Déjalos que hablen

Antes creía que el amor nos vuelve tontas, ingenuas y hasta un poco ciegas, por eso no me atrevía a sentirlo. Vi a mi mamá sufrir por amor cuando mi padre la engañó con su secretaria más de una vez, ví a Amanda llorar un mes por el que creyó ser su primer amor, que incluso le pegó una vez, pero ella lo perdonó porque lo amaba, solo para que al final terminara enterándose que el hombre era casado. Hasta veo a July intentando ocultar su tristeza por Diego que no termina de concretar con ella. No voy a negar que aún tengo inseguridades, no creo que mi vida sea un cuento de hadas y que Miguel va a salvarme en un caballo blanco, ni mucho menos que sea el millonario que va a cambiar mi vida como en las novelas. Sere sincera, ahora creo que el amor nos deja confiar, crecer, nos completa y trae paz, como me siento ahorita, podría jurar que incluso nos deja volar. Aunque quizás solo sea como dije al principio y mi valentía no sea más que una tontería.

Bien entrada la madrugada de esta guardia, a July se le ocurre una idea para molestar a la bruja de María que aún no se duerme solo para vigilar que nosotras no nos vayamos a dormir tampoco. De lejos, la vemos coqueteando con el residente de traumatología que había visto temprano, está jugando con las llaves su carro como invitándolo a irse con ella, pero parece que el muchacho se resiste. Después de un rato ella se va con él riendo, pero olvida las llaves en el mesón del estar médico, Franco el R2 se las guardó.

- Ella tiene que subir al piso a hacer la entrega de los pacientes por escrito no? Podríamos esconderle el carro? Dice July maliciosa.

- Me rio largo y duro. El sueño te volvió loca July? jajaja me sigo riendo y ella pone cara decepción. No te pongas a molestar a María que nos puede ir peor, le digo como consejo.

- Yo no le tengo miedo, y ahora es que la voy a molestar, tengo varias ideas. Pero tienes razón, aquí hay vigilancia, y si le pedimos las llaves de su carro a Franco dirán que nosotras lo robamos.

- Que te parece si.... pero me interrumpo. No no mejor que no.

- Termina de hablar Karen, dice July ansiosa y por primera vez le veo las ojeras profundas y cansadas.

- Y si le metemos al carro mi uniforme de la cura de ayer? Juro que voy a botarlo igual al llegar a casa, está putrefacto.

- Eso niña eso, dijo animada dándome en el brazo. Y se lanzó de la silla en la que estaba hacia Franco. En menos de 1 minuto regresó con las llaves y una sonrisa de satisfacción en la cara.

-Qué le dijiste para que te las diera?

- Que María me escribió para que se las llevara.

- Y te creyó? digo incrédula levantando una ceja

- Tengo el número de muchos aquí Karen y muchos de estos residentes tienen mi número para pedir favores a mi papá a través de mí. Me guiña el ojo. Ahora andando, vamos a nuestro cuarto a buscar la peste negra. Se ríe como malvada de película y se frota las manos. Yo solo puedo acompañarla riéndome

- Ese es el carro July. Le digo porque lo he visto antes. ¿Estás segura de esto? No me quiero meter en problemas, que nervios.

- Ay tu tranquila que yo me encargo. Se puso un par de guantes de látex descartables y abrió la puerta, sacó mi uniforme de la bolsa y la ví arqueando como para vomitar, parece que se concentró el olor al meterlo ahí. Como pudo metió la camisa entre los cojines del copiloto y el pantalón lleno de secreciones debajo del asiento del conductor, cerró todo, se quitó los guantes y salimos corriendo por el pasillo como par de niñas traviesas.

De nuevo en la emergencia vemos a María llegar y July se le acerca

- Tenga sus llaves doctora, las dejó en el escritorio hace un rato.

María las tomo y sin dar ni las gracias ni nada, siguió hablando con su amigo de trauma.

Nos reímos lo que queda de la guardia, gracias a Dios no llego nada más al triaje y María estaba muy entretenida para prestarnos atención.

A medio día, después de salir de clases recibo un mensaje de Miguel diciendo hoy va a salir tarde del hospital porque habrá una jornada quirúrgica de cirugías electivas en una comunidad. Le mando una carita con puchero y al final un ok, te quiero.

Casi al momento, recibí otro mensaje que decía

"Yo más. Ven al piso para darte las llaves del apartamento" Quedó extrañada, por que voy a ir a su casa si él no está ahí? como no contesto de una vez me llama.

📞 - Hola cariño, dice él con voz dulce. Puedes subir ahorita? porque en 10 minutos debo ir a pabellón y se me complica luego darte las llaves

- Amor y que voy a hacer yo en tu casa?

- Lo mismo que haces cuando yo estoy, dormir, comer, estudiar. Además te preparé una sorpresa

- No puede esperar para mañana? Es que estoy postguardia y... me interrumpe

- Sube al 3ro y aquí hablamos. Puff me cuelga

Malvado hombre, la guardia maluca, la clase larga y él no dejándome ir... Cansada subo al piso 3 y agarro el pasillo a la derecha, toco la puerta del cuarto de residente detrás de la que escucho a varios de ellos hablando. Sale del cuarto el R2 de la guardia de ayer, Franco, y me mira de nuevo de arriba abajo con su sonrisita idiota

- Está el Dr Araujo?

Se voltea y desde la puerta grita duro

- Miguel, te llama tu novia Karen.

El bullicio de adentro del cuarto se calla súbitamente y yo me pongo más pálida que un fantasma. Peor, me siento cuando Miguel abre la puerta completa y veo detrás de el un grupo como de 10 residentes que empiezan a gritar y a silbar. Abro los ojos muy grandes y sigo caminando por el pasillo para salir de la mirada del grupo con la cara más roja que un tomate. Miguel viene detrás de mí y me abraza. Uno de los muchachos grita desde la puerta

- Miguel te llamó la cuaima y saliste corriendo, ya sabemos quien manda. Se siguen riendo, y yo solo quiero que me trague la tierra.

- No, no les prestes atención amor, me gira para darme un beso y yo volteo la cara. Pensé que ya no te importaba lo que pensaran los demás y no ocultaríamos nuestra relación, dice medio decepcionado separándose de mí.

- Cielo una cosa es no ocultarlo y otra muy distinta publicarlo y gritarlo por los pasillos no crees?

- Yo si quiero gritar que te amo Karen y no me importa la opinión de otros.

Me acerco y lo abrazo, puedo sentir su decepción. Le digo que lo siento y que no quiero callarme más.

- Ya también te amo, le respondo tímida. Discúlpame si aún me da pena, solo no estaba preparada. Lo abrazo más fuerte y me devuelve el abrazo receloso. Me rio, me pongo de puntillas y lo beso en los labios.

Solo escucho gritos del resto de los residentes que se asomaron al pasillo para mirarnos.

- Te pusieron correa amigo, gritó un joven bajito que fue el último en meterse de nuevo al cuarto. Me dió tanta pena que me paré detrás de Miguel para esconder la cara en su espalda.

- Ahora te escondes, pero me besaste y sabías que nos estaban viendo, no te importa lo que digan?

- No, déjalos que hablen, le digo aunque tenga mucha pena. Cielo, pero por qué me pediste que viniera por la llave de tu casa?

- Quiero que cenemos juntos hoy en la casa, ya encargué la comida, quería salir a almorzar pero se extendieron los casos y saldré en la noche y cómo estás cansada postguardia se que no vas a querer salir.

Cómo le digo que no a este hombre? No puedo ni quiero.

- Está bien cielo, haré mi mejor esfuerzo por estar despierta cuando llegues.

Me dió la llave y salí de ahí rápidamente, no sin antes ver de reojo qué en el cuarto de residentes, que aún seguía con las puertas abiertas, estaba también María Dávila.

Llamo al ascensor pensativa, y la bruja de María que va pasando detrás de mí con otra residentes hacia el ala izquierda del piso me dice:

- Recuerda lo que te dije niña, por experiencia propia sé que las cosas con Miguel no duran demasiado. Así que vuelve a la realidad que seguro pronto se aburre de este jueguito.

- Solo sé que es Mío mientras dure. Dije y me metí al ascensor que venía llegando y dejó a dos personas para quedar vacío.

Una vez adentro marque en el panel el piso 1 y no podía quitarme de la cabeza las palabras de esta bruja del oeste.

Reconozco que estaba dándole vueltas al asunto hasta que al llegar al apartamento vi el bonito arreglo de flores de girasoles y margaritas que estaban en el comedor. También habían pétalos y velas en la mesa. Aww esto le derrite el corazón a cualquiera. Almuerzo ligero, me baño y me pongo una camisa de algodón blanca y larga de Miguel, la que me prestó la primera vez que vine y qué se ha convertido en mi favorita y de él. Me quedo dormida viendo la televisión y me despierta el timbre del celular. Contesto en seguida, tras ver qué eran las 7:30 pm

- Amor, puedes abrirme la puerta? Se me va a fracturar el dedo de tanto darle al timbre.

Salgo corriendo a abrir, pero me quedo parada con la puerta entrecerrada cuando lo veo. El pone su mirada oscura y atractiva cuando ve como estoy vestida.

- Buenas noches señor, qué necesitaba? Le digo en broma.

- Necesito que me abra la puerta señora para arreglar la cocina. Me hace reir

- No se va a poder señor porque mi esposo no está y no se que pueda usted hacerme.

Nos reímos demasiado. Cuando del apartamento conjunto sale un señor mayor y detrás de él sale Diego, que al verme se queda paralizado en el pasillo. Miguel se acerca para taparme y que no me vea vestida así.

- Buenas noches, nos dice el señor.

- Buenas noches Sr. Martín, hola Diego le dice Miguel, yo solo le levanto la mano como saludo.

- El señor Martín es tu tío Diego? dice Miguel tranquilo, Karen me comentó que vivía en este edificio pero no te había visto con él.

Diego sale de su estado de asombro y solo dice

- Si. Y se va detrás de su tío.

Miguel me empuja y se mete a la casa y yo quedo en estado de shock.

- Y ahora? Qué le voy a decir? Cómo voy a explicarle que hago aquí? Mira como me vió. Me carcome la ansiedad, no quiero que Diego piense mal de mí.

- Dile que estabas en el mercado, me responde Miguel irónico. - No sería la primera vez.

- Es en serio Miguel, no he podido contarle yo misma de nosotros, entre la guardia y que ha estado distanciado no he podido. Qué va a pensar? Que ira a decir?

- No me dijiste hoy "déjalos que hablen"? Puedes por favor superar a tu amigo? En serio no entiendo esa relación entre ustedes, te gusta? Por qué es muy obvio que tú le gustas a él. Dijo ya molesto

- No digas eso. Solo somos amigos, pero no quiero defraudarlo.

Me pongo triste y Miguel se acerca para abrazarme.

- Puedes hablar con él mañana y yo con él en la guardia que viene. No dirá nada malo porque es tu amigo y yo permitiré que te lastimé porque te amo.

Me saca una sonrisa, esa noche encargó pizza y comimos en la sala con la luz de las velas.

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Comments

omilsia guerra

omilsia guerra

que detallista es Miguel

2022-02-14

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