Acto seguido, soy transportada a una llanura inmensa, que estoy segura pudo haber sido hermosa en algún momento, pero que no es más que un paisaje desolador ahora. Hasta donde alcanzo a ver, el llano está cubierto con pasto seco y árboles enfermos, moribundos, pero eso no es lo peor. En lo alto de una pequeña colina, casi como si necesitara llamar más la atención, se asienta un castillo inmenso y gris.
Algo oscuro está allí. Pienso y sé que estoy en lo correcto, aunque no estoy segura cómo llegue a esa conclusión.
Las murallas que asumo eran imponentes y fuertes, fueron derrumbadas en algunos sitios, dándole un aire de vulnerabilidad al castillo. Es como si algo hubiera descargado toda su furia contra ellas.
Alguien elige ese momento para poner una mano sobre mi brazo, amablemente. –Aún no termina- dice y dándole una mirada, veo que es Rod, lo que después de todo ya no me sorprende.
Asiento y nos volvemos en la dirección opuesta al castillo. Es ahí cuando me percato de que no estamos solos, unas seis o siete personas estaban a nuestras espaldas. No me fijo demasiado en ellos, porque el deseo de mirar nuevamente el castillo es más fuete que nada. Así que aunque sé que no debo, vuelvo a ver sobre mi hombro, inmediatamente una oleada de enorme nostalgia hace doler mi corazón.
-Volveremos- susurro y deseo que mi promesa sea llevada por el viento, hacia todos los que aún están allí, los que no tuvieron la suerte de salir.
Alejo la mirada una vez más, dándome cuenta de que Rod está esperando por mí. Lo alcanzo y miro a sus ojos, los que siempre brillan de una manera especial cuando sus emociones son fuertes. Lo conozco lo suficiente como para reconocer la determinación. No tiene que decirme lo que piensa porque lo sé. Volveremos y esta vez nuestros enemigos serán los únicos en caer.
Ambos empezamos a caminar siguiendo al resto, alejándonos heridos, pero de ningún modo dándonos por vencidos.
En ese momento soy brutalmente arrancada de la visión y devuelta al mundo real.
Un gemido involuntario de pérdida se escapa de mi boca y el deseo de volver es tan intenso, que cuando me doy cuenta de que Rod soltó nuestras manos, casi voy por ella, pero afortunadamente el sentido común se impone y el sentimiento poco a poco disminuye su intensidad.
-¿Qué viste?- pregunta bruscamente Rod, sacándome de mis pensamientos y emociones confusas. Miro hacia él y veo que se ve sorprendido, cauteloso y casi asustado, como si hubiera visto un fantasma. No sé cómo puede mostrar tantas emociones en su expresión al mismo tiempo o quizá sólo es que estoy proyectando sobre él las mías.
Tardíamente me doy cuenta de que lo que paso de su cuerpo al mío, desapareció luego de la visión, lo que francamente alivia un tanto mis locas preocupaciones.
Rod repite la pregunta cuando no contesto lo suficientemente rápido, así que le cuento todo lo que vi y con todos los detalles que recuerdo. Creo que se frustró conmigo cuando se dio cuenta de que no puse atención, no en realidad, a las personas que estaban con nosotros. Pero luego de una pequeña reprimenda, lo deja pasar y vuelve a pedirme que le describa el lugar. Cuando termino por segunda vez, ambos se ven muy preocupados.
-¿Conocen ese lugar?- pregunto, porque recordé que Max mencionó antes un castillo. Puede que sea otro país, aunque eso no explica todo lo demás que he visto.
Quizá una de las estanterías del súper se volcó sobre mí y en realidad estoy allí, delirando bajo latas de atún.
-Tal vez- es todo lo que responde Max.
Una sonora bocina llama mi atención, recordándome que todavía estamos en la calle y que lo que acaba de pasar de seguro fue una alucinación. El deseo de alejarme de este par nuevamente me hace reaccionar, pero la curiosidad puede con mi sentido común.
-¿Qué viste tú?- pregunto, algo reacia a Rod.
-No vi nada- responde, luego de un momento de vacilación, evitando mirarme. Quiero presionarlo, pero en su lugar le pregunto sobre esa cosa que sentí pasar de su cuerpo al mío, aunque nuevamente obtengo el mismo tipo de respuesta. Siempre evitando mirarme, lo que me hace pensar que es un mal mentiroso o que le desagrado y tomando en cuenta su hostilidad de antes, no me extrañaría. Probablemente sean ambas.
Como sea, decido que es demasiado por hoy y que es una idea genial llegar a casa, antes de que esto se siga poniendo más raro aún.
-Me tengo que ir o mis padres se preocuparán- miento descaradamente. Como si a alguno de ellos le interesara un peso lo que pase conmigo.
-No puedes, tienes que venir con nosotros- dice Rod, sorprendiéndonos a todos creo, incluyéndolo.
-¿Qué?- le pregunto. De seguro no escuché lo que creo que escuché. ¿De verdad piensa que voy a ir a algún lado con dos tipos que no conozco? Mi hermana seguro lo haría, pero tengo un poco más de sentido común que ella o al menos eso es lo que siempre me digo.
-Ya me oíste- dice, seriamente.
-No, olvídalo amigo. No voy a ningún lado con alguno de ustedes- digo, mientras retrocedo lentamente.
-Lo que él quiere decir- dice Max, enviando una mirada de advertencia a su hermano- es que todo esto es muy extraño, demasiado. Pero conocemos a alguien que nos puede dar un par de respuestas.
Decido que Max es el diplomático de los dos, mientras que Rod es el tipo malhumorado y peligroso.
Lo considero durante dos segundos, sobre todo porque mi curiosidad por saber qué fue lo que sucedió, es grande. Pero no, mejor dejar todo esto atrás y olvidarlo.
Excepto que…
Me adelanto y sostengo la mano de Rod, tomándolo por sorpresa. Todos nos congelamos esperando, pero como con Max antes, nada sucede. Sólo yo dándome cuenta por primera vez, de la calidez que emana de su piel y lo agradable que se siente.
-Tenía que intentarlo- me justifico, soltándolo y encogiéndome de hombros.
Cruzan una mirada y luego Max continúa como si yo no hubiera hecho nada, -La persona de la que te hablo es de confianza, familiar nuestro y si alguien tiene respuestas es definitivamente ella- dice sonando muy persuasivo, pero eso no ocurrirá.
-Lo siento chicos, pero me tengo que ir- digo nuevamente y esta vez sin más experimentos en mente, me doy la vuelta sin esperar respuesta y corro en dirección a casa, sólo en caso de que quieran detenerme.
-¿Cómo podemos contactarte entonces?- grita Max- Tu nombre al menos-. Pero no respondo, sólo continúo corriendo, con la bolsa del súper mercado chocando a cada paso en mi contra. Y aunque quiero, no miro hacia atrás.
...****************...
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 111 Episodes
Comments