Un Amor Misterioso

Lemira fue llamada al día siguiente al despacho de la

 reina

-Majestad me llamo?

-Lemira, pasa tomaremos té.

Lemira está un poco asustada, piensa que será regañada por la pelea.

-Lemira, se que recuerdas un poco de esa noche a pesar de tu edad.

-Recuerdo que el palacio fue atacado, mis hermanos mayores y mi madre me protegieron, el capitán logró sacarme de ahí, pero... Toda mi familia.

Majestad, mi padre no puede ser un traidor, el no lo fue.

Diana toma las manos de Lemira, ella solo tiene lágrimas en los ojos.

-Lemira, tu padre no es culpable, jamás dudes de él, aún así, no hay pruebas, el culpable fue mi padre, por eso pago con su muerte.

Lemira abría lo ojos de sorpresa, entendía a lo que se refería.

-El Rey no murió de forma natural.

-Lemira, lo que te voy a decir es para calmar tu corazón, jamás podrás repetirlo, la Reina terminó con la vida del Rey, para que yo pudiera tomar el trono, lo hizo por Edward, por mi, por Joseph.

Sabes si se sabe lo de padre...

-Estaran condenados, incluso la ex-Reina por traicionar al rey, pero mi familia.

-Se que es difícil, no puedo cambiar el pasado, puedo ayudarte a tener un nuevo futuro, tu padre el duque dice que no estás agusto en el norte, Hunter dice que puedes ir a Thaslis, hablé con la Emperatriz y ella está dispuesta a que vayas, puedes estar en el Ducado Bennett donde yo crecí, mi madre te recibirá con los brazos abiertos.

-Puedo ir? regresaré?

-Solo si tú quieres o ahí puedes iniciar de nuevo, serás libre de tu pasado, no puedo regresarte tu nombre, seguirás siendo Lemira de Armstrong, Hija del gran duque del norte.

-Yo...

-Puedes pensarlo, todavía falta para que se vayan, ahora debes prepararte para el baile.

-No me gustan ese tipo de celebraciones.

-Puedes hacer lo que gustes no serás forzada.

-Gracias majestad.

-ve con tu padre.

Lemira sale del despacho, se despide de todos y saluda amablemente.

-Termino tu reunión?

-Si padre.

-Vamos te llevaré a la ciudad por un vestido.

-No es necesario, no quiero asistir, puedo?

-Si no asistes no hay problema, vamos al palacio.

-Puedo visitar al príncipe?

-Quieres que te acompañe?

-No, puedo ir sola.

-Entonces ve, no te metas en problemas.

-No señor, gracias.

Para el baile todo está listo, los nobles han arreglado a sus hijas con sus mejores vestidos, con la esperanza de que el príncipe note a algunas de ellas

Diana ya suponía una situación así, pero Edward solo entrará con Lisa y con ella bailará.

La noche del baile los nobles habían llegado, en el gran salón se han puesto lugares para los ducados y los emperadores de Thaslis, como el baile es por Edward, él entra con Lisa, sorprendiendo a todos, Lisa es bonita como su madre, tiene su cabello blanco, sus ojos son morados, ambos saludan y pasan a bailar.

-Lisa no me vayas a pisar

-Solo fue una vez, he practicado contigo y Hunter desde que somos más pequeños.

Ambos bailan perfectamente, los ducados están de acuerdo en que Lisa sea la futura reina, Pero otros no, sobre todo los nobles que aún apoyan a Joseph.

Quien hoy está con su abuelo, él tenía tiempo de no participar en un baile, solo algo le molesta y es Lisa.

-Abuelo, no me cae bien.

-Por qué?

-Solo no me cae bien, **Me atacó**

-Solo es una niña.

-Abuelo puedo ir por postres.

-Sí.

Joseph va por galletas y sale a un balcón a comer.

-Estas galletas no están tan ricas como las que me da mime.

Un caballero entra y él solo se pregunta como pudo entrar.

-Majestad, me alegra verlo, soy él Márquez de Sants.

-Marquez mucho gusto, mi título será de duque, puede dirigirse a mi como joven duque, no como majestad.

-Majestad, pero usted debe ser el Rey, recuerde lo que su padre buscaba.

-Mi padre buscaba una guerra con Thaslis, eso no es posible.

-Si se puede majestad, solo debemos reunirnos, debemos...

-Basta! Todos insinuación sobre atacar Thaslis es traición, marques que es lo que busca, adentro está el verdadero Rey.

-El Rey era su padre quien enfermo misteriosamente, era un hombre sano.

Joseph se molesta y camina hacia el, muestra sus colmillos.

-De que demonios hablas, la muerte de mi padre fue natural.

-Y casualmente son los mismos síntomas que tiene su madre? Majestad, todo fue planeado para quitarle su lugar

-Mi madre jamás sería capaz de eso, ella ambas a mi padre, mientes!!

-No miento, su padre solo fue atendido por el médico de su madre, no permitieron que nadie mas lo atendiera.

-Mentira! pagarás por esto.

-Que sucede? -Diana entraba enojada, pues Joseph estaba alterado -

-Que le ha dicho a mi hermano.

-Nada majestad, solo lo saludé, me despido.

El marqués sale y se va, ha dejado la duda en Joseph, así él debe de averiguar y recuperar el trono.

-Joseph que te dijo

-Dice que la enfermedad de padre fue muy conveniente, dime qué es mentira! ¿Dime qué no tuviste nada que ver? Mi madre...

-Joseph, eso es mentira, tu madre es inocente

-Jurámelo por tu hijo.

-Joseph, confía por favor, sabes que el marqués dejo de tener negocios con la corona, si tú luchas por la corona el tiene la esperanza de recuperar sus negocios.

-El quiere que yo sea rey, Diana no quiero, Edward debe reinar, yo solo quiero pedirte algo?

-Que es?

-Has algo con la ley de concubinas, quiero escoger a mi esposa sea noble o plebeya.

-Pero una plebeya no podría con el trabajo de Duquesa.

-Si puede, si puede si aprende, como tú madre, ella es plebeya.

-Bueno, si Pero mi madre fue criada como noble, el padre de ella es administrador de unos de los ducados de Thaslis.

-No puedes.

-Hare todo lo posible, pero dime pequeño bribón hay alguien que te guste.

-No, solo que, conozco a las mujeres del cuartel de norte de Thaslis, ella son mujeres fuertes, educadas.

-Ya veo, bueno, te prometo que si una plebeya tiene los conocimientos suficientes, podrá casarse con un noble.

-Lo harás?

-Si, ve con tu abuelo

Joseph sale del balcón y se va, Diana solo piensa en el Marqués, por fin ha logrado ver su postura, con una bengala le habla a una de sus guardias.

-Me llamo, mi señora.

-Quiero que vigilen al marqués, tal vez sea difícil, es muy cuidadoso.

-Si majestad, lo que ordene.