Capítulo 17

Pasó una semana completa desde que Mario llegó a la comisaría de la localidad reportando la desaparición de su hija; a pesar de que sus primeros intentos no dieron el impacto necesario, no se rindió.  Habló con varios padres de familia que decían lo mismo que la policía: “los jóvenes solo se están divirtiendo un poco”.

No fue hasta que el tiempo del viaje terminó y el autobús regresó, vació que los padres realmente se  comenzaron a preocupar, recordaron al padre de Danna, quien estuvo insistiendo por muchos días sobre la desaparición de los chicos; la única pista que tenían fue la señal interrumpida del GSP de Danna.

- Desconozco si siguen en ese lugar\, pero es posible que encontremos una pista de su paradero.

La madre de Danna era ajena a todo ese ajetreo, Mario había ocultado a la perfección el hecho de no poder comunicarse con la niña; según Anaís, Danna charlaba todos los días con Mario, no obstante, siempre que ella deseaba tomar la llamada, esta se cortaba sin ninguna razón.  Quizás Mario podía controlar el ambiente dentro de casa para evitar que Anaís se enterara, pero jamás podría detener la información de las noticias y mucho menos los chismes que comenzaban a circular por la ciudad.

- ¿Te enteraste? – dijo una señora dejando de barrer para ponerse al día con las noticias.

- Sí\, es una verdadera lástima\, tantos jovencitos perdidos; ojalá los encuentren.

- Ya verá que sí\, usted solo tenga fe.

Anaís regresa a casa del trabajo esperando ver a su pequeña, tenía preparada una sorpresa para su regreso; le prepararía la comida que tanto le gusta.  Por todas partes escuchaba de los jóvenes que fueron extraviados; sin embargo, a pesar de la opresión en su pecho, tenía la plena seguridad de que Danna no se encontraba en peligro, Mario ya le hubiera dicho algo, de eso estaba segura.

Anaís siempre se preocupaba demasiado cuando Danna salía de excursión, temía que le ocurriera lo mismo que le había ocurrido a ella en el pasado; estaba segura de que esa misma preocupación tenían todos los que eran de su clase; dudaba mucho que los Alfas o siquiera los Betas se preocuparan por terminar como ellos, los Omegas lo hacían.

Tuvo suerte de nada más haber sido abusada, pues sabía de casos en donde eran obligadas a trabajar como prostitutas o incluso eran vendidas como esclavas sexuales a hombres poderosos; su amiga Rebeca no tuvo la misma suerte; un día salieron de fiesta y jamás la volvió a ver.

- Debe de ser difícil\, pasar por algo así\, no sabe cuánto lo siento.

- Descuide\, pronto regresará\, estoy segura de eso. – Anaís respondió con una sonrisa un poco confundida\, el viaje había término\, únicamente debía llegar a casa y todo este mal presentimiento terminaría.

- Realmente es una mujer valiente.

- Gracias.

Llegó a casa y se dispuso a cocinar, aunque la respiración comenzó a parecerle difícil, algo no andaba bien, con la casa tan callada y los nervios creciendo por los recientes rumores de su localidad, Anaís encendió el televisor intentando calmarse.  Las noticias invadieron los canales, era algo bastante hablado, los chicos desaparecidos en una excursión, Anaís tomó entre sus manos una taza de té que cayó al suelo con estrépito al escuchar el nombre de los chicos desaparecidos; en los que figuraba el nombre de su pequeña.

No podía creerlo, Danna, la luz de su vida; se encontraba extraviada.  En la entrevista el maestro y el chófer

ofrecieron sus testimonios; también salieron varias madres, quienes aseguraban que el que las alertó no fue otro que Mario, el padre de una de las chicas.

- De no ser porque su hija se arriesgó a llamarlo… - dijo una mujer frente al micrófono.

Mario lo sabía desde el inicio. Nombraron a Danna como una heroína sin la cual las investigaciones y la supuesta localización de los chicos no hubiera sido posible.  El secretario de la policía mencionó que ya se encontraban investigando el lugar donde el celular de la chica dio su última localización; esperaban que no fuera demasiado tarde, sabían que cada minuto contaba y era posible que alguno de los chicos hubiera tenido un percance.  Pero tenían la esperanza de salvar a un poco más de la mitad de los jóvenes.  Después de todo eran omegas.

El sonido de la puerta al abrirse la sacó de su estupor; con sus ojos abiertos por la sorpresa sin poder mirar a un punto fijo; la mente en blanco y el cuerpo pesado.

- Ya llegué preciosa.  ¿Puedes imaginar que se van a quedar una semana más? – Mario creía que su mujer aún no conocía la situación; su sorpresa fue grande al observar que ella se encontraba frente al televisor\, mirándolo aturdida y la pantalla mostrando la noticia\, con una foto de Danna como la chica que posiblemente no regresaría con vida.

- ¿Tú lo sabías? – preguntó apuntando a la nota.

- No quería que te preocuparas\, descuida la policía ya está investigando\, así que…

- ¿Desde cuándo lo sabes?

- Danna activó el rastreador…  Hace dos semanas.

- ¿Y no pensabas decirme nada?

Anaís se sintió completamente traicionada, si no hubiera sido por las señoras y sus insinuaciones, no hubiera buscado las noticias, seguiría en la ignorancia suponiendo que su pequeña la está pasando genial, suponiendo que la vida es color de rosas y que la mala fortuna solo le afectó a ella; que Danna por ser diferente podría salvarse de un destino cruel.  Realmente fue una estúpida al suponer algo así.

Los policías, en cooperación con Mario, fueron a buscar a los chicos al último lugar donde la señal de Danna fue percibida, sin embargo; cuando llegaron el lugar se encontraba completamente desierto.  Aquel almacén parecía tener demasiado tiempo sin usarse, las tejas roídas, el piso cubierto por una capa uniforme de polvo, sin marcas de neumáticas por las cercanías ni vecinos que pudieran dar alguna clase de información.

- La zona está libre. – dijo el oficial mientras aseguraban todo el perímetro\, ningún alma era visible desde hace kilómetros\, era imposible que los chicos estuvieran en ese sitio sin dejar marcas.

Mario observa con desesperación el suelo, era imposible que la señal los llevará a un sitio equivocado, algo no andaba bien, tenía que descubrir qué era; la seguridad de su hija y los chicos que estaban con ella dependían de ello.  No obstante, a pesar del tiempo y el personal que ocuparon en el operativo de rescate, no pudieron encontrar ni una sola pista que les ayudará a encontrar su paradero.  Estaban por retirarse cuando se pudo escuchar con toda claridad el golpe de algo metálico y un grito ahogado.

Levantaron cualquier cosa que se encontrara en el suelo, era claro que estaban ocultos bajo tierra, necesitaban encontrar la puerta en donde los tenían cautivos; no fue hasta que un sabueso entrenado pudo percibir el aroma de un omega que dieron con la entrada; el equipo anti motín se puso en marcha, era necesario tener el mayor cuidado posible; estaban seguros de que los estaban esperando y así fue, la detonación de un arma de fuego dio lugar a una batalla que se creía casi perdida de no ser por las granadas cegadoras hubieran sufrido pérdidas ambos bandos.

Poco a poco, los jóvenes que aún se encontraban en el sitio fueron liberados; algunos de los chicos le comentaron a la policía que hubo chicos que fueron vendidos a los pocos días de haber llegado; así como que un chico no lo habían visto desde el primer día de su llegada y por supuesto, les hablaron de las chicas que fueron llevadas al fondo del sitio.

- Danna y sus amigas fueron llevadas para allá… - comentó Marco sintiendo una mezcla extraña entre alivio por ser rescatados y miedo de no saber lo que pasaba con sus amigas\, un oficial lo sacó del punto envuelto en una manta.

Un grupo armado de oficiales se dirigieron a donde les dijeron, sin esperar lo que encontrarían; dos chicas esperaban frente a una puerta, cubriendo sus oídos y cerrando con fuerza sus ojos, lo que fuera que estuviera dentro de ese cuarto definitivamente no era nada bueno, Mario pudo reconocerlas de inmediato.

- ¡Sonia\, Tania!  ¿Se encuentran bien? – preguntó tomando por los hombros a Sonia\, ella no pudo responder\, solo se echó a llorar en sus brazos; Mario la consoló unos segundos antes de apartarla y mirarla fijamente a los ojos.

- ¿Dónde está Danna?

- Ella… lo siento\, fue mi culpa; yo… - Sonia se derrumbó\, incapaz de decir ni una palabra más\, uno de los oficiales la saca del sitio para ponerla a salvo.

- Danna está dentro del cuarto\, pero ya es muy tarde.

El corazón de Mario se detuvo unos segundos cuando estuchó esa frase y miles de pensamientos negativos invadieron su imaginación, un oficial se llevó a Tania y con un ariete abrieron la puerta, la imagen de Danna siendo mancillada fue lo primero que vieron los oficiales.

- ¡Arriba las manos! ¡Aléjese de la niña!

Danna se hizo una pequeña bola sobre las sábanas, Mario observó todo en cámara lenta, todo el tiempo que había invertido para salvarla fue en vano; trató de tocarla; pero retiró la mano en ese mismo instante; Ethan fue arrestado, sin embargo, no por ser la mente tras el crimen, sino por mantener relaciones con una menor.  La vida de Danna se encontraba destruida, Mario se sintió culpable por ello.

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Comments

Delia Alcira Mancardo

Delia Alcira Mancardo

alucinante, me gusta

2023-05-10

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