Sarah Miller a sus 22 años, ya tenía toda su vida planeada, se casaría con el hombre que amaba Jason Cooper, con quien compartía una relación hacia 4 años. Nunca imagino que su vida cambiaría radicalmente, por los actos de una noche, y esto ocasionaría que de igual manera perteneciera a la familia Cooper.
¿Puedes enamorarte de alguien de la noche a la mañana?.
Acompañame a leer esta gran historia en donde encontraras: Amor, traición, dolor, odio, romance y venganza.
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Capítulo 9
Jason: Sarah hablemos por favor.
Sarah estaba bastante afectada, no podía creer que en la misma casa estaba ese hombre.
Jason: Sarah te estoy hablando.
Sarah: ¿Eh?
Jason tomó el rostro de ella en sus manos.
- Por favor\, mi Amor\, dime que es lo que pasa.
Sarah se alejó de él.
- Lo mejor para ambos es terminar.
Jason: Dime por favor, ¿Que tengo que hacer, para que no me dejes?
Sarah, salió de la cabaña y se dirigió a la casa en donde estaban sus padres. Jason fue tras ella.
Melisa: ¡Oh! Sarah, ¿Como te pareció la cabaña?
Sarah: Eh, está muy bonita.
Melisa: ¿Ya conoces a Steven?
Sarah: ¿Eh? Pregunto asustada.
Melisa: ¿Que si ya conociste a mi hijo Steven?, él iba hacia la cabaña con ustedes.
Sarah: Es el hermano de Jason, no puede ser.
Se lamentaba internamente.
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A la hora de la cena se encontraban todos en la mesa, Steven al igual que Andrew, no le quitaban la mirada de encima a Sarah.
Richard: Cuéntanos Steven a que te dedicas. Pues Filip me comento que decidiste no seguir con el negocio familiar.
Steven tomaba su copa de vino, se limpió con una servilleta de tela.
- Pues la verdad\, estoy relacionado en el negocio hotelero\, incluso en Miami y aquí en New York tengo dos hoteles los otros están ubicados en España.
Richard: Pues te felicito muchacho, para tener tan solo 30 años ya has amasado una buena fortuna.
Steven: Gracias Richard, aunque la verdad no niego que ha sido con mucho esfuerzo, incluso me he privado de muchas cosas por enfocarme en mi trabajo.
Isabel: Eso lo hemos notado. Melisa dice que aún no te has casado. ¿Tienes de pronto alguna novia?
Steven: Nunca he creído en los compromisos, aunque no niego que conocí a alguien hace poco y la verdad me tiene, ¿cómo decirlo? interesado en ella.
Sarah tenía su cabeza agachada, escuchando de manera detenida la conversación, sin imaginar que ella era esa persona de la que hablaba Steven.
Melisa observaba a Jason.
- Hijo\, ¿Por qué estás tan callado?
Jason: Madre la verdad estoy indispuesto, no tengo nada que aportar al tema.
Y era que Jason quería mucho a su hermano, pero no negaba que siempre desde pequeños para todos Steven era mejor en todo y eso de cierta manera le molestaba.
La cena terminó y todos decidieron tomar un café cerca a la gran chimenea, la tensión que se sentía era incómoda, Sarah y Jason se encontraban uno a cada extremo del otro. Steven decidió romper el silencio.
- Madre quisiera retirarme ya\, ah y te informo que quiero ocupar la cabaña.
Melisa: Pero Stev, allí dormirán tu hermano y su prometida.
Steven: Pero la cabaña es grande, además tiene dos habitaciones, no veo el por qué no podamos compartir el espacio.
Esto lo decía observando detenidamente la reacción de su hermano, a quien la idea no le agradó en lo absoluto, pues tenía una conversación pendiente con Sarah, por que según él no iba a permitir que su relación se fuera a la basura.
Sarah por su parte, quería que la tierra se abriera y la tragara completa, no creía que pudiera soportar mucho tiempo la situación.
Melisa observo a Jason.
- Hijo\, ¿Tienes alguna objeción? En que Steven comparta la cabaña con ustedes.
Jason: Ninguno madre. Steven si quieres ve y tomas la otra habitación. Nosotros te seguiremos al rato.
Le decía observando a Sarah.
Ya se encontraban cada cual, en su habitación, Jason desempaco sus cosas y sacó un pantalón de chándal y una camiseta.
- ¿Acaso te piensas dormir sentada y con ropa?
Le preguntaba a Sarah.
Sarah: En un momento saco mis cosas.
Ella sacó su pijama y se metió al baño, al salir Jason ya estaba cambiado, él se acercó a ella y empezó a besarla. Sarah por su parte trató de evitarlo.
- Jason\, es mejor que yo duerma en la casa con los otros.
Jason se puso furioso.
- ¿Es que acaso no soportas ni siquiera que te toque?
Sarah: Ya te dije que esta relación se acabó.
Jason: Tú no me puedes dejar Sarah, no lo puedes hacer, tú y yo nos vamos a casar.
Sarah: No Jason ya te dije que no me pienso casar contigo.
Jason: Cielo, estás confundida tal vez necesites espacio. Vamos a la cama y mañana hablaremos con calma.
Sarah accedió y se acostó al otro lado de la cama, dando la espalda a Jason. Este por su parte se acercó a ella y la abrazo.
Ya era pasada la media noche y Sarah no podía dormir, por lo cual se zafó del fuerte agarre de su novio quien estaba profundamente dormido. Bajo a la cocina por un vaso de agua.
Steven: Por lo visto no puedes dormir.
Sarah se asustó y por impulso el vaso cayó al piso.
Steven: Disculpa no quise asustarte.
Sarah: No te preocupes fui algo torpe.
Ambos se agacharon al tiempo para recoger los vidrios del vaso.
Steven: Ten cuidado te puedes cortar.
Sarah: No, no, no, te preocupes.
Ambos se levantaron y Sarah pudo observar el cuerpo atlético que poseía Steven, pues solo tenía puesto un pantalón de pijama y su torso lo llevaba desnudo. Ella se puso aún más nerviosa intento huir, pero Steven la detuvo.
- Tenemos que hablar.
Sarah: No creo que debamos.
Steven se acercó a ella.
- Por favor.
Sarah: No por Dios, no quiero que Jason se entere.
Steven: Pero según te escuché, ya no te vas a casar con él.
Sarah: No creo que deba hablar esto contigo.
Steven: Creo que sí.
Él se acercó a ella y la beso.
Sarah quedó en shock, en ese momento se escucharon ruidos y Sarah se separó de Steven alarmada.
Jason refregaba sus ojos con el dorso de su mano derecha.
- Cielo ¿Qué haces levantada?
Sarah: Te -tenía sed y bajé por un vaso con agua.
Jason: Bien, vamos a la cama.