Pasamos una noche romántica. Después de comer fuimos al cuarto, este hombre sabe cómo hacerme perder la cabeza, conoce mis áreas sensibles mucho mejor que yo misma, su perfume me abruma, su tacto me derrite y sus besos me alientan a hacer de todo con él, y eso hacemos.
Por la mañana, nos preparamos para trabajar. Me gusta verlo vestido recién bañando con el uniforme que le queda justo a su cuerpo definido, me pasa por la cabeza querer quitárselo, si me enfermo y llego a una emergencia y un hombre como éste me atiende, juro que creería que me morí y llegué al cielo. La voz de Miguel me saca de mi cabeza.
- Deja de mirarme así cariño, porque sino te haré llegar tarde a clases, se acerca y me besa.
-Prefiero verte a tí que al profesor de patología. Le hago un puchero triste.
- Yo puedo ser tu profesor cuando quieras mi amor, pero ahora vamos que hoy tengo cosas importantes que hacer en el piso y los pacientes esperan.
- Tu eres el único que se queda siempre en ese piso cielo? Siempre sales tarde. Digo un poco molesta.
- No amor, nos quedamos siempre 3 R3 supervisando a los R1, contesta agarrando las llaves para salir de la casa.
- María Dávila también se queda Miguel?
- Si Karen, María se queda también. Podemos irnos ya?
- Sí vamos, le digo con el ceño fruncido y mala actitud saliendo del apartamento.
- Karen, Karen. Me nombra mientras me abraza. Sabes que no hay razón para que estés celosa verdad?
- Ah? le volteo los ojos y me suelto. Yo no le tengo celos a la bruja. Jumm
- Se nota mi amor, dice sarcástico. Espero eso no dure mucho.
"No dure mucho" hicieron eco esas palabras en la cabeza...
- Miguel, lo señalo con los ojos entrecerrados, contestame algo. Y no se te ocurra mentirme, porque en el hospital se atrapa más rápido a un mentiroso que a un cojo.
Se ríe, montándose ya en el carro
- Pregúntame lo que quieras. Prometo decir la verdad y nada más que la verdad. Bromea
- No estoy interesada en saber todo lo que hacías antes de conocerme, en realidad pienso que es más importante vivir el presente, pero hay algo que me está dando vueltas en la cabeza, desde ayer. (Espero un poco indecisa, porque no sé cómo preguntarle) Al final le suelto: Tu y María tuvieron una relación? le pregunto directamente.
- Una relación no, dice tranquilo mientras ya va manejando hacia el hospital.
Me quedo inquieta mirándolo fijamente mientras maneja, sin dejar de quitar mi cara de molestia.
- Miguel, tuviste sexo con María? Le escupo de pronto. Frena de golpe porque un carro se adelantó en un semáforo, y me mira sorprendido, más por como lo dije, que por la pregunta en si.
- Esteeee, eeee sí.
- Puedo preguntar porque esa relación no prosperó?
- Cielo te lo diré aunque suene horrible, espero no me odies. Pero es que solo necesitaba una foto...
Me cubro la cara y siento pena ajena
- Vergüenza es lo que te debería dar.
- Así son las cosas en el servicio y ella también necesitaba llevar algo para mostrar. Pero eso fue en primer año y desde entonces quedamos como amigos.
- Ella aún te quiere Miguel y no como amiga.
- Como te quiere Diego a ti? Me mira de reojo
- No vayas a empezar de nuevo. Él es mi amigo y sería incapaz de hacerte daño. Ella... (me acuerdo de lo desgraciada que fue en la guardia) ella es una bruja. Y no me contestes con preguntas.
- No le prestes atención cielo, ya ella y todos en el servicio saben que estoy enamorado de ti.
- Más te vale Miguel Alejandro Araujo Castillo... lo amenazo, pero en el fondo me gusta oír que me quiere. Y por cierto, ya que sacaste el tema, hoy tengo que hablar con Diego así que volverás solo a tu casa, me quedaré en la residencia si salgo tarde. Puedes procurar portarte bien?
- Claro amor, como siempre. Pero me gusta volver a casa sin tí, ya me acostumbré a tu comida y a tu desorden
Nos reímos
- Ay yo no soy desordenada, pero tu tienes un trastorno obsesivo compulsivo con la limpieza y el orden, deberías hacerte tratar. Me burlo.
- No mi amor, eso se llama sentido común, pero tú eres un torbellino, tienes la biblioteca desordenada, libros y cojines en el suelo, tu cajón de ropa ya no cierra, la cama la dejas siempre desvestida, y la cocina, ay pobre cocina.
- No pues, quien te oye diría que sufres cuando me quedo contigo. Le digo cuando ya estamos llegando.
- No amor, jamás. Amo a mi hermoso torbellino, el apartamento parecía frío y vacío antes de que llegaras. Dice mientras estaciona y besa mi mano. Me hace reír.
En la entrada del hospital que da al estacionamiento, está Diego esperando recostado de una pared cerca de las puerta y voy corriendo hacia él. Pero veo su mala cara inmediatamente y no me atrevo a decirle nada. Me despido de Miguel con la mano, y el pone cara de decepción y niega con la cabeza.
- Buenos días Diego, dice Miguel cuando le pasa por el frente.
- Buenos días doctor. Responde Diego mal humorado.
- No tienes que decirme doctor cuando no estemos trabajando, todos los amigos de Karen también son mis amigos. Le dice, mientras llama al ascensor y revisa distraído su celular.
- Pues yo no soy su amigo, Doctor. Agrega Diego haciendo énfasis en la última palabra. Miguel levanta la cara con una mirada peligrosa. Cómo cree usted que un abusador que solo sabe engañar estudiantes de medicina ingenuas para llevárselas a la cama puede ser mi amigo.
Ahora sí que me congelé, jamás oí a Diego decir algo semejante antes. Trato de agarrar a Diego del brazo y se sacude de golpe dándome sin querer un empujón. Quedo boquiabierta y fría, pero en cuestiones de segundos ya tenía a Miguel encima dándole un puñetazo en la cara.
Diego escupe sangre y continúa con sus palabras.
- Solo eres un animal, dice con maldad. Crees que tienes poder para manipular a las mujeres ilusas, así como el Dr. Torres lo hizo con tu madre...
Miguel no lo deja terminar y lo vuelve a golpear. En un segundo reacciono, si esto continúa pueden amonestarlos a ambos y hasta botarlos del hospital.
- Ya basta Miguel, grito tratando de separarlos. Ya que se tienen agarrados de las camisas y Diego tiene una herida en el labio sangrando. Qué les pasa? Digo mirándolos cuando logro ponerme en medio de los dos. Estas no son formas Miguel. Lo regaño
- Y todavía lo defiendes Karen, que rayos te pasa a tí con este imbécil? No ves que está enamorado de tí, Maldita sea. Veo que se lastimó la mano derecha que se está sobando.
- Déjame ver tu mano. Me acerco preocupada y en seguida me aleja.
- Déjame, anda a consolar a tu amor frustrado. Quizás deberías salir con él y nosotros dejamos esto hasta aquí. Se voltea y se va.
- Que gran idiota, digo para mí misma en voz baja, pensando en él y en mí al mismo tiempo. Me volteo a ver a Diego que está con una sonrisita de satisfacción en el rostro hichado.
Me lleno de irá y lo abofeteo.
- Y a tí que demonios te pasa Karen? grita
- Que sea la última vez que hablas de la mamá de Miguel. Eras la persona más decente que conocía, cuando quieras volver a ser esa persona y hablar como la gente me buscas. Me voy echa un mar de rabia al salón. Diego se va.
Mi cabeza va a explotar, no puedo concentrarme. Y cuando termina el primer bloque de clases al medio día me voy, siento que me falta el aire y necesito caminar, veo el celular y no hay ningún mensaje de Miguel, pienso en su mano. Cuando voy a subir las escaleras me agarran del brazo...es July
- Qué pasó Karen? Qué pasó con Diego? Por qué no entró a clases si lo ví llegar temprano? Luce sinceramente preocupada. Suspiro hondo y le pido que camine conmigo hasta el pensadero. Le cuento, le cuento todo, porque no sé que les pasa a estos dos.
- Las cosas son más sencillas de lo parecen Karen. Cómo una chica tan inteligente para lo académico como tú, puede ser tan tonta con las cosas del corazón? Suspira. Que pena, en serio creí tener esperanzas con Diego, pero nunca tendré una oportunidad si tú también estás confundida con él. Y Miguel te quiere, solo está celoso por que no le das su lugar.
- Ah? De que hablas? No me gusta Diego.
- Te gusta y lo amas también. Hace una pausa. Pero como ve que no le sigo el paso, agrega... Aunque quizás no como te gusta Miguel.
- Diego es mi amigo, solo eso.
- Pero te preocupas por él y por lo que piense, no quieres que nada malo le pase, te gusta pasar tiempo juntos, y presumen de eso a todo el mundo. Si a eso le sumas que él está enamorado de tí... Es de esperar que todos crean que son pareja y que él no pueda superarte. Por eso no ha salido con nadie.
Me quedo muda. Entiendo que mi conducta se puede malinterpretar. Recuerdo lo que decía Miguel.
- Yo lo siento. En verdad lo siento. Contengo las lágrimas. En serio quiero a Diego más que como un amigo.. Pero no como pareja lo juro, siempre lo he sentido como un hermano, creo que tenemos una conexión más grande que no sé explicar. Siento que debo cuidarlo no lo se... Me pongo las manos en la cara y me pongo a llorar.
July me consuela.
- Las cosas se arreglaran, ya verás. Diego es tu amigo y parece que Miguel te ama.
- Si que te ama, dice Diego que está en la baranda de la escalera cansado. Me sorprende, porque no lo ví llegar.
- Aún estoy molesta contigo, le grito.
- Dijiste que cuando volviera a ser gente te buscara
July se levanta y se va. Vi su cara de dolor cuando miró el rostro hinchado de Diego.
- Puedes disculparme? Dice Diego que ahora se sienta junto a mí. Yo le hago malos ojos y no le contesto nada
- Karen, puedes disculparme? Oí lo que dijiste y siempre he sabido que eso es lo que sientes por mí, pero nunca has oído lo que yo tengo para decirte.
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omilsia guerra
Se quitó la máscara Diego
2022-02-14
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