En está historia veremos a una joven, dispuesta hacer lo que sea para salvar la vida de su mamá, pero, ¿Qué pasará con ella, si en el proceso se enamora? Los invito a leer.
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Cap. 14
Los padres del chico hablaron con los Greens, estaban dispuestos hacerse cargo de todo, pero ellos no aceptaron. Para el jovencito, no había día, no había noche, sus progenitores estaban muy preocupados.
Una tarde, Eykel estaba en su auto mirando la casa de novia, un poco retirado. Notó como todos salieron de la vivienda y decidió seguirlos. Entraron al hospital, en ese momento él pensó lo peor. No podía presentarse como si nada, buscó ropa de enfermero y entró a la habitación que los Greens acababan de salir. Era imposible creerlo, Jazmín se encontraba postrada en la cama, casi muriendo, a causa de un aborto inducido, la habían obligado abortar y todo se complicó.
El joven Cáceres, lleno de furia, de rabia y de coraje, salió del cuarto, agarró al señor por el pecho y le gritaba dichos sin parar. En ese instante varios doctores fueron a la habitación de Jazmín y al salir uno dijo que no se podía hacer nada, había muerto. Maicol fue el primero en gritarle, «asesino, por tu culpa murió mi hermana», seguido de los demás.
Eykel era un adolescente cargando la culpa de un adulto, en ese momento juró que no se volvería a enamorar, tampoco que iba a tener hijos. Todo cambio, se volvió frío, aburrido, mal humorado, entre otras cosas. Ver a la mujer que amaba muriendo le dejó una culpa externa.
— Hijo, te estoy hablando.— dijo su mamá, sacándolo de sus pensamientos.
— Mamá, no quiero seguir hablando de esas personas. Dejemos eso en el pasado.
— ¡Bravo!, exactamente eso es lo que tienes que hacer tú, deja de aferrarte al pasado que solo te hace daño. Eres un joven sin sentimientos, le teme al amor, no quieres tener hijos, eres una persona alexitimia, soy tu madre, quiero que sea feliz.
— Únicamente los necesito a ustedes para ser feliz.
— Eykel, yo no te voy a hacer externa, quiero que cambie, quiero tener nietos, quiero verte felizmente casado, los Greens, seguro celebrar que todavía tú no has podido olvidar a su hija.
— Eso nunca va a pasar.— afirmó él.
— ¡Ok!, un día te vas a mirar al espejo y verás que los años pasaron y no hiciste nada productivo por vivir pensando en el pasado, entonces tu presente te vas a reclamar un futuro pero será tarde.
— Mamá, después seguimos hablando, voy a salir con Edwin.
Desde otra perspectiva. Sorimar estaba esperando a su prometido para ir a conocer a la señora Green.
— ¿Luchi, me veo presentable?, no le quiero dar mala impresión a esa señora. Tenía un vestido negro un poco ajustado.
—¡Divina, mi sol!, con ese cuerpazo todo te queda bien.— respondió Luchi.
— Cariño, deja esos nervios, si el señor Miguel es buena persona, la señora debe de ser igual. — dijo la señora Leticia. Entró Inés.
— ¿De qué me estoy perdiendo?, ¡ha!, la hija perfecta, la inmaculada, tiene una cita. — dijo Inés, con sarcasmo.
— ¿Por qué te expresa así de tu hermana? — preguntó Leticia.
— Porque es la verdad, ella es la buena, la santa, la virgen. Oye Sorimar, ¿ya le dijiste a mamá de dónde sacaste tanto dinero?, porque ese cuento de los pagos adelantados nadie te lo crees, ¡ah bueno!, tal vez mi mamá te lo crees.— expuso con malicia.
— Sorimar no tiene que hablarme mentira.— explicó la señora.
— ¿Por qué no te vas?— dijo Sorimar, molesta por su comentario.
— Mamá, ¿tú piensas que la señora Cleo le iba a prestar tanto dinero?, las quimioterapias son muy costosas, y nunca falta ese dinero, es como si lo estuviera por ahí.— Insistió Inés.
— Dale gracias a Dios que aparece el dinero, en vez de estar destilando veneno. Ten vida propia, tarada.— dijo Luchi, haciendo sus peculiares gestos.
Gracias a Dios Inés no siguió con sus comentarios de mal gusto y se fue, la señora Leticia se quedó pensativa, pero no le cuestionó nada a Sorimar.
Maicol pasó por su novia, luego la llevó a su casa. La señora Brígida, los estaba esperando en el comedor.