Declaración

Un par de semanas pasaron y los días fueron sino buenos, al menos tranquilos. Muchas horas de clases, de estudiar con July y Diego, que ahora estaba algo distante, y de mensajes y visitas cada vez más seguidas con Miguel, él se había convertido en mi amante, mi tutor personal y mi confesor ahora que Amanda casi no contestaba y Diego se alejaba con July, incluso ya tenía mi propio cajón de ropa en su casa, la nevera llena de lo que me gusta comer y un sillón en el estudio con todas mis guías regadas y que él con su manía obsesiva compulsiva de ordenar las cosas, tenía prohibido tocar. También había visto un par de veces en el cafetín a la Dra. María que me miraba con ganas de matarme, pero yo con mirar a otro lado y seguir en lo mío he tenido suficiente.

Cuando necesitaba pensar en soledad, sobre Miguel, sobre estos nuevos sentimientos que tengo y que trato de enterrar, subía al espacio entre el noveno piso y la azotea, el pensadero era mi lugar feliz. "No debo enamorarme", "saldrás lastimada" "nunca te dijo para ser novios y esto terminará cuando se acabe esta rotación" eran las frases que me acosaban repetidas veces y que trataba de ahogar para que las inseguridades no regresaran.

Una tarde, estando sentada en el pensadero estudiando unas guías y casos de pacientes, recibo un mensaje de Miguel.

📱-Dónde estás? Tengo algo importante que decirte.

Yo dudo en mostrarle mi lugar especial pero termino diciéndole dónde estoy.

En unos 5 minutos aparece por las escaleras.

-Qué es esto? Pregunta extrañado. De quién te escondes?

- De nadie y de todos, suspiro. Es mi pensadero personal por aquí no viene nadie, le digo extendiendo los brazos mostrándole el pequeño lugar, creo que detrás de esa puerta está la azotea, digo señalándola, pero siempre está cerrada.

- Tu pensadero? se ríe y yo me encojo de hombros.

- Viniste a decirme algo o a criticar mi oficina?

- Cielo no te molestes. Dice mientras se agacha para quedar frente a mí, me toma las manos y me da un beso. Te ves bella aún de mal humor. Yo pongo los ojos en blanco

-Cuándo te volviste tan salamero ah? Quien no te conociera diría que estás enamorado. Niego con la cabeza apartando la idea.

- Y si así fuera? Me mira inquisitivo. Saldrías corriendo?

- Viniste a hablar de eso? Porqué estoy ocupada y no creo que este sea el lugar.

- Parece que ningún lugar... susurra sentándose a mi lado, sin soltar mi mano.

- De que hablas? pregunto sin entender.

- Tengo algo importante que de decirte Cielo, ya pasó un mes desde que hacemos guardia juntos y los grupos deben rotar, está mañana alguien le recordó eso al jefe del servicio y hoy van a publicar los nuevos grupos del próximo mes.

- Me gusta hacer guardias contigo, me gusta verte operando y cuando te cambias... Ver a otro no será lo mismo. Digo con fingida tristeza.

-Cómo ver a otro Karen Martínez? No tienes permiso para ver a otros...Dice molesto y apretando mi mano con más fuerza.

- Estás celoso? Lo beso en la nariz.

- No estoy celoso, pero no me gusta la idea de que estés cerca de otros, ni que pienses en otros ni que te hablen otros. Gruñe

- Y esa es la definición de celoso. Resoplo mientras recojo mis papeles y me pongo de pie. Yo no tengo el tiempo ni la energía vital para hacer lo que ustedes los de cirugía hacen. Eso de estar con una y con otra, debe ser agotador, satisfactorio tal vez, pero agotador... No termino de hablar y sus manos me agarran de la cintura, mirándome a los ojos con intensidad y preocupación se pone muy cerca de mí. Yo siento inmediatamente mi pulso acelerarse y la cara caliente.

- Nosotros los de cirugía, es mucha gente. Dice lento y serio. No me interesa lo que hagan los demás, pero yo no estoy con una y con otra, estoy contigo Karen y espero que respetes eso.

Lo abrazo y huelo el perfume de su cuello. Este hombre me mata en todos los sentidos. Pero escucho unos ruidos de camillas en el piso de abajo que me devuelven a la tierra y me separo de él como puedo, muy cerca suyo, no puedo pensar bien.

- Nunca hablamos de eso, le digo. Solo estamos acompañándonos no? Además yo sé que tienes mujeres detrás de tí.

- No estoy interesado en nadie más, y podemos hablar de ello ahora. Dice él con voz ronca y yo tiemblo.

- No quiero que me engañen Miguel, ni engañarme a mi misma, le suelto, si me dicen palabras bonitas son solo eso, palabras. Puedo parecer dura, pero tengo miedo de que me lastimen. Yo sé que te has portado bien, pero también se que estás mejor con María Dávila que conmigo que solo soy una estudiante más, como dice ella.

- No se que te ha podido decir María porque no me dices nada importante. Tu crees que a mí no me da miedo contigo? No soy una persona romántica, no sé cómo serlo y nunca lo he sido. Pero contigo lo intento y sigue siendo todo es una incertidumbre, te digo algo dulce y me dices salamero, te digo cariño y tú me dices "tú", me pediste que me mantuviera lejos en el hospital y lo entiendo, pero aún aquí no hay nadie y me alejas. No sé que quieres de mí la verdad y parece que siempre trazas una raya para mantenerme lejos.

Él ha dicho todo esto molesto y se para al borde de la escalera mirando hacia abajo y a mí se humedecen los ojos y se me arruga el corazón. No puedo sino abrazarlo fuerte por la espalda y descansar sobre él con los ojos cerrados.

- Me gustas Miguel, creo que me estoy enamorado de ti, y no quiero, ni siquiera somos nada. Le digo mientras una lágrima sale de mis ojos.

Se voltea y me abraza de vuelta y viéndome a los ojos dice:

- Eres una mujer fuerte, independiente, capaz, inteligente y hermosa. Cualquiera en el mundo, sería afortunado de tenerte. Yo no te había dicho para ser novios porqué al principio no sabía a dónde nos llevaría esto, después que ya te tenía a mi lado dí por sentado que las cosas permanecerían igual...

- Es solo que nunca lo hablamos y no creí que fuese algo serio para ti.

- Por Dios Santo, te di una gaveta en mi ropero y he aceptado tu desorden en la casa, conoces a mi familia y me mandas más de lo que yo mando a los R1. Se ríe. No me digas que no somos nada.

- Y que somos entonces? le pregunto de frente.

- Karen quieres ser mi novia?

Lo beso, lo beso mil veces con una sonrisa que no me cabe en la cara.

- Si quiero. Pero tienes que portarte bien... (me quedo pensando) de todos modos no quiero que seas meloso en el hospital porque igual no quiero que hablen. Le digo seria alejándome.

- Dios que mandona, pobre de mí. Y me abraza fuerte riéndose porque le hago cara de odio. Quieres ir a comer en la noche para celebrar? Conozco un bonito lugar en el centro.

- Claro. Pero primero vamos a ver si publicaron los nuevos grupos, no vaya a ser que tenga guardia mañana y tenga que decir que no a tu cena.

- Así tenga que llevarte a comer con la Señora Sandra vas a salir conmigo hoy... bromea y me sujeta de la mano para bajar las escaleras juntos.

- Si vas a intentar ser romántico con ganas, para que sepas que me gusta el chocolate y los girasoles más que las rosas cariño. Nos reímos por el apodo que le doy.

Frente a la oficina del jefe en la emergencia, hay una cartelera informativa, vemos a varios compañeros viéndola y nos acercamos. Para mi sorpresa Diego sigue de guardia con el grupo de Miguel pero yo paso al grupo 4 con María Dávila que coincidentemente tiene guardia mañana, por suerte también estoy con July.

- Yo trataré de cambiar la guardia cariño, me susurra al oído mientras mi cara de shock aún está pegada a la cartelera.

- Mejor me voy a lanzar de la azotea, ya que mi suerte no puede ser peor, le digo bromeando con un toque de seriedad mientras salimos de la emergencia.

- No digas eso cielo, yo me siento muy afortunado por los dos y no es que me muera por hacer guardia con tu amiguito. Así que ánimo te llevo a casa y nos vemos a las 8 en punto.

En la residencia me arreglo y hasta me maquillo un poco, una base natural pero me pinto los labios rojo cereza a juego con un vestido coctel. Llega Miguel y aún me falta ponerme los zapatos, así que lo hago pasar y le abro la puerta. Su cara se oscurece cuando me ve de arriba abajo.

- Tienes hambre cariño? le digo en broma. Llegaste antes y muy guapo además. Le digo dándole un beso suave en los labios.

Vestía un pantalón negro y una camisa azul manga larga con 2 botones sueltos. De verdad que este hombre parece sacado de una revista.

- Tengo hambre, pero no de comida, dice cerrando la puerta tras de sí y tomándome de la cintura para acentuar su beso caliente y lujurioso.

- Miguel, por favor... le dije en algún momento, pero no sirvió para nada. Ya me tenía sentada sobre en él en el sillón, besándome los pechos, con el vestido arriba y con su mano en mi intimidad. Lo hicimos en el sofá sin quitarnos siquiera toda la ropa, eso sí mis bragas terminaron inservibles en el otro sillón.

Después de recuperar el aliento nos fuimos a asear y tras vestirme de nuevo salimos a comer.

En un bonito restaurante italiano, nos esperaba una mesa con un ramo gigante de girasoles y unos chocolates. Veo el esfuerzo que hace en ser romántico y yo siento el valor para corresponderle

- Recuerda este día cielo, porque es el primero que celebraremos de muchos años.

- Ay que cursi... me río. Pero los espero con ansias.

El único detalle negativo de toda la noche fue cuando me dijo que no logró cambiar la guardia, pero me aseguró que al salir del servicio pasaría a visitarme. No voy a tener ansiedad anticipada, así que disfruto la cena y el resto de la noche a su lado.

Más populares

Comments

omilsia guerra

omilsia guerra

No me imagino las guardias con María

2022-02-13

2

Mila

Mila

Los amé demasiado

2022-01-07

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play