En Quirófano

Cuando voy a los vestidores a cambiarme, veo incrédula de nuevo al pelirrojo de la semana pasada, se está besando en lockers con alguien, que claramente no es la misma de la otra vez, esta es morena y la anterior rubia. Como no notan que estoy ahí me cambio y salgo rápido.

Cuando salgo choco con Miguel que ya se ha cambiado a su mono quirúrgico y está cerca de los cambiadores de damas.

- Me extrañaste cielo, que vienes corriendo a mí? Dice en tono burlón y me abraza.

- Suéltame Miguel, no me gustan esas muestras de afecto aquí. Me suelto molesta.

- Recuerda que me prometiste algo? Dijiste que harías todo lo que te pidiera hoy. Se te olvidó? Y yo por andar en el piso ocupado no pude aprovechar esa promesa y de paso, te quedaste sola con el imbécil de Alvaro.

Sus ojos son muy expresivos y su mirada, luce honestamente irritado.

- No se me ha olvidado mi promesa Dr, me pongo firme y hago un saludo militar, usted manda hoy y yo obedezco. Me rio para que se relaje. Pero no se acostumbre mucho, no crea que soy sumisa fuera del hospital.

- Me parece bien, se rie él divertido por mi mueca. Lo primero que voy a pedirte es un beso... (Como ve que abro mucho los ojos y me sonrojo, completa la oración)... en la mejilla. Vamos que ya casi llega el equipo de anestesiología y el equipo de hepatobiliar, así que si no quieres que te vean, hazlo pronto.

Miro a los lados y como no veo a nadie, le doy un besito inocente en la mejilla derecha. Me pongo más colorada y como se ríe le golpeo el brazo con el puño cerrado. Él, de payaso finge mucho dolor.

- No abuses de tu poder. Que yo también me se defender. Y ahora que?

- No voy a abusar lo prometo, solo lo aprovecharé hasta donde pueda. Recobrando la postura. Ahí vienen los de anestesia.

Cuando volteo, veo con asombro al pelirrojo de hace un rato y a otros 2 médicos que se acercan, son altos y cuadrados los 3, el pelirrojo es guapo, pero más bello es Miguel. El pelirrojo saluda a Miguel con un abrazo y yo veo en silencio que bromean. Se nota que se tienen confianza.

- Tony, ella es Karen, dice Miguel señalándome, hoy será mi acompañante en todas las cirugías, no la molestes por favor.

- Karen el es Tony Burgos, mi mejor amigo desde la facultad.

- Un placer Karen, dice Tony tomando mi mano y la besa.

- Deja lo salamero Tony, que ella ya tiene novio. Agrega Miguel y lo separa de mí.

- No es cierto, no tengo. Digo mirándolos a ambos, pero agradezco si no me molesta hoy, ha sido un día difícil para mí y aún tengo que acompañar al Dr Araujo lo que queda de la guardia. Lo dije con fingida tristeza, como si fuera un castigo.

- Miguel como te atreves a molestar a este ángel, conociéndote la estás torturando. Dijo Tony, mirándolo con reproche. Vamos al quirófano, que ya está ahí el paciente, cuando llegue el resto del equipo comenzamos. Tú, pequeño ángel, puedes sentarte conmigo junto a la máquina de anestesia, mientras a este bribón se le duermen las piernas de estar parado.

- Gracias, Dr Tony, que amable. Respondo en tono modoso.

Lo seguimos y solo puedo reir al ver de reojo la cara perpleja de Miguel.

La cirugía duró 4 horas, era un trauma hepático por proyectil de arma de fuego, fue un trabajo asombroso, resulta que la morena de los lockers era la instrumentista. Miguel fue el primer ayudante y cuando terminó estaba empapado de sangre y exhausto, pero el paciente salió bien.

Me senté en una pequeña sala de descanso con muebles mullidos, porque luego venía otra operación más sencilla, un tumorectomía mamaria y después una herniorrafia inguinal.

Después de la segunda operación, Migue se lanzó en uno de los muebles con los ojos cerrados, estaba agotado, pobrecito y aún no terminaba. La siguiente era en 30 minutos. Me senté junto a él y le acaricié el cabello, admiro mucho su trabajo. Él me agarra la mano y se la lleva a su pecho sin decir nada, y no la suelta, veo las heridas en sus nudillos, y le sujeto la mano con más fuerza.

- Sería feliz si me acompañaras todos los días aquí. Dice sin abrir los ojos.

- Esto es solo por hoy. Yo no me veo en un quirófano por el resto de mis días.

- Me refería aquí conmigo, dice señalando su corazón.

- Gracias por rescatarme hoy, no sé que hubiese hecho si no hubieses llegado. Y gracias por dejarme esconderme aquí contigo. Me acerco y lo beso en la mejilla.

- No hubiese pasado nada porque ese idiota es marica, dice abriendo los ojos, todos los muchachos lo saben. Y no tienes que esconderte de nadie, no creo que se atreva ni siquiera a hablarte de nuevo.

- En serio? Él asiente. Gracias. Le digo suave

En ese momento se asoma Tony en el estar y yo trato de quitar mi mano de la de Miguel pero este no me deja.

- Ya veo que la tortura de Miguel no es tanta como parece, dice divertido Tony mientas se recuesta en el gran sillón junto a Miguel. Nos sigue mirando y re ríe negando con la cabeza. Quién diría que alguna vez iba a ver al feo de Miguel acarameladito en la sala de estar de este quirófano.

Miguel le da un golpe en el brazo con la mano que tiene libre.

- No todos somos unos descarados como tú, que te metes con todo lo que lleve una falda. Le dice Miguel.

- Oye, que no con todo, mi debilidad son las enfermeras, se ríe. Pero mírate tú, a tantas le dijiste que no, y aquí estás.

Lo miro medio molesta, no me gusta que otras personas lo miren y menos en este ambiente que se la pasan desnudandose para cambiarse de ropa.

- Pero tú lo negaste Karencita, me dice Tony, dijiste que no tenías novio.

- Y no lo tengo. Miguel es... solo mi amigo, lo forzaron a ayudarme, primero el Dr Ferrara y luego su papá, no Miguel? Me rio viendo su cara de ira asesina.

- Le presentaste al viejo Manuel? dice Tony asombrado. Ay amigo te veo mal, yo tengo amigas pero no les presento a mi papá. Se levanta riéndose. Los dejo tortolitos, voy a estirar las piernas que ahí viene el siguiente paciente.

- Con que solo tu amigo? Me da una sonrisa molesta. Es que acaso tu haces con tus amigos lo que haces conmigo? se me tira encima haciéndome cosquillas. Y me da un beso en los labios.

- Aquí no Migue, le digo preocupada, ya sabes lo que pienso de que la gente comente.

- Lo se, lo sé, dice soltándome. Me da un beso en la mano y sale de la sala de descanso. Si quieres ven en un rato, también debes estar cansada.

Me quedo un momento mientras me arreglo el uniforme y veo que entra una mujer a la sala de descanso. Me tardo en reconocer que es la rubia que llamó suegro al papá de Miguel, pues hoy tiene el cabello cubierto por un gorro quirúrgico.

- Que cree que hace una estudiante en el estar de descanso médico? me dice en tono odioso.

- Disculpe doctora ya me iba. Me permitieron esperar aquí.

- Espera, no me he presentado oficialmente, soy María Dávila. La compañera de Miguel.

- Mucho gusto doctora. Digo pasándole por un lado para salir pero estira su brazo y bloquea mi paso.

- Miguel es mi compañero de postgrado y espero que también lo sea de vida. Dice bajito y amenazante. No voy a dejar que ninguna estudiante resbalosa me lo quite, entiendes?

- Si usted lo dice, así es. Le digo pasando por debajo y saliendo hacia el quirófano.

Esta loca que se cree? pienso. Si Miguel es de ella que no venga a reclamarme a mí, sino a él. Y me siento cerca de Tony que está vigilando el monitoreo de signos vitales. Miguel me mira con una sonrisa que solo se nota en los ojos porqué lleva puesto un tapa bocas y yo le hago malos ojos, y me pongo a ver a la paciente.

Pero oigo la voz de María que entra al pabellón, y la veo vestida y con las manos lavadas como para operar. Bromea con Tony, se viste y abre el abdomen del paciente con Miguel. Me levanto a ver el acto quirúrgico desde un lado de la instrumentista sin contaminar nada. Estos dos tienen química operando, prácticamente no se piden nada y ya el otro sabe que debe hacer. Por lo tanto hablan de todo menos del procedimiento.

- Migue cuando vas a la casa? le dice María y a mi me da una puntada en el estómago al oír que lo llama como yo. Tengo una semana esperándote en las noches para estudiar... Dice eso y yo que quiero ponerle el bisturí en el ojo.

- No he tenido tiempo Mari, será en otra ocasión.

- Y mi suegrito como está? Ya lo visité y me dijo que quiere boda y nietos antes de morir.

No pues, si estos creen que me voy a quedar oyendo su conversación de feliz pareja están mal. Me alejo, y es Tony el que me detiene de salir corriendo del pabellón.

- Ella lo está haciendo a propósito, dice bajito cerca de mi oreja. No te dejes intimidar, mira como él casi ni responde. Nunca ví a Miguel agarrado de manos de nadie y lo conozco hace demasiado tiempo, no es un santo, pero no juega con las personas. Algo especial vió en tí para portarse diferente.

Lo miro confundida. No sé si sea todo cierto, pues entre los amigos se tapan cosas.

- No quiero estar aquí, le digo al final derrotada, viendo a María coquetear con él tan directamente. Pienso que se ven bien juntos, solo les falta un año para ser especialistas y a mi me faltan 2 para terminar la carrera, no tengo mucho que ofrecerle.

- Entonces quizás no lo mereces, me dice Tony y se voltea de nuevo hacia el monitor de signos vitales.

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Comments

omilsia guerra

omilsia guerra

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2022-02-12

1

Sofisa

Sofisa

Por fa escritora publica más. Estoy atrapada

2022-01-03

1

Mila

Mila

No seas cobarde Karen

2022-01-03

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