La Princesa Del Pirata

Ciro, el sabio, estaba de pie en presencia de Ares. Este lo había llamado para consultarle sobre la estrella que había visto en el cuello de Malika. El hombre estaba sorprendido, pero muy feliz de que por fin la verdadera heredera se hiciera presente.

Yo hui de Merlán porque mi cabeza tenía precio comenzó a explicar _ la segunda princesa dice ser la heredera de la gran emperatriz, pero es solo una farsante. Yo lo descubrí de inmediato, e intenté informarle a su alteza el rey, pero esa actitud me costó muy caro, esa mujer lo descubrió e intentó en el acto matarme, levantó falsos en mi contra y el Rey ordenó mi ejecución, escapé por muy poco de esa muerte cruel.

Eso quiere decir que ella es la princesa heredera porque el rey cree que ella es la de la profecía ¿Es así? Ares había entendido a la perfección el panorama y estaba claro que le sería muy difícil revertir esta situación.

Hay otro asunto, esa niña es hija verdadera del rey el sabio dejó a todos mudos con esa aseveración la madre de Kira fue amante de él, y la amaba, creo que es a la única mujer que llegó a amar dijo con un tono de pena, ya que la madre de las otras dos princesas había amado locamente a ese hombre, pero desafortunadamente él solo la hizo sufrir lo indecible, culpándola por no haberse podido casar con la mujer que él sí amaba, y esa no era otra que la madre de Kira.

Ares guardó un momento de silencio. Había mucho que considerar en este momento. Él no era un simple pirata, era el hijo ilegítimo del cerdo, como él mismo le decía al Rey Novak, y, claro está quería su venganza. Ahora el destino había puesto en sus manos a su mejor arma para obtenerla y lo mejor es que ella misma no lo sabía.

Ahora tenía que considerar muy bien cada paso a dar, Malika era suya, su pequeña princesa lujuriosa, la única mujer que había podido despertar en él los más oscuros deseos y no pensaba perderla. Lo que fuera que hiciera, tenía que hacerlo con ella. Estaba seguro de que lo ayudaría, o eso esperaba, de lo contrario tendría que obligarla.

¡Ah Kira…Kira…! suspiró con una sonrisa Ares Dark _ gracias por entregar en mis manos la mejor arma en tu contra. Lo lamento, pero yo no perdono la traición y que me hayas utilizado es algo que jamás dejaré pasar por alto.

Malika estaba tranquila caminando por el poblado. Ella y Tere habían decidido salir, después de todo ya no eran prisioneras, o eso esperaban, de lo contrario eran dos fugitivas más en este mundo.

El lugar era hermoso y todos eran bastante amables en realidad. Era una isla, todos pensaban que estaba habitada por malvados bandidos y asesinos y no estaban tan errados, pero también eran buenas personas. Habían sido orilladas a cometer actos delictivos para sobrevivir y cuando ya estaban a punto de morir en manos de los guardias de los distintos reinos Ares los había rescatado. La promesa hecha era la de vivir en paz, de esa forma él creo un pequeño feudo en la isla calavera. “Sumamente cliché”, se dijo Malika, “pero bueno si el autor no tiene imaginación que se le va a hacer. Podría haber sido Isla escondida, no también es muy obvio. Isla colmillo, no esa es para novelas de hombres lobo. Isla margarita, hay muchas de esas flores por aquí, si así se llamará a partir de ahora”. Declaró finalmente y lo decidió, ella le cambiaría el nombre, “que se joda la autora pero ese nombre es demasiado obvio, el mío es mejor”.

Malika eres una genia se felicitó a sí misma, dejando a Tere más perdida que Nemo, pero no preguntó nada, era mejor dejarlo así, su señorita se estaba volviendo loca definitivamente.

“Por lo menos ya nos busca…”

¡Tere mira que hermoso ese marinero! exclamó extasiada mirando a un hombre musculoso que se encontraba tejiendo unas redes, evidentemente era un pescador.

“Retiro lo que estaba por decir, mi niña sigue buscando” pensó en cambiar mejor el hilo de su pensamiento ya que su señorita miraba a todos los hombres guapos que se le pasaban por enfrente.

Señorita Malika, no sea desvergonzada reprendió Tere ya después de varias miradas lujuriosas de su niña.

Hay Tere, no seas mojigata, lo ojos se hicieron para ver…la manso para tocar…los labios para besar y mientras hablaba se acercaba a uno de esos hombres abriendo y cerrando los puños y haciendo gestos de morder, y es que justo ese hombre se había agachado y su redondo trasero había quedado expuesto siendo el objeto de deseo de la lujuriosa Malika.

Tere tuvo que sujetarla cuando estaba a punto de hincar el diente y pellizcar, todo a la vez, a ese pobre hombre. Su señorita era una acosadora y pervertida de primera.

¡Uh Tere no seas aguafiestas! Malika hizo un lindo puchero y cruzó sus brazos en señal de protesta.

Parece que usted tiene muy mala memoria ¿Qué pasaría si el señor Ares la ve que anda en esas? Tere había dicho algo que sorprendió a la joven en gran manera.

No lo sé Tere, yo creo que nada, estoy segura de que ahora que ese hombre tuvo lo que quería, me dejará solita y a mi suerte ella se afligió de inmediato, no era que no le importar Ares, es que ella no creía en esas palabras que él le había dicho, después de todo su prometido y su hermano le habían dicho que la amaban y no era verdad, solo la usaron, lo bueno esta vez es que ella disfrutó también y muuuuuucho en verdad.

No seas boba Mali, él está loquito por ti

Sí es así ¿por qué estamos acá solitas? Ninguno de esos dos desvergonzados nos ha seguido, ni ha mandado a nadie a que nos cuide contestó y esta vez sus palabras llenaron de dudas el corazoncito de Tere.

Lo cierto que en el castillo un desesperado Ares gritaba a todos por haber perdido de vista a su niña, si algo le ocurría muchas cabezas rodarían, de eso no quedaba la menor duda.

Aldric estaba tan molesto como su amigo, su Tere tampoco aparecía y no era de extrañar ya que ella era la doncella de Malika, su deber era cuidarla aunque la noche anterior se había descuidado un poquitín, estaba seguro de que ahora estaban juntas.

Señor, las vieron en el pueblo dijo uno de los hombres de Ares _ cerca de la zona de los pescadores.

Ahora tanto Aldric como Ares vieron rojo. El mundo estaba a punto de arder en ese mismo instante, los dos se miraron y, al unísono comenzaron a correr hacia el lugar. Esas dos eran unas lujuriosas empedernidas, ya habían escuchado sus conversaciones mientras estaban en el barco y no querían que se acercaran a ningún hombre que no fueran ellos, no temían por ellas, sino por los pobres pescadores, no sabían de lo que esas dos fueran capaces.

Al llegar a la zona de pesca se sorprendieron en grande. Allí, sentadas en la orilla, se encontraban las dos viendo, casualmente, a los robustos hombres tejer sus redes para salir al mar. Se sujetaron uno al otro, no querían matarlas, o sí, pero mejor en la cama. Les darían a esas dos una gran lección que nunca olvidarían.

Con que aquí se esconden dijo Ares con tono áspero vamos dijo disgustado tomando a Malika en sus brazos y colocándola sobre su hombro como los pescadores hacían con las redes es hora de tu castigo dijo dando una fuerte nalgada que llenó a la joven de expectativa.

Malika, lejos de quejarse o molestarse se dispuso a ser “una damisela en peligro” en brazos de Ares, pero sin dejar pasar la oportunidad de pellizcar esa hermosa nalga que se cargaba el pirata.

“Es una hermosa pervertida”, se dijo Ares con una pícara mueca en los labios, mientras caminaba derecho a su habitación para castigar, como se debe, a su hermosa muñequita.