantener su cabeza en alto.
Fue hacia donde estaba reunida su familia, y no vio por ningún lado a su amiga, cuando preguntó por ella, su padre le dijo que había salido para tomar un poco de aire fresco.
Así que ella salió de la sala, y fue a buscarla aprovechando para ignorar las miradas curiosas; la gente comenzó a hablar de Gisselle. – Pobre chica, su padre logró comprometerla con el hijo del príncipe, pero es más que evidente que no es más que un adorno para él, ni siquiera la mira. – Patrick escuchó eso, y se enojó, aunque esas personas tenían razón, no quería que quien sería su esposa estuviese en boca de gente corriente, así que asentó con fuerza la copa de vino de la que bebía, manchando la ropa de uno de ellos, ni siquiera pidió disculpas para disimular su descontento, y salió en busca de Giselle.
- ¡Elaine! ¿Dónde estás? Quiero irme a casa ¿Vienes conmigo?
Gabriel la escuchó, y enseguida encendió las alertas para que Edward se fuera de allí, pues si le descubrían con Elaine ambos estarían en problemas. - Mi lady, no puede venir en esta dirección.
- ¿Está prohibido venir al jardín? Estoy buscando a mi amiga.
- Eh no\, pero el baile es en el salón interior\, no en el jardín.
- Bien\, si no hay una prohibición\, quiero buscar a mi amiga. – Gritó más fuerte. - ¡Elaine!
Elaine que aún no lograba recomponerse, logró escuchar el grito de Giselle, en ese momento se acabó por completo la magia, empujó a Edward y se comenzó a acomodar el vestido.
Él quiso ser caballeroso y le ayudó a acomodar su alborotado cabello, pero ella lo paró de golpe - Váyase por favor, nadie debe saber que estuvo conmigo.
- Pero usted está lastimada\, no la voy a dejar sola.
- Mi pie va a sanar\, pero mi reputación y mi dignidad no me pueden devolver nadie. - Lo miró fijamente. - Por favor.
- Bien\, por favor cuide de su pie\, enviaré a alguien que le ayude. – Él no dijo más\, y se fue; pensó que podía explicarlo\, y le molestó el hecho de que ella considerara una deshonra que le vean con él\, aunque otra parte de él la entendía ya que otra persona pudiese malinterpretar el contexto de la situación o exagerar los hechos dejando mal a Elaine ante la sociedad.
Gabriel estaba deteniendo a Giselle, y cuando Patrick observó la situación se puso algo celoso.
- ¿Qué sucede aquí? – Preguntó Patrick.
- Su excelencia. – Dijo Gabriel haciendo una reverencia.
- Nada que le incumba\, su excelencia. – Respondió fríamente Giselle\, que no olvidó como él la ignoró delante de todos.
- Gabriel déjenos solos.
- No\, por favor\, quédese y ayúdeme a buscar a mi amiga. – Refutó Giselle.
Gabriel no sabía que hacer, cualquier decisión que tomase podía irse en su contra. – Yo buscaré a su amiga señorita, mientras ustedes hablan. – Encontró rápidamente la solución a su dilema, dicho eso se alejó a grandes pasos.
- No creo que tengamos nada de que hablar\, usted lo ha dejado muy claro todo.
- Bien\, entonces dejemos que la gente siga hablando\, y nosotros sigamos fingiendo que somos un compromiso realizado para conveniencia de tu padre. – Dijo Patrick con desdén\, provocando la ira de Giselle\, quien no dudó en darle una bofetada.
- No hables de mi padre como si este bendito compromiso hubiese sido algo que él pidió\, porque entonces se me va a olvidar que eres el hijo del príncipe heredero. Tú fuiste quien se acercó a mi familia pidiendo mi mano para librarte de tus responsabilidades como miembro de la familia real. – Patrick sonrió maliciosamente\, y se llevó la mano al rostro mirando a Giselle como si le hubiese gustado recibir aquel golpe.
- Pega fuerte.
- No eres más que un hombre inmaduro que se cree superior por el título que tiene\, si tanto estorbo en tu vida entonces…
- Ey shhh. – Patrick se acercó a ella y le puso uno de sus dedos sobre los labios para que dejara de hablar. - ¿Quién dijo que estorba mi Lady?
Ella no pudo decir nada más, se puso nerviosa por la cercanía, y bueno también porque en ese momento él tenía una mirada intimidante, pensó que la bofetada estuvo demás, y que las consecuencias podían ser graves. – No lo ha dicho, pero sus actos los demuestran. - Lo dijo en voz baja avergonzada.
- Bien\, le explicaré detenidamente\, para que entienda señorita\, si yo cancelo ese compromiso nadie querrá casarse con usted\, en una sociedad como la nuestra usted será prohibida para cualquier hombre decente\, por haber sido casi “propiedad” de la familia real\, así que es algo que no le conviene\, ni a usted ni a su familia\, claro tampoco a mí\, porque como usted lo ha dicho así evito seguir el tedioso protocolo real.
Cuando escuchó eso, a Giselle le dieron muchas ganas de llorar, pero no quería hacerlo frente a él, así que dio media vuelta dispuesta a irse de ahí. – Con su permiso, su excelencia.
Pero él tomó su mano, y le dijo viendo su espalda. – Finjamos que somos una pareja de comprometidos felices, de ahora en adelante usted tendrá que venir más seguido a palacio, así que seamos más cordiales el uno con el otro.
- Que tenga buena noche su excelencia. – La manera en que él le hablaba no hacía más que llenarla de dolor\, así que sacudió su mano y se soltó de su agarre\, luego caminó en la misma dirección que había tomado antes Gabriel\, dejando atrás a Patrick\, quien no dejó de mostrar una sonrisa ladina.
Cuando estuvo lo suficientemente lejos se apoyó sobre un árbol y comenzó a llorar en silencio, después de unos minutos después de desahogar su dolor, se limpió el rostro y continuó caminando hasta que llegó donde estaba Elaine.
- Oh\, Dios\, por fin la encuentro mi Lady. – Le dijo mientras se acercaba a la pequeña caseta del jardín.
- Lo siento\, no pude regresar al salón.
- ¿Sucedió algo? – Dijo Giselle mientras la inspeccionaba.
- De hecho tropecé y me lastimé el tobillo.
- ¿Y ha estado sola aquí? No puede ser\, debió pedir ayuda. Vamos la llevaré de regreso a casa para que descanse.
- ¿Lady Elaine?\, soy sirvienta de palacio\, me han enviado para ayudarle.
- ¿Alguien de palacio? – Preguntó extrañada Giselle. – Había alguien más contigo antes de que llegara.
- Si\, pero eso no importa ahora\, después le contaré que sucedió señorita. – Elaine se dio cuenta que quedó en evidencia\, pero no quería dar explicaciones\, ya pensaría en el camino que decir. – Gracias\, por favor ayúdenme a levantar para ir hacia el carruaje.
Giselle vio todo muy sospechoso, si la mujer era sirvienta de palacio, eso solo quería decir que quién mandó ayuda para Elaine era alguien de la familia real, sin embargo, no dijo nada y ayudó a su amiga.
Cuando Giselle dio aviso a sus padres de que iría a casa con Elaine, ellos salieron detrás. Edward miró a Elaine desde el balcón y después de corroborar que ella estaba bien regresó al salón con su familia; lo que sucedió esa noche en el palacio fue extraño para él, pero no podía dejar de pensar en lo bien que se sintió estar cerca de la bella dama, aquello era más que un simple beso, había sido el mejor beso que dio en su vida.
Ya en el salón, Edward se encontró con Gabriel, quien a penas le vio le preguntó en voz baja por lo que vio antes. - ¿Tiene algún interés en Lady Elaine?
- Acaso… ¿Me espías?
- El príncipe Basil me envió\, no puedo desobedecer las órdenes del futuro rey. – Le respondió alzando los hombros\, claro que no fue él sino su esposa\, la princesa Adara\, pero sonaba más convincente si decía que fue Basil.
- Pensé que éramos amigos.
- Y lo somos\, pero el deber está antes que la amistad… De todas maneras\, no evada mi pregunta su excelencia. ¿Cómo puede exponerse de esa manera con una mujer cuando hay tanta gente en el palacio?
- Creo que tomé unos tragos demás\, y me ganó la emoción\, pero eso no quiere decir que tenga algún interés en la marquesa.
- Pues yo lo vi muy entretenido mientras le “ayudaba” a levantarse.
- No la estaba levantando\, su pie quedó atascado en una zanja\, no tuve otra opción que ayudarla\, soy un caballero.
- Ja\, ja\, ja\, un caballero no besaría a una mujer de manera tan lujuriosa\, además si la estaba levantando\, incluso la colocó sobre la barda de la caseta.
- Ya pareces mi madre\, deja de sermonearme que este tema no te incumbe\, si tanto importa entonces ve a contarles todo.
- ¿Tengo cara de chismoso?... Claro que no\, solo quería avergonzarte un poco\, pero eres un caradura ja\, ja\, ja\, ni siquiera aceptas lo evidente.
- ¿Qué insinúas? La conocí esta noche\, no podría desarrollar sentimientos por esa mujer en un par de horas.
- Yo no insinúo nada\, tal vez no tengas sentimientos por la marquesa\, pero es evidente que te atrae.
- Buenas noches caballeros\, ¿interrumpo? – Patrick se acercó a ellos.
- Su excelencia. – Gabriel hizo una reverencia para saludarle.
- Te veías muy “feliz” en el baile con tu prometida ¿Ya tuvo que irse? – Preguntó Edward con la intención de hacer enojar a su hermano.
- De hecho sí\, parece que seré el primero en casarme\, dicen que los últimos serán primeros en ciertas cosas\, y yo nací tres años después que tú\, pero ya estoy comprometido. – Patrick respondió sarcásticamente.
- Todos sabemos que te comprometiste con la hija del conde solo porque eres un irresponsable\, a diferencia de ti\, elegiré bien a la persona que estará a mi lado\, no la haría pasar vergüenza delante de la gente solo por un capricho.
- Sus\, excelencias creo que no es el lugar correcto para discutir este tema. - Gabriel trató de tranquilizar la situación.
- Creo que la fiesta se tornó aburrida\, iré a mi habitación. – Dijo Edward mirando desafiante a su hermano.
- ¿Volverás a fumar una caja de puros para calmar tu ansiedad? - Le cuestionó Patrick.
- Fumaré lo que quiera\, eso no es asunto tuyo.
- ¿Qué le preocupa a nuestro futuro rey? ¿No puedes con la presión? O es que acaso… ¿Nunca vas a superar que Jane se haya casado con tu amigo? – Esto último le dijo en voz baja\, y luego se fue.
Edward apretó los puños, y se contuvo para no pegarle una paliza a su hermano, es que el tema de su primer amor era algo que todavía dolía en su corazón.
Gabriel notó la reacción de su amigo, y le dio una palmada en el hombro, señalándole que debía tranquilizarse. Edward se alejó del salón lleno de ira, y se dirigió a su habitación, ahí tomó la silla de la entrada y la lanzó sobre la pared, luego fue a buscar algo para fumar.
- Edward deja de actuar como un perdedor. – Se dijo asimismo mientras sostenía un puro en su mano\, después se llenó de coraje e hizo añicos todos y los lanzó a la chimenea.
*
Cuando Elaine llegó a casa en compañía de Giselle, se sorprendió al ver al mayordomo de su casa esperando fuera, se despidió cortésmente de la familia del conde, y entró con ayuda de su sirviente sin antes mirar un coche desconocido esperando fuera.
- ¿Ha sucedido algo?
- Mi lady\, hay un hombre adentro\, alega ser un familiar suyo que ha venido desde Francia.
Elaine supo enseguida de quien se trataba, su sangre se heló al imaginar las razones de su visita; ella no tenía una buena relación con nadie de su familia paterna, y una visita tan repentina solo significaba que había problemas; La familia del marqués tenía envidia de los privilegios que Elaine obtuvo después de su muerte, y consideraban que era indigna de llevar el apellido Dubois.
¿Por qué este personaje la visitaba? ¿Qué conflictos crearía en la vida de Elaine?
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Comments
Lilia Lucia Bernacchi
me gusta la historia
2022-07-09
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