July al rescate

Llegué a mi guardia a las 7 en punto, no quería buscar excusas para que ninguno de los residentes me regañara o fueran con el chisme a María. Ya July estaba en la emergencia, fabulosa como siempre; el uniforme médico le queda entallado al cuerpo, parece una modelo de revista igual de bella que delicada, no la imagino ni un poco en los servicios de emergencia. Ella sería la típica especialista en dermatología o gastroenterología, que siempre va impoluta por los pasillos con joyería y perfume, sin un arruga ni una ojera. Desde que tomó la iniciativa de perseguir a Diego, porque eso claramente hizo, la verdad he notado que es más sustanciosa que solo una cara de bonita; es inteligente, amable y preocupada, pero las compañeras que la siguen no la buscan por eso, solo ven la fama y el dinero.

- Hola Karen buenos días. Preparada para hoy? dice July enérgica con un café en mano

- No demasiado. Reconozco

- Bueno, ánimo, que hoy hay bastantes pacientes.

Recibimos a nuestros compañeros y nos presentamos con el R1 y el R2 que estaban en la emergencia, nos vieron de arriba abajo con una asquerosa sonrisa.

- Bueno bueno. Pero que bueno es tener carne fresca por aquí. Dice el R2 sarcástico

Mi cara de desprecio no cabía en mí

- Yo te conozco. Le dice de pronto July, eres Francisco o Franco.... Estabas en la fiesta de fin de año que organiza mi papá, el doctor Lee (dijo con énfasis estas últimas palabras).

- Ahh claro, soy Franco y el es Reinaldo de primer año. Soy un fanático del trabajo de tu papá, yo también quiero hacer cirugía plástica, recomiéndame con él.

- Veremos, dice July con una sonrisa falsa en el rostro. Vamos a ver el triaje, si chicos? Se voltea y agarrándome del hombro me dice bajito al oído: Así pasan de lobos a cachorritos.

Solo puedo pensar que está niña se las trae y mayor mi asombro llega cuando la veo desenvolverse con los pacientes. No es muy cariñosa, pero es asertiva y no tiene temor a ensuciarse, sutura, hace curas, drena abscesos y hasta saca los gusanos de un paciente con miasis en una herida.

- July, eres asombrosa. No sabía que te gustaba la cirugía. Le digo incrédula.

- No mucha gente lo sabe, pero yo crecí en este hospital, por el trabajo de mi papá. Una vez pasé la navidad en la sala de espera del quirófano, porque papá estaba operando y mi madre estaba en una de sus giras de promoción.

- Eso es increíble, mis padres también son médicos y nunca pisé el hospital hasta que me fracture la muñeca por trepar un árbol, me río.

- Además siempre que tengo la oportunidad vengo a ver los casos, quiero hacer cirugía, pero mi papá dice que haga anestesia, ginecología o dermato. Dice poniendo los ojos en blanco. A ti que te gusta? porque veo que cada vez que el paciente grita tu arrugas la cara

- Yo creo que soy más clínica que quirúrgica, pero aún no se.

- Con tus calificaciones Karen puedes hacer la subespecialidad sin hacer la residencia, se ríe para continuar con el paciente. A lo mejor Miguel Araujo te empuja por el mundo de la cirugía no? dice bajito pero claramente.

- Esteee. No sé que decirle, se me puso la cara de colores. No sé, quizás. Escupo finalmente.

- Tranquila que yo no diré nada, ustedes se ven bien juntos, creo que él es de los buenos. Y mira que aquí de esos no abundan. Comenta mientras gira a ver a los que estaban en el estar médico, negando con la cabeza.

- Es difícil mantenerlo en secreto y aún más sobrellevar los comentarios. Digo cabizbaja

- Aquí no hay secretos linda, si pasa algo aquí en la emergencia ahorita, no te has montado en el ascensor y ya lo saben en el 8vo piso, así que vive tu vida, porque comentarios siempre van a haber. Los médicos no tienen una vida social fuera del hospital así que acostúmbrate.

Dice July quitándose los guantes de látex. Ahora ven, vamos a decirles a ese par de idiotas, dice señalando a los residentes, que vamos a comer.

Esta mujer es el ejemplo de la determinación, pienso en Diego y me rio, se que está perdido.

Comemos tranquilas en el cafetín y hablamos sobre Diego, ella reconoce que no ha tenido muchos avances, aunque ha logrado que la lleve a comer y al cine. Le digo que él es tímido y un caballero que no hará nada para herir sus sentimientos.

- Al principio creí que ustedes eran algo, luego te ví con Miguel y descarté la idea, pero no sé por qué su actitud contigo es diferente.

- Solo somos amigos, es mi mejor amigo. Dale tiempo, ya es bastante que hayan salido juntos.

- El que quiera, realmente me gusta y voy por él.

Nos reímos mucho en el almuerzo y se nos pasó un poco la hora, así que volvimos a la emergencia.

- Vaya, vaya miren quienes se dignaron a aparecer, dice María con ironía. Yo que ustedes mejor no volvía.

- Nos amenaza doctora? Le dice July desafiante. Porque nosotras tenemos derecho a comer si no puedo preguntarle a mi padre.

- No me interesa que tu padre sea adjunto en este hospital, no es el único que decide y ustedes no cumplieron el horario. Ah no, los residentes no comen y las reinas de belleza en el cafetín.

- Nosotras notificamos a los residentes y no mostraron ningún inconveniente. Si comen o no, eso no lo sé ni depende de mi, dice July molesta.

- Aquí en la emergencia el día de mi guardia cuando no está mi especialista mando YO, grita María. Y quedan castigadas hoy no hay turnos de descanso y harán todo el triaje.

- Excelente, dice July pasándole por el frente. Y quién quiere dormir? Caminando hacia el triaje.

Yo estoy en modo avión, me congelé en el momento que habló. Ni en mi más remoto sueño pensé ver que una estudiante se pusiera de tú a tú con una residente del último año.

- Para tí, dice mirándome con malicia, tengo preparado algo especial. Fuiste valiente en venir a la guardia, me dice cuando me pasa por un lado. Pensé que Miguel era más listo en no dejarte venir si no le cambiaba la guardia, se reía. Sígueme, harás curas por el resto de la tarde y luego vuelves a la emergencia con tu amiguita.

Un horrible olor a muerto en descomposición se despedía del pie de aquel señor, la doctora María me llevo a un cuatro alejado de los pasillos principales de la emergencia y me asignó las curas de pie diabético. Le dijo muy seductoramente al residente de traumatología que las estaba haciendo que la siguiera después de explicarme cómo se hacían.

Aunque tengo tapa bocas y todo el equipo de protección, me están matando las ganas de vomitar. Tengo que quitar las capas de tejido necrótico del pie con un bisturí, lavar y restregar los bordes hasta que sangre, para poder poner un apósito. Se que al paciente no le duele porque por la diabetes sus nervios están dañados, pero me duele a mí como si fuese yo la que se arranca los pedazos de carne.

Por un momento me levanté de la silla para respirar, estaba mareada, mientras más agua y jabón aplicaba más nauseabundo se hacía el olor de la secreción verdosa que salía, como a frutas podridas y animal muerto. Por un momento no pude más y tras disculparme con el paciente salí al pasillo quitándome las cosas de la cara, la bata y el gorro del cabello, para vomitar a la papelera más cercana, ví salir todo mi almuerzo sin digerir.

- Karen, dice Miguel corriendo hacia mí. Hasta que te encuentro, que haces aquí? Se interrumpió al olerme cuando ya estaba cerca.

Maldita mujer, dijo alejándose un poco. Esto no les toca a ustedes, y ya habíamos quedado que las haría traumatología, gruñe al ver el cuarto de pie diabético.

Me volteo de nuevo por las arqueadas que me producen las náuseas.

- Maldita sea. Dice sosteniendo mi cabello.

Cuando logro recomponerme, veo sus ojos de preocupación

- Me voy a cambiar, dice él, las haré por tí.

- No! grito con dificultad sosteniendo su muñeca. Yo lo haré... respiro hondo, solo que era mi primera vez ahí.

Él me mira dubitativo.

- Puedo ayudarte. No tienes ni enfermera en el lugar.

- No quiero, yo puedo hacerlo sola. No me voy a dejar intimidar. Me rio débilmente.

- Eres increíble, dice mirándome con asombro. Ya te dije hoy que creo que te amo..?

Una carcajada salió de mí de lo más natural. Aquí toda despeinada, pálida y oliendo a rayos, este hombre guapísimo me está diciendo que me ama.

La sonrisa no me cabe en el rostro, me paro derecha, me sacudo y cuando voy a buscar nuevo equipo de protección, le guiño un ojo con descaro.

- Voy a trabajar cariño, le suelto ahí en medio pasillo. Ya puedes irte, que yo traje otro uniforme.

Su sonrisa me ilumina, se que le gusta la idea de que lo trate así en el hospital sin importar quién nos oiga.

Terminé de hacer las santas curas como a las 5 pm. Había un pie, que Diosito solo lo salve, llegué al hueso y nunca sangró. Tanto esfuerzo puse solo para que el residente de trauma me dijera que iba a amputación.

Fuí al cuarto a bañarme y cambiarme, porque el olor se quedó impregnado en mí, tenía ganas de botar el uniforme pero lo metí en una bolsa y lo dejé a un lado.

En la emergencia, los residentes corren a la voz de una María colérica, pero July ni sé inmuta y sigue en lo suyo. Me acerco al escritorio del triaje y veo la bonita bolsa de comida que hay en él.

-Qué es esto July? Un paciente te lo trajo? o un pretendiente? Le digo coqueta.

- Eso mi querida Karen, es para tí.

La miro incrédula. Tu santo novio vino a traerte cena, no sin antes preguntarle a los muchachos dónde estaba su "Novia Karen" y todo esto en frente de María.

- Qué??? Digo nerviosa con los ojos como que se me van a salir.

- Como me oyes amiga. Ahora la bruja está insufrible, dice volteando a ver rápido el estar médico. Mejor ponte a ver el triaje y esconde la bolsa si quieres salir de esta guardia con vida.

Me pongo a hacer el triaje, los pacientes se los presento al R1 para evitarme más problemas, pero dejo mi hermosa bolsa sobre el escritorio para que todos la vean. Yo no tengo nada que ocultar, y para qué hacerlo, si Miguel ya lo confesó todo.

Cómo a las 9 es que podemos ir a cenar y yo me muero de hambre, veo que en la bolsa hay chocolates, y dos hamburguesas que reconozco que son de dónde la señora Sandra. Le ofrezco una a July pero la rechaza, me dice que cero carbohidratos por la noche. Yo ni corta ni perezosa me las trago las dos, pero le lanzo un chocolate que agradece y guarda para mañana. Le cuento a July lo que la bruja me puso a hacer y lo que dijo Miguel, ella se ríe y me cuenta que a lo mejor por eso la mujer volvió de mal humor a la emergencia y me contó entre risas la cara que puso cuando llegó Miguel con la cena. Me dió pena por ella.

- Mejor no hablemos de eso, digo seria. Quizás ella está enamorada de él

- Ay Karen, por favor, estará enamorada de él y de medio servicio de trauma, de varios de medicina interna y de uno de oftalmología...

July se sabe todos los cuentos de cirugía.

Una vez en la emergencia, la bruja quiso molestarnos de nuevo, pero July que ya sabía cómo manejarla la corrió con su sarcasmo, pero la desgraciada bruja hizo un comentario antes de irse que me dejó pensando, dijo que Miguel ya había sido suyo y que por experiencia sabía que las cosas con él no duraban...

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Comments

Mila

Mila

Eso es amor verdadero.. cuando estas en tu peor momento te hacen sentir especial

2022-01-08

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