-¿Qué se supone que significa eso?- está preguntando Max, enojado.
-Eso, te estoy diciendo que se la llevaron- responde una voz conocida. Cuando entro, veo que se trata de Félix de todas las personas. Aunque no sé por qué me extraña.
-¿Qué pasa aquí?- pregunto firmemente. Después de todo soy el que tiene mayor autoridad en el lugar, -¿Y por qué no estás haciendo lo que te ordené Félix?
Él se acomoda en el sillón aparentemente despreocupado, pero no me engaña, está asustado. Y debería estarlo.
-Oh sí, dile a nuestro superior Rodorick aquí lo que paso con la chica que te encargó vigilar- dice duramente Max, con sus manos apretadas en puños. Me pongo en guardia inmediatamente ante su mención, aunque ya sabía que algo pasaba con ella. Se supone que Félix estaría cuidándola, no aquí.
-Mira, no es mi culpa. Había tres de ellos, no podía contra tantos- responde desviando la mirada.
-Sé claro- le ordeno ansioso ahora, pero sin mostrarlo.
-Los demonios se la llevaron, según Félix- llena la información Max, con desprecio. Enojado como pocas veces lo he visto.
Mierda. Eso no puede ser verdad.
Sorprendido y algo asustado, me empiezo a pasear por el pequeño lugar, tratando de tranquilizarme. Luego me detengo frente a Félix, tomándolo desde el cuello de la camisa, levantándolo.
-¿Es eso cierto?- pregunto apretando sólo un poco. Él con sus ojos increíblemente abiertos, me mira asustado. Lo sacudo cuando no habla y pregunto nuevamente, -¿Es cierto?
-No los pude detener, lo intenté, lo juro - responde, tartamudeando, - pero eran tres demonios superiores.
-Mierda- maldigo en voz alta esta vez. La chica debe de haber sido muy importante si los demonios superiores trabajaron juntos, por lo general son demasiado temperamentales como para hacerlo.
Lo suelto, sabiendo que difícilmente un Guardián puede luchar contra uno de los superiores, mucho menos uno incompetente como Félix, con tres es imposible. Tiene suerte de estar vivo ahora mismo.
-Deberíamos haberla secuestrado nosotros en primer lugar- dice Max para sí mismo.
-¿Qué… qué era tan importante con esa chica?- pregunta Félix.
-Nada- respondo simplemente. –Iremos a hacer algunas rondas, ve a descansar- le ordeno. Él vacila un momento como si quisiera seguir preguntando, pero se lo piensa mejor y sale.
-¿Vamos a su casa?- pregunta Max. Asiento y partimos, no tengo muchas esperanzas de encontrar algo, pero puede que los demonios sigan rondando el sector.
-Lo que me pregunto es cómo se enteraron de ella-pienso en voz alta.
-No lo sé- responde Max, mientras subimos a uno de los autos con los que contamos para nuestro tiempo aquí. –No lo entiendo tampoco.
-Ella debe haber tenido como tú edad ¿no?- pregunto, molesto –eso significa que ha pasado al menos diecisiete años sin que ningún demonio la descubriera. Entonces ¿Por qué justo ahora?
-¿Quizá activamos algo al tocarla?- pregunta inseguro. Le doy un vistazo hacia el asiento del copiloto, incrédulo. Él se encoje de hombros, -yo solo decía.
-Además de nosotros y la abuela nadie sabía de ella… excepto Félix- digo.
-¿Qué quieres decir? ¿Qué él pasó información a los demonios? ¿Qué está mintiendo sobre ellos?- pregunta con los ojos bien abiertos.
-No sé. Suena ridículo cuando lo dices así, pero confío en ustedes dos, no en él- digo.
Maniobro por las calles vacías y pienso en que todo esto es mi culpa, si tan siquiera hubiera sido yo él que se hubiera quedado cuidándola, debí mandar solo a Max con la abuela, pero por supuesto, quería la información de primera mano y ahora una persona inocente fue capturada y probablemente este muerta. Todo por mi descuido. Aún más importante, una persona con el potencial de cambiar nuestro mundo.
Maldigo nuevamente para mí mismo, pero un golpe en mi costado me saca de mis pensamientos.
-¿Qué?- pregunto.
-Ya conozco esa mirada- dice Max, aparentando despreocupación, -así que deja de pensar tonterías.
-No pienso nada- le respondo inmediatamente.
-sí, sí- dice burlonamente.
Nos quedamos callados por un par de calles, antes de volver a hablar.
-Es sólo que no puedo no pensar en que puede estar muerta o peor- admito por fin.
-Sería lástima, sobre todo si ella resultaba ser una de estas compañeras Guardianas tan geniales que dice la abuela- dice Max.
-Lo sé. Si ella fuera una de esas Guardianas de las que las historias fueron hechas, entonces…- digo, pero no sigo. No hay necesidad, sería una pena. Más aún seria una pérdida, mí pérdida si esas visiones fueron verdad.
Cuando ya estamos cerca de la casa de la chica, donde por supuesto la seguimos el primer día, un cambio leve en la atmósfera nos pone inmediatamente alertas. Estamos entrenados para notar estas cosas y sé que si estuviera fuera del auto el cambio sería mucho más notorio. Al menos para un Guardián.
-Viene desde la dirección a la que nos dirigimos- dice Max, sentándose más derecho en su asiento, sonando ansioso.
No digo nada, simplemente acelero lo más que puedo. No sé que se supone que está pasando, pero no me gusta. Los demonios atacan a los humanos siempre, por eso es que estamos aquí protegiéndolos de aquello que ignoran. Pero lo que me preocupa es que el cambio de energía haya sido en dirección a la casa de la chica ¿No se supone que ya se la llevaron? Y aunque decidimos venir a comprobar, en realidad las posibilidades de que encontráramos a los demonios eran muy pocas.
-Debimos haber averiguado su nombre- susurro, mientras presiono un poco más el acelerador, cansado de pensar en ella como la chica de las visiones. Max no responde. Doy una vuelta más a una velocidad demente, antes de llegar a la cuadra que buscamos.
Y por supuesto, freno de golpe y con una rápida mirada a través del parabrisas, descubro lo que está sucediendo delante de nuestros ojos.
-¿Ella es…? –pregunta Max, tan sorprendido como yo.
-Sí- digo, abriendo la puerta y corriendo en su dirección tan rápido como puedo. Necesito protegerla, más tarde habrá tiempo para explicaciones. Definitivamente Félix tendrá que empezar a hablar.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 111 Episodes
Comments