Después de una ruptura, Camila encuentra consuelo en un hombre prohibido con el que descubre sensaciones que nunca había sentido, Pero las cosas cambiarán cuando descubra que es casado
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Sensualidad.
No te preocupes, para eso no te necesito. Tengo a Stiven, quien te aseguro que, si le digo que pase la noche conmigo, vendrá de inmediato. Estoy segura de que tendríamos una noche maravillosa juntos. Lo dije tratando de mantener la calma y controlarme.
Escúchame, nadie lo hace como yo te volverías loca con tan solo un toque mío sobre tu piel, Pero de eso no creo que sepas, eres tan niña que seguramente no as tenido sexo, deberías de regresar a casa._ dijo Sebastián mientras tomaba mi cintura de nuevo y me pegaba a su cuerpo y! Oh por dios¡ .pude sentir su sexualidad rozando mi cuerpo.
Lo miré a los ojos y le dije ..
Eres tú quien tendría una inmensa suerte si pasarás la noche conmigo. Pero no te preocupes, porque estas vacaciones ambos la pasaremos de maravilla, tu con ésas rubias y yo con Stiven. Te puedo garantizar que esa noche será especial; tendrá momentos íntimos y apasionados, y tú te perderás en tus pensamientos, imaginando que cuando cierres los ojos, seré yo quien te bese y te haga sentir todo lo que deseas. Te verás diciendo en silencio: La pequeña Camila en este momento está teniendo sexo. Hablé con un tono de voz agitado, sin poder entender cómo habíamos llegado a este nivel de atracción mutua. Sin embargo, estaba decidida a no dejarme intimidar por nuestro pasado, por cómo éramos de niños.
Caminé con rapidez, tratando de mantenerme a una buena distancia de Sebastián. Me sentía extraña al hablarle de esa manera.
¡Por Dios, Camila! Él es como parte de tu familia; no debiste haber cruzado esos límites. Me repetí esto en mi mente mientras suspiraba, hasta que finalmente llegué a donde estaba Stiven. Juntos, decidimos regresar hacia el lugar donde me había quedado anteriormente.
Se que lo que pasó en muelle fue muy raro, Pero Sebastián es hijo de mi madrastra y siempre encuentra la manera de molestarme.!_ dije nerviosa.
Tranquila, te creo pues anoche ese tipo estaba con una rubia, Pero olvidemos lo que pasó, que te parece si mañana vamos juntos ala fiesta que se hará en el puerto.!_ dijo Stiven mientras el tomaba mi mano y yo sonreía, Stiven me miró parecía que quería un beso Pero muy pronto para mí así que lo solté de la mano y entré.
Si claro, entonces mañana nos vemos.!_ le dije mientras entraba ala casa suspirando y sin darme cuenta estaba violeta sentada mientras una mujer le arreglaba las uñas de los pies.
Pícara, cuéntame todo con lujo de detalles, supe que saliste con el guapísimo de Stiven, y de hecho, dicen que él es como el fuego! exclamó Violeta, mientras yo no podía evitar reírme y me dejaba caer en el sillón, sintiendo una mezcla de diversión y cansancio.
No sucedió nada malo, comencé a explicarle. Simplemente caminamos por la playa, y él me comentó que le gustaría que nos conociéramos mejor. Incluso se atrevió a decir que podríamos ser novios. A medida que hablaba, la emoción de recordar aquel momento se apoderaba de mí, hasta que de repente, la memoria se empañó por la intervención de otra persona.
Pero todo se arruinó cuando apareció el pesado de Sebastián. No sé cómo lo hizo, pero insinuó que habíamos pasado la noche juntos, y eso espantó a Stiven, añadí, molesta mientras miraba mi teléfono, esperando que el guapo Stiven me enviara un mensaje y, a la vez, sintiendo frustración por cómo alguien pudiera arruinar algo que podría haber sido tan bonito.
Talvez solo te está cuidando y ahora a tomado su papel de hermanó o talvez este celoso.!_ dijo violeta mientras sonreía.
Celoso de que, el tipo me odia al igual que su mamá.!_ dije suspirando.
Relájate, simplemente ignóralo, está noche nos dejarán bellas para mañana la fiesta.!_ dijo violeta despreocupada.
Mientras la chica que había contratado violeta nos ponía una infinidad de cremas y nos arreglaba las uñas yo miraba mi teléfono, y la única foto que tenía con Sebastián.
No todo fue malo cuando éramos niños simplemente Jimena evitaba que pasáramos mucho tiempo juntos y conforme el crecía dejo de hablarme y después parecía que me odiaba, me evitaba y en ocasiones me pedía que me alejara de el.