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Entre El Placer Y El Poder

Entre El Placer Y El Poder

Status: En proceso
Genre:Traiciones y engaños / Harén Inverso / Dominación / Secretos de la alta sociedad / Mafia / Poli amor
Popularitas:874
Nilai: 5
nombre de autor: HananFly

Detrás de la fachada de terciopelo y luces neón de una Sex Shop, un club clandestino es gestionado por una reina de la mafia oculta. Bajo las sombras, lucha por mantener su presencia dentro de los magnates, así como sus integridad de quienes la cazan.
¿Podrá mantenerse un paso adelante de sus depredadores o caerá en su propio juego de perdición y placer?

NovelToon tiene autorización de HananFly para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Oferta interesante

Dorian se incorporó hasta sentarse, aun ocultándose detrás de la cama, frotándose el cuello donde Eleanor había ejercido presión. Su sonrisa, aunque arrogante, no podía ocultar una punzada de dolor y de placer por el forcejeo.

—Vine a salvarte la vida, bonita. A Kiam está a punto de salirle una úlcera de la rabia, y la venganza por esa puñalada no iba a ser un simple espectáculo. Iba a ser una masacre.

Eleanor se asomó sutilmente por el hueco en la ventana, buscando rastros del sniper.

—¿Él sabe que estás aquí? ¿Por qué Kiam usaría francotiradores? Eso es demasiado... vulgar.

—Oh, no tienes por qué preocuparte por el tirador lejano. Fui yo quien disparó la bala que rompió el cristal —confesó Dorian, jugando con la máscara entre sus manos.

—¡Serás imbécil! ¿Cómo se te ha ocurrido?—chilló Eleanor, un reproche sordo que se perdió en el estruendo amortiguado de la música.

Dorian solo rió con encanto, sus ojos negros brillando en la penumbra.

—Fue un tiro de advertencia, Elle. Para darle cobertura a los otros chicos y para mandarte un mensaje. Un recordatorio de que siempre te estoy vigilando. Kiam planeó todo esto a mis espaldas, como siempre. De haberlo sabido, hubiese buscado la manera de hacerlo entrar en razón. Sabes que desde siempre he estado de tu lado. Pero él sigue siendo mi mejor amigo. Y aunque a él le tengo un gran aprecio —hizo una pausa deliberada, arrastrándose un poco más cerca de ella—, mi amor por ti sigue siendo mucho más fuerte.

Dorian intentó acercarse para darle un beso, pero Elle colocó su dedo índice sobre sus labios para detenerlo con una firmeza helada.

—Que se vaya al carajo tu discurso. Y tu amor.

Se levantó abruptamente, pero Dorian la sostuvo con fuerza de la muñeca para frenarla. Su rostro se ensombreció con un repentino ataque de celos.

—¿Tan desesperada estás por irte con él? ¿Quién es? ¿Tu nuevo perro guardián? —inquirió, lanzando una mirada cargada de resentimiento hacia la puerta cerrada donde Julian estaba lidiando con los mercenarios.

Eleanor lo miró de arriba abajo, como si no comprendiera su irracionalidad.

—¿Y si lo fuese, qué? Tú eres el perro guardián de Kiam, el que limpia sus desastres y nadie te dice nada.

—¿Y qué pasa con Gill? ¿Te cansaste de jugar con él? —en su voz había un sentimiento indescifrable, una mezcla compleja de recelo, resentimiento y dolor contenido. Gill era claramente una pieza más en su turbulento tablero.

—Gill solo es un peón más, útil, sí, pero no como para ser mi protector personal. Y te recuerdo que su estadía a mi lado es una tregua entre ambas familias, un tratado de paz. Deshacerme de él sería una declaración de guerra de proporciones épicas, y no es el momento.

—Aún no sé por qué preferiste escogerlo a él.

—Son estrategias a largo plazo, Dorian. Al menos sé que él no me traicionaría por celos tontos. —Eleanor usó la oportunidad para cambiar el tema, volviendo al negocio—. ¿Y tú qué? ¿Qué pasó con el encargo? El club necesitaba esa mercancía para mañana.

—Hubo problemas. La mercancía nunca fue despachada. Hubo un... incidente. Ya nos encargamos de eso, tranquila.

En ese momento, la puerta fue golpeada repetidas veces y con una fuerza brutal. Era Julian.

—¡Mujer! ¿Estás bien? ¡Hey! ¡Debemos irnos antes de que recobren la conciencia! La puerta está asegurada, ¡maldición! ¿No te han hecho nada?

—¡Todavía no! —exclamó Dorian con picardía, levantándose hasta acorralar a Eleanor contra la puerta. La sostuvo firmemente del cuello, inmovilizándola como un león a su presa. En un solo movimiento rápido y brutal, jaló la fina tela de su vestido y la rasgó hasta la cadera. El sonido del tejido al desgarrarse fue ensordecedor en el pequeño espacio.

—¡Qué haces! ¡Suéltame! —gritó Eleanor, forcejeando.

—Shh. Déjate llevar, preciosa. Vamos a darle un poco de show a ese tipo. Así sabrá a quién le perteneces —murmuró, deslizando sus gruesos dedos sobre la piel erizada de su muslo, cerca de la abertura del vestido.

Ella ejercía una oposición física feroz, reacia a dejarse llevar por las segundas intenciones de Dorian, que buscaba humillarla y marcar territorio frente a Julian.

—Ya verás, escoria perversa, te patearé los testículos hasta que no puedas siquiera engendrar a tu maldito sucesor. ¡Tus malditas bromas me tienen malditamente cansada!

—Y tú eres tan malditamente sexy y hermosa que mi maldita... —susurró, rozando el bulto de su pantalón contra su trasero, haciendo más explícita la burla.

Eleanor se obligó a sonar tranquila para no revelar la urgencia a Julian.

—Estoy bien, Julian. Solo estoy resolviendo un percance.

—¡Pudiste haberme avisado, ¿no crees?! Si estoy metido en este lío es por tu culpa. ¡No vine hasta acá para jugar al héroe!

—En un momento salgo. Lo prometo —Dorian la prisionó aún más, sonriendo.

—Será rápido si eres una buena niña, Elle. Te daré este pastelito. Como recompensa, ¿sí? —decía dulcemente, casi como si estuviese tratando con su hermana consentida.

Pero Eleanor jamás se dejaría controlar. Ni por Dorian, ni por nadie. Ya tenía un plan en mente, y solo bastó con decir la palabra clave para dar un giro inesperado a la trama.

—¡A la cuenta de tres! ¡Tres! —gritó, usando la palabra como una señal de acción inmediata.

Mientras Dorian se distraía por la señal, ella aprovechó el instante para actuar. Con su boca, logró enganchar el pestillo del cerrojo de la puerta. Julian, al oír el clic y el grito, la abrió de un golpe, entrando como un torbellino. En ese mismo movimiento, Eleanor se liberó, propinándole un fuerte impacto en la nariz a Dorian.

En su estado vulnerable, la joven se acercó. Usando toda la fuerza de su mano, apretó su paquete excitado con una violencia dirigida, hasta el punto de infligir un dolor punzante y debilitante. Dorian se dobló sobre sí mismo, lanzando un gemido ahogado.

—Tú y yo estamos en niveles diferentes, Dorian. No se te olvide. Tú y yo solo mantenemos relaciones de negocios. Y todo porque tu padre así lo pidió. Que sea la última vez que me pones una mano sin mi permiso —lo amenazó con la voz más fría que Julian le había escuchado, soltándolo y dejándolo adolorido sobre la cama.

Eleanor salió de la habitación como una diva, con el vestido rasgado y la dignidad intacta. Julian caminaba detrás de ella, pasando sin remordimientos a los mercenarios que ahora yacían inconscientes sobre la alfombra del pasillo. La sangre, el caos y la música estridente volvieron a mezclarse.

—Oye, Julian —comentó Eleanor de la nada, con el tono de quien pide un café—, te propongo un trato: sé mi guardaespaldas, y a cambio te daré lo que desees. Lo que sea.

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Hawie Mawie
Muy bueno y hay mucho de que expandir y explorar. Me parece exquisito.
HananFly: Gracias hermosa por tu apoyo. Atenta a los acontecimientos de esta historia 🥰
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