Capítulo 9

- Te dije que nos meteríamos en problemas.

- Y yo que iba a saber que esa era la chica que quería el jefe.

- Estamos acabados… Tan siquiera ¿Trajiste lo que pidió?

- Si\, aquí lo tengo.

Los chicos que pasaron la noche con Marisa se vestían de forma apresurada mientras corrían al bar donde todo se volvió un caos anoche.  Jamás pensaron que lo que sería una misión por embriagar al objetivo se volvería en una noche de pasión que jamás olvidarían, originalmente les pidieron ir por una omega especial; sin embargo, nadie pensó que fuera una dominante, no pudieron hacer nada.

- ¿No se suponía que la chica era virgen? – los chicos terminaban de acomodar sus ropas en el elevador\, fajando sus camisas y acomodando los cuellos de sus camisas.

- Está cambiando muy rápido de gustos… la maleta que pidió el jefe no tiene ni siquiera ropa de marca… Pero\, ¿Qué diablos…?

- Eso no es de nuestra incumbencia\, mejor preocúpense por lo que nos hará por tocar a su chica.

Las puertas se abrieron, Ethan se encontraba de pie con una chica arrodillada dándole placer, observa a los chicos y ella comienza a tragar, relame sus labios; Ethan la aparta con brusquedad, la chica toma sus ropas y se marcha del lugar sin mirar a los presentes a la cara.

- ¿Y bien? – cruza sus brazos\, esa era una mala señal.

- Señor\, lo lamento… nosotros no pudimos…

- ¿Tienes la maleta?

- Si\, aquí está.

- Pueden retirarse.

No hicieron preguntas, se marcharon sintiendo que habían sido salvados por una especie de milagro, Ethan sacó las prendas, no había duda; la estatura baja, la ropa de niña, ninguna prenda reveladora, ese aroma a violetas y lavanda que percibió la primera vez que la vio; no había duda alguna, tenía sus pertenencias; incluso encontró un pequeño peluche de un conejo desgastado, el aroma que emana es tan fuerte que siente escalofríos.

Presiona un botón en la parte oculta de su escritorio y una puerta secreta se abre.  Ethan entra al sitio sintiéndose satisfecho tan solo con el aroma, sostiene el pequeño peluche entre sus manos, lo huele una vez más antes de guardarlo nuevamente en la mochila.  El sonido de sus zapatos resuena el piso que ha cambiado de ser un azulejo marmoleado cubierto finamente por una alfombra de color vino a un piso de concreto donde podían apreciarse las manchas de la sangre seca y uno que otro fluido fresco corriendo por el lugar.

- Y… ¿Cómo se encuentra mi chico favorito?

Dylan, un omega de la clase de Danna; cuelga del techo, apenas sosteniendo su peso con sus pies.  Su ojo derecho está hinchado y el labio sangra de manera profusa; el grupo de Ethan le había golpeado la noche anterior por no llevar a toda la clase al bar; las operaciones tuvieron que posponerse algunos días; todo gracias a su descuido.

- Déjame ir… por favor…

- No puedo hacer eso… quedamos en algo, ¿Recuerdas?  ¿Sabes lo difícil que será juntar al ganado en un solo sitio sin hacer escándalo? – Ethan pulso un botón y Dylan descendió hasta estar sentado en el suelo, masajeo sus muñecas cuando tuvo la oportunidad.

- No tienes la idea de cuánto dinero gasté para que pudieras parecer un omega… ¿Eso querías no? Dejar de ser un beta insignificante y conseguir a un alfa que te mantuviera… Obtuviste lo que querías; pero no he recibido mi pago a cambio.

Ethan mira con atención el rostro que modificó hace tanto tiempo, recuerda el aroma que desprendía y puede olfatear lo que es ahora; estaba asqueado de ese tipo, sabía desde la primera vez que lo vio llegar a su oficina que nada más traería problemas, pero su padre le enseñó que no hay mejor ganancia que una persona desesperada.  Seguía sin ver nada bueno de su cooperación, aunque debía de aceptar que gracias a él pudo encontrarla.

- ¿Hueles esto? ¿Eh? ¿Sabes de quién es? – Ethan restriega el peluche de la mochila de Danna\, ríe mientras Dylan trata de no percibir su aroma; a pesar de que era un Beta el aroma de Danna siempre lo podía distinguir.

- Ella es mía ahora.  Igual que todos en tu clase pronto.  Pudiste ahorrarte todo esto si solamente la entregabas primero.  ¿Para qué esperar tanto?

Dylan bajo la cabeza, apretó los ojos con fuerza mientras un gemido ahogado salía de su boca; todo eso empezó antes de que Danna cambiara de clase, todo este trato maldito fue antes de conocerla, de saber cómo era ella, de recibir cálidamente su amistad.

Imaginar a Danna siendo abrazada por el tipo frente a él le daba escalofríos, ella era la única persona a la que no quería lastimar, por qué tuvo que terminar todo de esa manera, no era justo.  No tenía ni la fuerza ni el valor para hacerle frente a Ethan, sabía lo peligroso que era; si bien, el cambio que le ayudó a tener es algo que jamás podría pagar; no valía el precio de perder a su única amiga real.

- Dijiste que tomarías a los omegas\, ella un beta. – quizás podría persuadirlo\, Dylan recibió un fuerte golpe en la mandíbula que le hizo girar el rostro.

- Lo que más detesto es que me mientan; sabes que un alfa dominante puede ver a través de cualquier omega\, sin importar cómo traten de ocultar su esencia.  Ella es un espécimen muy raro y la quiero; se unirá a mi colección.  Te dejaré ver a tus compañeros esta noche\, así podrán darte las gracias por su nueva vida.

- ¡Ethan! ¡Espera! Ella no tiene nada que ver en esto… ¡Ethan! Maldición…

Dylan en la oscuridad del lugar finalmente pudo lamentar su estupidez, si no hubiera deseado cambiar; si hubiera hecho caso a esa voz en su cabeza que le gritaba que se equivocaba.  Si tan solo las palabras que en su momento le dijo Danna las hubiera considerado; ella lo aceptó cómo era no era necesario cambiar; pero quería más, deseaba poder estar más cerca; ahora todo se fue a la mierda.

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