Capítulo 8

Adam y Danna permanecieron varias horas esperando a que la habitación quedara vacía, mientras charlaron de las cosas triviales, descubrieron que tenían varias cosas en común, como el gusto por la lectura y las cosas saladas sobre las comidas dulces.  Pasaron tantas horas despiertos que pudieron ver cómo el horizonte se iluminaba de colores cálidos y la luz del día les daba la bienvenida.

- Que hermoso… es una lástima que mi celular se quedara sin batería.

- Mañana podemos verlo de nuevo\, si tú quieres. – desordenó sus cabellos mientras sonreía.

Danna sonrió, era agradable conocer a una persona que no se comportara como loco; las gaviotas comenzaron a volar en los alrededores; las mucamas comenzaron a llamar a todos los cuartos, necesitaban arreglar las  habitaciones durante la hora del desayuno; sin embargo, si no van les era imposible limpiar a tiempo.

Llegó una joven tocando la puerta del cuarto de Danna, cuando vio a la chica fuera de la habitación, rodó los ojos, era normal que en ese tipo de viajes más de una chica terminara mal.

- Limpieza… regreso en quince minutos. – dijo tocando la puerta con algo de fuerza.

- Señorita\, la próxima vez que ocurra algo parecido\, llame a recepción\, los omegas no deben estar fuera de la habitación por las noches.

Danna hasta ese momento mantenía la cabeza cubierta por la sudadera que Adam le prestó después de la primera hora de espera.  El timbre de un celular sonó dentro de la habitación; tal parecía que uno de los chicos recibió una llamada.  El ajetreo no tardó en llegar, los tropezones, alguno que otro golpe y grito comenzaron a brotar de la puerta, pocos segundos después los tres chicos, adormilados, cansados y algo entumecidos, salieron corriendo del lugar con su ropa en las manos y la ropa interior mal puesta.

Adam y Danna se marcharon a desayunar, sabían que Marisa no saldría y no deseaban ver la condición en la que quedo la habitación, dejarían al personal del hotel hacer su trabajo y después tomaría una ducha, quería recorrer el sitio con su nuevo amigo Adam.

En el restaurante, observó a muy pocos de sus compañeros, muchos de los cuales se encontraban demasiado cansados; Sonia y Tania padecían de un severo dolor de cabeza; les pusieron algo en la bebida, de eso estaban seguras, tenían la pequeña esperanza de no haber hecho algo malo, pero las cosas no eran seguras.

Marco siguió caminando con el chico con el que lo vieron por última vez en el bar; Danna y Adam se encontraban alejados de todos, Sonia y Tania sentían vergüenza de ver a su amiga a la cara, puesto que ella les dijo muchas veces que necesitaban tomar precauciones, que algo malo podría pasar.

- Parece que todos se divirtieron mucho anoche. - la joven omega soltó una ligera carcajada\, el sarcasmo que usaba era bastante evidente.

- Oh\, mira ya salió la más cotizada.

Marisa llegó a desayunar algo ligero, su piel lucía realmente radiante, sus feromonas sobresalían con una mezcla peculiar; toda ella sobresalía de entre los demás.

- Oh vaya… Danna\, que bueno que no te pasó nada malo.  No sabía que eras esa clase de persona.

Danna y Adam se miraron extrañados, de qué estaba hablando, sus compañeros alrededor comenzaron a susurrar a sus espaldas, algo no estaba del todo bien, el poder que ella ejercía sobre omegas y alfas era algo que solo se escuchaba en cuentos; ya que nadie realmente sabía cuáles eran los poderes de persuasión que los omegas dominantes tenían.

- Yo… comprendo que quieras tener pareja\, pues es probable que nunca tengas una\, pero… ¿Tres? Y al mismo tiempo… Oh Danna\, realmente eres un caso especial… ¿No es así? – Marisa sonrió complacida\, acomodando su cabello por detrás de su oreja\, descubriendo un chupetón que cubrió ligeramente con su cabello momentos

después.

- Eso…

- No te preocupes Adam\, es normal… mira a tu alrededor. – todos sus compañeros murmuraban cosas mientras observaban con reproche a Danna\, inclusive Tania y Sonia cubrían sus bocas con asombro\, Danna suspiró\, la chica perfecta de la escuela jamás haría cosas que perjudicaran a su familia y lo que representan.

- Es perfecto que conozcas tu lugar.  Más te vale no regresar a la habitación\, estará ocupada nuevamente. – Marisa susurro a su oído\, sonriendo de forma maliciosa\, esa noche había ganado una gran cantidad de dinero y los chicos con los que estuvo dijeron que querían volverla a ver\, por lo que ganaría nuevamente una gran suma; ese viaje resultó mejor de lo esperado; más ahora que tenía un chivo expiatorio.

Mario, en casa, observa las notificaciones de su celular, observa que una llamada de alarma se ha activado en la mochila oculta de Danna, espera que solo fuera una señal de miedo; hacía falta que lo pulsara nuevamente para poder comenzar a moverse, por ahora solo una llamada y todo quedaría bien.

- Hola\, hija\, ¿Cómo estás? – sentía que su corazón se le saldría por la boca en ese momento.

- Bien papá\, ¿Qué ocurrió? Te escuchas algo alterado.

- No\, nada más quería saber si te estás divirtiendo\, cómo no he recibido mi mensaje diario\, pues me alteré un poco. – Mario jugaba con la taza de café\, mientras paseaba por la cocina fingiendo sonreír.

- Oh\, lo siento… me olvidé.  Enseguida te mando una foto.

- Cuídate.

- Si\, tú también… Y cuida a mamá.

La llamada terminó y Danna se recargó en Adam, ambos hicieron una seña a la cámara antes de que el flash los cegara un instante, lo mandó a su padrastro con una nota que decía que había conocido a alguien agradable; cuando Mario recibió la imagen la sonrisa que adornaba su rostro se transformó en una llena de ira.

- ¿Qué está haciendo él con ella? – las manos de Mario comenzaron a temblar sin control\, jamás pensó que ese chico fuera tan audaz como para seguirla hasta allá\, necesitaba tomar precauciones\, tarde o temprano mostrará su verdadero ser y tenía que estar preparado para eso.

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