Capítulo 13

La única ropa que pudo encontrar Danna fue un vestido de color azul marino con unas zapatillas negras de pulsera, no eran altas por lo que no tendría problema en caminar, no comprendía de qué iba todo eso; sin embargo, a los pocos minutos de haberse cambiado, Ethan entró con un grupo de personas que traían maletines pequeños; la sentaron en un taburete y comenzaron a maquillarla y arreglar su cabello.

- Asegúrense que quede digna de un rey.

- Cómo ordene señor.

Ethan se marchó para ver cómo iba la demás mercancía, él desea quedarse con Danna porque le gustan las cosas únicas y un omega oscuro es una de las rarezas más exóticas de todas; si logra hacerla quedar en cinta lograría algo que nadie más lo ha hecho, aunque sabe que las probabilidades de que eso ocurra son mínimas; el hecho de ser dominante le da cierta ventaja, aunque no sabe si es suficiente con eso.

- ¿Cómo van las cosas?

- Bien señor\, pero…

- ¿Pero?  ¿Cómo pueden ir bien las cosas si dices un “pero” en medio?

- El radar encontró una señal GPS, pero no encontramos el dispositivo que la está mandando, señor.

Ethan no solo era una de las personas más peligrosas por el control que tiene sobre la mafia, sino por su gran conocimiento en tecnología; rápidamente pudo rastrear la señal hasta una de las habitaciones; Ethan mando a revisar todas las cosas que traían los omegas en custodia, no pudieron encontrar nada relevante, además de una simple medicina que suprimía el ciclo de celo.

Comenzaba a molestarse, alguien le estaba jugando sucio y eso no le agradaba; fue a ver cómo estaba Danna, ahora que era parte de su colección debería de dejar las cosas en claro y saber que ella sabe lo que le pasará si no obedece de buena manera lo que le dice.

Cuando vio como quedó no pudo estar más satisfecho, su pequeña y delgada figura lucía espléndida con el atuendo, mostrando las partes importantes y ocultando las que solo debía de ver él; era el momento de ver a los demás, deberían estar listos para comenzar con el intercambio; era más que obvio que todos serían vendidos a un buen precio, con excepción de unos machos que no valían la pena, quizás para vender sus órganos o en el mercado de los esclavos sexuales recuperaría su ganancia.  Dylan tenía el mismo final, nada más que aquella rata ya tenía dueño, antes de entregarlos debía de adiestrarlo de manera correcta.

- Te ves hermosa.

- ¿Por qué nos hace esto?

- Ya habrá tiempo para explicaciones\, pero antes… te hace falta un accesorio.

Ethan colocó en su cuello un collar con un zafiro de color tan azul como el de su ojo, con esto aseguraba que cualquiera que pusiera sus ojos en ella supiera a quién pertenecía; esperaba que eso fuera suficiente para hacerle comprender que ahora su vida se encuentra en sus manos.  No quería recurrir a prácticas tan antiguas como la marca en el cuello; misma en la que debe de colocar su esencia para que nadie se le acerque, aunque viendo lo linda que es a pesar de tener el cabello negro tarde o temprano debería de estampar su esencia en ella también.

- Ven\, vamos a colocarles la marca.

- ¿Marca?

-  Claro, no me gusta que el ganado se desperdigue, si alguno de ustedes se escapa… lo recuperaré pronto. – la tomó por el hombro y la encaminó a las celdas, donde todos se encontraban vestidos de la misma manera, las mujeres con un vestido blanco a medio muslo de tirantes y los hombres con un pantalón blanco y chaleco.

Todos estaban formados en fila nuevamente, estaban terminando de sacar de las celdas a sus compañeros, en la esquina de la habitación pusieron un pequeño fogón y calentaban algo pegado en una vara; Danna pasó saliva con fuerza, todos sus compañeros estaban temblando.

Danna no pudo evitar correr hacía Sonia y Tania cuando pudo verlas, Ethan la dejó ser, ya que no tenía ningún lugar al que huir, además tenía que revisar que las cosas estuvieran en orden y ver si habían descubierto el paradero del celular que mantenía el GPS activado.

- ¿Cómo están? ¿No les han hecho nada? – preguntó después de abrazarlas con fuerza\, realmente se encontraba bastante preocupada por ellas.

- Solo nos dieron un baño… pero eso que están haciendo allá no me agrada para nada.

- Necesito distraerlos un poco para que no me vean… aún tengo mi bolso.

- Pero de qué puede servirnos tu inhalador en estos momentos.

- Ya verán solamente necesito unos minutos para hablar con mi papá.

Danna se colocó detrás de ellas, fingiendo estar ayudando con el dolor de las muñecas que sus amigas sentían en ese momento por el amarre en sus espaldas; se escondió detrás de ellas y sacó su celular, debía ser rápida, para no ser descubierta; todos estaban ocupados mirando lo de la marca que les pondrían, tenía poco tiempo.

Marcó el tan ya conocido número cuando tomaron al primer chico, lo colocaron sin cuidado en el suelo y sostuvieron con fuerza sus manos y piernas; acto seguido en el pecho derecho a una altura de 15 cm del pezón, hundieron la vara; el chico en cuestión comenzó a retorcerse mientras gritaba de dolor; todos comenzaron a gritar asustados.  Danna se obligó a permanecer calmada para poder llamar a su padre y pedir ayuda, esperaba que no fuera demasiado tarde.

Uno a uno sus compañeros fueron estampados con el fierro, mostrando una marca que muchos conocían, pero pocos sabían quién era el dueño; los chicos heridos eran llevados a las celdas nuevamente, con un trapo mojado como único alivio para el dolor punzante que tenían en su cuerpo.

Danna sacó su celular procurando que nadie la escuchara y comenzó a marcar, era una suerte que su bolso no fuera decomisado como el de todos los demás, además de que le permitieron volver a tomarlo.  El tono de marcado le hizo eco en los oídos, estaba completamente aterrada, el grito de sus compañeros al ser sometidos al fierro no era para nada grato.

- ¿Aló?

- Papá… ayuda estamos encerrados y… - se apresuró a decir\, sin embargo\, uno de los que custodiaban al ganado se percató de lo que estaba haciendo.

- Oye\, ¿Qué traes allí?…

Danna se dio cuenta de que los hombres que los mantenían en el lugar tenían algo atado en su cuello que les provocaba hablar con un tono de voz distorsionado, posiblemente para evitar que fueran reconocidos fuera del lugar, eran los mismos sujetos que tenían el rostro tapado.

El hombre se acercó mostrando de manera amenazante su rifle; Danna no había terminado de decirle a su padre lo poco que sabía y tampoco fue una llamada lo suficientemente larga como para ser rastreada, por lo que cuando el hombre tono su celular, que aún tenía pegado en su oído, comenzó a suplicar.

- No\, por favor\, no… Ayuda…

- ¿Danna?  ¿Qué sucede?

En el forcejeo, el hombre presiona el gatillo, disparando su arma al techo, un trozo de viga colapsa y cae sobre Marco, quien queda inconsciente en cuestión de segundos; las chicas gritas desesperadas pues no saben si solo está lastimado o ha fallecido.

- ¿Qué está pasando aquí? – pregunta Ethan molesto al ver tanto ajetreo en la zona frontal del sitio.

- Traía un teléfono.

Ethan molesto toma del brazo a Danna y comienza a arrastrarla por el lugar, tendría que enseñarle de una vez por todas quien era el que mandaba en ese lugar, por las buenas o por las malas, esto estaba comenzando a salirse de control.  El celular de Danna fue destruido a los segundos que Ethan salió de la habitación, como muestra y evidencia de lo que les podía pasar si se atrevían a desobedecer nuevamente.  Todos comenzaron a perder las esperanzas.

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Comments

Belen Silva Ramirez

Belen Silva Ramirez

qué buena novela 😄 me gusta mucho

2023-05-13

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