Capítulo 21

Mario tuvo que ir nuevamente a la policía donde le entregaron una medalla por la contribución que hizo en el caso de la clase desaparecida, lejos de agradecer el gesto, Mario pidió solo una cosa.

— ¿Tendrán la dirección del alfa que estaba con Danna?

Los policías no pensaron que esa pregunta fuera inocente, para poder darle esa información confidencial lo sometieron a un interrogatorio intensivo donde lo acusaron de amenazar a una persona de muerte.

— No comprenden.  Danna podría morir si no lo encuentro.

Las miradas intercambiadas de los oficiales eran intrigadas; Mario tuvo que llamar al doctor a cargo de su hija, para que les explicara la situación tan delicada en la que se encontraban; solo hasta ese momento los cuerpos policiacos se dignaron a ayudar.

Un convoy de seis unidades, se dirigieron a toda velocidad hacia la dirección que recopilaron de Ethan, esperaban no necesitar usar la fuerza bruta; para su sorpresa, cuando entraron al lugar, Ethan se encontraba en cama, si bien su estado era mucho mejor que el de Danna, también había sufrido las consecuencias de su separación.

La servidumbre murmuraba por los pasillos sobre la situación de su señor, era algo incomprensible que un alfa hubiera tomado la decisión de firmar su condena de muerte, si bien, el hecho de que Ethan tuviera más de un omega le ayudaba a sobrepasar el dolor que le provocaba la separación; no aseguraba su bienestar físico y mental.

— Señor Ethan, necesitamos hablar en privado.

Ethan se encontraba hablando con un hombre de traje y gafas oscuras, de vez en cuando tosía de manera sonora, sosteniendo su pecho; a su lado dos mujeres bastante atractivas, una tenía la piel oscura como la noche, la otra era tan blanca como la nieve; no parecían ser parte de la servidumbre, cosa que molesto un poco a Mario, pero no había tiempo de preocuparse por esas cosas, la vida de Danna corría peligro.

— ¿Es usted Ethan Grimaldo?

— Así es. ¿Con quién tengo el gusto?

— Mi nombre es Mario Zepeda, mi hija se encuentra en grave peligro; necesitamos su ayuda. — Mario observaba de manera fría al hombre postrado en cama, mismo que era atendido por las chicas despampanantes.

— ¿Y por qué la hija de un alfa necesitaría la ayuda de otro alfa?

— Mi hija no es un alfa, es una omega y usted la conoce bastante bien.  Aunque no quiera aceptarlo; ella debe estar con usted.

— Si ese es el caso, ella debería de estar presente para pedirlo con su propia boca, ¿No cree que es lo correcto?

— No puede.

— ¿Qué quiere decir?

— Ella está en coma, no tenemos mucho tiempo.  Mi hija va a morir y por lo que veo, usted la seguirá muy pronto. — esa actitud arrogante de Ethan no le agradó para nada Mario, pero, si él se comportaba así, también podría hacer lo mismo; así que mostró una sonrisa triunfante al ver el rostro descompuesto de Ethan arrugarse tras la noticia.

La policía se sintió un poco aliviada de saber que las cosas concluyeron de manera pacífica.  Mario había exigido un acuerdo marital, donde Ethan debería de tener nupcias con Danna, de esa manera podrían ambos estar juntos y no sufrir de los efectos que la unión entre Alfa y Omega crearían en sus cuerpos por la separación.  Mario añadió que él y su mujer irían periódicamente a visitarlos, para corroborar la forma en la que él trataba a su hija; con un apretón de manos y un abogado, las cosas concluyeron con los policías como testigos del pacto.

Para Anaís, el saber que tendría que entregar a su pequeña a un alfa no fue una noticia muy agradable para recibir; se aferró con fuerza a las ropas de Mario llorando mientras pensaba en lo que ocurriría en su cabeza cuando despertara y se diera cuenta de que no estaba en su casa y sobre todas las cosas, que ahora estaba casada con Ethan.

— Tranquila, la unión solo se logra cuando ambos están de acuerdo, ¿Cierto? Tú más que nadie debería de saberlo.

— Pero… ¿La voz?

— Danna es un omega oscuro, así que no creo que la voz pueda dominarla.  No te preocupes preciosa, ella va a estar mejor.

En algunos casos Mario podía ser bastante persuasivo, si bien parte de lo que dijo era cierto, había una parte que no estaba del todo acertada.  Una unión se lleva a cabo con el consentimiento de ambas personas, cuando el alfa y el omega sienten lo mismo el uno por el otro, la unión puede lograrse sin problemas; no obstante, Danna había sido forzada.  Una parte de Mario no quería pensar que los omegas oscuros podían ser marcados por cualquiera, creando conflictos entre alfas y por ende la muerte por separación del omega; lo que explicaba el motivo por el que los casos en que había omegas como Danna eran tan poco conocidos.

En la escuela todo se manejó con la máxima discreción, no deseaban que un alboroto tan grande se causara, a pesar de eso, las amigas de Danna permanecieron todos los días cerca de la familia para seguir de cerca la evolución de su amiga; esperaban verla despierta muy pronto.

Danna despertó en la sala del hospital; los doctores, las enfermeras e incluso sus padres se encontraban al pendiente de su estado.  Anaís la presionó en un fuerte abrazo, comenzaron a perder las esperanzas de que despertará después de tres días.  Ethan también se encontraba en la habitación.  Él solo necesitó probar sus labios una vez más para recuperar su salud; el cansancio, el dolor y demás síntomas por la lejanía desaparecieron por completo.

— No puedo respirar… — dijo en un susurro casi inaudible; no comprendía por qué su madre lloraba de esa manera y las miradas de sorpresa, alegría y tristeza reflejada en las enfermeras la confundían aún más.

Ethan salió del cuarto para dejar que sus padres y los médicos le explicaran lo ocurrido, después de todo, ahora era suya y tendrían toda una vida por delante para estar juntos.

— Vaya que das problemas. — jamás lo admitirá, pero ver que abría los ojos le causó una sensación indescriptible dentro de su cuerpo, estaba aliviado y feliz de volverla a ver; tuvo que salir de la habitación, pues, creía que se estaba contagiando del ambiente dentro del lugar.

Danna tuvo que permanecer en cama tres días más para poderse recuperar por completo; le explicaron qué era lo que había pasado con ella de la manera más calmada posible; su situación actual era algo que sus padres debían de discutir entre ellos.

— No quiero… él es…

— La razón por la que sigues con vida, hija.

— Mamá, por favor, no.  Él fue quien…

— Quien te salvó de la muerte… Sí, ese soy yo.  Querida, es hora de irnos a casa…

Las maletas fueron preparadas y el coche negro que recordaba Danna los esperaba afuera, su madre le aseguró que siempre estaría para ella y que los visitarían seguido para asegurarse de que Ethan cumpliera con su palabra; la mirada amenazadora de Mario fue suficiente para sacar una sonrisa de los labios de su, ahora, yerno.  Danna no quiso llorar frente a sus padres; una vez que el carro avanzó lo suficiente, Danna no pudo contener las lágrimas, miró por la ventana para no mostrarle a Ethan su dolor y lloró en silencio sin poder contenerse.

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Comments

Nancy Narvaez Banda

Nancy Narvaez Banda

estoy fascinada con esta hermosa historia felicitaciones 👏👏👏👏 espero que sigan escribiendo más historias de esta clase excelente autor

2023-05-11

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