el día en que sería feliz me encuentro con la sorpresa de que el hombre que sería mi esposo me traiciona con mi mejor amiga.desde ese momento mi mundo se nublo y decidí ser la viuda de blanco
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capitulo 10
Ya en casa, Bella sentía que su corazón se iba a salir de su pecho. Nunca se imaginó que llegaría a volver a sentir algo por un hombre. Siempre imaginó que sería llamada por el resto de su vida "la viuda de blanco", ese un sobrenombre que le habían puesto después del fatídico día que Marco la engañó.
Pero ahora, después de conocer a Donatello, Bella se sentía diferente. Se sentía como si hubiera despertado de un largo sueño, y su corazón estuviera latiendo de nuevo.
Bella se sentó en su sofá, cerró los ojos y recordó la conversación que había tenido con Donatello. Recordó la forma en que la había mirado, la forma en que la había sonreído. Y se sintió conmovida por la sensación de que alguien la estaba viendo de verdad, la estaba escuchando de verdad.
De repente, Bella se dio cuenta de que estaba sonriendo. Estaba sonriendo por primera vez en mucho tiempo, y se sentía bien. Se sentía como si hubiera encontrado algo que había estado buscando durante mucho tiempo.
Bella se levantó del sofá y se dirigió a su habitación. Se miró en el espejo y se sorprendió al ver la sonrisa que había en su rostro. Era una sonrisa que no había visto en mucho tiempo, y se sentía bien.
De repente, Bella escuchó su teléfono sonar. Lo tomó y vio que era Donatello.
—Hola, Bella —dijo Donatello—. Solo quería saber si llegaste bien a casa.
Bella se sintió conmovida por la preocupación de Donatello.
—Sí, gracias —dijo—. Llegué bien.
Donatello se rió.
—Me alegra —dijo—. Entonces, ¿quieres que nos veamos mañana para desayunar?
Bella se sintió sorprendida por la invitación, pero también se sintió emocionada.
—Sí, me encantaría —dijo.
Donatello se rió de nuevo.
—Genial —dijo—. Te recojo a las 9.
Bella se sintió conmovida por la emoción que sentía. Era una emoción que no había sentido en mucho tiempo, y se sentía bien.
Pero no todo en la vida le sería fácil a Bella. Marco la siguió después del encuentro en el restaurante en el apartamento de ella. El quería que ella volviera a sus brazos de una u otra forma.
Marco se detuvo frente al edificio de Bella y la miró subir al ascensor. Se sintió enfadado y celoso al recordar la forma en que ella había sonreído al hablar con Donatello.
"No puedo permitir que ella se vaya con otro hombre", se dijo a sí mismo. "Tengo que hacer algo para recuperarla".
Marco se dirigió al ascensor y subió al piso de Bella. Se detuvo frente a la puerta de su apartamento y la llamó.
Bella se sorprendió al escuchar la voz de Marco al otro lado de la puerta. Se sintió nerviosa y asustada.
"¿Qué quiere?", se preguntó a sí misma.
Bella se acercó a la puerta y la abrió. Marco se encontraba en el umbral, sonriendo.
"Hola, Bella", dijo. "Quería hablar contigo".
Bella se sintió incómoda y se cruzó de brazos.
"¿Qué quieres, Marco?", preguntó.
Marco se encogió de hombros.
"Solo quería saber si estás bien", dijo. "Y si necesitas algo".
Bella se rió.
"No necesito nada de ti, Marco", dijo. "Y estoy bien sin ti".
Marco se enfureció y se acercó a ella.
"No puedes decirme que no necesitas nada de mí", dijo. "Tú siempre me necesitarás".
Bella se sintió asustada y se alejó de él.
"No te necesito, Marco", dijo. "Y no te quiero".
Marco se detuvo y la miró con odio.
"Esto no ha terminado, Bella", dijo. "Te juro que te haré pagar por esto".
Bella se sintió aterrorizada y se cerró la puerta en la cara de Marco. Se sintió aliviada de que se hubiera ido, pero sabía que no podía confiar en que se mantuviera alejado.