El Neurocirujano

Me gusta esta sensación de familiaridad que tengo al estar con él, no somos novios ni nada, pero estoy contenta a su lado. Sí, reconozco que ya estoy más involucrada de lo que quisiera pero ya el tiempo dirá si las cosas duran o no.

Pasamos la noche entre bromas y caricias hasta que nos ganó el sueño. Por la mañana, antes de salir al hospital cuando agarro mi bolso de guardia, le comento de la ropa que dejé en la mesita.

- Por favor puedes llevármela entre semana a mi casa? No quiero que me pese el bolso.

- Por qué no la dejas en una gaveta? También saqué un cepillo de dientes para tí.

- Gracias.

Una vez en el hospital, me bajo del carro rápido y me despido moviendo la mano. No quiero que nos vean entrar juntos. Pero cuando salgo del estacionamiento, Diego está parado junto a la entrada viéndonos

- Hola Karen cómo estás? dice besando mi mejilla. Por qué viniste con el Dr. Miguel? Te ayudo a cargar tu bolso?

- Hola Diego, no vale tranquilo yo puedo. Y el Dr. me vió en el camino y me dió un aventón.

- Que raro, tú vives por el centro y él hacia el norte. Vive en el mismo edificio que un tío mío.

- Bueno yo no sé de donde venía. Perdí el autobús y por casualidad él iba pasando.

Diego arruga el entrecejo.

- Vamos a recibir, que ya se nos hace tarde. Digo tirando de su brazo

La guardia fue buena, Diego y yo pudimos ayudar a poner un tubo de tórax y entramos a quirófano con los de cirugía cardiovascular. Fue bastante emocionante. Estando ahí ví a Miguel en el quirófano vecino. De verdad tiene talento y se ve muy bien, pienso mientras lo veo trabajar.

Cuando volvemos a la emergencia, llegó un politraumatismos por arrollamiento vehicular. El paciente estaba en muy malas condiciones, y su estado neurológico se deterioraba rápidamente. Álvaro llamó al equipo de neurocirugía después de ver los resultados de la tomografía, pues parece que tenía una hemorragia cerebral.

Al poco tiempo llegó un residente de ese servicio acompañado de su adjunto. Diego y yo estábamos en la sala de trauma shock pero nos manteníamos a una distancia prudente para no estorbar. El Neurocirujano de guardia era el Dr. Marcos Torres, bastante conocido por sus habilidades en cirugía de columna. El doctor tendría poco más de 55 años, llamó mi atención enseguida. No por su reputación sino por su complexión, sus maneras y su cara, de no ser por sus canas, sus arrugas y por un detalle en su nariz, hubiese creído que era Miguel del futuro.

Después de la valoración, se decidió que el paciente entraría al pabellón de emergencia, le pregunté al residente si podía entrar a observar, pues nunca había visto una neurocirugía, y dijo que no había ningún problema, pero que no molestara al Dr. Torres porque tenía muy mal carácter.

La curiosidad crecía en mí. Hasta la postura para operar era la que ponía Miguel, eso será que se aprende? Me preguntaba mientras lo veía. El doctor se dió cuenta de que mi mirada estaba puesta en él y no en la operación, así que aprovechó el momento para hacerme preguntas de neuroanatomía. Aunque me puse nerviosa por su voz alta y dominante, contesté lo que se me preguntó. De cirugía no sabía mucho todavía, pero de las básicas sí, yo había venido a estudiar y eso había estado haciendo. Después de eso el Dr. en vez de preguntarme empezó a explicarme lo que iba haciendo, fue una experiencia única y el paciente sobrevivió a pesar del gran hematoma que drenaron.

Antes de retirarse del pabellón el Dr. Torres me llama al estar médico antes de ir a cambiarse.

- Hija, si en algún momento se interesa por la neurocirugía, no dude en buscarme para ayudarla. Reconozco el talento cuando lo veo. Me dice con voz tranquila.

- Gracias doctor...

- Ya va a intentar convencer a otro para que haga neuro profe? dice Miguel que recién había salido de un quirófano y se disponía a hacer su nota postoperatoria, pero al ver al Dr Torres, suelta las gráficas y le da un abrazo.

No salgo de mi asombro, estos dos parecen familia. Pienso mientras los veo.

- Profesor veo que conoció a mi amiga Karen, dice Miguel. Verdad que es inteligente?

- No es tan inteligente si se ha dejado engatusar por tí. Le dice en broma.

-Cómo dice eso profesor? Karen el doctor Marcos es el dueño del apartamento donde vivo, era muy amigo de mi mamá.

- Ya tuve el gusto de conocerlo. Es excelente en el quirófano. Le respondo.

- Y afuera también, dice Miguel. Aunque tiene mala fama, es solo para no mostrar que es un blandito por dentro.

- No digas eso muchacho, solo tú has visto ese lado mío. Tú y mi querida Dolores, tu madre también decía lo mismo.

Noto que es una persona muy dulce y le agradezco de nuevo antes de que se vaya del pabellón.

- Nos vemos después, le digo a Miguel, voy a seguir en la emergencia.

-No te vayas por favor, acompáñame un ratico. Vamos a hacer una apendicectomía en media hora y salimos.

Lo ayudo con la nota y nos vamos a sentar en la salita de espera amoblada. Ahí conversamos para pasar el rato y Miguel no pierde la oportunidad para robarme un beso o sujetar mi mano. Lo dejo solo porque estamos solos y aún si llega alguien no creo que me reconozcan por el mono quirúrgico y el gorro.

- Miguel, por cierto, te pareces muchísimo al Dr. Torres.

- Así dicen cielo, pero no somos familia. Es solo un amigo de mi madre desde hace más de 30 años.

- No me digas así en el hospital, lo regaño. Y estás seguro? En serio se parecen y el hecho de que te preste un apartamento tan costoso es raro. No será que el y tu mamá tuvieron algo?

- Hasta donde ya sé solo fueron amigos y ya tengo un padre como para ponerme a buscar otro. Así que deja de usar tu cabecita para inventar historias y concéntrate en mí...

- En tí? No que va, hay bastante trabajo en que ayudar en la emergencia sabes? Te espero allá más bien, que hoy no has pasado ni un momento. Cuando me vas a enseñar a hacer esa bonita sutura intradérmica que haces cuando cierras una operación?

- Cuando salga de aquí te alcanzo allá y la practicamos. Pero si ya te vas, yo te ayudo a cambiarte de ropa, dice coqueto mientras se levanta para seguirme a los cambiadores.

- Ya Miguel ya, va llegar tu paciente y tú aquí tonteando, pareces un muchachito.

Le digo mientras trato de arreglarme la camisa del uniforme que el insiste en levantarme.

- Tu me pones así. dice acercándose, yo doy un paso atrás y termino pegada contra los lockers; él me besa con intensidad. Y yo que recuerdo la primera vez que entre ahí y vi a Tony me separo y me alejo hacia la puerta

- Yo creo que es el aire del quirófano que tiene algo raro, los pone a todos calientes. Le digo mientras me echo aire en las mejillas de lo coloradas que están.

- Puede ser, quizás por eso Tony es así. Dice riendo

- Envíale mis saludos, hoy no lo ví.

- No vino, está de reposo. Debe tener Clamidia o Neisseria. Se burla

- Miguel no digas eso, lo reprendo

- Está bien, está bien. Debe tener gripe no sé o quizás amaneció de fiesta y con resaca.

-Miguel, le grito. Deja de burlarte y escríbele para saber que le pasó.

- Si señora, dice poniéndose firme militar.

- No vale, tu eres un caso serio. Ya me voy, te espero para cenar juntos?

Asiente y me lanza un beso mientras salgo de los cambiadores hacia la emergencia.

Cuando regreso, Diego está sentado en una camilla pensativo.

-Qué tienes Diego? Pregunto seria

- Karen tú y el Dr Miguel tienen algo?

- Por qué lo dices? Nosotros, nosotros solo somos amigos.

- Umm amigos... temprano vino la Dra. María, la R3 del grupo 4, preguntó por él porque al parecer le trajo comida, Alvaro le dijo que estaba en quirófano y ella se fue hacia allá. Regresó molesta con la comida entera y empezó a decir comentarios de como las estudiantes se les lanzan a los residentes como unas cualquieras... No me gustaría que estuviera hablando de tí.

No me gusta mentirle a mi amigo, pero conozco su opinión, sé que nunca estará de acuerdo con que salga con Miguel y menos que sienta lo que ya siento por él.

- No se a qué se referiría, yo estuve en el quirófano de neurocirugía.

- Por favor cuídate, puedo ver qué ustedes pasaron de miradas de odio a risitas en los pasillos y hasta te trae al hospital. No soy tonto Karen, y no puedo protegerte de todos aquí, ni de tí misma.

Lo abrazo

- Gracias por contarme Diego.

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Comments

omilsia guerra

omilsia guerra

Diego está enamorado de Karen

2022-02-13

0

Mila

Mila

Demasiado partido por ella

2022-01-08

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