Casada A Primera Vista

Luego de que Mía abrió la carpeta con cierta curiosidad, esperando encontrar información relevante para la entrevista con el CEO de empresas Stark. Quedó sumamente desconcertada, su sorpresa fue palpable al descubrir allí una foto de Matt, su esposo falso. Un escalofrío recorrió su espalda mientras su mente luchaba por procesar la conexión entre ambos eventos. Habló sola en voz alta, intentando organizar sus pensamientos mientras sopesaba lo increíble de la situación. ¿Cómo era posible que el hombre con el que había accedido casarse por un favor resultara ser el poderoso CEO al que debía entrevistar? Se sentía atrapada en una telaraña de complicaciones que nunca habría imaginado. Aun esperaba noticias para divorciarse de Matt, y ahora se encontraba cara a cara con él en un contexto completamente distinto, sin saber cómo enfrentar la verdad que se le revelaba tan repentinamente.

-¿Así que mi "esposo", es el CEO de empresas Stark?- preguntó la muchacha confundida y agradecida a la vez por la posibilidad de que Matt pudiera ayudarla.

Luego de eso decidió descansar y esperar al día siguiente para pensar como conseguir si objetivo.

Al amanecer Mía despertó con sus energías renovadas, recordó el descubrimiento que había hecho la noche anterior, sin siquiera arreglarse, fue por su bolso y rebusco allí una tarjeta que Matt le había dado el día en que se casaron, tomó su móvil y marcó el número que allí estaba.

Por su parte Matt se estaba subiendo a su automóvil, listo para ir a trabajar cuando su móvil sonó, una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro al ver que se trataba de Mía, el hombre se había encargado de averiguar los datos personales de la muchacha para cuando tuviera que buscarla si es que ella no reaparecía por su cuenta.

-Hola- dijo contestando la llamada- ¿Me estabas extrañando?- preguntó con picardía.

-¿Tú eres Matt Norton? - preguntó la muchacha desde el otro lado de la línea.-¿Por qué no dijiste nada?

-No me preguntaste- respondió él sin inmutarse- ¿hay algún problema con eso?

-No- titubeó Mía- pero te tengo que pedir un favorcito- agregó cambiando su tono de voz a uno más relajado- Bueno, en realidad es un favor bastante grande.

Matt, amplío su sonrisa...

-Eres mi esposa- dijo él, a Mía se le erizó la piel al oír el tono grave con el que pronunció esas tres palabras- entre nosotros no debe existir eso de los favores- afirmó- Dime que necesitas.

-Bueno- comenzó a explicar la muchacha luego de que se sintiera segura de que en su voz no se notaría lo que acababa de sentir en su cuerpo- La empresa de noticias para la que trabajo está interesada en hacerte una nota- explicó, del otro lado la sonrisa del hombre se ampliaba aún más.

-Bueno... Yo soy un hombre ocupado- dijo él.

-Esteee... Si lo sé. Sé que es imposible tener una entrevista contigo, pero... Bueno- titubeó la muchacha con nerviosismo sopesando la posibilidad de haber hecho que el hombre se enojara.

-Cálmate - dijo Matt con una sonrisa tan dulce que si Mía lo hubiera visto se habría derretido- Mira, solo estoy bromeando- del otro lado la muchacha arqueó una ceja sin comprender- Lo haré.

-¿De verdad?- preguntó ella con una mezcla de emoción, incredulidad y anhelo.

-Eres mi esposa- dijo él, como una obviedad- Confió en ti, ¿quién mejor para una entrevista más que tú?

-Ok- replicó ella sonriendo- bueno eso es muy amable de tu parte.

-Te escribo y nos ponemos de acuerdo para esa entrevista... Esposa- terminó diciendo él y cortó la llamada.

Del otro lado de la línea, la muchacha se quedó mirando el teléfono, desconcertada y a la vez feliz porque había conseguido la dichosa entrevista y ahora su empleo no correría peligro.

Así, con las energías aún más renovadas que antes, Mía se alistó para presentarse en la oficina, eran tantas las ganas que tenía de llegar e informarle a su jefa directa que tenía la entrevista con el CEO que la muchacha no desayunó, compraría algo en el camino.

Al llegar, entró con una amplia sonrisa en su rostro, Liz la observó tan contenta que también sonrió.

-¿Y esa sonrisa?- preguntó

-Me levanté muy contenta- respondió Mía

-Que bueno, amiga. Porque la bruja me pidió que apenas llegues vayas a su oficina- replicó la muchacha encogiéndose de hombros.

-Ok, enseguida regreso- afirmó Mía y caminó con paso seguro hacia la oficina de su jefa.

toc, toc...Mía tocó la puerta.

-Adelante- dijo la mujer desde el interior, Mía entró y como su jefa seguía con la mirada fija en su laptop, carraspeó para llamar su atención.

-¿Qué quieres?- indagó la mujer con sorna- ¡Ah, ya sé! Vienes a presentar ti renuncia para evitar ser despedida- aseguró sin dejar que Mía pronunciara palabra.

-No- respondió Mía- de hecho venía a avisarte que conseguí una entrevista exclusiva con el señor Norton, el CEO de empresas Stark- agregó con una amplia sonrisa en su rostro.

La mujer frente a ella se recostó en el respaldo de su silla ejecutiva y sonrió con burla.

-Mía, no puedes estar mintiendo o inventando cosas para salvar tu empleo, Una entrevista con el CEO de empresas Stark no es un juego- le dijo y ene ese mismo momento el jefe de redacción de la editorial ingresó por la puerta.

-¿Acaso escuché algo sobre una entrevista exclusiva con Matt Norton?- preguntó

-Sí- dijo la jefa de Mía poniéndose de pie, mientras la muchacha afirmaba con un movimiento de su cabeza- Le pregunté y dijo que sí- agregó la mujer, Mía la miró con desconcierto.

-¡Eso es fantástico!- dijo el jefe de redacción- ¿Cuándo vas a realizarla?- indagó sin quitar su vista de la mujer frente a él.

-Bueno... Debo ponerme de acuerdo con él en cuanto a eso- respondió- Sabes que Matt Norton es un hombre muy ocupado.

-Señorita Smith- intervino Mía, ya que no estaba dispuesta a dejar pasar lo que la mujer intentaba hacer atribuyéndose méritos que no eran suyos- Ahora que conseguí la entrevista con el señor Norton, ¿me necesitas para algo más?

-¡Momento, momento!- dijo el superior de ambas- ¿Tú conseguiste la entrevista?- preguntó a la muchacha que se hallaba a su lado.

-Así es, señor- afirmó ella.

-¿Alguna vez has entrevistado a alguien?- indagó el hombre.

-No- dijo la señorita Smith- ella no tiene la experiencia suficiente, yo lo haré.

-Esa es la mejor razón para darle la oportunidad- afirmó su jefe- ¿Cree poder hacerlo bien?

-¡Sería un honor!- respondió Mía con clara emoción.

-¡Genial!- replicó el hombre, sin notar en la mujer frente a ellos la decepción y enojo.

-Le prometo que no lo decepcionaré, señor- afirmó la muchacha, el jefe de ambas salió de la oficina.

-¿Por qué hiciste eso?- preguntó la jefa de Mía, reclamándole haber confesado que ella había conseguido la dichosa entrevista, la muchacha la observó con enojo e incredulidad por su actitud.

-¿Hacer que? ¿Decir la verdad?- replicó Mía, y dedicándole una sonrisa de triunfo salió de la oficina.

La señorita Smith se cruzó de brazos, respiró con pesadez ante la actitud de la joven, luego llevó su dedo índice a la barbilla y sonrió con sorna.

-Ya veremos qué tan bien haces esa entrevista- murmuró ampliando su sonrisa llena de burla.