Elaine sentía que sus piernas no le respondían para huir del lugar, se sentía tan ansiosa, no quería responder preguntas que podrían poner en peligro su integridad. Y al ver al lobo que no dejaba de mirarla sentía aún más miedo.
-. Su lobo se ve demasiado intimidante su alteza. – Dijo ella con una sonrisa nerviosa.
- Pierda cuidado\, él es agresivo solo cuando la situación lo amerita\, créame más que un animal temible es un cachorrito amoroso. – Afirmó él mientras le acariciaba el lomo.
- ¿Un cachorrito amoroso? No podría creer algo así después de ser atacada por ese “tierno” animal.
- Oh\, ya veo\, es por lo que sucedió hace tiempo. Bueno tampoco entiendo\, pero dicen que los animales sienten la mala energía de las personas\, aunque no creo que sea su caso. - Bromeó Edward\, pero ella se lo tomó algo personal respondiendo a la defensiva.
- ¿Qué? No\, claro que no\, yo solo quería acariciarlo\, pero fue un error intentarlo mientras dormía.
- Puede hacerlo ahora si desea\, parece sentirse tranquilo con su presencia. - A él le pareció un poco extraño la manera en que reaccionó\, pero no le dio mayor importancia.
- Quiero conservar mis manos\, su alteza.
- Estoy aquí nada sucederá\, venga\, hágalo.
- ¿Pero y si me ataca?
- Solo hágalo.
Ella se acercó lentamente al gran animal, y para su sorpresa él no reaccionó como pensaba, más bien respondió acercando su cabeza más para que lo siga acariciando. – Vaya no sabía que podía volver a acercarme a este bebé. – Dijo ella emocionada, bajo la mirada tierna de Edward que la contemplaba como a una estrella
Ella se percató de su mirada, y se sintió avergonzada. – Usted quería hablar conmigo su excelencia, ¿No? … pronto regresaré a casa.
-. Oh sí, perdón mi Lady, me emocioné por un momento, es que Ares es impresionante. – Buscó la excusa más tonta, provocando una sonrisa en Elaine. - Iré al grano, necesito que me explique que fue exactamente lo que sucedió esa tarde en su casa. ¿Por qué ese hombre cree que tiene el poder para tratarla de esa manera?
- Ese hombre es mi tío su excelencia\, es el hermano menor de mi padre\, y lo único que quiere es aprovecharse de la muerte de mis padres para quedarse con todo lo que me pertenece.
- ¿Sus padres están muertos? Dios\, perdón mi Lady\, no había preguntado antes por ellos\, cuanto lo siento.
- Está bien su gracia.
- Puede resultar incómodo mi cuestionamiento y no debe responder si piensa que es demasiado\, pero siento mucha curiosidad por saber quién es usted realmente ¿Quiénes son sus padres? ¿Alguno de ellos vivió en Inglaterra? ¿O por qué usted habla tan bien el idioma?
- Sí\, mi madre fue inglesa de nacimiento\, pero muy joven se vio obligada a buscar nuevos caminos lejos.
- Ya veo\, ¿Quién es su madre? Digo tal vez su majestad la reina llegó a conocerla.
- No creo que haya sido el caso su excelencia. – Afirmó mientras apretaba los puños con todas sus fuerzas\, sin que él lo notara. – Como escuchó aquel día\, mi madre no fue más que una pobre mujer con suerte que encontró a mi padre y resolvió sus problemas casándose con él. – Elaine sintió como una puñalada en el pecho el hecho de hablar de su madre de esa manera\, moría de ganas de gritarle en la cara a Edward lo que la familia real hizo con ella\, y todo lo que sufrió después de su exilio.
- Creo que fui demasiado curioso\, lamento la muerte de sus padres\, seguro fueron grandes personas para criar a alguien como usted\, tan bella\, inteligente y con valores de una dama. – Él se percató del cambio de expresión en el rostro de Elaine al hablar de su madre\, no quería incomodarla con más preguntas sobre ella. – Una pregunta más\, ¿Por qué me eligió para ser su prometido "falso"?
- Bueno eso… no sé\, tal vez porque usted es el príncipe de Inglaterra y decir que sería su esposa me libraría de cualquier cosa. – Una pésima respuesta\, que no hizo más que enfriar el corazón de Edward\, quien esperaba que ella dijera algo más romántico.
- ¿Entonces solo me usó para su conveniencia? – Preguntó él\, poniendo tensa su mandíbula.
- Al principio siento que era la intención\, pero de verdad usted… - Ella iba a confesar sus sentimientos cuando vio llegar a Jane con su esposo\, prefirió callar y le señaló con la mirada a Edward que había alguien más ahí.
Él carraspeó su garganta. – Dejemos esta conversación para después. – Lo dijo en un tono serio, y luego se paró a lado de Elaine, ofreciendo su brazo para sostener el de ella.
-. Su majestad, perdón por interrumpir, mi esposo y yo estábamos dando un paseo por este lugar maravilloso.
- Creo que no se debe preocupar señora Jane\, es grato volver a verlos.
- Sí\, ¿Verdad? No nos veíamos desde que nos graduamos de la academia\, te ves mejor ahora Edward\, ser el príncipe heredero te sienta perfecto. – Dijo el esposo de Jane mientras pasaba su brazo por la cintura de su esposa.
- Lo mismo digo\, hacen una pareja espléndida. – Edward comenzó a hablar con sarcasmo.
- Gracias\, todo es gracias a ti que nos presentaste.
Las dos mujeres escuchaban muy incómodas la conversación, pues más que una plática parecía un enfrentamiento entre ambos.
-. Oh, no os he presentado a la bella dama que está a mi lado. Ella es Elaine, marquesa de Evreux, ahora también reside en Londres.
- Un placer conoceros.
- El placer es nuestro. – Respondió el esposo de Jane. – Es bueno saber que mi viejo amigo encontró el amor\, pensé que recorrería caminos incorrectos toda su vida. – Esta última frase llenó de ira a Edward.
- Lady Elaine no se puede comparar con ninguna mujer que haya pasado por mi vida. – Lo dijo poniendo su mano en la cintura de la marquesa como asumiendo que era de su propiedad\, ella abrió los ojos como platos por la sorpresa\, sentía que el príncipe la estaba usando para dar celos a Jane.
- Lo mismo digo de mi amada esposa\, ella es una mujer excepcional\, no podría imaginarla ni en mis más remotos pensamientos encerrada en un palacio como adorno. – La situación llegó al límite para Jane.
- ¡Ya basta! Paren ambos\, es que acaso no os enseñaron el respeto. Las mujeres aquí presentes no somos objetos\, y sus palabras nos hacen sentir como tal. Disculpad\, pero lo mejor será que me retire con mi esposo. Príncipe Edward me alegra verle bien\, y cuide de la bella dama que tiene a su lado\, ella no se merece ser humillada de esta manera.
Edward se dio cuenta de su error y retiró su mano de la cintura de Elaine, y cuando la miró de frente, ella tenía la mirada llena de furia e impotencia. Él se lamentó por lo que hizo, no pensó en lo que podría sentir Elaine con sus palabras, y cayó en una conversación infantil con quién años antes solía ser como un hermano.
Se acercó a ella y le abrazó sin pensarlo, no sabía ni siquiera que decir. – Perdón Lady Elaine, soy un imbécil por usar su nombre en un asunto tan trivial.
-. No se preocupe su majestad, las personas se han empeñado en tratar de humillarme y no lo han logrado con palabras, aunque viniendo de usted quien parecía un caballero si me sorprende.
- No sé en qué estaba pensando me dejé llevar por el coraje que siento.
- ¿Es la señora Jane su primer amor?
- ¿Qué? – A él le pareció extraña la repentina pregunta. – No pensé que llegaría tan rápido la hora de hablar de este tema\, pero seré sincero mi Lady\, sí\, ella es mi primer amor. - Hizo una pausa y miró como la expresión de Elaine se volvía sombría\, pero era necesario aclarar el asunto. - La primera ilusión de un hombre casi siempre termina mal\, y ella fue quien me hizo entender que no puedo tener todo en la vida\, y ese hombre que toma ahora su mano fue mi mejor amigo. Jane y yo juramos casarnos algún día\, pensé que ella era feliz conmigo\, pero el hecho de que ella tenía miles de preguntas que yo no podía responder fue deteriorando nuestra relación hasta el punto en que decidió no seguir más\, intenté convencerla de esperar un poco más\, pero su joven ilusión de formar una familia era más grande que la de estar conmigo. Él sabía que yo estaba enamorado de Jane\, y aun así pidió su mano aprovechándose de que por disposición de los reyes tenía que esperar a ser nombrado oficialmente como príncipe heredero para poder elegir una esposa. Finalmente se fueron de Londres\, se casaron y al parecer viven
felices.
- ¿La sigue amando? – La historia a Elaine le pareció conmovedora\, pero ella no encajaba en ninguna parte así que sentía curiosidad por lo que sentía Edward en ese momento.
- Hoy me di cuenta que no\, cuando la volví a ver después de tanto tiempo esas emociones que sentía por ella cuando era más joven se transformaron en… una punzada en el pecho\, y hoy supe también que eso se debe a que tengo mi orgullo herido.
- ¿Cómo puede saber que dejó de amarla solo porque no siente lo mismo?
- Porque cuando un hombre ama a una mujer\, pierde el aliento cada vez que la tiene cerca\, ese hombre enamorado busca tener contacto físico porque cada centímetro de su piel es como un fuego atrayente para su alma\, se siente pleno y en paz cuando puede darle un abrazo\, y el deseo se desborda en su mirada cuando la tiene en frente. – Con cada palabra se acercó más a ella\, hasta terminar frente a frente a centímetros\, podía escuchar como la respiración de Elaine se comenzaba a cortar con su cercanía\, y eso le hacía sentir en la gloria.
- ¿Y yo en qué parte entro en esta historia? ¿O por qué cada vez que lo tengo cerca no puedo descifrar porque tiemblo?
- Para serle franco\, no quiero que forme parte de esa historia. – Hizo una pausa\, y cuando vio que la expresión de Elaine cambiaba e intentaba alejarse\, le tomó de la cintura y en un solo movimiento la atrajo hacia él. – Con usted mi Lady quiero escribir una nueva historia\, comenzarla de cero y que no termine nunca\, que esos ojos claros tan hermosos me miren cada mañana. Quiero poder gritar ante el reino entero que\, aunque mi corazón no tiene precio\, hay una persona que se adueñó de él\, que jamás temblaría al empuñar una espada o al disparar un oponente\, pero que pierdo el control de mi cuerpo cuando la miro.
Las palabras de Edward realmente fueron sinceras, fluyeron en el momento y permitieron que su corazón se sienta más liviano después de expresar sus sentimientos. Elaine no pudo pronunciar una sola palabra, solo quería huir de ahí, no sabía cómo responder ante tales palabras que retumbaron en su pecho, tan repentinas, tan dulces.
Había un montón de emociones mezcladas, parecía que ambos olvidaron lo que había sucedido minutos antes, el amor pesa más que el disgusto y ese instante era la prueba de eso.
Edward necesitaba probar los labios de Elaine una vez más, sus miradas se pedían a gritos, así que él no dudó más, acercó su rostro inclinándose hacia ella y la beso suavemente. La marquesa sentía que su cuerpo se desvanecía por el fuego que quemaba su interior, envolvió sus brazos alrededor de su cuello y se dejó llevar.
Dicen que cuando el corazón habla la boca calla, la relación que ellos construyeron en todo ese tiempo era en definitiva eso; de manera inevitable sentían aquella necesidad de estar cerca del otro, de escuchar sus latidos y respiraciones cuando se tenían frente a frente.
Elaine tenía un propósito cuando llegó a Londres, pero con solo ver a Edward se olvidaba de todo, no podía ni siquiera imaginar que podía llegar a hacerle daño, al final fue ella quien sentía que si no lo tenía cerca le faltaba algo. Edward no tenía idea de que podría volver a amar después de Jane, pero desde que sus ojos miraron por primera vez a Elaine algo cambio, de a poco esa mujer rara y testaruda se metió en su cabeza dando un giro completo a su vida, convirtiéndose en parte esencial de ella.
Ese instante en el que dos bocas se separan después de un beso hay unos instantes en lo que no sale palabra alguna, y las miradas hablan desde el alma. Edward fue el primero en romper ese silencio, miró con ternura a Elaine, le acomodó el cabello con los dedos, tomó sus manos y las besó, luego dejó también un cálido beso en su frente provocando que ella sonriera con algo de timidez. - Por favor Mi Lady, nunca me quite el privilegio de verla sonreír, es mi dosis de felicidad. – Ella volvió a sonreír, y su cara se tiñó de un rosado tenue.
- No lo haré\, ahora mismo su excelencia es el único motivo de mis sonrisas. – Respondió con la voz un poco temblorosa\, nunca imaginó que algo así saldría de su boca\, y lo mejor de todo\, eran palabras que salían de lo más profundo de su ser\, palabras sinceras que expresaban sentimientos reales.
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Updated 62 Episodes
Comments
Clau Morita
q viva el amor
2022-07-27
1
Gabbi
Estimados lectores
Pronto tendré vacaciones y subiré tres episodios por semana. Gracias por su paciencia y apoyo, siempre leo sus comentarios que me motivan a seguir escribiendo ❤️
2022-07-27
3
Keydis Santana
nooóooooooooo porfis no nos dejes así amo esta historia y estoy ansiosa de seguir leyendo porfa sube más seguido
2022-07-27
1