Capítulo 12

Los vehículos se detuvieron en algún lugar apartado, llevaban varias horas en movimiento y por más que intentaban ver por las aperturas de las láminas, era en vano; no se podía distinguir nada con claridad.

- ¿Qué nos va a pasar?

- ¿Qué nos van a hacer?

- Tranquilos\, no les dejen ver que estamos aterrados.

- Es fácil para ti decirlo porque tienes ropa…

Las puertas se abrieron nuevamente una vez que entraron a una bodega abandonada.  Las moléculas de polvo

brillaban con la escasa luz que se colaba por las roídas láminas que cubrían el techo; los chicos fueron sacados con violencia de las camionetas; amarrados con las manos en la espalda.

- Levántense todos\, los quiero haciendo una fila\, el que no obedezca me las pagará. – dijo un hombre con la cabeza cubierta por un pasamontañas que sostenía una escopeta en las manos; recargó el arma a forma de amenaza.

Todos los chicos aterrados por sus vidas obedecieron, sentían la adrenalina recorriendo sus venas, su respiración agitada y el corazón resonando en sus oídos; se buscaban entre ellos mismos buscando caras conocidas para calmar sus ansias; el coche gris llegó minutos después, para sorpresa de todos Danna descendió del mismo, siendo sostenida con fuerza por el antebrazo por un hombre joven; el sonido de sus zapatos resonó por el lugar.

- Buenas tardes a todos\, quizás se están preguntando ¿Qué hago aquí?... no se preocupen que les voy a aclarar todas sus dudas.

Algunos de los compañeros de Danna fruncieron el cejo al verla llegar del brazo de quien en ese momento era la persona con más poder del sitio; ella tenía algo que ver en todo esto, no se podía esperar nada más de un omega oscuro.  Traicioneros y vengativos.

Danna por su parte, hacía un recuento mental de los hombres y rostros de sus compañeros, estaba preocupada, ya que no observaba a Dylan por ninguna parte, pero era algo obvio que a él lo descartarían, después de todo no era realmente un Omega; sino un Beta al que se le había sometido a una cirugía para hacerlo parecer omega; él nunca podría tener descendencia y mucho menos podría desprender su propio aroma.

- ¿Qué planean hacernos?

Uno de los hombres vestidos de negro con gafas golpeo en el estómago al chico que alzó la voz, dejándolo tirado en el suelo sin poder siquiera mitigar el dolor al sostener su vientre.  El alfa que sostenía a Danna giro los ojos fastidiado, últimamente todos se querían pasar de listos con él y eso comenzaba a cansarle.

- Nadie habla hasta que el jefe les dé permiso. – dijo una vez que todos guardaron silencio.

- Gracias\, recuérdame darte un regalo más tarde. – Ethan acomodó la solapa de su saco\, era momento de hablar de cosas serias.

- Bien\, como ustedes sabrán\, en esta sociedad actual es muy difícil encontrarse con omegas que realmente valgan la pena; las leyes y demás los protegen e intentan culpar al alfa por cumplir con algo indispensable como lo es satisfacer sus propias necesidades… Yo dirijo un lugar donde los alfas y los omegas pueden expresar sus deseos sin restricciones.

El grupo de chicos se encontraba pasmado, escuchaban con horror las palabras de Ethan que a pesar de sonar bastante convincentes llevaban una carga oculta que todos presentían no era para nada agradable.

- Claro\, no les digo que hagan las cosas gratis\, ustedes pueden ganar suficiente dinero para pagar su libertad o quedarse a las órdenes de un buen alfa que los mantenga en las mejores condiciones… también pueden elegir el camino difícil y convertirse en el juguete de los alfas de menor categoría…

- ¡Debes estar bromeando! ¿Quién elegiría algo así?

- No se habla a menos de que el jefe te lo indique. – un fuerte golpe con la culata de su rifle y el chico que alzó la voz quedó tirado en el suelo con un grave dolor en el estómago\, intentando recuperar el aliento.

- ¿Saben? Es un poco fastidioso que hagan eso… ¿Tan difícil es entender que no quiero que abran la boca?  Solo escuchen\, es un ganar-ganar.

Danna miraba espantada todo lo que estaba ocurriendo, si bien había muchos documentales y artículos que hablaban sobre el tema, pero, nada los preparaba para vivirlo en persona; tenía la presión que ella misma se había impuesto, de salvaguardar a sus compañeros; pero cómo hacerlo.

- ¿Por a ella no la ataron? – preguntó de pronto Marisa temiendo que la toalla que cubría su cuerpo cayera sin que pudiera evitarlo.

Fue en ese momento en el que Danna se dio cuenta de que no le habían quitado sus pertenencias, a diferencias de sus compañeros, ella aún tenía su bolsa con sus cosas y las manos las tenía libres; aun así, Ethan permanecía bastante cerca, sosteniendo sus hombros de manera posesiva.

- Eso no es de tu incumbencia.

- Llévenlos al almacén dos y denles un buen baño\, hay algunos que necesitan una limpieza profunda. Tú te vienes conmigo. – jaló a Danna y comenzó a caminar rumbo a unas oficinas que se encontraban al fondo.

Pasaron por un lugar lleno de monitores donde se veían las cámaras del lugar, había bastantes habitaciones con una cama y sabanas rojas, las luces eran tenues de color violeta; algunos cuartos parecían vacíos, como bodegas o almacenes, otro más parecía un anfiteatro y finalmente el lugar en donde entraron no contaba con cámaras.

Danna estaba aturdida siguiendo a Ethan por instinto; sin saber realmente que era lo que iba a sucederle a sus compañeros o a ella; necesitaba pensar rápido, sabía que era la única que podía hacer algo en ese momento, pero no estaba segura de como reaccionarían ante su osada hazaña.  Así, comenzó a reflexionar en el cómo lograría hacer aquello sin que nadie saliera herido.

Ethan la metió en su cuarto privado, si bien no era el mejor sitio que tenía era mucho mejor que estar toda la noche en las celdas del almacén muriéndose de frío.  Tomó a Danna por el brazo para meterla al cuarto de baño, no solo sus compañeros debían de estar limpios, sino que ella misma necesitaba limpiarse de todo aroma proveniente de otro hombre que no fuera él.

- Quédate quieta. – ordenó antes de comenzar a quitarle la ropa; Ethan notó entonces la pequeña mochila a la cual se aferraba con fuerza.

- Son mis medicamentos… tengo asma.

Con miedo se dejó quitar la ropa, era la primera vez que un hombre observaba su cuerpo desnudo y la carga de esa mirada le daba escalofríos, como pudo se cubrió el cuerpo con sus manos lo que provocó que el hombre a su lado se relamiera los labios; sacudió la cabeza y la dejó en la tina.

- Tienes cinco minutos\, aún no es hora de divertirnos. – y cerró la puerta tras de sí.

Danna se da cuenta demasiado tarde que se ha llevado con él sus ropas, pero no solo eso, su mochila, si llega a sacar encontrar su celular o el celular de emergencia, todo el plan que tenía pensado se iría al carajo; por el momento no podía hacer otra cosa que darse una ducha apresurada antes de que volviera a entrar.

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Comments

Isabela Hernandez

Isabela Hernandez

😬😬😬😬

2023-05-11

1

Nancy Narvaez Banda

Nancy Narvaez Banda

la empecé a leer por curiosidad y me atrapó la historia gracias a la autora por su gran ingenió

2023-05-10

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