El Albor De Los Desalmados: Crónicas De Una Ciudad Perdida*

La fábrica era un caos absoluto, el sonido de disparos, gritos y los gruñidos de los rápidos llenaban el aire. Los jóvenes luchaban desesperadamente, pero estaban siendo superados. Tom, todavía atado a la silla, veía cómo su esposa Mia intentaba desatarlo, pero sus manos temblaban incontrolablemente. La enfermedad que ella había mantenido a raya durante tanto tiempo estaba regresando, provocada por el estrés extremo de la situación.

^^^Tom: (Con preocupación en su voz) "Mia, cariño, respira hondo. Puedes hacerlo... ¡por favor, tienes que hacerlo!"Mia luchaba por calmarse, sus manos temblorosas apenas podían manejar los nudos de las cuerdas. La situación era crítica, y sabía que si no lograba liberar a Tom, estarían condenados. Sus dedos, torpes y temblorosos, finalmente lograron desatar el último nudo, liberando a su esposo justo cuando una explosión resonó en la fábrica, seguida de una serie de disparos. ^^^

Una bomba de humo había estallado, envolviendo la zona en una densa neblina gris. Los zombis, confundidos, se detuvieron brevemente, y los disparos, precisos y rápidos, comenzaron a derribar a algunos de los caminantes. Tom se levantó de la silla, su cuerpo dolorido por la tensión, pero su mente estaba enfocada. Sabía que esta era su oportunidad.

^^^Tom: (Con determinación) "¡Hay una puerta de emergencia al otro lado de la fábrica! ¡Es nuestra única salida! "Mia asintió, tratando de mantener la calma. Los jóvenes, que ahora estaban llenos de pánico, escucharon las palabras de Tom y comenzaron a correr hacia el otro extremo de la fábrica, donde las máquinas viejas y oxidadas creaban un laberinto de sombras y obstáculos. Pero justo cuando empezaron a moverse, la neblina comenzó a disiparse, y de la oscuridad surgieron los rápidos, moviéndose con una agilidad espeluznante.^^^

Tom: (Gritando) "¡Corre, Mia! ¡Corre!"Mientras corrían, uno de los jóvenes fue agarrado por un rápido que apareció de la nada. La criatura lo atrapó por la cintura y, con una fuerza aterradora, lo destrozó por la mitad, esparciendo sangre y vísceras por el suelo. Los gritos del chico resonaron en la fábrica, un sonido desgarrador que hizo que los demás se movieran aún más rápido, impulsados por el miedo puro.

^^^Otro de los jóvenes, que intentaba ayudar a su amigo caído, fue mordido en el cuello por otro rápido que se abalanzó sobre él. La mandíbula del zombi se cerró con fuerza, desgarrando carne y arterias en un instante. El joven trató de luchar, pero las manos del rápido, inhumanamente fuertes, lo atraparon y le arrancaron la cabeza con un tirón violento. La sangre brotó en todas direcciones, mientras su cuerpo sin vida caía al suelo.^^^

Tom y Mia, horrorizados, continuaron corriendo, sabiendo que no podían detenerse. La chica que quedaba, junto con el tercer joven, también corrieron desesperadamente hacia la puerta de emergencia. Los rápidos, ahora enfurecidos por la resistencia, se movían como sombras rápidas, saltando de un lugar a otro, buscando más víctimas. Finalmente, llegaron a la puerta de emergencia, una salida pequeña y oxidada que apenas se veía en la penumbra. Tom, usando toda su fuerza, la empujó con un golpe, logrando abrirla justo a tiempo para que los sobrevivientes se deslizaran fuera del edificio.

^^^Pero en ese momento, otro rápido apareció, lanzándose hacia el joven que quedaba. El rápido atrapó al chico por la pierna y lo arrastró hacia atrás, sus garras hundiéndose en la carne. Tom intentó agarrarlo, pero el joven fue arrancado de su alcance. Gritando de terror, el muchacho fue arrastrado de vuelta a la fábrica, donde los rápidos se abalanzaron sobre él, desgarrándolo en pedazos antes de que pudiera siquiera luchar. Mia, jadeando por el esfuerzo y el miedo, miró hacia atrás solo para ver cómo la fábrica se convertía en un infierno de sangre y destrucción. Pero no había tiempo para lamentarse. El Salvador, el hombre que había causado la distracción, seguía disparando con precisión desde las sombras, molestando a los rápidos, ya que las balas no les afectadaba mucho. Pero la intención era dárles la única oportunidad de escapar a los demás.^^^

Tom: (Gritando hacia el Salvador, agradecido pero también con urgencia) "¡Gracias! ¡Vámonos, ahora! "El Salvador asintió brevemente, disparando una última ráfaga antes de retirarse hacia la oscuridad. Tom, Mia, y la chica gemela que había sobrevivido corrieron hacia la calle, donde la noche se cernía sobre ellos como un manto ominoso.

^^^Los gritos y los disparos continuaron resonando en la distancia mientras corrían por las calles desiertas, alejándose lo más rápido posible de la fábrica. Sabían que habían tenido suerte de escapar con vida, pero también que no podían detenerse.^^^

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^^^ En este mundo, el peligro siempre estaba a solo unos pasos detrás. Mia, aún temblando por la reciente experiencia, se aferró al brazo de Tom mientras corrían. Él la miró con preocupación, sabiendo que su enfermedad, provocada por el estrés y el horror que acababan de presenciar, podría empeorar en cualquier momento.Tom: (Con voz firme, tratando de mantenerla enfocada) "Mia, vamos a salir de esto. Solo sigue corriendo. No podemos detenernos ahora. "Mia asintió débilmente, sus ojos llenos de lágrimas, pero sabiendo que Tom tenía razón. La lucha por sobrevivir no había terminado, y lo único que podían hacer era seguir adelante, a pesar del dolor, a pesar de la pérdida.^^^