Un día libre

Me lleva a mi residencia de buena gana, me despido rápidamente y cuando me bajo del auto veo que se baja detrás de mí y se recuesta del carro.

- Te espero aquí, dice viendo su celular tranquilo. Y trae ropa que vamos a ver a mi papá y luego a mi casa, agrega.

- Ah? digo estupefacta. Te volviste loco o es que yo bebo y tú te emborrachas?

Lanzando una mirada oscura con los ojos entrecerrados se acerca a mí y me agarra por la cintura, y yo contengo la respiración.

- Tu crees que después de ayer te dejaré aquí sola? Ni hablar, hoy voy a ver que descanses y comas bien.

Trago hondo.

- No tienes por qué hacerlo. Digo bajito pues lo tengo muy cerca ya que aun no me suelta, este hombre huele divino, provoca comérselo...

- No, no tengo que hacerlo, quiero hacerlo. Me gustas, y me da un besito en los labios.

Cómo se le dice que no a alguien así? Sin salida, asiento lento. Cómo puedo me libero de su agarre y le digo que ya regreso. Me meto corriendo a bañar y me quedo unos minutos bajo la regadera, ¿qué rayos me pasa con él? No es que sea la primera vez que salgo con alguien, aunque Miguel no me ha dicho para salir realmente, pero dijo que se preocupó por mi ayer, ayy que me pasa? Respiro hondo, debes tomar las cosas con calma Karen, diviértete y no te involucres demasiado, puedes hacerlo. Salgo del baño y me arreglo como puedo.

- Te esperé una eternidad, sabes? Tendrás que compensarme luego. Dijo mientras arrancaba el carro.

- En mi defensa, estoy amanecida y eso me hace más lenta. Puedo preguntarte por qué quieres que te acompañe a dónde tú papá? No es algo como de familia?

- Primero vamos a comer algo y luego a dónde está mi papá, porque si no me matan luego, tú serás una buena excusa para irnos temprano. Conseguí un día libre en mucho tiempo y vamos a aprovecharlo. Dice divertido.

Mientras comemos me doy cuenta que hablar con Miguel es chévere, él es divertido e inteligente. Me cuenta cosas de cuando empezó en el hospital, que una vez confundió las muestras de todo el servicio y por suerte el jefe se dio cuenta porqué si no hubiese sido terrible. No lo amonestaron solo porque se había quedado solo todo el día con los pacientes y había tomado las muestras de toda la guardia desde que había llegado. Me rio mucho y hablamos de su primer año de residencia y de sus años en la facultad de medicina. Aún sus profesores están y también me dieron clase a mí. Se nos pasa la hora volando y al terminar me compra un pastelito para llevar.

- Y esto?

- Ayer dijiste que te gustaba lo dulce, pues ahí tienes eso y tienes esto... dijo dándome un beso.

- No te pondrás empalagoso o sí? Lo miro bromeando.

- Puedo volver a ser de limón si te gusta más. Tengo rato que no grito y no puedo permitirme perder la costumbre.

- No no no, como crees... dulce es mejor. Fingiendo susto.

- Vámonos que papá me espera.

Al llegar a la casa y saludar al Sr Manuel, me presentan a 3 hermanos de Miguel, y saludo a Raquel que ya conocí antes, quien me devuelve el saludo recelosa. Ella es jovencita y consentida por sus hermanos, veo que no le agrado demasiado, los hermanos de Miguel no se parecen a él son de piel clara pero muy parecidos a su papá, el mayor se dedica a la construcción como su padre, otro es abogado y otro licenciado en letras y se dedica a la enseñanza en una escuela pública. Y de personalidad ni se diga, se portan muy amables conmigo, bromean sobre que soy la primera chica que Miguel trae a casa y yo no me canso de aclarar que solo somos amigos del hospital.

El Señor Manuel, manda a sacar un álbum de fotos mientras Miguel sale a hablar con su hermano mayor Alberto y su cuñada sobre el tratamiento y la alimentación de su padre.

- Ven Karencita, me dice el Sr. Manuel acércate a ver a mi difunta esposa Dolores, ella era enfermera del Hospital dónde ustedes están ahorita, la quería mucha gente. Pacientes y médicos. Ve, ve, aquí está cargando a Miguel de bebé.

- Oh ellos se parecen muchísimo, Miguel es moreno y alto pero tiene la cara y lo perfilado de su mamá que es mucho más clara, y tiene sus mismos ojos cafés. Puedo preguntar de qué murió? se ven tan felices.

- Tenía cáncer de mama, la operaron 2 veces pero no aguantó la quimioterapia. Mi mujer era fuerte pero estaba en una etapa avanzada, dijo cabizbajo y con los ojos agüados.

- Miguel era muy unido a ella?

- Claro, y era su consentido, Dolores no se murió hasta verlo graduado de médico, estaba tan llena de orgullo. Yo creo que aguantó solo lo necesario para verlo entrar al hospital.

Siempre dijo que ahí encontraría gente que lo ayudaría y así ha sido, pero no creas, Miguel no se deja regalar nada, todo se lo quiere ganar.

- Ese es Miguel? Digo soltando una carcajada de pronto al ver una foto de Miguel como de 10 años vestido de Superman.

- Papá no me avergüences, dice Miguel entrando molesto al cuarto y agarrando el álbum para guardarlo.

- Eras "Súper" adorable, le digo riendo todavía. Y el hace un puchero y yo sigo riendo.

- Puedes traer el jugo de la cocina? me dice gruñendo con una mirada matadora. La mujer de Alberto lo está sirviendo.

Salgo a buscarlo pero veo unos ojos oscuros que me miran molestos desde un rincón. Es Raquel que está en el pasillo recostada a la pared.

- ¿Quién te crees que eres? dice mirándome agresiva

- ¿Qué quieres decir? Solo soy amiga de Miguel.

- Él es mi hermano más cercano, mucho cuidado lo engañas. Por qué la vas a pasar muy mal.

Me hace gracia verla en esa actitud, porque es muy jovencita. Se ve que están muy unidos y se cuidan.

- ¿Y si él me engaña a mí?

- Miguel no es así, Además a mi me gusta para él es su amiga María.

- Raquel, ¿has pensado en quién le gusta a él? No dice nada y continúo.Yo solo soy su amiga, pero puedo prometerme no engañarlo, ¿te sirve?

- Te estaré vigilando. Decía mientras se iba por el pasillo hacia el patio del fondo, no muy convencida.

Después de pasar un rato con su padre, Miguel le dice que debemos irnos porque tiene pendientes del hospital y yo tengo que estudiar.

Nos despedimos y vamos directo a su apartamento.

En el carro le digo:

- Tienes una hermosa familia, la mía no es tan cálida. Y se ve que les importas, en especial a tu hermanita.

- La bebé es una consentida, cuando era pequeña yo pasaba todo el día cuidándola cuando todos trabajaban o estudiaban. A veces llegaba de la universidad a recogerla en la escuela y pasamos la tarde haciendo los deberes y jugando, con mis otros hermanos no era así por la diferencia de edad. Si llegaba del hospital y no le traía nada se ponía triste.

- Hoy no le trajiste nada. ¿Se habrá molestado por eso?

- Si le llevé algo... te llevé a tí. Dijo con una sonrisa

- Creo que ella hubiese preferido ver a María, digo volteando la mirada hacia la calle.

- Le cae bien, eso es todo.

- Ajá, me alegra. Digo con una sonrisa molesta

- No te pongas celosa, ya te dije que es solo mi amiga.

- ¿Celosa yo? No no que va. Es tu problema con quién sales y a quien llevas a tu casa. Yo no quiero saber nada de eso por mi salud mental.

- ¿Tu salud mental? repitió riendo. Aún te queda de esa después de ayer? Pregunta en broma.

Llegamos a su casa y casi enseguida lo llamaron del hospital por unos pacientes que habían ingresado. Lo ví estresado así que fui a la recámara a dejar mis cosas. Me puse a echar un ojo alrededor y veo que todo está muy ordenado y limpio. Los uniformes y las batas blancas en ganchos, hasta vi que las medias estaban muy ordenadas en un cajón. Yo no tengo ese nivel de organización en mi vida, para las cosas de la universidad soy estricta, pero para las cosas de la casa parezco un huracán.

- Listo, podemos tomar el día para descansar, dice desde la puerta mientras se quita la camisa y se dirige al baño para abrir la regadera, dejando la puerta abierta.

Este hombre es un muñeco de torta, pienso, siguiéndolo con la mirada, es moreno, alto, con el cabello negro cortico, una espalda ancha dónde se ven 3 lunares pequeñitos en el hombro derecho, el abdomen definido, un trasero más que redondo y firme y eso ojos cafés penetrantes... Para morirse...

- ¿Vienes o solo te vas a quedar mirando? Me grita cuando ya se ha terminado de quitar toda la ropa en el baño. Y yo salgo de mi fantasía.

- No me juzgues, desde aquí tengo muy buena vista.

- Como quieras, la puerta está abierta para ti.

- ¿Podemos, podemos ver una película después de comer? Le digo tartamudeando e intentando desviar la mirada hacia un enorme televisor frente a la cama, mientras me doy aire en la cara.

- Claro, elige lo que quieras.

Hablamos toda la tarde, en serio tenemos cosas en común, después de comer, vamos al cuarto y nos empiernamos frente al gran televisor, hasta tenemos las manos entrelazadas, elegí una romántica de Julia Roberts que a mi me tiene atrapada pero él empieza a cabecear, le doy algunos besos en el dorso de la mano, porque sé que si tuvo que ir al hospital a ingresarme ayer le hice pasar mala noche, cuando volteo a verlo está rendido.

Creo que esta es la vida del médico, vives en el hospital, a veces vas a casa y en tus ratos libres solo quieres dormir tranquilo. Le doy un beso suave en los labios y le bajó todo el volúmen a la TV, pero no lo suelto. Lo siguiente que recuerdo es que estaba dormida junto a él.

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Comments

omilsia guerra

omilsia guerra

pobre Miguel lo venció el cansancio

2022-02-09

2

Mila

Mila

Me gusta esta pareja. Aunque siempre tengan sueño jajaja

2022-01-07

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