Arthur O'Connor, un joven acostumbrado al lujo y a que todo se rinda ante su fortuna, a un exclusivo barrio en un pequeño pueblo. Con su mirada arrogante y su mundo perfectamente estructurado, está seguro de que el cambio no será un desafío para alguien como él. Sin embargo, todo su esquema se tambalea al bajar del carro y encontrarse con Margareth, una joven humilde, de risa fácil y una alegría que parece contagiarlo todo. Margareth, junto a su abuela, reparte mermeladas y tartas caseras por el vecindario, convirtiéndose en el alma del barrio con su espíritu caritativo y juguetón.
Para Arthur, ella es un desafío tan irresistible como desconcertante. Está convencido de que su dinero y su encanto serán suficientes para ganarse su atención. Sin embargo, Margareth, con su corazón puro y libre, no es alguien que pueda comprarse.
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Capitulo 24 +18
La rutina había comenzado a asentarse en
nuestra nueva vida juntos. Cada día era un placer y un tormento a partes iguales. Margareth tenía esa habilidad única para moverse con una gracia que me dejaba fascinado, especialmente por las mañanas, cuando se levantaba y se estiraba con esa delicadeza que sólo ella poseía. Era como si todo su ser se alineara con la luz suave del amanecer, convirtiéndola en una visión imposible de ignorar.
Pero las noches... Ah, las noches eran otra historia.
Ese maldito camisón de satén blanco se había convertido en mi enemigo. Cada vez que la veía caminar con esa prenda, con la tela deslizándose por su piel y sugiriendo todo lo que escondía debajo, mi autocontrol se ponía a prueba. No se daba cuenta del poder que tenía sobre mí. O tal vez sí.
Una noche, sin embargo, decidió ir un paso más allá.
Estaba en el salón, revisando unos documentos, cuando la escuché bajar las escaleras. Levanté la vista y, por poco, el aire me abandonó.
Margareth llevaba un camisón transparente.
Transparente.
Cada curva, cada detalle de su cuerpo se revelaba bajo la tenue luz. La lencería que traía debajo era un delicado encaje que parecía diseñado para desatar la locura en cualquier hombre. Caminaba
hacia mí con una sonrisa inocente, como si no estuviera cometiendo un crimen al aparecer de esa manera.
-Bienvenido a casa -dijo suavemente
antes de inclinarse para darme un beso en
la mejilla.
Mi cuerpo se tensó al instante, mi mente dividida entre la tentación y el esfuerzo por mantener la compostura.
- Cariño -dije, mi voz más ronca de lo que esperaba-, ¿qué haces con eso puesto? Un trabajador podría verte así.
- No te preocupes, de todas maneras no es para ellos .- me respondió .
-¿Tienes idea de lo que estás haciendo? -murmuré, mi voz cargada de deseo.
-Claro que sí -dijo, sonriendo como una niña que acababa de salirse con la suya-,Quiero entregarme a ti, Arthur.
Mi resolución se desmoronó en ese instante. Todo el autocontrol que había mantenido se evaporó con esas palabras.
-Me estás tentando demasiado -confesé,
sintiendo cómo mi cuerpo respondía a su cercanía.
-Entonces déjate tentar -susurró ella, con un brillo en los ojos que me hizo perder la cabeza.
Se acerco y me acaricio la mejilla , no sé porque pero me sentía adormecido ante su contacto . Era como si estuviera probando mis límites . Y, por mucho que quisiera resistir, mi cuerpo ya había tomado la decisión por mí.
Sin pensarlo, cerré el espacio que nos separaba y nuestros labios se encontraron en un beso que me robó el aliento . El fuego entre nosotros se desató de golpe .
No había nada dulce en ese beso, solo pura necesidad, mis manos se deslizaron por su espalda, atrayéndola más hacia mi , mientras sus manos recorrían mi pecho, sintiendo cada músculo, cada latido inexistente . La empuje suavemente contra una de las columnas de la habitación, y por su expresión pudo sentir la fría pared presionarse contra su espalda, un contraste con el calor que emanaba de nuestros cuerpos. Mi boca bajó por su cuello, besando, mordiendo suavemente, y una corriente de placer se apoderó de ambos .
No había espacio para dudas ahora. Su boca volvió a encontrar la mía, y mientras nos besábamos, baje por sus caderas, tirando del camisón hasta que cayó al suelo, dejándola completamente expuesta ante mi .
Era hermosa más que eso un sueño .
Su cuerpo semidesnudo era más de lo que había pedido , y ya no pude resistirme a la belleza que tenía frente mío . Mis manos, firmes y expertas, la levantaron suavemente, y en un movimiento ágil, la coloque sobre una mesa cercana. Sus labios nunca dejaron los míos mientras mis dedos se deslizaban entre sus piernas, arrancándole un
gemido más profundo, más intenso. Cada toque suyo era como un incendio que me consumía por completo.
- Arthur .... , ay ... - gimió .
Sus manos se aferraron a mis hombros,hundiendo los dedos en mi piel mientras sentia Su cuerpo moverse contra el mío, duro, insaciable. El ritmo de nuestros cuerpos se sincronizó con una precisión
que solo podía haber sido forjada por siglos de deseo reprimido. Cada embestida era un recordatorio de lo inevitable .
Su respiración era lenta y profunda, controlada, pero sus ojos no me mentían. En ellos brillaba esa chispa : la necesidad de ser mía . No me preocupaba de que quedará embarazada después de todo era mi esposa y me encantaba la idea de tener un bebé por la mansión .
El placer se acumulaba en mi interior,
creciendo con una fuerza que me dejaba sin aliento. Los susurros de Margareth, se mezclaban con el sonido de nuestros Cuerpos chocando. Y en ese momento, sentí que el mundo se desvanecía a
nuestro alrededor, dejando solo el fuego, solo la intensidad de lo que compartíamos.
Cuando finalmente el clímax nos alcanzó, fue como una explosión de luz en la oscuridad. Su cuerpo tembló bajo el suyo, y un gemido profundo escapó de sus labios mientras que yo la sostenía con fuerza, sus labios aún pegados a los míos. El
éxtasis fue tan intenso que sentí como si todo a nuestro alrededor se hubiera detenido, como si el tiempo mismo se hubiera rendido ante nosotros.
Cuando la oleada de placer finalmente comenzó a desvanecerse, ella se quedó en mis brazos, jadeando, con su cuerpo aún estremecido
Lo miré a los ojos, todavía intentando reprimir la ola de deseo que volvía a levantarse en mi interior con cada palabra, con cada roce de su piel contra la mia .
- Eso estuvo ... Intenso ....- dijo mientras se estaba recuperando .
- Lo hiciste bien para ser la primera vez , ¿ Te dolió ? .- le pregunté mientras la acariciaba .
- Un poco, Pero luego me acostumbré .- me respondió .
- Te amo .- le susurré .
- Yo también te amo .- me dijo .
😋🤭
solo falta el Bb y será el complemento perfecto a su hermoso nuevo comienzo...
🌹❤️🩹
una sublime primera entrega...
❤️🔥🔥💋🥰
🙈🙊🙉