"El Misterio del Bosque Encantado" es una emocionante novela de aventuras que sigue a Lucas, un joven aventurero que, desafiando las advertencias de su pueblo, explora un bosque misterioso lleno de secretos. Tras encontrar una puerta oculta y enfrentarse a una criatura mítica, Lucas descubre que su destino está ligado a una espada ancestral y a un portal que lo transporta a un mundo desconocido. Allí, es recibido por un grupo de guerreros que lo guiarán en una nueva misión, mucho más peligrosa de lo que jamás imaginó. Esta es la historia de un viaje lleno de valor, misterio y descubrimientos.
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El Umbral del Destino
El aire frente a ellos cambió de repente, cargado de una energía que parecía vibrar desde el suelo hasta el cielo. Lucas sintió cómo la llave, oculta en su bolsillo, reaccionaba a la fuerza que emanaba del horizonte. Habían llegado. Delante de ellos se alzaba la puerta, el portal entre los mundos, la fuente de toda la oscuridad que amenazaba con devorarlo todo.
Era una estructura monumental, formada por columnas negras de una piedra antigua que parecían absorber la luz. En el centro, una abertura oscura y sinuosa, donde la realidad misma parecía fragmentarse. La puerta pulsaba con una fuerza latente, como si estuviera viva, esperando que alguien la cruzara o la sellara para siempre.
—No hay marcha atrás —murmuró Lucas, mientras sus ojos recorrían la vasta entrada que se extendía ante él—. Esto es todo.
Mara se colocó a su lado, el arco tenso en sus manos, pero en sus ojos había algo más que simple preparación para una batalla. Había preocupación, y una comprensión profunda de lo que estaba en juego.
—¿Estás seguro de lo que vas a hacer? —preguntó, sin mirarlo directamente—. Este no es un simple enfrentamiento. Si decides sellar la puerta, si cierras el portal, podrías perderte aquí para siempre.
Lucas no contestó de inmediato. Sabía que ella tenía razón. Desde que tomaron la decisión de avanzar hacia el Umbral del Destino, esa posibilidad había estado en su mente, rondando como un espectro ineludible. Si sellaba la puerta, su conexión con el otro mundo, su hogar, podría desaparecer. Estaría atrapado en este lado, en un lugar donde la oscuridad siempre acechaba, y no había promesas de volver.
—Lo sé —dijo finalmente—. Pero no tenemos otra opción. Si la puerta queda abierta, la oscuridad consumirá ambos mundos. No podemos permitirlo.
Torak, que había estado en silencio, observando el paisaje con su mirada penetrante, dio un paso adelante.
—Lo que Lucas dice es verdad —dijo con su voz grave—. Hemos visto lo que esta oscuridad es capaz de hacer. Si no la detenemos aquí y ahora, no habrá nada que salvar, ni en este mundo ni en el otro.
Lucas asintió, agradecido por el apoyo de Torak, pero en su interior sentía el peso de lo que estaba por hacer. Este era su destino, pero el precio que tendría que pagar seguía siendo incierto.
Se acercó lentamente a la puerta, y al hacerlo, la llave comenzó a emitir un leve resplandor azul. La energía que envolvía el portal parecía intensificarse, como si la puerta lo estuviera reconociendo, esperando la decisión que él tomaría.
—¿Cómo funciona? —preguntó Mara, acercándose a su lado.
—Tengo que insertar la llave en el corazón del portal —respondió Lucas—. Eso debería cerrar la puerta, sellarla para siempre.
—¿Y después? —preguntó Torak—. ¿Qué ocurre contigo?
Lucas se quedó en silencio. No tenía una respuesta clara. La figura de los Antiguos había mencionado un sacrificio, pero no sabía en qué consistiría realmente. Solo sabía que el destino del mundo dependía de que él lo hiciera.
Finalmente, exhaló lentamente y sacó la llave de su bolsillo. El objeto brillaba con una intensidad que nunca antes había visto, como si supiera que su momento había llegado. Lucas miró a sus compañeros, Mara y Torak, ambos listos para cualquier cosa, pero también sabían que esto no era una batalla que pudieran pelear juntos.
—Gracias —dijo Lucas, con una mezcla de tristeza y gratitud—. No hubiera llegado hasta aquí sin ustedes.
Mara asintió, y aunque no dijo nada, sus ojos expresaban todo lo que necesitaba saber. Torak, fiel a su naturaleza, simplemente asintió con firmeza.
Lucas se volvió hacia la puerta y avanzó hacia el centro de la estructura. A medida que se acercaba, la energía a su alrededor se intensificaba, el aire vibraba, cargado de poder. Frente a él, el corazón del portal, una grieta que parecía latir con una oscuridad densa y opresiva, lo llamaba.
Se detuvo justo antes de la grieta, sosteniendo la llave en alto. Todo en su interior le gritaba que lo hiciera rápido, que acabara con esto de una vez por todas. Pero en el fondo, algo lo retenía. Una pequeña parte de él temía lo que ocurriría después.
—No hay otra forma —se dijo a sí mismo, intentando calmar sus dudas.
Y entonces, con un solo movimiento, introdujo la llave en el corazón del portal.
El mundo a su alrededor se congeló.
El aire dejó de moverse, el sonido desapareció, y todo lo que Lucas pudo sentir fue la energía que fluía desde la llave hacia la grieta, envolviendo el portal en un resplandor azul brillante. La llave vibró en su mano, y el portal comenzó a cerrarse lentamente, sus bordes deformándose, como si el mismo espacio se estuviera doblando sobre sí mismo.
Pero algo más ocurrió.
Desde dentro del portal, una fuerza oscura comenzó a resistirse. La oscuridad que había alimentado la puerta durante tanto tiempo no se rendía tan fácilmente. De la grieta emergió una sombra, una figura similar a la que había visto en el Santuario de los Antiguos. Pero esta era más grande, más imponente, llena de furia y poder.
—¡No puedes detenerme! —rugió la figura, su voz reverberando en el aire.
Lucas sintió una oleada de terror, pero no retrocedió. Apretó la llave con fuerza, luchando contra la resistencia de la oscuridad.
La figura avanzó hacia él, sus ojos ardientes con una luz oscura. Intentaba arrancar la llave, intentando impedir que el portal se cerrara, pero Lucas no se dejó vencer.
—¡No! —gritó, mientras la energía azul de la llave se intensificaba—. ¡Esto termina ahora!
Con un último esfuerzo, Lucas forzó la llave hacia el fondo de la grieta, y de repente, todo se rompió. La oscuridad fue consumida por la luz, y la figura dejó escapar un grito ensordecedor mientras desaparecía en la nada.
El portal se cerró.
Lucas cayó de rodillas, agotado, sintiendo cómo la energía a su alrededor se disipaba. El aire volvió a moverse, y el silencio que había llenado el valle se rompió con el sonido suave del viento.
La puerta ya no estaba.
Mara y Torak corrieron hacia él, levantándolo del suelo.
—¿Lo hiciste? —preguntó Mara, mirando a su alrededor—. ¿La puerta está cerrada?
Lucas asintió, aún tratando de recuperar el aliento.
—Sí... está cerrada —respondió, con una mezcla de alivio y cansancio.
Pero en el fondo, sabía que algo había cambiado. Había sentido la energía de la llave fusionarse con la del portal, y aunque la puerta estaba cerrada, el precio que había pagado aún no estaba claro.
—Lo logramos —dijo Torak, con su habitual tono firme.
Lucas sonrió débilmente, sabiendo que, aunque habían ganado, su propio destino aún era incierto. El eco de la figura de los Antiguos resonaba en su mente, recordándole que el sacrificio aún estaba por descubrirse.
Pero por ahora, la oscuridad había sido detenida, y el mundo estaba a salvo... al menos, por un tiempo.