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Divorciada

Divorciada

Status: En proceso
Genre:Posesivo / Autosuperación / Divorcio / Amor en la madurez
Popularitas:75.4k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Paola Alejandra Paolini

Sofia acaba de divorciarse luego de un matrimonio tranquilo en el que la falta de comunicación entres ella y su exesposo Erik los llevo al divorcio. En esta etapa de su vida ella decide renacer y hacer todas esas cosas que nunca hizo por lo que primero empieza con un nuevo trabajo.
Alessandro es el nuevo jefe de Sofia, el ayuda a la mujer a mejorar cada día mientras que poco a poco se va acercando a ella con el fin de no dejarla jamás.

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capitulo 24

    Para la hora del almuerzo me sorprende mi querido gruñón con un festín verde. Supongo que es su forma de castigarme por no haber sucumbido a sus carnales deseos. Lo peor de todo es que me dio un beso de esos que te hacen replantearte tus decisiones.  Aun así, no sucumbí a sus persistentes intenciones y para la hora del postre sentía que estaba por estallar del calor.

No puedo entender como comer tanta verdura me dejo con tantas ganas de más. Supongo que la falta de carne, literal, tiene mucho que ver con el asunto, pero todo empeoro cuando con una mirada de esas maliciosas y para nada con buenas intenciones saco de su bolsillo un pequeño regalito.

Bombones, supuse yo, pero no. No, el contenido de dicha caja era nada más y nada menos que unas pequeñas bolas unidas por un cordel que al leer el título del paquete casi salgo huyendo de la cocina.

Nunca había utilizado ese tipo de dispositivo, no soy una aficionada a las bolas chinas, pero dado mi altura y mi compleción física, me fue imposible escapar a tiempo y quede atrapada entre semejante pared de músculos que parecía querer devorarme.

  —Vamos a fortalecer tu suelo pélvico, querida —dice ensanchando su endiablada sonrisa haciendo que me olvide de donde estoy, me recupero rápido cuando con un movimiento fluido me tiene de espaldas al mármol de la cocina y con otro super movimiento baja mis pantalones deportivos.

—¡Oye! —chillo tratando de alejarme de sus sucias intenciones.

—¡Chitón! —me da una nalgada que resuena en mi oído a la vez que en todo el pequeño espacio, haciendo que muerda mis labios para reprimir las fuertes ganas de gemir—. Ahora relájate mientras me encargo de colocar el dispositivo —me retuerzo cuando sus grandes dedos hacen contacto con mi piel que para mí vergüenza nadan en humedad —. Estas bien lubricada —murmura en mi oído y muerde la sensible carne de mi oreja.

Definitivamente estoy siendo sometida a la más dulce tortura por este gran hombre.

—Lo haces a propósito ¿verdad?  —casi lagrimeo mi pregunta.

—No cariño, solo intento fortalecer tus músculos internos —termina de subirme los pantalones y me da un beso en la base de mi columna.

—A tu completo veneficio, seguro —balbuceo como las malditas cosas se mueven y me hacen querer apretar.

—Ya verás que lo es más para ti que para mí —dice y sus grandes manos aprisionan mi trasero —. Voy a hacerle un monumento a este par —dice y siento como mete la cara entre mis mejillas.

—¡Ehi! ¡Loco! ¡Qué haces! —digo entre risas.

—Preparando el terreno, cuando salgamos de aquí quedaras renga querida mía —promete y me da una mordida que lejos de dolerme me hace gemir.

Definitivamente algo anda mal conmigo. Como puede ser que en tantos años nunca me haya sentido tan excitada como hasta ahora y silo por una mordida.

Vuelvo a mi trabajo odiando el pequeño dispositivo en mi interior que lo único que hace es volverme loca, querer correr a los brazos de mi gruñón para que haga de mi lo que sus más sórdidos deseos quieran.

A la hora pactada el profesor de la preparatoria se presenta ante la puerta de mi oficina.

—Buenas tardes —saluda y levanto la mirada del escritorio y cuando me levanto tengo que reprimir una mueca al sentir la vibración de las malditas bolas.

Ya me había olvidado de ellas tan concentrada en preparar un horario acorde para adolescentes molestos.

—Hola —digo sintiendo la garganta rasposa, carraspeo —. Lo siento, creo que olvide tomar agua —escuso tomando un sorbo del vaso.

—No debería de olvidarlo nunca, sería una pena que una hermosa mujer se desmalle por deshidratación —dice el profesor y me quedo mirándolo como si se hubiera vuelto loco.

—Buenas tardes —truena la voz de mi gruñón y todo mi cuerpo sabe lo que ese hombre puede hacerle.

—¡Hola! —chilla el profesor dando un salto y moviéndose para dejar entrar a mi encantador y sexi jefe gruñón.

—Supongo que usted es el profesor de la preparatoria, yo me encargare del recorrido por mi gimnasio —dice mi lindo grandote, el profesor me mira como si quisiera que fuera otro el que se encargue de eso, le devuelvo una sonrisa tranquilizadora.

—Parece feroz, pero solo es un tierno gatito —digo y mi gatito me dedica una mirada de lo más seria—. Pórtate bien cariño —le digo a mi gran gruñón ganándome una sonrisa encantadora de su parte y una fuerte vibración del demonio entre mis piernas —. Imprimo los horarios y me reuniré con ustedes.

—Muy bien —dice mi gruñón y mira al profesor que de pronto se lo ve cabizbajo —. Por aquí —indica mi sexi jefe marcándole el camino.

Salen de mi oficina y caigo en mi silla apretando las piernas y reprimiendo las ganas de gemir, moverme para aliviar el dolor o la necesidad de querer fornicar como ninfómana. ¿Se supone que esto es algo así como medicinal? ¿Quién en su sano juicio puede andar con estas cosas vibrantes como si nada? Yo solo quiero que me las quiten y me den sin tregua.

Suspiro y reprimo mis pensamientos contradictorios movidos al son de las vibraciones y me coloco a la tarea de imprimir los dichosos horarios.

Con las hojas ya en mano me dirijo hacia donde se encuentran los hombres en una charla de deportes de lo más animada, al parecer superaron las diferencias, cualquiera que hayan sido. Todo mi cuerpo vibra con cada paso, pero trato con todas mis fuerzas de hacer como que aquí no pasa nada y que solo estoy haciendo mi trabajo.

—Aquí están —digo y ambos se voltean.

El profesor me mira de una forma que me pone incomoda y mi gruñón lo mira como si quisiera matarlo.

—Tienes los horarios —dice mi jefe con un tono que parece regaño.

—Si, aquí están —se los paso a él para que se encargue de hablar con el profesor al respecto y salir del blanco de esta pelea hormonal.

—¡Vaya! —escucho un gemido del profesor cuando volteo y un gruñido de mi sexi jefe, camino más rápido para llegar a mi oficina, pero no me pierdo el momento en que mi jefe reprende al profe.

—¡Quita tus ojos de mi mujer o me encargare de que ningún gimnasio te dé lugar a ti y a tus estudiantes! —ruje las palabras y reprimo voltear por miedo a que la cosa se ponga más fea.

—Lo siento, es que.... —dice, pero no finaliza la palabra.

—Aquí tienes el estúpido horario, no quiero verte respirar cerca de mi mujer ¡Entendido! —dice mi bestia sexi, a la que ya necesito amansar.

—¡Si señor! —dice el profe y ya no escucho más nada porque llegue sana y salva, pero muy caliente a mi oficina.

Me paseo por el cuartucho mientras espero a que mi sexi jefe termine su reunión y vuelva a mí. Se supone que ya no hay más nada para hoy y cuando lo vea entrar por esa puerta le voy a saltar como araña. O gata en celo, ya no se.

—Juro que si lo veo mirarte así nuevamente lo voy a matar —gruñe cuando entra a mi oficina un momento más tarde y yo solo atino a tirarme a sus brazos.

Lo beso con desesperación, intento quitarle la camisa, pero el detiene mis movimientos y tomando mis manos me separa de él.

—¿Que? —pregunto confundida.

—Estamos en horario de trabajo —dice volviendo a mostrarme esa sonrisa endiablada que solo me hace querer llorar.

—¡No es justo! —chillo.

—Tú lo quisiste así —dice y me toma de las manos, se sienta en mi silla y me acomoda entre sus piernas.

—Definitivamente te estas vengando de mi —digo rodeándolo por el cuello.

—¿Como crees eso de mí, cariño? —dice tratando de poner una cara angelical, pero que su cara endemoniada no deja hacer.

—Podrías cerrar antes —intento con mi faceta más inocente que puedo invocar.

—Mi hermana tiene una clase para dentro de una hora y mi cuñado está atendiendo a sus pacientes —me recuerda y otra vez quiero llorar a la vez que me arrepiento de mis palabras y de querer hacer las cosas bien.

Este hombre definitivamente me está corrompiendo.

—¿Qué puedo hacer para que me liberes de esta tortura? —pregunto señalando mis piernas.

—Ponte de rodillas —pide volviendo a su cara seria, siendo ahora el jefe mandón, sexi y gruñón que es.

Soy una buena chica y obedezco sus órdenes, me deslizo de sus piernas y me coloco de rodillas escondida prácticamente debajo de mi escritorio.

—¿Señor? —pregunto con mi más dulce voz de niña buena.

—Abre esa boquita deliciosa que tienes —ordena mientras se desabrocha su pantalón.

Me encuentro más deseosa que niña en dulcería y cuando semejante paleta se luce ante mi fuerte y potente, miro sus ojos pidiendo permiso para apoderarme de ella como si fuera una muerta de hambre, como si llevara un ayuno interminable.

Sin palabras de por medio, el enrosca su fuete mano en mi cabello y con la otra guía su eje al interior de mi boca. Fuerte y sin preliminares toca el fondo de mi garganta haciendo que lagrimas salten de mí. Coloco mis manos en sus muslos y me dejo llevar por el momento.

Unas cuantas respiraciones y estoy casi perdida en el delirio de sentirme a su merced, olvidándome completamente donde estoy y además que se supone que estamos en horario de trabajo.

—¡Sofia! ¡Sofia! —escucho la fuerte y estridente voz de mi amiga afuera de la oficina, más el resonar de sus tacones.

—Quieta —ordena mi señor y yo me quedo con semejante bocado en mi garganta mientras mi amiga irrumpe en mi oficina.

—¡Oh! Pensé que esta era la oficina de Sofí —dice Paola—. ¿Como estás primo? Hace mucho que no te veía —dice ella.

—Bien, acá atascado —dice él y retiene mi cabeza sin dejar que me mueva.

—¡Oh! Supongo que con mucho trabajo —suspira ella —. ¿Como te va con mi querida amiga? Espero que no la estes torturando con tanto trabajo —escucho que dice ella y quiero refutar a eso, pero como tengo la boca llena no digo nada.

—Tengo que agradecerte que me la recomendaras, me ayuda en más de un sentido —dice él y acaricia mi cabello. Descarado.

—Si, ella es genial —balbucea —. ¿Sabes si le paso algo? Estuve en un viaje con Luk este finde y no pudimos hacerle compañía. Le he mandado mensajes, pero no me ha contestado.

—Estaba muy ocupada con su trabajo, prácticamente está llena de el —dice él y mueve su cadera para recordarme lo llena de trabajo que estoy.

Como si me vaya a olvidar de ello.

—No la esclavices, que sino así nunca va a encontrar un hombre de verdad —pide mi amiga, gran error. Casi gimo cuando se hunde más en mí.

—¡No necesita a otro hombre en su vida! —ruje él y siento como mi garganta es recompensada con su cálido alivio.

—Supongo que contigo tiene de sobra, ¿Verdad? —dice ella y me quedo quieta como estatua. ¿Me habrá visto?

—Supones bien, ella es toda mía —afirma mi sexi jefe gruñón.

—Pues más te vale que la trates bien, de lo contrario me olvidare de que somos familia —lo regaña de la forma más encantadora.

—Ni falta que lo digas, ella significa mucho para más, más de lo que imaginas —dice el, aun sin salir de mi boca.

—Bueno... y hablando de Sof ¿Dónde se ha metido esa mujer? —pregunta ella.

—La estaba esperando, supongo que se encuentra con Laura, ve allí arriba, a ver que tal —dice él.

—Bien... nos vemos al rato.

Escucho sus taconeos y al fin soy liberada y puedo volver a respirar.

—Creo que solo tenemos unos minutos —dice él y me levanta de sopetón de debajo del escritorio baja mi pantalón, me libera de las malditas bolas y se enfunda con mi húmeda piel —. Trata de no hacer mucho ruido.

Respondo señalando la puerta abierta, pero al parecer no le importa porque solo se dedica a machacarme fuerte y ágilmente, mientras una de sus manos sella los lamentos de mi boca y la otra se encarga de tenerme justo donde quiere; como solo él sabe hacer, llevándome al delirio rápidamente.

1
Verito Marroquin
Excelente
Vane
que dice la carta
Gaby🌹
Nooo y la dejo así😱 que tortura!!
Gaby🌹
❤️❤️❤️❤️
Gaby🌹
Dios!! que tentación 😋
Susy Cisneros
Bueno
Ismerai Montes Chavez
que lindo que lo apoye y más que nada que es mutuo , ambos de ayudan , a césped no se empieza como uno espera ,pero eso lo hace más bonito /Smile/
Ale 🇨🇱
Hay, que dice la carta?
Gaby🌹
Por dios!! con esas manos grandes y que te dé un masaje!! cómo te envidio Sofi!!
Gaby🌹
🤣🤣🤣la hermana de Robocop 🤣🤣🤣
mariela
Que bueno Sofía que apoyas a Alessandro a digerir esa noticia que no es fácil de asimilar saber después de 22 años que tiene un hijo y de paso no saber por dónde empezar a buscarlo.
Que dirá la carta se sabe que le pedirá perdón por lo que le hizo pero que otra confesión hará 🤔🤔🤔❓❓❓❓
Inés
Qué lindo el apoyo que le brinda, grandiosa historia
Vika
que buena que va la historia! gracias Autora por actualizar!
Yesica Maquilon
hermosa historia 😍😍
Diana Pereira
Excelente
Dany2
gracias por el capitulo 🤠
Carola 🦋
T copiaré eso d la flojera nata he encontrado mi descripción jajajajaj
🇻🇪🌹❤️‍🔥Yoleida🔥❤️🇻🇪🤩😍
jajajaja Andres ya tu mami es adulta
DAISY VARGAS
ulalaaaaa 👀 auuuuuuuuggg q calor 🥵🥵🥵😈😈
Ale 🇨🇱
Eso no lo esperaba, creí que era la ex.
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